Los que tomaron la pastilla de cianuro ¿Cómo las catalogamos?
Los guerrilleros u otros militantes no-combatientes que tomaron la pastilla de cianuro (o se suicidaron de otro modo como el caso de Victoria Walsh) ¿Deberían ser catalogados como "víctimas de la dictadura"??? Creemos que el Estado debería clasificarlos como tales, pero siempre con las explicaciones pertinentes. Es verdad que estos sujetos no fueron estrictamente asesinados, pero resulta bastante obvio para cualquiera que las consecuencias de ser capturados vivo eran la tortura prolongada durante horas o días enteros, y no había certeza que los militares te dejaran sobrevivir aún si delatabas. No fueron suicidios voluntarios sino contra su voluntad, o mejor dicho con su voluntad viciada
Los apologistas de la dictadura intentan desarticular este planteo lógico con la siguiente excusa: "Los guerrilleros tenían órdenes de suicidarse". Esto es engañoso; pero dejando momentáneamente la patraña y suponiendo que sea verdad, aquí nos enfrentamos con dos probabilidades ¿A qué le tenía más miedo el guerrillero o militante? ¿A desobedecer una orden y recibir sanción de la organización (que podría incluir la pena de muerte, pero también otros castigos como degradación, expulsión, etc.)? ¿O le tenía más miedo a ser terriblemente torturado y muy posiblemente asesinado?? Como verán, ninguna de las dos opciones era segura para el militante, pero sería bastante incongruente pensar que el sujeto le tenía mayor miedo a una pena menos gravosa (las sanciones de la organización) que a una pena más gravosa (las torturas y muerte de los militares)
Además, Montoneros/ERP no castigaban a la persona que no tomara la pastilla, sino a los que delataban marcando gente y ofreciendo datos importantes: si eras corajudo y soportabas la tortura sin hablar, las organizaciones no tenían motivos para sancionarte (salvo que fueras alguien muy importante en la organización, sobre cuya caída se traduciría en un "triunfo político" para el enemigo). Eso significa que la pretendida "orden de suicidio" no tiene por sí mismo valor sancionatorio. Aún en casos muy extravagantes y ridículos como el "juicio" que realizó Montoneros a Tulio Valenzuela (quien fue acusado de "colaborar con el enemigo" pese a que Valenzuela les salvó la vida a la cúpula de la organización), incluso en este caso Valenzuela fue castigado con la degradación; y no lo fue porque no se suicidara (lo cual desmiente que la organización castigue por no tomar la pastilla de cianuro)
Película "Operación México". En el minuto 1:15:51 recrean el juicio revolucionario que Montoneros hizo a Tulio Valenzuela, en La Habana (Cuba); año 1978
Por último, el alcance de la organización armada para aplicar sus sanciones resultaba muuuuy limitado en los casos de pena capital. Bastante diferente a los militares que contaban con un aparato logístico más grande, y con decenas de miles de efectivos policiales y de fuerzas armadas para cumplir sus designios. Eso el guerrillero no lo podía desconocer: debía preocuparse mucho más de la omnipresente amenaza militar que de las amenazas de sus colegas
El caso de Roberto Quieto es muy obvio: la organización Montoneros lo condenó a muerte (por incumplir las normas de seguridad de la guerrilla y delatar compañeros y locales operativos); sin embargo Roberto Quieto fue desaparecido por los militares. Montoneros nunca pudo ejecutar por sí mismo esa sanción impuesta a Quieto
De acuerdo a la publicación del Poder Ejecutivo en 1979 "El Terrorismo en la Argentina", de las 687 muertes provocadas por la guerrilla en el lapso 1969-1979, tenemos 11 "subversivos arrepentidos" asesinados por la guerrilla. Número insignificante para creer que las organizaciones guerrilleras ejercían un miedo terrible a sus militantes con sus parodias de juicios revolucionarios
http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/cap2.html
Página de la revista Evita Montonera de abril-mayo de 1976, en el que la Organización felicita la decisión de una militante de suicidarse antes que ser capturada por la policía. Su pareja ayuda al suicidio y también es felicitado. Ultima página:
Un montonero desertor ironiza sobre el tema, dando a entender que con su deserción solo iba a ser perseguido por un grupo más. Minuto 1:00:56
Se ve que los desertores le tendrían más miedo a otra cosa, y no tanto al supuesto castigo que la cúpula montonera les depararía por su deserción
Sobre los suicidas que lograron su misión: ante la imposibilidad metodológica de conocer qué pensaba el suicida en el momento de su muerte y cuáles eran sus miedos, es dable que el Estado pueda crear una ficción donde se presupone que el suicida tenía un miedo mayor a lo más gravoso (tortura), y no a lo menos gravoso (sanción de la organización). Nunca sabremos en el mundo real qué pensaba cada suicida, pero es una ficción tolerable; no estamos realizando ficciones epistémicas absurdas o para denigrar a los militares
Pero bueno, siempre la tendremos a Vicky Villarruel. Porque pareciera que la ex montonera Miriam Lewin no está lo suficientemente agradecida a los militares, pues éstos le "salvaron" la vida a Lewin, según el criterio de Villarruel, al quitarle la pastilla de cianuro. Claro, poco importa si Lewin después fue torturada por esos mismos "salvadores", tal vez Villarruel es una persona tan valiente y con tantos ovarios que, si tuviese una pastilla de cianuro a su alcance, la arrojaría a un lado y se entregaría voluntariamente a un verdugo para ser picaneada:
https://twitter.com/VickyVillarruel/status/1280234030823243778
Aquí Villarruel nuevamente dice que a Lewin le salvaron la vida (lo cual es cierto..... y ya sabemos el "por qué" se la salvaron). A partir del minuto 42:40
La estafadora compulsiva de Villarruel tergiversa el sentido de las palabras de Lewin, al sugerir que se intentó suicidar por un fanatismo irreductible de la "secta" de Montoneros, sin mencionar la tortura como móvil principal para su intento de suicidio -y de su sentimiento de derrota cuando no lo logró-
Diario La Nación del 7 de julio de 1977, en el que narran la crónica de la muerte en combate de José Pablo Ventura. Este "subversivo" había cometido el "gravísimo" delito de tener armas y municiones en el año 1974, por el cual fue arrestado y puesto a disposición del PEN.... y el mismo gobierno lo liberó meses después. En 1977 muere en un enfrentamiento cuando los militares se disponían a capturarlo (y ya saben a qué lugares presumiblemente lo iban a enviar). Según la lógica de Victoria Villarruel, este terrible terrorista subversivo (del cual los militares no le adjudican ningún asesinato ni nada muy grave), este tremendo apátrida marxista no es una víctima porque parece que su deber era quedarse sentado en su hogar en total pasividad esperando que los bondadosos militares lo deriven a una cárcel legal acusándolo de delitos muy graves que seguramente cometió. Desde ya que los militares no lo iban a torturar ni matar, por lo tanto no ameritaba en lo absoluto que el subversivo ultra-criminal se pusiera a pegar "cuetazos" a los milicos
Ejemplo de un militante montonero del área Sanidad de la organización, que arrinconado en un hospital por las fuerzas de la ESMA, ingirió la pastilla de cianuro.... con tal mala suerte que los represores de la Marina obligaron a los médicos del hospital, a punta de pistola, que lo "resucitaran". Y efectivamente el militante volvió a la vida. Los represores se lo llevaron y posteriormente fue asesinado
Página de la revista Evita Montonera de abril-mayo de 1976, en el que la Organización felicita la decisión de una militante de suicidarse antes que ser capturada por la policía. Su pareja ayuda al suicidio y también es felicitado. Ultima página:
En una entrevista que Felipe Pigna le realiza a Mario Firmenich a mediados de los años 90, éste manifiesta:
No es lo mismo si uno recurre a una leva obligatoria, a un servicio militar obligatorio; en esos casos se obliga a una persona a jugar su vida al margen de su voluntad. No es el caso de una organización política clandestina, que solamente cuenta con el consenso absolutamente, explícitamente voluntario de cada uno de sus militantes, minuto a minuto. No hay nada más fácil que desertar de una organización clandestina: nadie sabe tu nombre, si conocían tu nombre legal, nadie sabe el nombre de tu documento falso, nadie sabe tu domicilio, nadie sabe tu cobertura, cómo te presentás frente a la sociedad, frente a tu barrio. Es muy fácil no concurrir a una cita y separarse de la organización. Eso es todo lo que hay que hacer. De modo que el concurso explícito de la voluntad cotidiana de los militantes es lo único que hace posible el desarrollo de esa estrategia de lucha
Obviamente estas declaraciones de Firmenich deben ser evaluadas bajo sus propios términos: la de una persona que intenta suavizar su responsabilidad, que intenta lavarse las culpas o dar a entender que él no tuvo nada que ver con la muerte de todos sus militantes que le seguían. Pero más allá de esto, el razonamiento que hace Firmenich para el caso que estamos analizando en este posteo no es del todo errado: un militante de Montoneros debía estar muchísimo más preocupado de la represión que de su propia organización en caso de deserción. El militante podía fácilmente escapar de la persecución de sus compañeros con simplemente mudarse de barrio; pero era tremendamente complicado zafarse de la persecución que el gobierno militar ejercía en todo el país bajo sus aparatos de policías provinciales, federal y las 3 fuerzas armadas
Un montonero desertor ironiza sobre el tema, dando a entender que con su deserción solo iba a ser perseguido por un grupo más. Minuto 1:00:56
Ejemplo de una militante que delató a su compañero, pero que la organización decidió no ejecutarla según dictaba el Código Penal Montonero:
A los militantes de la Columna Oeste, al parecer, no les asustaba mucho el problema de los castigos de la organización. En este documento interno de septiembre de 1977 de la Col. Oeste, indican que un grupo entero de combate (aprox. 20 combatientes) desertó
Se ve que los desertores le tendrían más miedo a otra cosa, y no tanto al supuesto castigo que la cúpula montonera les depararía por su deserción
Miriam Lewin fue una de las más conocidas militantes de Montoneros que intentó fallidamente suicidarse para evitar la tortura. Tal como lo explica aquí (a partir minuto 16:43):
Sobre los suicidas que lograron su misión: ante la imposibilidad metodológica de conocer qué pensaba el suicida en el momento de su muerte y cuáles eran sus miedos, es dable que el Estado pueda crear una ficción donde se presupone que el suicida tenía un miedo mayor a lo más gravoso (tortura), y no a lo menos gravoso (sanción de la organización). Nunca sabremos en el mundo real qué pensaba cada suicida, pero es una ficción tolerable; no estamos realizando ficciones epistémicas absurdas o para denigrar a los militares
Pero bueno, siempre la tendremos a Vicky Villarruel. Porque pareciera que la ex montonera Miriam Lewin no está lo suficientemente agradecida a los militares, pues éstos le "salvaron" la vida a Lewin, según el criterio de Villarruel, al quitarle la pastilla de cianuro. Claro, poco importa si Lewin después fue torturada por esos mismos "salvadores", tal vez Villarruel es una persona tan valiente y con tantos ovarios que, si tuviese una pastilla de cianuro a su alcance, la arrojaría a un lado y se entregaría voluntariamente a un verdugo para ser picaneada:
https://twitter.com/VickyVillarruel/status/1280234030823243778
Aquí Villarruel nuevamente dice que a Lewin le salvaron la vida (lo cual es cierto..... y ya sabemos el "por qué" se la salvaron). A partir del minuto 42:40
La estafadora compulsiva de Villarruel tergiversa el sentido de las palabras de Lewin, al sugerir que se intentó suicidar por un fanatismo irreductible de la "secta" de Montoneros, sin mencionar la tortura como móvil principal para su intento de suicidio -y de su sentimiento de derrota cuando no lo logró-
Este es un caso típico de cómo un apologista utiliza a militantes o guerrilleros como "fuente", pero desfigurando el sentido o alcance de esa fuente. Como sea, la apologista que supuestamente "no defiende la dictadura" (como a ella tanto le molesta que le reprochen), es la que cínicamente, y repulsivamente, insinúa que Miriam Lewin tomó la pastilla por ser una loquita fundamentalista islámica, en vez de ser una actitud obvia para no ser torturada. Cualquier persona honesta, aún los que odien totalmente a Montoneros pero sean honestos, saben perfectamente que la pastilla de cianuro era la opción para evitar la tortura atroz. Pero no para la cínica de Victoria Villarruel: para ella la pastilla es por mero fundamentalismo talibán de los "terroristas montoneros", mientras las "fuerzas legales" les salvaron la vida a estos loquitos que solo querían morir por capricho.......... y yo pensé que con la mentira ridícula de la Ñata Monasterio Villarruel no podía caer más bajo
Pero hay más bajeza de su parte: en el libro "Los Llaman... Jóvenes Idealistas", en la página 141, dice Villarruel:
La imposición de la pastilla [de cianuro] fue apoyada con una campaña secreta de acción psicológica con el fin de convencer a los militantes, por medio de reuniones de adoctrinamiento y boletines internos, bajo la premisa de que era preferible suicidarse a tener que soportar “las horripilantes torturas” a las que serían sometidos. Sin embargo el uso de la pastilla de cianuro no detuvo su derrota militar, pues las Fuerzas Armadas en lugar de torturar sistemáticamente, como sostenían los dichos de la organización, incorporaron antídotos contra el cianuro y favorecieron el colaboracionismo, como puede comprobarse en los testimonios correspondientes a testigos de la causa ESMA
Nótese que Villarruel insinúa que las fuerzas armadas no torturaron sistemáticamente (por lo que las "torturas horripilantes" era pura propaganda de la guerrilla). Y hace una falsa oposición entre "colaboracionismo" y "tortura" como si fuesen excluyentes. Cuando las dos cosas coexistían incluso en un mismo prisionero. Eso sin contar que la ESMA no fue ni mucho menos el único centro clandestino del país. Con este nivel de monstruosa superficialidad opina Victoria Villarruel
Despectivamente Victoria Villarruel ha señalado en innumerables ocasiones que en el Parque de la Memoria hay placas de militantes que se tomaron la pastilla, dando a entender un "error" o incongruencia de criterios para ponerlos en el muro. Si nosotros tuviéramos que echarle la responsabilidad única y exclusivamente a la persona que se suicida porque eligió voluntariamente morir, entonces tendríamos que concluir que el suicidio de Argentino del Valle Larrabure es responsabilidad exclusiva de él mismo; lo que sería una aberración. Larrabure no se suicidó porque tenía una voluntad real de hacerlo, sino porque muy posiblemente ya estaba harto o deprimido por su largo secuestro. Su voluntad estaba viciada y el ERP es responsable de su suicidio. Pero en fin.... quizás para Villarruel esto no aplique ¿no es cierto???
-Los que murieron resistiendo a la autoridad: ejemplos como los de Hilda Olivier y Victoria Walsh entre tantos (aunque Walsh finalmente optó por el suicidio, pero no importa). Son aquellas personas que, al verse cercadas por autoridades militares, en vez de entregarse dieron combate, dieron pelea y murieron
Para Victoria Villarruel, estos "terroristas" (porque ella llama "terrorista" a cualquier cosa que le huela a montonera), estos extremistas no deberían estar conmemorados en el Parque de la Memoria ni son víctimas ni na´
Para ella no son víctimas porque "murieron en combate", en vez de ser torturados y finalmente asesinados
Para nosotros, aplica los mismos criterios que el caso de la pastilla de cianuro. Sin importar si quienes enfrentaron el cerco eran efectivamente combatientes de guerrilla o no lo eran, el problema es que no había elementos objetivos que permitieran configurar, en la mente del agredido, que su entrega a las autoridades iba a derivar en el respeto a su integridad física
Daremos un ejemplo bastante ilustrativo: Mario Chironi fue voluntariamente a la comisaría a fines de 1976, porque se sentía perseguido. Sentía que lo estaban buscando y, ante el miedo, fue primero a pedir ayuda a monseñor Hesayne, y éste le dijo que, si él no había hecho nada malo, no tenía por qué temer a la policía. Le animó a que vaya a la comisaría a aclarar su situación, prometiéndole que lo iba a visitar en la comisaría luego. Entonces, Chironi fue VOLUNTARIAMENTE a la policía para demostrar que no tenía nada que esconder. Hesayne lo visitó y las autoridades le indicaron que iban a mandar al detenido al V Cuerpo de ejército para investigarlo.... a partir de allí, empezó el calvario para monseñor Hesayne, quien tuvo que recorrerse todos los lugares e insistir a todas las autoridades habidas y por haber, porque Chironi estaba desaparecido y todos negaban que lo tuvieran en sus dependencias. Mientras eso ocurría, Chironi estaba siendo torturado en "La escuelita" de Bahía Blanca
Testimonio de Hesayne en el juicio a las juntas:
Se imaginarán entonces qué tipo de garantías podía tener un chico al que estaban pidiéndole por el altavoz que se entregue, cuando un sujeto que ha ido voluntariamente a la comisaría le pasa lo que le pasa........ es obvio que uno iba a resistirse a los tiros. No porque fuese "terrorista" exclusivamente; cualquier persona inocente o culpable con un arma a mano lo habría hecho, si tenía conciencia del "buen trato" que los militares le daban a sus huéspedes
Excepto que Victoria Villarruel tenga elementos objetivos para demostrar lo contrario, entonces lamentablemente para ella las víctimas que murieron resistiendo a la autoridad están bien integradas en el Parque de la Memoria. Tal vez el ideal de Villarruel es que la persona cercada se entregue voluntariamente a ser torturada, asesinada y desaparecida. Siguiendo la lógica de Villarruel, si el día de mañana unos ladrones entran a tirotear en tu casa, y vos te defendés con un arma pero te matan igual..... no serías una víctima sino un combatiente!!! No tiene sentido
Con este retorcido criterio, Villarruel califica casos resonantes como la muerte de Lucila Revora, como una "muerta en combate". En ningún momento la apologista repara que la patota que fue a buscar a Revora era del centro clandestino "Olimpo", y que de haber atrapado con vida a Revora la hubieran torturado y luego matado (crímenes que Montoneros y otros organismos como Amnistía Internacional ya sabían de sobra). Para Victoria Villarruel, Revora se tendría que haber entregado pacíficamente a que la arrojen en el bául del automóvil, y que le metan después picana o le arranquen las uñas de los dedos
Esta actitud de suicidarse ante el miedo de sufrir torturas por parte del enemigo, no es un disparate de Montoneros. Es algo hasta lógico. Como ejemplo, este soldado español que participó de la guerra de Irak, tenía contemplado el suicidio ante una eventual captura del bando islámico
No creo que sea una locura, un disparate o algo irracional, que un soldado (o incluso un civil no-combatiente) se suicide, se tome una pastilla de cianuro o se pegue un tiro en la cabeza como último recurso para evitar la tortura de un bando que no respeta las leyes de guerra. Bueno, los represores claramente no lo consideraban así: para ellos, el montonero que se tomaba la pastilla era un "subversivo cobarde que elude la acción del Ejército", o un fanático. Sorprende que el discurso de Victoria Villarruel sea en el mismo sentido que la represión... bah, no sorprende nada ¿A quién le sorprende que Villarruel defienda el discurso de la dictadura? Pero es que además la muy caradura le echa la culpa a los montoneros de resistir en forma armada el intento de ser torturados
No solo Villarruel le echa la culpa a los militantes de morir resistiendo en intentos de allanamientos, sino que los policías o miembros de las fuerzas armadas muertos por las balas del militante son computados como "víctimas del terrorismo" en su libro "Los Otros Muertos". Pero esos allanamientos policiales-militares eran ilegales y, por consiguiente, el militante está jurídicamente amparado por la legítima defensa; asi que cualquier muerte que provoque no puede computarse a su responsabilidad
En el caso inverso no corre el miedo a la tortura: los represores sabían (o deberían saber) que la guerrilla nunca torturó a nadie. Que ser un prisionero de los guerrilleros era muchísimo más apetecible que ser un prisionero de los militares. Asi que los militares no solo no tenían pretextos para torturar a nadie (en vista que la guerrilla no torturaba), sino que tampoco había pretextos realistas de suicidarse frente a una eventual captura por parte de la guerrilla
Estas disquisiciones no son meramente filosóficas sino que tienen repercusión en el ámbito estrictamente judicial, al momento de dirimir la culpabilidad penal del sujeto que intentó capturar a un militante mientras este último alcanzó a suicidarse ¿Es un suicidio voluntario, o viciado? Dependiendo la opción elegida, se responsabilizará al autor del allanamiento con el "homicidio", o se lo absolverá de ese tipo penal concreto
Algunos ejemplos de casos judiciales donde se trató este tópico:
Aquí da igual si fue una guerra o no lo fue, porque la responsabilidad no cambia: si mi enemigo no respeta las leyes de guerra, si mi enemigo tortura salvajemente a todo prisionero que captura; entonces me empuja a mí al suicidio frente a una eventual captura. Si el enemigo fuese respetuoso de las leyes de guerra, entonces no debería tener miedo de una captura y cualquier intento de suicidio es problema ya mío
Asi que, si el enemigo me "empuja" a suicidarme para no sufrir las torturas ¿Por qué yo tendría la culpa de un suicidio claramente viciado? ¿Por qué no le echan la culpa al enemigo que nunca quiso respetar las leyes de la guerra? Idem con la resistencia a muerte ¿Por qué tendría la culpa de no rendirme, si claramente no tengo otra alternativa? La alternativa de caer prisionero es muy cara: es la posibilidad casi segura que me picaneen, que me corten los testículos, que me saquen los ojos, entre otros tormentos
Esto que parece tan rematadamente obvio, justamente por su obviedad es que molesta a algunos. Los jueces del fallo sobre la muerte de Adela Esther Fonrouge, para no dar el brazo a torcer con esta lógica, te dicen que Montoneros ordenaba a sus militantes al suicidio para preservar su organización, por consiguiente el suicida solo cumplía una orden militar de su grupo; y no es que tuviese miedo de las torturas ni nada de nada. Obviamente, no hay estadística que avale sus argumentos (recordemos: la guerrilla solo mató a 11 miembros de sus organizaciones en 10 años. No tenían el aparato suficiente para aplicar ni propagandizar el rigor de esa supuesta orden). Tampoco explican por qué la orden de suicidio era efectiva para preservar al grupo (ya que eso los conduciría a tener que mencionar las cantadas bajo tortura que practicaba la represión, lo cual viola las leyes de guerra y vuelca la responsabilidad en ellos)
Tal vez alguno intente refutarme diciéndome "pero quizás, justo en este caso particular, los militares no tenían planeado torturar a esta persona. Se suicidó sin saber si lo iban a torturar o no". Ciertamente, la posibilidad de no ser torturado existía. Una posibilidad muy remota, pero existía. Hubo militantes sobrevivientes de centros clandestinos que no fueron torturados ¿Pero esos cuántos casos son? Son anecdóticos. Se trata de un argumento de doble vía, porque con el mismo cálculo probabilístico, no hay duda más allá de lo razonable que los prisioneros iban a ser torturados. Existirá siempre la duda razonable, pero nunca la "duda más allá de lo razonable" (y el Derecho Penal solo absuelve al reo por duda "más allá de lo razonable", no por "duda razonable")
[Si hubiese un documento militar administrativo de la época específico, en el que se consignara que efectivamente no se iba a atormentar al sujeto concreto.... bueno, podría funcionar como prueba a favor del imputado. Pero no es el caso]
Diario La Nación del 7 de julio de 1977, en el que narran la crónica de la muerte en combate de José Pablo Ventura. Este "subversivo" había cometido el "gravísimo" delito de tener armas y municiones en el año 1974, por el cual fue arrestado y puesto a disposición del PEN.... y el mismo gobierno lo liberó meses después. En 1977 muere en un enfrentamiento cuando los militares se disponían a capturarlo (y ya saben a qué lugares presumiblemente lo iban a enviar). Según la lógica de Victoria Villarruel, este terrible terrorista subversivo (del cual los militares no le adjudican ningún asesinato ni nada muy grave), este tremendo apátrida marxista no es una víctima porque parece que su deber era quedarse sentado en su hogar en total pasividad esperando que los bondadosos militares lo deriven a una cárcel legal acusándolo de delitos muy graves que seguramente cometió. Desde ya que los militares no lo iban a torturar ni matar, por lo tanto no ameritaba en lo absoluto que el subversivo ultra-criminal se pusiera a pegar "cuetazos" a los milicos
Ejemplo de un militante montonero del área Sanidad de la organización, que arrinconado en un hospital por las fuerzas de la ESMA, ingirió la pastilla de cianuro.... con tal mala suerte que los represores de la Marina obligaron a los médicos del hospital, a punta de pistola, que lo "resucitaran". Y efectivamente el militante volvió a la vida. Los represores se lo llevaron y posteriormente fue asesinado
Párrafo de una carta de Ramón Camps (jefe de la policía de Buenos Aires durante la dictadura), explicando el caso de Clara Anahí Mariani. Resulta que el 24 de noviembre de 1976 las fuerzas armadas y policiales encontraron la imprenta principal de Montoneros (que no forma parte de la "Secretaría Militar" o "combatiente" de la organización) y emprendieron un enfrentamiento contra los insurgentes, que culminó con la muerte de los militantes de la organización
¿Qué debían hacer estos montoneros? si se entregaban, iban a ser torturados (y posiblemente asesinados). Y lo peor de todo, es que iban a ser torturados no porque fueran combatientes, sino porque podían tener información sobre el aparato de prensa de Montoneros. Es decir, los represores querían destruir todo el componente "civil" de la insurgencia (violando las leyes de guerra sobre el trato a los civiles) ¿Unos militantes no-combatientes que conocían perfectamente el "buen trato" que los represores les iban a dispensar, no tienen derecho a resistirse al allanamiento?
Carta de Ramón Camps al juez Marquardt:
Informe de inteligencia militar sobre las T.E.A., las "Tropas Especiales de Agitación" de la organización Montoneros para la etapa de la Contraofensiva (año 1979). Estos grupos pertenecían al sector no-combatiente. Nótese que los mismos militares escriben en el informe que las TEA "no presentan combate", "realizan trabajo político", "tienen armas únicamente de defensa personal". Fueron igualmente perseguidos pese a su insignificante peligrosidad y que no buscaban deliberadamente combate
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