Algunas verdades que dicen los apologistas


Los apologistas no mienten en todo, todo, todo..... solamente mienten el 99% de las veces, pero les aguarda su 1% de verdad. Eso no lo dejamos pasar por alto y recopilaremos estos hechos, actualizando de ser necesario el posteo para agregar nuevos datos verdaderos del apologismo


-En el Parque de la Memoria aparecen personas como Alicia Camps, quien murió al explotarle una bomba que estaba armando

Por ejemplo, Ceferino Reato menciona su caso en el siguiente video: 



Cabe aclarar que el Parque de la Memoria tiene criterios distintos a lo que el gobierno puede considerar como víctima del Estado. En ese sentido, Alicia Camps efectivamente aparece en el Parque de la Memoria pero el RUVTE (Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado) no la tiene incluida

Enlace al RUVTE:

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2._anexo_i_listado_de_v_ctimas_de_desap_forzada_y_asesinato-investigacion_ruvte-ilid.pdf 


-En el Parque de la Memoria aparece Laura Ferrari, una chica que no fue víctima del Estado sino de una bomba que pusieron Montoneros en un auto (muriendo accidentalmente Ferrari): de nuevo, con independencia del Parque de la Memoria, el RUVTE no tiene incluido a Laura Ferrari como víctima del Estado

Igual no me queda claro cómo Victoria Villarruel concluye que Ferrari murió por explosivos de la banda Montoneros, teniendo en cuenta que en el libro "El Terrorismo en Argentina" publicado por el PEN en 1979, no especifican la autoría de esta organización sino que añade la clasificación "Desconocidos" como autores. Pag. 534: 



Véase también: el siguiente blog no es mío sino que pertenece a un apologista llamado Ariel Sosa:


En este blog se enumeran, con una clara óptica apologética de la dictadura, todas las supuestas "irregularidades" del Parque de la Memoria. Algunas de esas irregularidades no son tales si nos atenemos a otros apartados de mi blog donde explico los tópicos; y no pongo las manos en el fuego de que toda la información de ese blog de Ariel Sosa sea confiable. Aun así, al que le interese conocer qué presuntas irregularidades existen en ese "Parque de la Memoria de los terroristas marxistas apátridas derrotados por la guerra no convencional", allí tienen ese blog


-Según Victoria Villarruel, Abuelas de Plaza de Mayo toma como "Nieto recuperado" un embarazo frustrado. Véase el siguiente tweet:

https://twitter.com/VickyVillarruel/status/1033006174499733505 


Lo ponemos en este posteo como acto de generosidad. Ya que es verdad..... pero existe una absoluta mala fe por parte de Victoria Villarruel en su interpretación

Abuelas de Plaza de Mayo utiliza didácticamente el concepto de "Nietos recuperados" que es bastante útil para el entendimiento televisivo cuando en las conferencias de prensa tienen que presentar al bebé recuperado (ya convertido en un huevón de cuarenta años o más). Pero en realidad, el nombre apropiado es el de "Casos Resueltos", que de hecho es como la página oficial los denomina:

https://www.abuelas.org.ar/caso/santilli-olivier-209?orden=c 

https://www.abuelas.org.ar/caso/buscar?tipo=3 

Resulta que las abuelas de plaza de Mayo no tienen la bola de cristal para conocer lo que sucedió después que una chica embarazada fue secuestrada. Se presupone en el "mientras tanto" que esa chica embarazada pudo parir y luego fue asesinada, siendo el hijo apropiado.... pero por supuesto, con el material testimonial o documental que surja de la investigación, se concluye que determinadas víctimas no pudieron tener el hijo por X motivo: porque lo abortó en la tortura, porque la asesinaron antes del tiempo de parto, etc. En ese sentido, la investigación se finaliza como "Resuelto", no porque exista un hijo apropiado sino porque en ese caso particular ya se conoce que nunca nació el hijo. Entonces, las madres de plaza de Mayo al hablar de "Nietos Recuperados" por televisión, debemos entender "Casos Resueltos", que bien comprenden a nietos efectivamente recuperados pero también casos donde ya se sabe que las víctimas embarazadas no dieron a término

Victoria Villarruel no es taaaaaan tonta, seguramente conoce perfectamente esto pero prefiere seguir interpretando como le da la gana para su atmósfera de conspiración. No obstante, se lo damos como válido, asumiremos que "quizás" no percató sobre lo que explicamos 

[Pd: pero al mismo tiempo tenemos que hacer notar otra de sus interpretaciones malintencionadas que ya rallan en la mentira: es la de llamar "combate" a cualquier cosa, incluso a una persona que es cercada por un ejército ilegal torturador y tiene que luchar para defenderse. Tal vez el ideal de Villarruel es que la cercada se entregue voluntariamente a ser torturada, asesinada y desaparecida. Siguiendo la lógica de Villarruel, si el día de mañana unos ladrones entran a tirotear en tu casa, y vos te defendés con un arma pero te matan igual..... no serías una víctima sino un combatiente!!! No tiene sentido]


-No fueron 30.000 desaparecidos: 

https://www.lanacion.com.ar/opinion/hablan-de-30000-desaparecidos-y-saben-que-es-falso-nid1621505 

Ciertamente, no existe suficiente evidencia documental/testimonial para arribar al número de 30 mil. El único modo de llegar a esa cifra sería realizando una forzada interpretación de la documentación, algo que pecaría de deshonesto

La evidencia disponible SI nos permite fundamentar la cifra de 20.000 desaparecidos, muertos y no-denunciados desde 1975. Es importante tomar el año 75 en vez del 76, sobre todo si consideramos que ciertos sectores del apologismo razonan correctamente que la represión inició antes del 24 de marzo de 1976, aunque a partir de esa fecha se multiplica geométricamente la frecuencia de desapariciones

Entonces son 20.000 desaparecidos (aunque ya expliqué el misnomer de este término en el apartado correspondiente). Y he aquí lo interesante de la "verdad" de los apologistas: cuando ellos dicen "No fueron 30.000", es porque de verdad te quieren decir "los desaparecidos son únicamente los que tiene el Estado con nombre y apellido", que constituye alrededor de 9.000 casos. Pese a que Ceferino Reato y otros apologistas apliquen algunos "trucos" para reducirlo a 6.400:

https://twitter.com/ceferinoreato/status/707662207023255552 

Yo dudo mucho que los apologistas como Ceferino Reato quieran aceptar que fueron 20.000 desaparecidos y asesinados. Por tanto, el lema de "No fueron 30.000" del apologismo es una verdad que al mismo tiempo encubre una mentira

En mi modesta opinión, la discusión de la cifra de desaparecidos no es lo más importante de esta materia. Un debate bastante más importante, y que los apologistas eluden, es el de la cifra de combatientes que tuvo la guerrilla ¿Por qué no se animan a discutir sobre eso?? Quizás porque sepan que la guerrilla ni siquiera superó los 2000 combatientes. Ahí ya no los puede salvar ni la muletilla de los 9,000 desaparecidos y muertos (+sobrevivientes), porque continuarían con un margen de 7.000 represaliados ajenos al sector combatiente

Pero bueno.... el número de desaparecidos se ha convertido en el "debate llave" por motivos muy politizados. Paradójicamente se diría que los apologistas más extremos como Nicolás Márquez son los menos politizados en ese sentido, porque ellos siempre van a tirar el fardo que son 6 mil y punto, no se mueven del tablero porque priorizan defender a los militares sobre todas las cosas. Otros personajes me dan la sensación personal que revuelven esto por su visión política anti-peronista o anti-kirchnerista que les "dicta" que determinada posición se ajusta a la lucha política; como el imbécil de Darío Lopérfido. Por ejemplo, si decimos "no fueron 30 mil" actualmente, eso se parece a una visión "anti-kirchnerista" o anti-peronista. Pero si la dictadura de 1976 hubiese sido una dictadura peronista, ahí serían los primeros en decir que fueron 30 mil. No me puedo quejar mucho de esta clase de sujetos estúpidos porque varios de la izquierda no son muy diferentes en esa actitud


Vale recordar que el artículo donde explico todo este rollo de la cifra de desaparecidos se encuentra aquí en el siguiente link. En este enlace explico la división de posturas entre los que pujan por el registro individualizado, y los que pujan por las estimaciones innominadas; o para simplificar: la postura "nominada" VS la postura "innominada":

 

En fin, todos estos videítos del estilo "No fueron 30 mil", que en realidad quieren decir "los únicos desaparecidos son los anotados por el Estado", siempre caen en el mismo patrón de enfocarse en la postura individualizadora nominalista y no discutir, para bien o para mal, la problemática de las estimaciones innominadas. Algunos de estos videos:









O si no te gustan los videos, este cuadrito que lo veo hasta en la sopa cada vez que algún boludo me quiere "desmentir" (un cuadro donde meten cualquier cosa ¡¡hasta un periódico!!): 



Estos videos no es que tengan "malos argumentos". Los argumentos esgrimidos sobre el tema son correctos desde su postura, como es el de citar la cifra de desaparecidos registrados por el Estado. Lo malo es que estos videos en realidad no refutan nada, simplemente se limitan a exponer los desaparecidos individualizados con sus nombres y apellidos; pero no dicen cómo refutar la postura innominada (véase el apartado correspondiente donde explicamos el número de desaparecidos). No es que el video de Augusto Grinner (el "periodista libre" que pide donaciones en su canal Es de Peroncho) o el video de Nicolás Márquez o el de Nahuel Sotelo se equivoquen con los datos del Estado. Los datos están bien así, pero ellos no son capaces de resolver el problema epistemológico de la estimación innominada. El video de Sotelo por ejemplo no dice "yo estoy en contra de las estimaciones innominadas por X motivo", no expone un argumento al respecto. Todos estos videos pasan por alto ese problema, como si lo ignoraran. Asi que no están refutando nada, porque no completan el debate con lo que verdaderamente importa: la destrucción argumentativa de las estimaciones innominadas. Si no logran hablar, discutir, polemizar y/o contrarrestar eso, entonces estos videos genéricos carecen de valor siquiera para empezar a debatir.......

..... y todavía el caradura de Augusto Grinner pide "donaciones" para un video que lo podría haber hecho mi sobrinito de 8 años, ya que no aporta ningún argumento nuevo o revelador, es el mismo video de siempre que ya hicieron otros como Laje y Márquez. Empiezo a pensar que el llamado "periodismo independiente" como el de Presto, lo único que tienen de independiente es su falta de presupuesto, porque después repiten las mismas boludeces que el mainstream

Pero bueno, no nos vayamos de tema: los videos expuestos pertenecen al grupo de los "nominalistas", y no explican las desventajas del grupo de los "innominados". Son videos incompletos en su pretensión de generar debate. Es como si yo hiciera un video de Youtube explicando las ventajas de un producto sin mencionar sus desventajas: como que seguramente en los comentarios habrá gente que me responda que el video salió un poco trunco o incompleto. Bien, esperamos que estos apologistas completen el debate refutando epistemológicamente la postura innominada. Y ahí podemos discutir quién tiene razón. Lo mismo con el holocausto: si alguien quiere decir que los judíos muertos son únicamente los que tienen nombre y apellido, me parece perfecta esa posición "nominada", pero ¿Qué argumentos tienen para rechazar el material documental que justifica la postura innominada?


Ahora, hay una pavadita que me parece increíble tener que aclarar su terrible obviedad, en vista que muchos apologistas se aprovechan de ello y, para peor, los tontitos del progresismo le siguen el juego escandalosamente: la cifra de 30 mil, más allá de su abultamiento, NO ES UN NÚMERO SIMBÓLICO. Es un estimativo, con el redondeo que se le hace a un estimativo. No es un "número simbólico" como esgrime Graciela Fernández Meijide y otros apologistas menos decorosos. Yo no sé por qué hay gente tan estúpida como Martin Kohan que encima le siguen la corriente al perderse en devaneos filosóficos absurdos sobre el supuesto carácter "simbólico"




Con gente como Kohan, pfffff.......... y después me quejó del idiota de Lopérfido ¡Entre los dos no hacen una!! En vez de tirar datos en serio, como el diario de Vilas o el libro de Etchecolatz, pues no.... el bobo de Kohan quiere convencerte con filosofía barata. Después nos quejamos del aumento del llamado negacionismo

Además Kohan se equivoca cuando en uno de los videos expuestos, dice que "la cifra de 30 mil se tiene que postular y no comprobar en términos de comprobación empírica". A ver: la investigación histórica mundial no es estrictamente "empírica", sino que se maneja con un empirismo indirecto o sometido a un criticismo (la crítica o valoración de las fuentes). Por ejemplo ¿Cómo sabemos que a Abraham Lincoln le dispararon? No se llega a esa conclusión a través de una ecuación matemática, y no disponemos de las herramientas para observarlo directamente porque estamos hablando de un suceso pasado. Solo contamos con el material documental y testimonial de la época, que sobrevivió a nuestros tiempos para poder analizar y narrar la historia; y como no existe el mentalismo no podemos determinar en última instancia si todo ese material fue fabricado (por ejemplo, supongamos que todo el mundo mintió en los documentos, en la prensa, en los testimonios... eso implicaría que los historiadores relatan una historia que no sucedió). Es decir que la llamada "ciencia de la historia" no es una ciencia dura, sino que se basa en un material que debe ser criticado, y no significa que una crítica, aún la más inteligente crítica y valoración de las fuentes, nos conduzca a la verdad del pasado que ya no podemos observar en directo. Lo que Kohan quiso decir y no le salió porque se asfixia en su filosofía, es que resulta legítimo utilizar cifras estimativas, y cuando los represores se decidan ofrecer la cifra real entonces podemos empezar a utilizar esa y abandonar la otra. Que por cierto, es la actitud de cualquier ciencia: cuando se descubre una teoría o herramienta nueva que reemplaza efectivamente la anterior, se utiliza la nueva

En cuanto a lo empírico en sí mismo, si las fuentes primarias de cualquier investigación (histórica, económica, etc.) son consideradas como "datos empíricos", entonces las fuentes primarias innominadas también son "datos empíricos"

Los 30 mil es un estimativo innominado como las víctimas del estalinismo o el maoísmo, como las víctimas del nazismo. Nadie los llama "número simbólico" sino correctamente como "estimativo". Y se los redondea porque resulta imposible establecer el número exacto, pero eso no le quita mérito a la estimación como aproximado racional. Tampoco se "borra" la identidad de las víctimas registradas realizando estimativos o "generalizaciones" como insinúa Meijide, porque con lógica análoga se borraría la identidad con los muertos de las guerras al estimarse. Además uno podría oponer otra lógica como el recuerdo de la existencia de víctimas: si Meijide decide creer que en el Operativo Moncholos de Vergez solo hubo 21 personas victimizadas en vez de las 48 que escribe el mismo represor, solo porque esas 21 personas fueron registradas, lo que se haría es borrar la existencia de más víctimas al precio de identificar menos ¿Quién borra a quién?? ¿Quién sería más irrespetuoso con las "víctimas"??

La crítica de Meijide me suena personalmente a un intento desesperado de buscar un argumento para destruir una posibilidad estimativa y quedarse en el "bando" de los que pujan por el registro estatal; pero es un argumento muy tibio. En el apartado correspondiente donde analizamos la cifra de desaparecidos, ya explicamos que existe una confusión epistémica creyendo que el registro individualizado es mejor que un estimativo, cuando lo cierto es que ambos (estimativo y registro individual) se basan en material documental y testimonial, por lo tanto ninguno es "mejor" o "peor" que el otro, y no son incompatibles entre sí (lo que no significa inventarse un estimativo sin fundamento)

http://www.noticiasurbanas.com.ar/noticias/es-muy-irrespetuoso-decir-que-hubo-30-000-desaparecidos/ 

El mismo argumento bobo lo tenemos de Federico Andahazi:


Lo que quiere decir Andahazi: "es un número redondo, pueden ser más o menos". Denle un premio que se lo merece por su complejísima deducción


El anti-kirchnerismo, aún con las virtudes que pueda concebir este movimiento, lamentablemente ha tomado el "setentismo" como una crítica más, o como un golpe más, para la política global del matrimonio Kirchner. Y mientras el anti-kirchnerismo ha criticado legítimamente el dogmatismo de algunos elementos difundidos de la historia de los 70, asimismo cayó en una fábula muchísimo más fuerte. Yo no voy a negar que Estela de Carlotto nunca explicó debidamente la cifra de los 30 mil: quizás ella no tenga la obligación de explicar nada a nadie, pero sin dudas es una persona interesada en que los demás respetemos estos asuntos y no hizo nada para desasnar a los que dudaban legítimamente; en cambio tanto Carlotto como Bonafini quedaron prácticamente ancladas en los años 90, cuando se difundió el libro "El Drama de la Autonomía Militar" que expuso la breve formula para llegar a los 30 mil (cada 1 denuncia realizada, hubo 2 sin denunciar). Quien diga que Estela de Carlotto nunca explicó muy bien los 30 mil, está perfectamente en lo cierto..... Ahora, lamentablemente el excesivo dogmatismo de algunos anti-kirchneristas (o antiperonistas) ha traspasado la barrera de los medio pelos como Ceferino Reato, Nicolás Márquez, Victoria Villarruel para irse al terreno de las personas académicas como Luis Alberto Romero, que es un historiador universitario, un académico que me usaría a mí como trapo de piso, y sin embargo este académico también cayó en absurdos como las siguientes columnas escritas por él:   

http://luisalbertoromero.com.ar/el-mito-de-los-30-000-desaparecidos/ 

https://www.clarin.com/opinion/30-000-desaparecidos-ley_0_SkTdGvib-.html 

http://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/99340-la-vocacion-totalitaria-y-la-ley-contra-el-negacionismo-por-luis-alberto-romero 

https://www.clarin.com/opinion/derechos-humanos-desaparecidos-conadep-kirchnerismo_0_S1Ug7D6_vQl.html 


En estos escritos, con independencia de otros debates colaterales (como la ley contra el negacionismo, que mi postura personal es la siguiente: al negacionismo se lo enfrenta con fuentes, no con penalizaciones), y ciñéndonos al tema de la cifra, el historiador académico incurre en afirmaciones anti-académicas, carentes de fuentes y argumentos sólidos como "Es sabido que esa cifra [la de 30.000] se lanzó durante la lucha contra la dictadura militar, como una metáfora de lo horrendo, para despertar conciencias dentro y fuera del país. Cumplió su función, como una clave del relato de los derechos humanos que fundó la transición democrática" (básicamente Romero está copiando la mentira de Graciela Meijide de "el número se inventó en el exterior para llamar la atención"), o su incomprensión de la complejidad del concepto de "genocidio" diciendo más o menos que entre Argentina y el holocausto lo separa el número de muertos (otra vez se copia la mentira de Meijide de creer que para un genocidio se requiere un número concreto) y las razones étnicas contra las razones políticas (Romero parece desconocer algo tan elemental de la matanza judía como su aspecto político: no fue una masacre puramente racial la sufrida en el holocausto). También Romero parece desconocer fuentes tan conocidas como el diario de Vilas, filtrado en 1986; o incluso el documento de Arancibia Clavel que hasta aparece mencionado en un artículo muy citado de La Nación del 2006 titulado (erróneamente) como "El ejército admitió 22.000 crímenes":

https://www.lanacion.com.ar/politica/el-ejercito-admitio-22000-crimenes-nid791532/ 

Todo esto lo digo con el mayor respeto que se le puede tener a un académico, a un profesor de historia que sabe mucho más de la historia argentina y hasta mundial de lo que yo podré saber jamás (y que tampoco me interesa saber). No obstante, incluso a un historiador académico se le puede escapar la liebre, y no deja de pertenecer a la condición de ser humano expuesto a ideologías, dogmatismos y errores  

No quiero tampoco caer en la generalización que todos los que sostengan la postura "estatal" de la cifra son anti-kirchneristas. Por ejemplo, la historiadora Sabrina Ajmechet es anti-K y se postuló como candidata junto con Patricia Bullrich. Y en este tweet, en vez de aferrarse a la postura "nominalista" se desvío hacia el anti-nominalismo con el número de 15.000 desaparecidos. Ella rechaza la cifra de 30 mil pero sostiene que las estimaciones van a los 15 mil:


(no dice en qué se basa, pero probablemente esté tomando como fuente el Documento Final y sus 15 mil combatientes)


Volviendo con Ceferino Reato, no se crean que este tipo no conoce el informe de Arancibia Clavel. Por supuesto que lo conoce, pero prefiere descartarlo diciendo que son números al voleo:


Desconozco qué entiende Reato por "números al voleo, sin ningún detalle, sin ninguna precisión". Supongo que lo dirá porque no están los nombres, o porque es una cifra redondeada; con la misma lógica deberían rechazarse los reportes de situación operativa de las Einsatzgruppen por ser números "al voleo", porque contienen algunos redondeos "sin ningún detalle ni precisión". Al margen de ello, no parece que Reato le tenga reparo a las cifras al voleo en el momento de estimar exageradamente la capacidad de la guerrilla

Ahora, algo que puede sonar un poco chocante pero es la verdad: la discusión sobre los desaparecidos faltantes es meramente humanitaria, pero carece de trascendencia para el análisis de la represión. En consideración que no conocemos los nombres de los secuestrados que faltan para el cupo de los 20 mil (ya que el Estado tiene la mitad con nombre y apellido), no podemos conocer qué pensaban y cómo actuaron esos secuestrados. Volviendo al ejemplo ultra-citado en este blog del diario de Vilas, el represor dice que pasaron unas 1.507 personas por el centro clandestino de Famaillá, pero el Estado tiene menos de 800 sobrevivientes y muertos registrados..... o sea, los restantes 700, al no saber quiénes son, tampoco sabemos por qué fueron capturados. Analíticamente, no podemos insertar esos 700 "NN" en la narrativa "tradicional" que delinea a las desapariciones como producto de la oposición al modelo económico-social que deseaban instalar las fuerzas armadas. Se podrá "intuir" por factores omisivos, el por qué resultaron víctimas. Pero toda la narrativa que conocemos sobre los motivos de las FF.AA. para reprimir, se asientan en los 9 mil desaparecidos registrados y en los factores omisivos, no en los 20 mil reales. Por ello, discutir sobre 20 mil desaparecidos es una tarea meramente de humanitarismo, para no olvidarnos de ellos como humano abstracto, como humano promedio, como ser sintiente promedio. No sirve para impregnarlos de un imaginario militante como el resto de las víctimas registradas. De hecho, de las 10 mil víctimas sin nombres restantes, ni siquiera sabemos si hay embarazos como para preocuparnos por las apropiaciones


Y para desterrar por siempre esa pavada que el genocidio se considere tal por el número de muertos, no les voy a mandar a leer tratados internacionales (que deberían), sino a darles un ejemplo muy ilustrativo: el genocidio de Srebrenica enmarcado en el conflicto de Serbia VS Bosnia, en donde los serbios asesinaron a +8.000 hombres bosnios detenidos y desarmados en un acto de limpieza étnica/religiosa. Los genocidas serbios fueron condenados por Genocidio a pesar que la matanza no llegó siquiera 10.000 muertos. Algunos negacionistas argentinos, un poquito más avispados, se dieron cuenta del ejemplo de Bosnia y cambiaron a la idea que el genocidio requiere de un porcentaje poblacional diezmado (cosa también falsa). Pero la masacre de Srebrenica desmiente la tontera que dijo Meijide

Sobre el genocidio de Srebrenica (aviso que las imágenes del asedio a la ciudad son fuertes):







-La guerra de Malvinas ¿Realmente perdimos por debilidad frente a un enemigo superior??

Los apologistas no se atreven a decir eso, pero SI han escrito artículos donde insinúan que existe una suerte de "relato" sobre Malvinas. Como el caso de Nicolás Márquez con el siguiente enlace: 

https://prensarepublicana.com/la-otra-parte-de-la-verdad-sobre-malvinas-por-nicolas-marquez-2/ 

Victoria Villarruel pide que terminemos de llamar "pobres pibes" a los que combatieron, o que no despreciemos a las fuerzas armadas

https://twitter.com/VickyVillarruel/status/1246837187246796800 


¿Por qué fuimos derrotados en Malvinas? Aunque la preparación militar de los conscriptos que fueron a combatir no haya sido la mejor del mundo (sin negar su coraje), y aunque no siempre estuviesen provistos del mejor material armamentístico, dichas características NO son suficientes para explicar el fracaso de Malvinas

Contrariamente a lo que se cree, Argentina tenía muchas posibilidades de haber ganado la guerra. No porque fuésemos más inteligentes que los ingleses, sino por algo tan sencillo como la ubicación geográfica: estamos más cerca de las islas que Inglaterra, lo que repercutía en una pesadilla logística para los ingleses. Ningún analista internacional podía seriamente decir en aquellos momentos que Inglaterra tenía chances de recuperar las islas. El trabajo que debían hacer los soldados de Thatcher era titánico: un ejemplo es el complicadísimo abastecimiento de combustible para los aviones que viajaban miles de kilómetros hasta las islas Malvinas. Todo eso no lo sufría Argentina por su cercanía. Estaba excesivamente cómoda y con un tiempo y clima suficientes para preparar una excelente defensa..... que nunca se hizo porque fueron unos imbéciles los militares argentinos

Si: la Argentina tenía muchísimas chances de vencer a los ingleses. Y si no fuese así, tenía muchísimas chances de ofrecer un rendimiento que les hiciera padecer a los soldados de Thatcher. Esto con independencia de si después EE. UU. se metía en la guerra o no, que en los hechos concretos nunca se metió en el conflicto directamente

Asi que, es falsa la imagen de una Argentina débil per se, formada quizás por esa ilusión de ser un país tecnológicamente atrasado frente a un país europeo.... pero que no tenía mucha relevancia en este conflicto por la logística que los ingleses debían desarrollar. Además, tampoco el país argentino estaba tan atrasado con la tecnología militar a comparación con el bando enemigo

.....Pero todavía con las chances de presentar un buen enfrentamiento encarnizado, la guerra de Malvinas terminó siendo un rotundo fracaso en cada uno de los aspectos, con un desempeño muy mediocre y sin persistencia ¿Qué ocurrió? Sintéticamente: la incompetencia, cobardía y corrupción de los altos mandos militares. Para dar un ejemplo escandaloso: la Armada no le disputó nunca el dominio del mar a los ingleses, nunca se enfrentó a ellos ¿Para qué van a la guerra si no querían combatir? La Armada argentina sirvió en Malvinas únicamente para mantener sus barquitos guardados. Inadmisible pasividad en momentos donde los ingleses desembarcaban, es decir cuando el bando enemigo inglés se encontraba en su mayor estado de vulnerabilidad. Y así se cuentan otras situaciones insólitas de cobardía de los altos mandos argentinos, donde la parte más visible y trágica fue la pobre alimentación que recibieron los heroicos conscriptos, y que no se debía a escasez real de comida sino a la irresponsabilidad de proveerlas de personas como Mario Menéndez (uno de los represores del Operativo Independencia, que se mostró muy "eficaz" en reprimir tucumanos pero en Malvinas fue un estúpido para dirigir la guerra)

Para ello, recomiendo al lector la lectura de los fundamentos vertidos en el libro "El Drama de la Autonomía Militar", cuyos argumentos descansan en elementos técnicos y también en el informe Rattenbach (unas de las fuentes militares acerca de Malvinas). El enlace:

https://es.scribd.com/document/334517763/El-Drama-de-La-Autonomia-Militar-Prudencio-Garcia-Martinez-de-Murguia  

Dice el coronel español Prudencio García sobre el caso Malvinas en su libro, algunos extractos:

Así, se planeó y ejecutó la ocupación militar de las Malvinas, efectuada con éxito el 2 de abril de 1982. Las fuerzas ocupantes, apoyadas en el factor sorpresa y en la drástica superioridad de efectivos, se impusieron sin dificultad a la mínima y desprevenida guarnición británica, apenas dos centenares de hombres -de los que sólo setenta eran soldados, y el resto una especie de guardia cívica-, que se vieron sorprendidos en la más total imprevisión.

Fue curioso ver -también en España- cómo los analistas y teóricos expertos publicaban por aquellas fechas casi unánimes comentarios en los que afirmaban, explicaban, razonaban por activa y por pasiva la imposibilidad de recuperación de las islas por parte británica, una vez ocupadas ya por las fuerzas terrestres, aéreas y navales argentinas. La Logística -decían- era el factor supremo, insalvable, que hacía imposible tal recuperación. Un archipiélago situado sólo a unos cientos de kilómetros de los puertos y aeródromos argentinos, y a 13.000 kilómetros de las bases británicas -explicaban- facilitaba en grado sumo todo tipo de operaciones ofensivas y defensivas desde la próxima costa continental, y aseguraba, además, un abastecimiento regular. Todo lo cual, por el contrario, resultaba inviable para los ingleses, con sus bases de partida en el otro extremo del mundo; hasta el punto de que tal lejanía -al alargar de forma tan desmesurada sus canales logísticos- resultaba prácticamente prohibitiva para tal operación.

Por otra parte -añadían, rematando su impecable argumento-, cada día que pasaba desde la ocupación sería aprovechado a fondo por los argentinos para reforzar al máximo su posición defensiva. Por último -apuntillaban sabiamente-, cada semana transcurrida a medida que avanzaban los meses de abril y mayo suponía un progresivo acercamiento al duro invierno austral, cuya climatología -tremendamente dura en aquellas islas- resultaría cada vez más adversa para cualquier tipo de operación terrestre y aeronaval; factor que había sido muy tenido en cuenta por el mando argentino al elegir la fecha de su intervención

[...]

Tres meses y medio después, el 14 de junio, tras una eficaz operación de tenaza sobre las colinas que dominan la pequeña capital del archipiélago -operación en la que intervinieron unos 4.000 combatientes británicos, principalmente «marines» y paracaidistas-, se produjo el desenlace final. En plena tormenta de nieve, el general Moore se dirigió en helicóptero al cuartel general adversario para formalizar la rendición argentina

Uno de nuestros recuerdos más persistentes de las ya lejanas lecciones aprendidas en la Academia Militar General es precisamente esta regla básica: toda operación de desembarco cuya finalidad no sea el simple golpe de mano, sino la ocupación permanente del territorio, requiere un despliegue de fuerzas invasoras muy superiores a las que defienden dicho territorio a ocupar. La tremenda desventaja física, táctica y logística de quienes ponen pie en las playas o caen en paracaídas sobre tierra enemiga, sin resguardo ninguno, con sus tremendas dificultades de abastecimiento y subsistencia, frente a la considerable ventaja que otorga la instalación previa en tierra firme, con mayor o menor grado de fortificación, acumulación previa de recursos de toda índole, emplazamiento de armas en los lugares estratégicos y demás ventajas inherentes a dicha situación defensiva, obligan a las fuerzas invasoras a acumular una fuerte desproporción de efectivos a su favor. Sólo así existe una razonable posibilidad de éxito en este arriesgadísimo tipo de operación

Pues bien; esa regla general iba a verse esta vez aparatosamente quebrantada por los hechos, al igual que todas aquellas previsiones de los «expertos» que -con sólidos argumentos logísticos y estratégicos- afirmaban la imposibilidad de un éxito británico, en el hipotético intento de recuperar las Islas Malvinas mediante una operación de desembarco convencional

Sí se cumplió, en cambio, otro principio básico de la táctica militar, aquel que establece que la victoria se alcanza logrando la superioridad en el momento y el lugar decisivos de la batalla, aunque en el resto de las zonas no exista tal superioridad. En este sentido, los británicos se las arreglaron para situar, frente a cada posición defensiva o núcleo de resistencia encontrado en su avance por tierra, la fuerza suficiente para vencer tal resistencia y ocupar tal posición. Pero, incluso en este aspecto, hay que subrayar que la superioridad lograda en cada caso fue táctica y operativa, nunca numérica

¿Qué causas pueden aducirse para explicar este resultado? Caben varias, pero no todas de igual magnitud. Cabe aducir, por ejemplo, la superioridad tecnológica de las fuerzas inglesas en cuanto a armamento y material. Factor real, pero no tan contundente como para justificar esta derrota, pues los argentinos también contaron con medios técnicos y sistemas de armas de alta tecnología y modernidad: misiles antibuque como los mortíferos Exocet (franceses) y misiles antiaéreos como los Roland (también franceses), los Blowpipe y los Tigercat (ambos precisamente ingleses) y los SAM-7 (soviéticos), así como los misiles aire-aire Matra-530 (franceses) y los Sidewinter (norteamericanos). Armas ofensivas y defensivas cuya eficacia quedó sobradamente demostrada por el número no despreciable de buques, aviones y helicópteros perdidos por los británicos en el transcurso del conflicto

También cabe señalar el superior entrenamiento de las tropas inglesas, característica propia de un ejército con servicio militar voluntario y profesional, frente a unas tropas de reemplazo como las argentinas, procedentes de un servicio militar obligatorio y, como tal, de inferior duración, consistencia y preparación general. Factor igualmente cierto, pero de ninguna manera tan decisivo como para justificar una ineficacia de tal magnitud. Se puede admitir que un soldado profesional -voluntario por períodos de tres o cinco años prorrogables- pueda ser superior en un 25 o un 30 por ciento de su rendimiento operativo en relación a otro soldado de reclutamiento obligatorio, incluso decentemente entrenado; pero de ninguna manera superior en un 80 o un 100 por 100, pues ello supondría admitir que cada soldado de reclutamiento voluntario profesionalizado (modelo inglés) equivaliese en un rendimiento operativo nada menos que a dos soldados de reclutamiento obligatorio (modelo francés, soviético, argentino o español); equivalencia disparatada que nadie puede admitir, salvo que el entrenamiento de estos últimos sea nulo o que su moral de combate fuese una perfecta calamidad

Tampoco vale aducir la escasez de medios como justificación de la derrota argentina. No cabe lanzarse a una guerra, perderla rápidamente, e invocar a continuación la falta de medios para ganarla. Si la carencia de medios era realmente cierta, entonces la obligación del régimen militar argentino estaba muy clara a priori: no haber desencadenado jamás un conflicto en el que no podía vencer. Por el contrario, si el mando argentino se lanzó a aquella guerra porque contaba con los medios suficientes para ganarla, planteándola como un conflicto limitado a un área muy próxima a su territorio y muy alejada del territorio enemigo -sacando el máximo partido de tan enorme ventaja-, en tal caso, el mando militar argentino tenía la obligación de haber movilizado a fondo dichos medios, comprometiendo en las acciones el número suficiente de helicópteros y vehículos de campaña como para asegurar la necesaria movilidad táctica de sus tropas, aunque ello supusiera privar de tales medios a grandes áreas de su territorio continental. Pero en este terreno, como en otros, no existió el suficiente empeño y determinación, sino más bien una notable cortedad: el fallo no radicó tanto en una hipotética escasez de medios como en su corta y deficiente utilización

Hay quien ha señalado, concretamente, la escasez de helicópteros como causa de la insuficiente movilidad operativa de las fuerzas terrestres argentinas. Pero este argumento tampoco sirve como posible justificación. Aparte de los helicópteros Chinook CH-47, y de los Bell UH-1H, y de los Puma SA-330 y Augusta-109 realmente utilizados por los argentinos en el transcurso de la campaña, estaban todos aquellos que no fueron desplazados al área del conflicto. Entre ellos, sin ir más lejos, los helicópteros militares tantas veces empleados -desde diversos centros clandestinos de la zona de Buenos Aires y La Plata- para transportar en su día los cadáveres de tantas personas asesinadas y arrojadas al mar

Pero es que, además, ¿Acaso no estuvieron escasos de helicópteros los británicos desde el día 25 de mayo (quinto día de su intervención en tierra), fecha en que perdieron el «Atlantic Conveyor» con toda su carga de Wessex y Chinooks? Cuantiosa pérdida de material aeromóvil, que no les impidió seguir planeando y ejecutando sus operaciones basadas en el movimiento, supliendo la carencia de helicópteros para ciertos desplazamientos tácticos, unas veces mediante durísimas marchas nocturnas con enormes cargas individuales -como las efectuadas por el Comando 45 de los Royal Marines desde San Carlos hasta Douglas y por el 3.er Batallón Paracaidista hasta Teal Inlet- sobre terrenos impracticables y en pésimas condiciones climáticas, y otras veces efectuando arriesgadísimas maniobras de transporte marítimo de tropas a lo largo de la costa, afrontando la gran vulnerabilidad que implica todo desembarco, y pagando por ello un alto precio, como en la operación que condujo al desastre de Bluff Cove. Ninguna de estas carencias y contratiempos hizo que los británicos renunciasen a sus acciones basadas en el movimiento, gracias a las cuales mantuvieron en todo momento la iniciativa operacional

Así pues, tampoco resulta válido el argumento de la escasez de material aeromóvil como justificación de un despliegue defensivo tan rígido y falto de movilidad. Un despliegue tan estático, tan carente de capacidad de reacción que, salvó mínimas operaciones de infiltración de pequeños comandos tras las líneas inglesas, no estuvo a la altura requerida y nunca fue capaz de emprender la única operación resolutiva en aquella situación: un serio contraataque propiamente dicho, con la necesaria capacidad de movimiento y fuerza de choque para hacer retroceder al enemigo, forzándole a abandonar las posiciones y territorios ocupados con anterioridad

También se ha señalado por algunos el apoyo de los Estados Unidos a la parte británica como una de las principales causas del resultado de la contienda. Por nuestra parte, estamos entre los muchos que discrepan de tal apreciación. Sólo la búsqueda ansiosa de pretextos para justificar aquella derrota puede sobrevalorar de tal forma ese factor

Quienes subrayan la importancia del citado apoyo, lo sitúan fundamentalmente en el campo de la información militar [...] Respecto al desarrollo operativo del conflicto en sí, el supuesto apoyo informativo no puede en absoluto ser calificado de decisivo para el resultado final. Si se hubieran librado grandes batallas navales entre las dos flotas, en tal caso el apoyo norteamericano hubiera podido consistir en informar a los británicos de los movimientos de la flota argentina, captados a través de sus satélites espía. Esto sí hubiera podido significar un apoyo estratégico de valor. Pero no hubo tal, pues la situación no dio lugar a que tal tipo de apoyo resultase necesario. En efecto, desde que el submarino atómico «Conqueror» localizó, con sus medios electrónicos ultramodernos, al viejo destructor argentino «General Belgrano» -casi desprovisto de ellos- y lo echó a pique, en fecha tan temprana como el 2 de mayo -diecinueve días antes del desembarco británico-, a partir de tal fecha la flota argentina permaneció inmovilizada en sus puertos durante prácticamente todo el conflicto. Esa total inmovilidad hizo innecesaria cualquier información sobre unos movimientos estratégicos que, por la parte naval argentina, no se llegaron a producir

En cuanto a los combates terrestres, éstos se libraron en un escenario tan reducido, por la pequeñez de la Isla Soledad -única en la que se combatió- que fue la propia observación sobre el terreno, protagonizada por patrullas especiales británicas, sistemáticamente infiltradas tras las líneas argentinas, el factor decisivo en cuanto a información táctica para las operaciones terrestres. Dichas patrullas, especialmente preparadas para esta misión y dotadas de avanzados equipos de visión nocturna, consiguieron cumplir con gran eficacia sus misiones de localización y evaluación de efectivos en cada posición del despliegue argentino. Igualmente, fueron varias las operaciones en las que oficiales infiltrados como observadores dirigieron por radio el tiro de artillería con extraordinaria precisión. Estos tipos de información y observación inmediata fueron los que resultaron decisivos en las operaciones terrestres que la parte británica desarrolló, sin depender de ninguna información de largo alcance vía satélite, procedente de terceros. Información que, por otra parte, hubiera tropezado con el grave obstáculo de las condiciones climáticas del invierno austral y sus difíciles condiciones de visibilidad

Así pues, el tratar de enfatizar a estas alturas el supuesto peso del apoyo norteamericano en materia de información militar puede tener todavía un efecto psicológico tranquilizador para quienes deseen paliar la derrota argentina, pero se corresponde muy poco con la realidad

A estas alturas, transcurridos ya suficientes años desde aquellos hechos, las publicaciones especializadas y los textos de análisis, comentario y valoración difundidos por organismos competentes, así como los trabajos publicados por diversos autores militares, nos permiten ya conocer con suficiente precisión lo que allí ocurrió. Y lo que allí sucedió puede resumirse en esta doble constatación: por una parte, la ardua acumulación de problemas técnicos y logísticos que los británicos, sobre la marcha, hubieron de afrontar y resolver, como consecuencia de la desmesurada lejanía del escenario bélico; problemas que, aunque con grandes dificultades, fueron resueltos con notable eficacia y profesionalidad. Y paralelamente, por parte argentina -pese a su evidente superioridad numérica en fuerzas de tierra-, la sorprendente deficiencia de sus mandos para resolver los problemas de aprovisionamiento general, desplazamiento de hombres y vehículos, víveres, combustible, munición y demás servicios; fruto, todo ello, de una grave falta de organización, de coordinación operativa, y, en definitiva, de capacidad profesional

Fue así, mediante estos dos factores concurrentes como pudo incumplirse tan ostensiblemente el principio doctrinal antes citado: fue así como, sin contar nunca con superioridad de efectivos terrestres, los ingleses pudieron desembarcar en la bahía de San Carlos; consolidar y ampliar su cabeza de playa sin sufrir ningún verdadero contraataque; conquistar el aeropuerto de Goose Green y sus posiciones circundantes; atravesar la tierra en durísimas caminatas, con grandes cargas individuales y en infernales condiciones climáticas, la inhóspita isla de Soledad; conquistar una tras otra -a veces a punta de bayoneta- las colinas circundantes a Puerto Argentino, y lograr la rendición del grueso de la guarnición argentina, desplegada en tomo a dicha capital, derrotando y aprisionando -en todo el archipiélago- a unas fuerzas terrestres de muy superior magnitud


Un ejemplo concreto de cobardía e inoperancia: la Marina, que se ausentó en casi todo el conflicto

En la tarde de aquel 2 de mayo, el viejo crucero «General Belgrano», pese a ir escoltado por los destructores «Piedra Buena» e «Hipólito Bouchard» -y a pesar de que navegaba fuera de la «zona de exclusión» fijada por los británicos y alejándose de ella- resultó hundido por el impacto sucesivo de dos torpedos, disparados con tres minutos de intervalo por el submarino británico «Conqueror». A partir de aquel momento, la flota argentina renunció a toda operación bélica propiamente dicha, limitándose a permanecer en puerto o a ejercer misiones secundarias de salvamento nacional

Así ocurrió al día siguiente, 3 de mayo, en cuya fecha un par de patrulleros, el «Alférez Sobral» y el «Comodoro Somellera», recorrían una determinada zona -en busca de posibles supervivientes de los aviones argentinos derribados en los combates aéreos librados la víspera- cuando fueron sorprendidos por un helicóptero «Lynx» perteneciente a la dotación del destructor «Coventry». Los potentes misiles antibuque «Sea Skua» disparados por el helicóptero -misiles todavía en fase experimental y de evaluación, jamás empleados hasta aquel momento en acción bélica real- demostraron una contundente efectividad, hundiendo de inmediato al «Comodoro Somellera» y dejando inservible al «Alférez Sobral». Este segundo revés, en sólo dos días consecutivos, acabó de decidir la práctica desaparición de la flota argentina, que, recluida desde entonces en sus puertos, prácticamente no se dejó ver, ni siquiera en los momentos culminantes del desembarco inglés, ni en los numerosos combates aeronavales que después se produjeron hasta que la campaña llegó a su fin

Teniendo en cuenta que -aparte del crucero citado- la Armada argentina contaba con buques tales como el portaaviones «25 de Mayo», 9 destructores, 3 corbetas, 4 submarinos convencionales, y otras 24 unidades entre dragaminas, patrulleros, transportes y otras diversas, su rápida inhibición y casi completa reclusión resulta, desde cualquier punto de vista, extremadamente difícil de explicar, y más aún de justificar desde una perspectiva militar.

Hasta tal punto llegó la inhibición naval argentina -baste este simple dato- que la operación crucial de la campaña, el desembarco británico, se vio considerablemente facilitado por un hecho sorprendente: el estrecho de San Carlos, paso obligado hacia la bahía del mismo nombre -punto óptimo para cualquier intento de desembarco-, ni siquiera había sido minado en su entrada norte, lo que permitió la cómoda penetración sin obstáculo alguno de la flota británica por dicho extremo septentrional. Operación que quizá no se hubiera visto impedida, pero sí gravemente dificultada, si la flota argentina hubiese sembrado de minas dicho acceso marítimo, cuyo valor estratégico -evidente a priori- el desembarco inglés se encargó de ratificar


Eso si: esta verdad de "pudimos haber ganado la guerra" no beneficia para nada a los apologistas del proceso militar, sino que los perjudica mucho más. Porque echa luz a la incompetencia absoluta de las juntas militares, incapaces de ofrecer un rendimiento decente a una guerra cuya balanza giraba a nuestro favor. A diferencia de la "guerra antisubversiva", los hechos de Malvinas SI se enmarcaron como una guerra de verdad.... y perdieron como los inútiles que siempre fueron las juntas. Varios oficiales superiores que actuaron en Malvinas venían fogueados de las atrocidades de la represión ilegal, como el caso Astiz quien se rindió en las islas sin disparar un solo tiro; síntoma de la cobardía de un hombre que entendía que "guerra" es la tortura y asesinato de viejas inermes como las monjas francesas o jovencitas como la argentina de ascendencia sueca Dagmar Hagelin. Claro, cuando les tocó una guerra de verdad..... era obvio el resultado que les tocaría 

Creo que a Victoria Villarruel le conviene mucho más el relato de los "pobres pibes" antes que la durísima realidad que sus amados represores, además de represores fueron unos inútiles y cobardes

En realidad, lo que yo creo personalmente, es que Villarruel al intentar levantar la moral de los conscriptos caídos, tomándolos como Rambos y no como "pobres pibes", lo que desea también es levantar el prestigio de los oficiales de la guerra de Malvinas. Algunos de ellos, partícipes de las torturas que desplegaron a sus subordinados




Fotografía de un soldado de Malvinas estaqueado (mecanismo de tortura consistente en inmovilizar a una persona para que sufra las duras condiciones climáticas, además de dejarlo expuesto al hambreo y maltrato)


Ejemplo de Documento militar sobre denuncia de maltratos en la contienda de Malvinas



A ver, que no se malentienda: los conscriptos muertos en Malvinas son héroes y "pobres pibes" si quieren, las dos cosas no son excluyentes. Lo mismo, en menor medida, para los suboficiales. Pero no se puede decir eso de todos los oficiales y demás grados superiores que actuaron en la guerra 


-Los enterrados NN: es una mentira como la copa de un pino, pero tiene su pelín de verdad en algunos casos

La mentiritas de Victoria Villarruel y el otro estafador crónico de Nicolás Márquez, quieren instalar la idea que hubo "terroristas" muertos en enfrentamiento y que el ejército los enterró como NN porque no conocían ni sus nombres, ni tampoco lo podían detectar con huellas dactilares porque los extremistas se las borraban. El mitómano de Márquez añade su variante que tampoco se pudieron entregar los bebés nacidos a sus familiares por desconocer la identidad del terrorista

En este enlace, Villarruel dando cátedra de estas mentiras (minuto 34:30):

https://www.youtube.com/watch?v=rOP2LSuHvLo 

En este otro enlace, el forro de Márquez dando cátedras de las suyas: 

https://prensarepublicana.com/ni-chicha-ni-mariani-la-mentira-del-plan-de-robo-de-menores/ 

Y curiosamente, no es totalmente mentira. Hay al menos un fundamento sólido para asegurar que los militares no conocían siempre todas las identidades de los prisioneros o los muertos en enfrentamiento. El espía chileno Arancibia Clavel, en uno de sus informes enviados a la DINA, escribía lo siguiente: 
Estas listas corresponden al Anexo N° 74.888.75/ A 1.E.A. y al Anexo 74.889/75 A 1.E.A. Los que aparecen NN son aquellos cuerpos imposible de identificar, casi en un 100% corresponden a elementos extremistas eliminados "por izquierda", por las fuerzas de seguridad. Se tienen computados 22.000 entre muertos y desaparecidos, desde 1975 a la fecha. En los próximos envíos seguiré ampliando las listas
A un lado la cifra de desaparecidos y el valor de este documento (que lo explico en el apartado que corresponde), el agente Clavel escribe "Los que aparecen NN son aquellos cuerpos imposibles de identificar". Esto significa que SI hay cuerpos, muertos, desaparecidos que las fuerzas armadas no pudieron (o no se molestaron demasiado en) identificar

Hay otro elemento: en 1980 la CADHU escribe el informe de La Perla, denunciando las tareas que se realizaban en ese centro clandestino 

http://www.ruinasdigitales.com/revistas/ddhh/1980%20-%20Informe%20del%20Campo%20de%20Concentracion%20y%20Extermino%20La%20Perla.pdf 

Para ello se utilizaba necesariamente el material testimonial de los sobrevivientes que pudieron fugarse a Europa. En la página 36 de ese informe, se narra la siguiente tragedia:
El 22 o 23 de diciembre [de 1976] ocurrió un hecho escalofriante. Una muchacha de 22 años fue secuestrada durante un operativo de control en la estación de ferrocarril. Ella no era el objetivo, sino su esposo, un militante del PRT del cuál sólo conocían su apodo, "Lole". Ni siquiera el nombre
Fue secuestrada a las 6 de la tarde. Inmediatamente la llevaron a la sala de torturas y la sometieron a tormento. No lograron sacarla de su silencio. No dijo ni su nombre, porque conceder eso hubiera dado alguna pista para que localizaran a su esposo
Fue torturada varias horas ininterrumpidamente. Se turnaban para aplicarle la picana. Otra prisionera fue llevada varias veces ante ella, intentando utilizarla para que convenciera a la víctima de que delatara a su marido. Esa prisionera casi se desmaya al ver a la mujer de "Lole". Estaba casi sin conocimiento, deliraba, tenía el cuerpo completamente ensangrentado. Y la seguían torturando y gritándole, para romper su silencio. Estaban enfurecidos por su resistencia, pero también porque "se estaba haciendo tarde para la cena...". A las 10 de la noche, aproximadamente, dejaron de torturarla. Estaba moribunda, pero la abandonaron atada al elástico de la cama sobre el cual la flagelaban, apurados como estaban por "la cena"
Era la comida que se realizaba en el Destacamento, con asistencia de oficiales, suboficiales y civiles adscriptos, para "celebrar" la víspera de Navidad. Esa noche, mientras ellos brindaban, esta joven se moría, desangrándose, en su inmensa soledad, en un cuarto oscuro, desnuda, lleno su cuerpo de llagas, atada de pies y manos
Al día siguiente una prisionera que fue enviada allí a realizar la limpieza la encontró muerta, el cuerpo cubierto de moscas
Fue tal su entereza que le arrebató a sus torturadores hasta su nombre: debieron registrarla con su número de orden y un lacónico "N.N." (nombre desconocido)

Esta chica torturada hasta la muerte es Herminia Falik de Vergara:

https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-261944-2014-12-14.html 

Aunque es posible que haya algunos detalles equivocados de la CADHU (producto de la información incompleta de la que disponían en ese momento), no es impensable esta hipótesis: la de torturadores que no supieran el nombre de algunos de sus víctimas, y fuesen enterradas o anotadas en las listas como NN


Salvando esto, el resto es bolazo mal cocinado del apologismo. Hay pruebas de la existencia de listas de prisioneros, hay pruebas que demuestran que los militares conocían las familias de los bebés robados (por ej. Cecilia Viñas o Estela de Carlotto), hay ordenes de detención con los nombres reales de sus víctimas (ej: La Noche de los Lápices), hay pruebas de secuestros en el hogar delante de sus familiares. Asi que es sobradamente FALSO que los militares no supieran casi nada de la identidad los detenidos. Es que de hecho, los apologistas apenas se animan a esgrimir estos argumentos de modo suave, para justificar algunas desapariciones nomás aunque se contradigan con la idea de que "muchos" se cambiaban los nombres o se limaban los dedos. En estos tiempos todavía no pueden exponer el argumento del desconocimiento del cadáver a full

Ni siquiera Videla en el libro de Reato "Disposición Final" dice que se desapareció por este tema en particular de la falta de individualización del cadáver



Documento hallado de la policía de Tucumán sobre operativos de secuestros pendientes de ejecución. Lo notable es que los policías ya conocían, en su mayoría, el nombre legal de la pesona a secuestrar. Pag. 21:



Por cierto, que esta imaginería del desconocimiento contrasta con la teoría que "la mayoría de los 8 mil desaparecidos registrados son todos terroristas". Si se supone que los militares desconocen la identidad de estas personas ¿Por qué se molestan en reconocer los 8 mil desaparecidos registrados como víctimas suyas?

También los apologistas más desquiciados usan este argumento como un modo de justificar que los militares no hayan entregado los cuerpos a sus familiares.... pero incluso de ser verdad la tesis de los NN, eso solo justificaría a los muertos enterrados como NN. Pero ¿Qué se puede decir de los arrojados al mar?? ¿Acaso no lo podían enterrar como NN si supuestamente era un guerrillero abatido?? Pequeño detalle que desmorona el chupamedismo hacia los militares


Minuto 32:10, el represor Ramón Genaro Díaz Bessone da su explicación sobre los NN

Comentarios

Entradas populares