¿Por qué sería idealmente difícil levantar un "Parque de la Memoria" para las víctimas de la guerrilla?


La pregunta "¿Por qué no se recuerda a las víctimas de las organizaciones armadas en una suerte de Parque de la Memoria?" es un planteamiento muy legítimo que no pocos se cuestionaron. Con independencia de la indemnización, que corresponde al ámbito más estrictamente judicial, vamos a intentar dar una respuesta. Aclaramos que la respuesta a desarrollar a continuación no tiene que ver con la pregunta del por qué un determinado gobierno no quiso o no quiere un parque de ese estilo, sino con lo que idealmente significaría un monumento de víctimas de la guerrilla. Es una opinión personal mía que no refleja lo que opine ningún organismo de DD. HH ni tampoco mi preocupación por los "parques de memoria": personalmente no visité el Parque de la Memoria de los desaparecidos porque no me interesa visitar una piedra con nombres. Esto tiene que ver con cuestiones de ética ideal y de utilitarismo estatal al momento de homenajear a alguien, que explico a continuación. Vamos a demostrar que Argentina no es ni mucho menos el único país donde hay "inocentes" que son deliberadamente olvidados para rememorar a "culpables": también Francia, Italia, Alemania entre otros países cometen estos "olvidos"; y esa política responde a móviles mucho más dolorosos que la burda simplificación de apologistas como Ceferino Reato o Victoria Villarruel con el caso argentino



Una de las contradicciones que se detallará más adelante, es que los apologistas quieren rememorar a las víctimas de la guerrilla pero no han explicitado cómo se las clasificaría. Pareciera ser que para el grupo AFAVITA o para Victoria Villarruel, todas las víctimas de la guerrilla deben ser rememoradas de igual manera, lo que constituye un sinsentido. Así, el policía Cesáreo Cardozo (izquierda), quien era un represor al mando de la Policía Federal (organismo que secuestraba y tenía centros clandestinos a su cargo), se igualaría a la inocente Paula Lambruschini (medio), que no era represora ni tenía centros de detención ilegales. A su vez, la muerte de Lambruschini, que no fue intencional, se igualaría a la muerte del cónsul John Patrick Egan (derecha), que fue un inocente asesinado intencionalmente por los guerrilleros




Victoria Villarruel en su Twitter reivindica al Capitán Juan Carlos Leonetti, un oficial del Ejército que participó de la captura de Santucho y murió en un tiroteo con el líder del ERP. Lo que Victoria Villarruel no te dice.... es que Leonetti era un represor que, con el objetivo desesperado de ubicar a Santucho, no le importaba nada al punto de detener erróneamente a una chica que él confundió con la novia de Santucho, golpearla y romperle la casa, además de maltratar y golpear a sus familiares, para después secuestrarlos y derivarlos en un centro clandestino, donde a ella la torturaron con picana eléctrica y la liberaron a los pocos días (al entender que se había equivocado de mujer) 

Leonetti se confundió una chica ajena, con la novia de Santucho ¿Y entonces? ¿Villarruel reivindica a un represor que además es un inútil? A esta clase de gentuza reivindica Victoria Villarruel ¿Vieron que no es tan fácil la reivindicación absoluta, monolítica de todas las víctimas de la guerrilla? En este posteo tocaremos los diferentes matices


Testimonio de la CONADEP sobre la chica a la que el represor Leonetti confundió con la pareja de Santucho:




Jorge Rafael Videla sufrió 3 intentos serios de asesinato durante los años 70: el primero de ellos, una bomba colocada en un auto por Montoneros el 15 de marzo de 1976. El segundo, una bomba colocada también por Montoneros el 2 de octubre de 1976 en una tarima de Campo de Mayo. El tercero, una bomba del ERP en febrero de 1977 debajo de la pista de un avión. El primer atentado, de marzo del 76, le costó la vida a un camionero que pasaba casualmente por el lugar y murió por el estallido del explosivo, sin lograr su objetivo de matar a Videla ¿Cómo homenajeamos a una víctima inocente que murió en un atentado contra un represor? ¿Lo hacemos demonizando la legitimidad del atentado? ¿Lo hacemos elogiando el atentado pero lamentando y reprochando el saldo de inocentes muertos?


-Por empezar, algo que es obvio: los gobiernos no van a hacer conmemoraciones a todo el mundo. Hay cientos de desdichados que diariamente mueren por causas injustas y no reciben homenajes estatales ni nada parecido, pues depende de criterios sociales, éticos y/o históricos. Ejemplo: el Estado podría eventualmente promover una campaña en contra de la conducción automovilística irresponsable y, en ese sentido, se proceda a pintar las calles con los nombres de las víctimas fallecidas por culpa de conductores irresponsables. Eso por dar un ejemplo de conmemoración estatal a un grupo de personas X. Pero no todo el mundo recibe homenajes

-La conmemoración a los desaparecidos, individual o colectivamente, obedece principalmente a la rememoración de un capítulo histórico que al Estado le interesa recordar, que es la dictadura militar de 1976 o, más abarcativo, la represión estatal de los años 70. El gobierno no está discriminando la importancia de la vida de un desaparecido con la vida de cualquier otra persona muerta por causa injusta, sea un accidente de auto o el asesinato del panadero de la esquina por un ladrón. Si el Estado recuerda la dictadura, lo hace por criterios relacionados con valores supuestamente éticos y utilitarios comunitarios superiores, como la necesidad de no repetir la represión estatal, ni la intervención abrupta de los militares para resolver los conflictos sociales internos (armados o no), etc. Es, inevitablemente, un recuerdo de connotaciones negativas hacia el gobierno militar

-Cuando se pide por la rememoración a las víctimas de la guerrilla, habría que discutir cuál es el capítulo histórico que se desea ilustrar ¿La existencia de la guerrilla? Pero esto deriva en un problema ¿Con qué connotaciones se la va a recordar? Si se imprime en las paredes a "las víctimas de la guerrilla", es obvio que se desea recordar negativamente a la guerrilla. Ahora, los ex-guerrilleros o interesados legítimos por la guerrilla, podrían oponer su propia connotación basado en el contexto emergente de época: una democracia frágil entre 1973 a 1976 que vuelve hipócrita la connotación negativa de una porción importante de esas organizaciones armadas. Verdad que hay muchas excepciones: el asesinato de un intelectual de derecha, el secuestro de un empresario para pedir solamente dinero, no son muy excusables con la idea antedicha. Pero en otros casos se torna espinoso; daremos un puñadito de ejemplos:


1-Alguien desea rememorar al Capitán Viola como víctima del ERP. Pero si rememoramos al Capitán Viola, un ex-guerrillero o interesado también puede pedir que se rememore a la institución a la que pertenecía el Capitán Viola, que es el Destacamento de Inteligencia 142, un organismo encargado de torturar y atentar, una suerte de Triple A tucumana (que tuvo un rol central en los interrogatorios en el centro clandestino de Famaillá). Es evidente entonces que la supuesta connotación negativa que se pretende imponer al ERP quedaría desdibujada por el "equilibrio" de la pertenencia de la víctima como miembro activo de un organismo torturador. El asesinato de Viola respondió a esas motivaciones para el grupo guerrillero ¿Se puede resolver de algún modo? Si se lo rememorara al Capitán Viola como una víctima de la justicia por mano propia (suponiendo que no fuese un estado de necesidad), sería un homenaje válido. Pero el grupo de la memoria completa no quiere recordar a esta clase de víctimas como "víctimas de la justicia por mano propia" sino como "víctimas del terrorismo salvaje". Es obvio que no llegaría a ningún puerto la rememoración. A los apologistas no les gustaría que se diga que el Capitán Viola pertenecía a la "Triple A tucumana"

Incluso si se homenajea únicamente a la hija del Capitán Viola, que fue una criatura completamente inocente a los designios del infame Destacamento 142 y los absurdos o delirios del ERP, de todos modos habría que recordar el contexto del atentado: el ERP no deseaba asesinar a la chiquita sino a su padre, y otra vez vuelta a la mesa el Destacamento 142


Victoria Villarruel en el siguiente video, opina que las madres de plaza de Mayo "convalidan" el terrorismo al no indicar que sus hijos eran "terroristas" (14:55):


Más o menos, para que quede claro, lo que interpreto es que Villarruel exige que las madres de "terroristas" asuman y declaren, más allá de sus pedidos legítimos, que sus hijos eran unos sátrapas. Vamos a suponer que tenga razón.... ahora ¿No deberíamos aplicar la misma lógica para varias de las víctimas de la guerrilla? ¿O ahí Villarruel se olvida? Yo no veo que Villarruel exija a los familiares de Aramburu que digan que su pariente era un criminal, ni a la esposa del Capitán Viola que su marido integraba activamente un organismo represivo. Así como suena "comprensible" el pedido de Victoria Villarruel hacia las madres de los hijos combatientes desaparecidos por el Estado ¿No es comprensible lo que yo estoy pidiendo? ¿O ahí yo sería un insensible promotor del terrorismo subversivo? Si es por mí, yo no le pediría al hijo de Aramburu que diga nada, ni a la esposa de ningún militar ni nada. Pero bueno.... si seguimos la lógica de Victoria Villarruel, habría que sincerarnos de "ambos lados" ¿no?



Ex-líderes de Montoneros Vaca Narvaja y Perdía, junto con el hijo de Aramburu y otros, en este programa de Neustadt que cuestiona duramente el indulto hacia los guerrilleros



El ex-líder de Montoneros Mario Firmenich, y el hijo de Aramburu (cuyo padre fue asesinado por Firmenich) en este programa de Neustadt




La organización CELTYV pide justicia por el asesinato de Cesáreo Cardozo a manos de una montonera. Cardozo era jefe de la Policía Federal, organismo que colaboraba muy activamente en la represión insurgente e ideológica, al punto que tenía sus propios centros clandestinos como Superintendencia-Coordinación Federal, donde se torturaba desalmadamente a los infortunados detenidos. De modo muy hipócrita los apologistas acusan que los montoneros "terroristas" son tratados como jóvenes idealistas, pero ellos se "olvidan" de la historia completa cuando piden justicia por víctimas como este policía



2-Alguien pide rememorar a los policías que sufrieron con la bomba de Montoneros en julio de 1976 al comedor de Coordinación Federal. Un ex-montonero pediría que se rememore los motivos que esgrimió la organización para ello, como lo es la existencia del centro clandestino en Coordinación Federal o el hecho cierto que la bomba fue contra una institución de la Policía Federal, organismo que también reprimía ilegalmente. Con esto no estamos diciendo que los policías muertos hayan sido los torturadores del centro, pero incluso si fuesen inocentes de todo habría que recordarse el lugar donde Montoneros atentó. Es decir, una rememoración "completa" comprometería a dotar al visitante (del homenaje) el contexto real en el que se desenvolvió la acción. Nuevamente, al grupo de la memoria completa no creo que le guste esto, sino que desearía homenajes estériles carentes de contexto porque su objetivo de antemano es otro: no es recordar la historia sino demonizar a un segmento (la guerrilla)


Testimonio de Armando Luchina, colaborador del centro clandestino de detención ubicado en el piso superior del edificio de Coordinación Federal, donde Montoneros puso una bomba en julio de 1976 en la planta baja


A mi me gustaría poner un ejemplo hipotético de otro extremo ideológico para que se entienda hacia donde voy: vamos a suponer que estamos en el régimen de Maduro o el de Corea del Norte, donde hay un campo de concentración ilegal y un resistente a la tiranía pone una bomba, aún a riesgo de matar inocentes (por ejemplo el pobre cocinero del centro clandestino que no es culpable de nada) ¿Vamos a decir que el resistente es un terrorista? ¿Entonces la idea es quedarnos sentados tomando mate a sabiendas que existe un centro ilegal donde se tortura y mata gente?? Sin dudas, los que se queden tomando el té con medialunas tendrán la suerte de no ser tildados en el futuro como "terroristas" por un sector poblacional...... pero véase la injusta etiqueta de terrorismo en estos casos: una persona pone una bomba a una institución de un régimen tiránico (sea de ideología izquierdista o derechista), y nosotros bien podríamos criticar que esa bomba no sirve para un carajo, que no va a cambiar el orden establecido; pero en cambio decimos que es un terrorista. Algo absolutamente artificial, que en nada comprende los móviles de ese hecho

Esto no va en desmedro de las víctimas inocentes de ese atentado, ni de su posible rememoración. El problema es si se las conmemoraría como "víctimas que estaban trabajando en una institución represiva" o como "víctimas del terrorismo insensible". Si se recuerda el hecho como "atentado inútil contra una institución represiva que no sirvió para cambiar nada" o si lo recordamos como "atentado terrorista producto de salvajes criminales" 

(Aclaración: no se sabe exactamente si Montoneros conocía que allí funcionara un centro clandestino. Pero lo que SI sabían es que la Policía Federal como institución participaba activamente en la represión)

Después se podrá discutir legítimamente si esa bomba sirvió políticamente para algo, si logró amedrentar al gobierno represivo de turno (en el caso de Montoneros, la bomba no sirvió para nada: la dictadura continuó matando, los policías continuaron secuestrando). Pero creo que no puede omitirse el detalle que en ese lugar funcionaba un centro clandestino. Después cada quien tendrá su vara moral para juzgar éticamente el problema. Pero si vamos a jugar con el verso de la "memoria completa", entonces que sea completa en serio, con todos sus detalles



Juan Carlos Blanco, hijo de uno de los muertos por la bomba de Montoneros a Coordinación Federal. Con la foto de su padre, reclama Justicia/rememoración para su caso



Gacetilla de la revista "B1: Vitamina para la Memoria de la guerra de los 70" donde se quejan que ningún funcionario extranjero recuerda o "rememora" estos atentados como el de Montoneros a la Policía en julio del 76; del mismo modo que se recuerdan los desaparecidos. Pag. 8:




Aquí tiene algo de razón Villarruel, no se puede negar


Ceferino Reato no tiene dudas con esto: lo llama "atentado terrorista" a esta bomba, aún cuando él reconoce que en ese edificio funcionaba un centro clandestino y era una institución represiva


Lo denomina como un atentado de terrorismo, porque murieron personas poco importantes, que eran inocentes para él. Lo cual no tiene nada que ver con el concepto de terrorismo, porque no fue un ataque  en un lugar indiscriminado (Montoneros no puso la bomba en una verdulería, sino en una institución represiva). Más bien habría que criticar a Montoneros porque esa bomba no logró nada. Pero al margen de estos conflictos de interpretaciones, al menos Reato a diferencia de Villarruel o Márquez admite en este caso alguna mayor complejidad

Es más, he leído su libro "Masacre en el Comedor" y me sorprende que en varios tramos de ese libro, el autor se mantenga bastante equilibrado, escribiendo porciones de texto y algunas reflexiones que serían impensables escucharlas de su amiga Victoria Villarruel. Me sorprende porque no siempre concuerda lo que Reato escribió en su libro, de las manifestaciones que hace públicamente en los medios. Pero tengo que reconocer que Reato es el más "objetivo" de todo el espectro apologético

Quizás Coordinación Federal no tenga el nivel de infamia de otros centros clandestinos para que el lector promedio "comprenda" su alcance. Pero para que se dimensione bien lo que estoy diciendo, vamos a suponer que Montoneros no puso la bomba en ese lugar sino en la ESMA. Vamos a suponer que Montoneros colocó una bomba poderosa ahí y mató a la misma cantidad de gente, a la misma cantidad de civiles inocentes y de oficiales de bajo rango, etc. En ese contexto ¿Puede equipararse ese hipotético atentado a la ESMA como si se tratara de una bomba a cualquier otro lugar común y corriente? Me parece que no. Si me ponen una bomba en mi propia casa, yo no diría que eso es igual a poner una bomba en una institución represiva donde se tortura y mata (salvo que yo sea un represor). Entonces, no es todo lo mismo como a veces Reato insinúa

Esto es mucho más problemático si tenemos en mente que algunos argumentos utilitarios contra estos atentados son a posteriori, cuando los hechos futuros están antepuestos en el pasado. Como ejemplo, leamos el siguiente argumento que esgrimió la ex-diputada progresista Diana Maffia con respecto a la discusión sobre "matar al tirano":

Si hacemos historia contrafáctica, para mí la muerte de Videla no hubiera significado un cambio a favor de la democracia. Además integraba una tríada que se repartía responsabilidades y territorios de represión y de rapiña. Matar a Videla hubiera legitimado argumentos de orden moral a personas que no estaban muy convencidas de la dictadura. Para los convencidos, hubiera transformado a un asesino, un criminal, en un mártir. El regreso de la democracia se puede atribuir a la lucha social. Un atentado exitoso nos hubiera privado de ese triunfo simbólico


Este argumento contra un atentado a Videla, puede aplicarse a atentados como el de Coordinación Federal ¿Hasta qué punto estos hechos no se vuelven contraproducentes en la sociedad y aún en los objetivos de las guerrillas?

El argumento de esta diputada sobre el caso es, en mi opinión, muy sensato y pristino. Pero peca de ser a posteriori. La diputada hace alusión a un episodio (el regreso de la democracia de 1983), que para el momento de los atentados todavía no se vislumbraba más que como vaga esperanza. Es decir, al tiempo de los sucesos, Montoneros no sabía que en 1983 se recuperaría la democracia o dejaría de existir la Junta Militar. Decir que no había que atentar contra el tirano porque en un futuro no muy lejano vendría la democracia, puede sonar intuitivamente convincente pero lamentablemente no se condice siquiera con otras dictaduras en el mundo. Desde los dictadores árabes hasta el dictador nor-coreano, han estado decenas de años en el gobierno y al día de hoy no abandonan su poder de hierro ¿Valdría el argumento de "no atentemos contra el dictador árabe porque en poco tiempo vendrá la democracia o un gobierno mejor"? ¿Eso cómo podría saberse? ¿Y si el dictador no se retira en el corto plazo? ¿Y si se queda 50 años más en el gobierno? ¿Y si lo suceden sus parientes igual de tiranos? Entonces, volviendo al caso argentino ¿Qué debía hacerse en 1975 y 1976? ¿No resistir? ¿Quedarse quietos y esperar años y años? Las víctimas que estaban siendo torturadas en Famaillá o en la ESMA ¿Tendrían que conformarse con ese argumento?

Es cierto que el que puso la bomba se tuvo que manchar de sangre, incluso de sangre inocente. Pero hubo un objetivo claro de resistir la dictadura en un lugar no ajeno a la represión. No se quiso matar inocentes por la alegría de matar inocentes, sino de enfrentarse a la represión policial. Nosotros lectores, quienes no pusimos jamás una bomba, podemos estar contentos de no haber matado inocentes. De no haber hecho nada malo....

Pero no hacer nada malo es una cosa. No hacer nada contra el mal, es otra 

Alardear de no haber resistido al mal, no puede ser tomado como una virtud. Es por ello, que quienes hicieron algo para paliar la represión, debemos valorarlo en su justa medida, con sus errores y miserias sin dudas pero también con su actitud de, por lo menos, haber intentado hacer algo

Lo sorprendente es que al periodista Ceferino Reato no se le escapa esta lógica que indicamos, y en su libro "Masacre en el Comedor" no parece contradecirla. En todo caso, cuestiona otros detalles externos. En un párrafo de su libro, escribe Reato lo siguiente:

Cada tanto, algunos ex montoneros intentan parangonar el ataque a la policía con la llamada Operación Valquiria, la bomba con la cual el coronel alemán Klaus von Stauffenberg intentó matar a Adolf Hitler en su bunker en Polonia el 20 de julio de 1944. Tom Cruise protagonizó la película homónima, que reivindicaba a los autores del atentado fallido como paladines en la lucha por la democracia y los derechos humanos, pero las últimas investigaciones históricas revelaron que no eran nada democráticos ni cuestionaban el genocidio contra los judíos

Nótese que en la comparación, Reato no parece cuestionar la bomba hacia Hitler de 1944 (sin importar si esa bomba podía matar a algún civil como daño colateral). En todo caso Reato cuestiona que los que atentaron contra Hitler no eran precisamente antinazis consecuentes; pero el atentado no lo cuestiona. Si hacemos el trasvase a la bomba de Montoneros, pareciera que Reato no cuestiona la bomba, sino el hecho que la organización Montoneros no era muy democrática que digamos. Más adelante comentaremos un caso que quizás Reato no conocía, y es cuando a Hitler lo intentó matar un carpintero solitario en 1939, fallando su atentado y ocasionando la muerte de inocentes. A ver qué diría Reato en este caso

Pero por lo pronto, daría a entenderse que si la bomba la hubiese puesto Pepito, el almacenero de la esquina sin vínculo con Montoneros, a Reato no le hubiese molestado. Solo le molesta que fuese Montoneros quien la haya puesto. O sea que la crítica de Ceferino Reato no es moral sino política


Yo le preguntaría a aquellos familiares de las víctimas del atentado de Montoneros a Coordinación Federal, si ellos realmente quieren recordar la "historia completa". Ustedes imaginen que se escribe la siguiente placa: "el 2 de julio de 1976 Montoneros colocó una bomba en una institución de la Policía Federal, que en aquella época funcionaba activamente en la represión. Con la bomba, Montoneros mató a 23 personas" o esta otra placa "el 2 de julio de 1976, Montoneros colocó una bomba en un centro clandestino ubicado en Coordinación Federal, matando a 23 personas". Si yo fuese familiar de una de esas 23 víctimas, me molestaría esa hipotética placa, porque daría la sensación que se "degrada" mi pariente en la placa. Si mi pariente es inocente, no era represor ni nada; la placa no le hace justicia ¿Por qué se tiene que decir que en ese lugar funcionaba "una institución represiva"? Eso degrada a mi víctima; la gente va a prestarle más atención al hecho que hubo un centro clandestino, casi que se van a olvidar de mi pariente..... y quien te dice que incluso alguien lo pueda justificar diciendo "bueno, tenía sentido que pongan la bomba ahí aún con el lamentable saldo de inocentes". Una placa en ese camino para lo único que sirve es para degradar a las víctimas....... sin embargo, esa placa es la única que rememoraría la "historia completa". Puesto que una placa que solo hable de la bomba, o una que solo hable del centro clandestino, sería una placa sin "historia completa"

Claro que estoy teorizando yo solo. Quizás a otros familiares de esas víctimas de la bomba no les molestaría una placa que recuerde la "historia completa". Pero el problema que yo le veo, es que lamentablemente una rememoración completista no reivindicaría a las víctimas de esa bomba, sino que las degradaría. Por supuesto que no es culpa de las víctimas el haber trabajado en un lugar así. Pero tampoco es culpa de la izquierda que la "historia completa" no les favorezca a estas víctimas en el tono de su pretendida reivindicación

Ceferino Reato en su libro "Masacre en el Comedor" dice lo siguiente en el último capítulo como cierre:

En la llamada “batalla cultural”, el triunfo de los simpatizantes y presuntos sucesores de los revolucionarios setentistas resulta muy evidente. No es que en el frente de Moreno 1417 haya dos placas: una recordando a los muertos y heridos de la bomba en el comedor, y otra señalizando que allí funcionó un Centro Clandestino de Detención. Las dos cosas fueron ciertas; las dos placas deberían estar incrustadas en la pared

Que ahora -cuarenta y cinco años después de las muertes de "Esteban" [Rodolfo] Walsh y Pepe Salgado- veamos una sola placa indica quiénes terminaron ganando, al menos en ese plano. Pero, como canta el siempre vigente Litto Nebbia: “Si a la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia: la verdadera historia, quien quiera oír que oiga”

La verdadera historia de los 70 es la historia de todas sus víctimas

Tampoco necesitamos 2 placas para describir este suceso y su encuadramiento. Con una sola placa basta. Pero claro ¿Qué escribimos en esa placa? Ahí se hace más evidente el problema que enfrentan las víctimas de este atentado explosivo


Es ilustrativo de esta irresoluble contradicción, lo que le comenta al periodista Reato la señora Liliana Tejedo, hija de una de las víctimas de la bomba:

Creo que no soportaría que alguien me contestara, por ejemplo: ‘Los militares hicieron cosas horribles’. ¡Mi mamá no tenía nada que ver; era una pobre trabajadora, que cumplía tareas administrativas y ni siquiera portaba armas!


Así como están las cosas, es imposible resolver el caso de un modo satisfactorio para esa hija. Por un lado, su madre no tenía nada que ver; y probablemente si Montoneros hubiese conocido a esta víctima seguramente dirían lo mismo: es una víctima inocente. Pero por otro lado, ella trabajaba en un lugar terrible, que era un objetivo lícito para ser bombardeado. Seguramente trabajaba en ese lugar porque no le quedaba más remedio en un país con problemas de desempleo. Sea como fuere, estamos en el vacío para rememorar a su madre


Sobre este atentado volveremos a hablar más adelante, ya que tiene bastante "enjundia" para compararlo con otros sucesos acaecidos en otros lugares del mundo



Alberto Villar, policía asesinado por una bomba de Montoneros en 1974. La organización guerrillera colocó un explosivo en su lancha, muriendo el policía y su esposa (ella no era el objetivo de la guerrilla). Sin dudas este policía es una víctima de Montoneros.... pero también era el jefe virtual de la Triple A ¿Cómo se conmemoraría esta víctima? ¿Es una víctima de la justicia por mano propia? ¿Es víctima de terroristas sádicos? Y la esposa de Villar, que era inocente ¿Cómo la rememoramos? ¿Es víctima de Montoneros por la bomba? ¿Es víctima de su marido por el riesgo de sus actividades en la Triple A? ¿Víctima de ambos? Victoria Villarruel reclama Verdad, Justicia y Reparación por la muerte de estas personas, incluyendo al represor Villar: 




La "abogada honesta" arremete contra Myriam Bregman porque defiende a los asesinos de las víctimas del terrorismo que nuclea Villarruel. Con bastante hipocresía y cara de piedra, Villarruel se "olvida" que ella defiende a terroristas de derecha como Alberto Villar o torturadores como Hugo Tamagnini




Parte de guerra de Montoneros en el que asumen haber asesinado a un supuesto torturador



Es verdad que en una justicia ideal, a gente como Alberto Villar o Cesáreo Cardozo lo tendrían que haber sentado en el banquillo de un tribunal, juzgarlo con todas las garantías procesales y materiales, imponerle la sanción que le correspondiera, y cumplirla. Pues bien..... eso no sucedía en 1974, ni mucho menos en 1976 o 1978. Los militares no iban presos por sus delitos, ni la policía. Ni siquiera iban a disposición del PEN como ocurría con los guerrilleros o acusados de tales. Entonces el problema es ¿Qué hacer con estas personas que tienen el amparo del poder para nunca ir presos? ¿Nos quedamos sentados esperando que las cosas mejoren por arte de magia? ¿Hacemos resistencia pasiva? Es una opción, pero difícilmente hubiese conmovido a Villar o Cardozo esa clase de resistencia

Con Coordinación Federal ¿Cuál hubiese sido la justicia ideal? Pues que a los jefes de ese centro clandestino los juzgaran legalmente con todas las garantías, los sancionaran y cumplieran su pena. Después proceder a desmantelar la infraestructura represiva del edificio, liberar a los prisioneros, etc. Y decirles a los inocentes que trabajaban en ese lugar, que no se preocupen por nada porque ellos no hicieron nada, que sigan con su rutina laboral habitual

Pues bien.... eso no iba a suceder. En 1976 el edificio de Coordinación Federal funcionaba a pleno y los jueces se cagaban de risa si alguien denunciaba que en ese lugar se torturaba y mataba. No iban a juzgar a nadie ni desmantelar una pija. Entonces ¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos mirando el edificio a ver si la actividad cesa por gracia divina?

Entonces, si lo vemos en retrospectiva, la resistencia violenta tampoco funcionó, pero es entendible que se haya optado por esa alternativa contra estos personajes o estructuras (ojo! no confundir conque nosotros consideremos que todos los asesinatos de la guerrilla son comprensibles en este marco) 

No entender esta problemática significa que tampoco entenderíamos si el día de mañana un resistente le pone una bomba al dictador de Corea del Norte o a un campo de concentración a su nombre, y lo tratamos despectivamente como "terrorista" (incluso por ocasionar la muerte de inocentes en ese accionar). Sería curioso en este escenario escuchar la opinión de apologistas como Nicolás Márquez. Qué distinta serían esas opiniones si le pusieran una bomba al nor-coreano o a un izquierdista tirano

No necesitamos hipotetizar mucho. El pelotudo borracho de Nicolás Márquez escribió el sig. tweet: 


El tweet fue eliminado (desconozco si lo borró él mismo, o la página). Pero Márquez suele defender el bombardeo diciendo que el objetivo era matar al "tirano Juan Domingo Perón", y que los muertos civiles fueron daños colaterales producto de los cañones anti-aéreos defensivos. Vamos a darle momentáneamente la razón a Márquez en esto: si fuese así como dice él, significa que a Nicolás Márquez no le importa la muerte de civiles como daño colateral, mientras la intención sea la de eliminar al tirano. Entonces Nicolás Márquez es el menos indicado para despotricar contra las acciones de Montoneros que ocasionaron daños colaterales

Obviamente no hay que ser un genio para darse cuenta, y alguien en Twitter le señaló esta doble vara de Nicolás Márquez



Cuando le conviene a Nicolás Márquez, el atentado de Montoneros al represor Lambruschini (que culminó con la muerte no intencionada de la inocente hija) es un acto terrorista en vez de un acto de guerra (además que Márquez sugiere que los militares no tenían la suma de los poderes públicos!!!)

Como sea, en un mundo ideal construido por la mente de Nicolás Márquez, las muertes civiles del bombardeo de 1955 estarían "invisibilizadas" o serían tratadas como un asterisco trágico pero de un evento heroico mucho mayor y más destacado. Esto significa que la selectividad de víctimas es algo común en el memorialismo, tanto para un bando como para el opuesto. Para recordar algo, se tienen que olvidar otras cosas. Esto lo seguiremos viendo más tarde en otros países


3-Se quiere conmemorar el asesinato de Arturo Mor Roig, integrante del partido político UCR (Unión Cívica Radical). Fue un civil asesinado presumiblemente por un comando de Montoneros en 1974 ¿Qué tipo de placa conmemorativa le tendríamos que hacer? Por un lado, fue asesinado cobardemente por la guerrilla sin que representara un peligro actual, pues no ejercía ninguna función en el gobierno peronista. Pero por el otro lado, Mor Roig fue uno de los que tuvieron incidencia en la masacre de Trelew (en su calidad de Ministro de Lanusse); y su asesinato muy posiblemente se deba a esas motivaciones (puesto que el suceso de Trelew tenía un significado muy poderoso para la mística guerrillera). Entonces, así como algunos se pueden quejar legítimamente que Mor Roig carezca de monumentos sobre su muerte, también podemos decir que ninguna conmemoración a la masacre de Trelew enfatiza suficientemente la culpa de Mor Roig ¿Cómo lo solucionamos? Bien que podríamos construir una placa conmemorativa hacia este político asesinado, pero también los monumentos a Trelew tendrían que modificarse para ser más contundentes en la condena ética hacia Mor Roig, quien fue uno de los artífices de esa masacre. No creo que a los apologistas les convenga la solución más justa que proponemos


4- Se desea rememorar a los gendarmes muertos por la bomba que Montoneros puso en el avión de Tucumán en 1975. Habría que recordarles que la Gendarmería era custodia de los centros y puntos clandestinos de detención en la provincia. Asi que aplica los criterios del segundo ítem sobre la bomba a Coordinación. Claro, el apologismo se "olvida" de la Gendarmería como custodia de los centros clandestinos que ya existían desde 1975

De nuevo: no estamos diciendo que los muertos eran culpables. Pero la guerrilla no atacó indiscriminadamente sino a un blanco relacionado con las instituciones represivas ¿Logró algo Montoneros con este atentado? No logró nada. Eso es criticable en algún punto



Capitán Humberto Viola junto con sus hijas. Tanto él como su hija de 3 años María Cristina morirían en el atentado del 1ro de diciembre de 1974 por parte del E.R.P. El Capitán Viola pertenecía como oficial al Destacamento 142 de Inteligencia de Tucumán, organismo que actuaba como una virtual Triple A y que era acusada de represión y atentados con bombas como la muerte del sindicalista de izquierda Juan de la Cruz Olmos. Por esta razón, junto con la venganza por el fusilamiento ilegal de 16 guerrilleros en Catamarca, el ERP decidió asesinarlo como un acto justiciero por propia mano. Apologistas como Juan Bautista Yofre y otros autores en sus artículos de Infobae, a pesar de venderse como cultores de la "memoria completa", nunca mencionan los móviles políticos o "vengativos" del asesinato del ERP:








Antes de seguir con la enumeración, hagamos una larga pausa: los apologistas como Reato y Villarruel han insinuado o aún dicho explícitamente, que Argentina es el único país que "rememora a terroristas", que los "premia con indemnizaciones y elogios", que "olvida a las víctimas inocentes del conflicto". Frente a ello, surge la pregunta ¿Cómo afrontan otros países estas problemáticas? Vamos a explicar en este posteo brevemente lo que ocurre en países como Francia o Alemania. Pero hay un caso, el italiano, que me interesa mucho profundizar porque es bastante homologable con la memoria planteada por el apologismo argentino


El caso italiano de Via Rasella y la "memoria completa", las víctimas inocentes olvidadas y los culpables "reivindicados". Comparativa con los conflictos de la memoria en Argentina

Veamos ahora un ejemplo muy interesante de los conflictos por la memoria que existen en otros países, y que impregnan en el sentido común de sus ciudadanos, generando resentimientos e interpretaciones a contracorriente de una supuesta "memoria oficial". Este ejemplo italiano no lo pongo por puro capricho artístico, sino que después veremos lo que dice Victoria Villarruel sobre casos como el siguiente:

Nos encontramos en Italia, 1944. El 23 de marzo de 1944 un grupo de partisanos italianos colocó un explosivo en el cesto de basura de la calle Rasella en Roma, de la Italia ocupada por los alemanes en la segunda guerra mundial. Esta bomba ocasionó la muerte de más de 30 policías alemanes que pasaban encolumnados por allí, y de algunos civiles que ocasionalmente pasaron por el lugar, incluyendo un niño de 11 años. Al enterarse Hitler de este atentado, furioso, ordenó una ejecución ejemplar de numerosos civiles, que se materializaron en la ecuación de "10 italianos por 1 alemán muerto", es decir más de 300 muertos. Había que dar a la población un castigo ejemplar para evitar la colaboración con la guerrilla, con independencia de si luego encontraban al culpable o no del atentado. La consecuencia del atentado partisano fue que rapidísimo las SS al día siguiente, el 24 de marzo de 1944, ejecutaron en las cuevas de Ardeatinas a 335 personas. Casi ninguna de estas víctimas del nazismo estaba vinculada al atentado de los partisanos y se componían de delincuentes comunes, judíos apresados por su persecución racial, diferentes comunistas y partisanos, etc. Luego sellaron las cuevas con explosivos para dejar sepultos los cadáveres



Escena de película que recrea el atentado explosivo partisano de Via Rasella, del 23 de marzo de 1944 (los soldados alemanes disparan a los techos creyendo erróneamente en ese instante que el atentado provino de alguien de arriba). Este atentado trajo como consecuencia una represalia nazi bestial al día siguiente: la ejecución de 335 italianos en las fosas ardeatinas. Los nazis nunca buscaron a los culpables del atentado sino que hicieron escarmentar a la población en su conjunto


Aunque estuviésemos en la segunda guerra mundial, las convenciones de ese momento no eran taxativas en calificar al partisano como "combatiente". De acuerdo a la interpretación del Derecho Internacional de esa época, el partisano no era un combatiente de guerra. Así que el atentado que cometieron contra la columna de soldados alemanes, no es estrictamente un acto bélico legítimo porque el partisano no es combatiente legítimo de la contienda (el atentado sería entonces un delito común punible). Por otro lado, desde una perspectiva "humana", los soldados alemanes que fueron las principales víctimas del atentado, no eran represores del holocausto ni nada por el estilo (e incluso si lo hubiesen sido, los partisanos no lo sabían al momento de colocar la bomba); como tampoco todos los muertos por la guerrilla de la resistencia eran represores del holocausto ni represores de la población civil. Para colmo, esos alemanes víctimas de Via Rasella provenían de Tirol del Sur (una provincia italiana donde sus habitantes tienen como lengua el alemán), por lo que estrictamente hablando fue un ataque contra sus propios hermanos italianos 

Los guerrilleros que tomaron parte de este atentado explosivo, sobrevivieron a la guerra y fueron condecorados con medallas de oro por el gobierno italiano en mérito a su resistencia antifascista, quienes los integró como combatientes del Ejército nacional

¿Cuál es la valoración que la sociedad ha hecho del atentado cometido por los partisanos? A nivel jurídico se han generado bastantes "cimbronazos" que demuestran lo tremendamente complicado de lidiar con un suceso que despierta las etiquetas tan dispares de "terrorismo" o de "heroísmo". Así, el tribunal militar italiano que enjuició a los nazis en 1946 por el crimen de las fosas Ardeatinas, había considerado que el atentado de los partisanos no era lícito pero, bajo una extraña lógica jurídica, dictaminaron que los alemanes tenían derecho de reprimir ("Derecho de represalia"). El tribunal condenó a los alemanes no por su acto de represión, que SI consideraban lícito, sino porque no fue proporcional, las víctimas no eran solidariamente responsables del atentado, etc.

Paralelamente, en el año 1949, familiares de víctimas de las fosas Ardeatinas denuncian sobre sede judicial a los partisanos que actuaron en Via Rasella, responsabilizándolos de los muertos asesinados por los alemanes. La causa se resolvió a favor de los partisanos, considerando la Justicia que se trató de un acto de guerra legítimo (lo que contradecía a los jueces que condenaron al nazi Herbert Kappler a prisión perpetua, y quienes habían afirmado que el acto partisano era ilegítimo)

En el año 1997, más de 50 años después del atentado explosivo, y con motivo de la captura y juzgamiento del criminal de guerra nazi Erich Priebke (uno de los ejecutores de la represalia en Ardeatinas; refugiado en Argentina y extraditado finalmente a Italia en 1995); los familiares de algunas víctimas de los partisanos, como el hermano del niño de 11 años muerto por la bomba, solicitaron a la Justicia italiana reabrir el caso de Via Rasella para ver si podían condenar (aún simbólicamente) a los partisanos que colocaron la bomba contra los alemanes. Todo ello acompañado de una intensa campaña anti-partisana por parte de la derecha política desde tiempo atrás 

Pero en 1999 la Justicia italiana sienta su última valoración a través de la Corte de Casación, y considera que el atentado de los partisanos contra los alemanes era un acto válido (en este contexto: acto de guerra)



Una de las víctimas "inocentes" yace tapada en el suelo, debido al atentado explosivo de la guerrilla italiana en Via Rasella, Roma. 23 de marzo de 1944. No hay monumentos a estos soldados "inocentes" muertos, pese a la ilegitimidad del atentado (los partisanos no eran combatientes legales para los convenios de Ginebra en ese momento). El atentado encolerizó a Hitler, quien ordenó una represalia ejemplar al día siguiente: la masacre de Ardeatinas; que tiene su mausoleo



Durante el juicio que Italia llevó a cabo contra el nazi Erich Priebke a fines de los años 90 por su responsabilidad en la masacre de Ardeatinas, se difundió esta fotografía que muestra a un niño muerto, llamado Piero Zuccheretti, partido a la mitad por la bomba que los partisanos italianos comunistas colocaron en Via Rasella. Aunque se debatió muchísimo sobre la autenticidad de la foto, estos civiles muertos por el atentado guerrillero encendieron una viva polémica en los medios de comunicación de Italia en los momentos del juicio a Priebke, acerca de la legitimidad de la acción guerrillera y la "equiparación" o la "suavización" de los crímenes del nazismo al resaltar el carácter terrorista de los partisanos. Se polemizaba sobre la legitimidad o ausencia de la misma que tendría la resistencia comunista antifascista de colocar un explosivo en un lugar transitado por civiles donde eventualmente podían caer inocentes. Como verán, Argentina no es el único país donde se discute si un atentado contra un gobierno injusto es un acto de heroísmo o de terrorismo, si es un acto de resistencia o un acto de soberbia inútil y sin legitimidad otorgada por el pueblo

Más sobre el caso de Piero Zuccheretti en términos judiciales: 




El Papa Francisco rememora las víctimas de las fosas Ardeatinas. Que nosotros sepamos, el Papa no ha recordado nunca a los policías alemanes inocentes muertos por la bomba partisana, ni siquiera al niño de 11 años muerto por la bomba


Portada de prensa italiana, junio de 1997, titula: "«Via Rasella fue un acto ilegítimo de guerra» Juez acusa a los partisanos. Rechazaron el pedido del fiscal de cerrar la investigación". Abajo, titula: "Pasquale Balsamo [partícipe del atentado]: «Hay quien quiere ubicar a la Resistencia y el fascismo al mismo nivel» No tengo miedo de un posible juicio. Efectivamente, tendríamos la oportunidad de contar cuál fue el clima de terror que la ocupación alemana impuso a Roma. La verdad es que quieren volver a cuestionar a la Resistencia". La nota, aquí:


Noticia del diario Clarín (Argentina) sobre la reapertura del caso Via Rasella:



¿Y la sociedad en sí cómo valora el atentado? ¿A quién le echan la culpa los italianos de la masacre de Ardeatinas? Algunos dirán que los partisanos querían resistir a un invasor y son héroes (por ende la culpa de la masacre nazi corresponde únicamente a los nazis); otros responsabilizan en alguna medida a los partisanos porque "ellos provocaron a los alemanes" o porque "los culpables no se entregaron a los nazis para evitar una represalia contra la población civil". El siguiente artículo, muy interesante, trata estos tópicos del episodio:


Un extracto del artículo que lo resume todo: 

Al final de la cronología, cabe preguntarse: ¿A quién le echamos la culpa? Esto es lo que alimenta al mito, un mito que es funcional al debate histórico. Creo que Italia es el único país en el cual, cincuenta años después de lo sucedido, todavía se está discutiendo si los activistas que lucharon por la libertad eran criminales, y si era o no era un crimen atacar unidades de policía de SS en marcha [...]

Esta es de hecho la otra cara de un aspecto positivo de nuestra identidad nacional. No somos un pueblo belicoso y por eso, en cierta manera, el intento de hacer de los partisanos "héroes de guerra" nunca tuvo gran éxito. Pero, por otro lado, ellos eran comunistas, y cualquier cosa que los comunistas hubieran hecho, especialmente desde la perspectiva de los años noventa, es un crimen. El anticomunismo quiere subrayar el hecho de que se trataba de una acción criminal, un nuevo ataque, y el debate sigue en el tiempo

Así que, por un lado, tenemos un mito de base: no fue culpa de los alemanes [...]: "Los pobres alemanes, tenían que hacerlo, porque ésas eran las severas leyes de la guerra, aplicadas por personas severas. Eran severos, pero justos". Mientras que los partisanos eran representados como cobardes que se habían escondido. Esto constituye la parte esencial del debate sobre qué tipo de nación surgió a partir de la segunda guerra mundial. Por un lado, tenemos el mito del papel fundador de la Resistencia. Imagino que estamos todos tremendamente aburridos de la expresión "La República nació de la Resistencia". Pero, así fue, y muchos valores de la Resistencia están incorporados en la Constitución italiana 

Entonces, si la Resistencia y el heroísmo de los partisanos constituyen los mitos de fundación de la democracia italiana antifascista, existe también otro mito: la versión en contra de los partisanos: "es culpa de los partisanos"


En este artículo: 


también un extracto ilustrativo sintético del atentado de Via Rasella: 

Tenemos dos versiones clásicas (y muy diferentes) de los eventos. En la primera, Via Rasella fue un heroico acto de guerra llevado a cabo, sí, por un grupo necesariamente reducido pero con el apoyo (activo y pasivo) de vastos sectores de la población urbana. Ésta es la imagen de la Roma de resistencia, de Porta San Paolo (lugar de los primeros actos de resistencia armada en Italia), de la Roma "roja" representada por Portelli en las zonas de San Lorenzo o los Castelli Romani

La otra versión del mito, es que Via Rasella fue un vanguardista atentado terrorista y sin sentido que no logró nada, y le costó la vida a 335 víctimas inocentes en las cuevas de Ardeatinas


Alessandro Portelli en su libro sobre las fosas Ardeatinas del año 2004, se detiene a hablar con un grupo de personas en la comuna romana de Zaragolo, acerca de la muerte de una de las víctimas de las fosas. Un agricultor jubilado, al parecer indignado, le cuenta: 

Cuando fue el atentado en Via Rasella, que murieron 33 alemanes, capturaron a estos prisioneros políticos. Entonces a él [víctima de las fosas] lo mataron, éstos lo mataron porque hicieron la represalia; pero a Capponi y Bentivegna [los guerrilleros que participaron del atentado] les dieron las medallas de oro ¿Cuándo les hacen el proceso a ellos? ¡Ah, no! a ésos los hacemos héroes; a los otros, los matamos ¿Por qué? ¿No eran hijos de madres aquellos 33? Así, ponemos una bomba y nos escapamos. No se presentaron al llamado -tenía que haberse presentado el que puso la bomba-  ¡Qué importa! Se agarran las medallas de oro y los sueldos. Mirá, no hablemos más porque nos quedamos mal. Y mi idea la tienen muchos, y muchos, muchos, muchos. Y ésos se van de paseo con sus medallas. Y a los otros los mataron. Padres de familia. Tenían dos, tres hijos pequeños

pag. 16 del libro:


Este conflicto o resentimiento hacia una "historia oficial" que reivindica y premia a "asesinos" de inocentes ("padres de familia"), ha calado hondo en muchos de los ciudadanos italianos sobre este suceso. Más adelante volveremos sobre el punto


Lo cierto es que este atentado no logró disminuir la violencia nazi, no logró eliminar a nazis de elevada jerarquía; objetivamente el atentado consiguió muy magros resultados políticos para la resistencia partisana, casi diríamos que nulos



Carla Capponi (izquierda) y Rosario Bentivegna (derecha), dos de los partisanos comunistas que colocaron la bomba en Via Rasella. Si vas a Italia y le preguntás a la gente por estas personas, las opiniones están en extremo polarizadas: algunos los consideran como héroes que resistieron al nazismo. Otros en cambio, consideran a estos partisanos como asesinos terroristas premiados por los gobiernos, que mataron alemanes inocentes y también a un niño, además de provocar a los nazis a que desaten una represión mayor



Entrevista a Carla Capponi, año 1994, donde relata el atentado explosivo que ella cometió en Via Rasella en 1944 



La disputa por Via Rasella continúa hasta nuestros días: en abril del año 2023, Ignazio La Russa, presidente del Senado de Italia, dijo que el atentado partisano en Via Rasella fue "poco noble", y que los muertos por los partisanos no eran viles nazis sino policías semirretirados. Estas palabras generaron una polémica en el Senado y peleas televisivas






Además, las consecuencias de esos atentados: las posibles represalias, o los daños colaterales ¿Es justo realizar un atentado a sabiendas que el gobierno puede desencadenar una venganza feroz incluso contra gente inocente? ¿Es justo realizar un atentado a sabiendas que existe la posibilidad que mueran personas ajenas en ese atentado? Es imposible tener una respuesta tan simplista. Si dijéramos que resulta injusto en todo sentido, llegaríamos a la conclusión que casi no se pueden cometer atentados contra un gobierno autoritario y criminal, porque es inviable calcular milimétricamente si tu atentado va a afectar única y exclusivamente a los blancos elegidos, como sucedió con la muerte de algunos civiles en el atentado explosivo italiano (que no eran el objetivo). O no se podría aprovechar la oportunidad de un determinado escenario para atentar. Pero claro.... a nadie le gustaría ser víctima de un daño colateral o de una represalia del gobierno. Entonces nos enfrentamos a la gran disyuntiva de hierro: o no hacer nada para que la tiranía se instale, o hacer algo y que la tiranía se instale igual


Otro atentado partisano que desembocó en una represión brutal e indiscriminada fue el episodio de la masacre Lídice-Lezaky (antigua Checoslovaquia). Esta fue una represalia nazi contra toda la población de esas localidades en venganza por el asesinato de Reinhard Heydrich a manos de un grupo guerrillero. La diferencia con Via Rasella es que aquí los partisanos mataron a un probado represor. Como sea, los nazis acusaban al pueblito de Lídice y Lezaky de colaborar con los guerrilleros y mataron a todos sus habitantes (1.200 personas aprox.), se apropiaron de algunos menores de edad (para entregarlos en adopción a familias alemanes) y destruyeron todo el pueblo dejando todo llano, como si nunca hubiesen existido las localidades ¿Qué se logró entonces con la acción guerrillera? ¿No se podría decir que el atentado no sirvió para nada y trajo como consecuencia más muertes de inocentes con la represalia alemana? Pues claro que se puede decir porque es la dura verdad. El problema radica en si consideramos a los guerrilleros unos villanos, unos héroes, unos inútiles, unos tipos que hicieron lo que pudieron, unos terroristas ¿Cuál es la etiqueta a imponerles? ¿Había que quedarse sentados sin tocar a los nazis? ¿Toda acción contra la tiranía debe recibir la repulsión ciudadana porque solo empeora las cosas? Y esa repulsión ¿Se traslada al partisano como el odio hacia un criminal, o con la indiferencia a su persona? La gran pregunta sería ¿Cómo se odia a un guerrillero? ¿Lo odiamos por criminal, o por inútil?



Alessandro Portelli, autor del libro "La Orden ya fue ejecutada", que trata de la masacre de las fosas Ardeatinas, explica en esta ponencia sobre los "mitos" que las tendencias de la derecha política fructificaron y esparcieron sobre la culpabilidad de los partisanos en lo sucedido en Ardeatinas (por su atentado en Via Rasella); y cómo el mito se expandió mayormente en los años 90 en Italia por la asunción (por primera vez) de un gobierno de derecha. También relata la actitud de los partisanos que participaron del atentado y los familiares de las víctimas de Ardeatinas con respecto a estos mitos. A partir minuto 33:37 en adelante

Tal como explica Portelli en esa ponencia, y que es una declaración iluminadora de los diversos "niveles" de confrontación entre la valoración del heroísmo y la muerte: Portelli había entrevistado a una militante comunista cuyo padre fue asesinado en las fosas Ardeatinas por los nazis. Cuando se le preguntó a esta chica sobre la valoración de los partisanos -algunos de ellos con vida al momento de la entrevista- y la bomba que colocaron en Via Rasella, ella contestó: "yo estoy completamente de acuerdo con lo que hicieron los partisanos de colocar la bomba....... pero no los quiero ver. No quiero estar con ellos en el mismo lugar. Porque no lo puedo aguantar. Son héroes, pero sé que su heroísmo causó la muerte de mi padre en las fosas Ardeatinas"


Este precedente, al igual que otros, debería servirnos para no calificar contundentemente con una ética precisa estos atentados complejos. Creemos que es tan válido asumir que los partisanos tienen parte de la culpa, como decir que a los nazis les cabe el 100% de la culpa y los resistentes eran héroes. En un ámbito tan difuso donde se mezcla la justicia por mano propia, el rédito político legítimo contra el invasor o el represor, la represión contra inocentes por culpa de terceros, no hay verdades sino subjetividades éticas. Lo que desechamos en nuestro blog es considerar tan tajantemente que estos actos sean pura y exclusivamente terrorismo. Está bien criticar a los partisanos por mezquindad o por egoísmo político o por otros factores, pero es ridículo o maniqueo o directamente simplista acusar de "terrorismo"

Lo mismo vale, mutatis mutandis, para varios de los atentados que cometió la guerrilla argentina como el caso del avión en Tucumán o la bomba a Coordinación Federal

Al parecer, en el atentado italiano de Via Rasella, nadie ha pedido un monumento u homenaje a las víctimas alemanas del mismo modo que existe un monumento a la masacre de Ardeatinas. Y no es una idea descabellada pensar en un homenaje a esos 30 soldados del nazismo muertos, porque el atentado partisano no está sólidamente valorado como un acto heroico, sino que algunos piensan que el acto solo trajo la desgracia de Ardeatinas. Pero aún así, no se pretende homenajear a los alemanes muertos (alemanes que, prima facie, son "inocentes"). Por supuesto que en el caso nuestro argentino, no estamos obligados a seguir el mismo ejemplo de no homenajear a víctimas de la guerrilla; pero es un elemento que ayuda a comprender que la frase cliché de "es más complejo el asunto" adquiere en estos temas una singular certeza. Porque ¿Acaso los alemanes muertos no son seres humanos? ¿Acaso no sufrieron con la bomba? Quedaron amputados, quemados, destrozados sus cadáveres, quizás alguno ni siquiera tuvo la suerte de morir al instante sino que sufrió cómo se quemaba vivo muriendo lentamente, etc. etc. ¿Acaso estos muertos no tienen familia que los llora?

Peor aún: en el atentado no murieron solamente miembros policiales de los "invasores": también murieron civiles, como el caso de un niño de 11 años, Piero Zucheretti; quien será tomado por la derecha política italiana como la principal "víctima olvidada"  de unos partisanos comunistas sanguinarios



Pierangelo Maurizio es un periodista del ala "derechista" que cuestiona el atentado contra Via Rasella argumentando que los alemanes asesinados estaban desarmados, no eran feroces represores de las SS, habían sido desarraigados de sus tierras para ir a vigilar las calles de Italia, cumplían el servicio militar obligatorio, etc. Este periodista es uno de los que más hicieron hincapié en la existencia de civiles muertos por el atentado de los partisanos y en la necesidad de recordarlos. A pesar de su ideología anti-comunista, no negamos que exista cierta legitimidad en el periodista de cuestionar el atentado. Pierangelo Maurizio dice que la historia se cuenta parcialmente o que se "oculta" la verdadera historia, mostrando solo la parte de las fosas Ardeatinas y minimizando las acciones de los partisanos. Dice que Italia no va a poder encontrar paz y reconciliarse hasta no revisar la historia de Via Rasella. Muy recomendable este video para escuchar y comprender las similitudes entre los discursos de la "memoria completa" en distintos países


La Justicia italiana todavía ha considerado en algún momento que el atentado partisano era un "crimen de masacre", lo que puso en la mesa de discusión una suerte de teoría de los dos demonios: no hubo solamente la masacre de Ardeatinas, sino también el crimen de masacre de Via Rasella


El criminal nazi Erich Priebke, uno de los responsables de la masacre de Ardeatinas, le echa la culpa a los partisanos comunistas de la represión que él llevó a cabo



Placa recordatoria de los 10 ciudadanos que vivían cerca del atentado de Via Rasella, y que fueron detenidos por los nazis para ser asesinados en las fosas Ardeatinas. La placa no rememora el atentado de Via Rasella ni a sus víctimas, sino a las víctimas de la masacre de Ardeatinas



Portada del libro "Via Rasella: Cincuenta Años de Mentiras", reeditado en el 2013 como "Setenta Años de Mentiras"; escrito por el periodista Pierangelo Maurizio, acerca del atentado partisano del 23 de marzo de 1944. Maurizio es como una especie de Ceferino Reato pero italiano, quien lucha por la "historia oculta", por las víctimas "olvidadas" del atentado guerrillero partisano, lucha contra la "parcialidad" de la Justicia en Italia que ocultó la verdadera historia



En un artículo, Pierangelo Maurizio explica sobre la familia del niño muerto por la bomba, y el "silencio" de la memoria. Con sus variaciones, este relato de Maurizio rememora la prédica que solemos escuchar de Ceferino Reato con las familias de las víctimas de la guerrilla. Escribe Pierangelo Maurizio: 

¿Cómo nació la investigación periodística sobre Via Rasella en 1996? De la manera más banal. El entonces subdirector de "Tempo", Giampaolo Cresci, me pidió que hiciera una serie de entrevistas con protagonistas de historias romanas, tanto que el titular "Cuentan los protagonistas romanos" es claramente visible en los artículos. En un libro de Cesare De Simone había encontrado un asterisco y una nota a pie de página en la que se mencionaba que en Via Rasella había existido una víctima civil, se señalaba "una sola", un niño de 13 años, Piero Zuccheretti o Anello (apellido del abuelo materno). No, esa historia no podía quedarse en un asterisco. Fue fácil localizar al hermano, gemelo, Giovanni. Llegué primero a su carnicería, que estaba cerrada desde hacía unos meses por los costos que agobian a los artesanos. Encontré el número de casa en la guía telefónica. En cincuenta años nadie lo había buscado. Mientras me contaba su tragedia familiar, la "condena de la memoria" y el silencio al que habían sido condenados como familiares de todas las víctimas del terror político, también fluía frente a mí una tragedia de toda Italia, especialmente de la izquierda italiana

En ese momento, en el año 1996, muchos protagonistas y testigos estaban vivos, cada artículo que se publicaba era como una liberación: sí, la caída de nuestro Muro. Muchas llamadas telefónicas llegaron a la redacción, muchas pasaron, como Liana Gigliozzi, que se convirtió en mi amiga, hija del cantinero de Via Rasella asesinado en las Ardeatinas (estaba registrado como socialista), los tipógrafos de Via Rasella presenciando la masacre y los estragos de Zuccheretti, el prof. Roberto Guzzo, el único sobreviviente de Bandera Roja [organización guerrillera] que sigue vivo junto a Orfeo Mucci, hasta el punto de inflexión con Luigi Iaquinti, nieto de Antonio Chiaretti: "Un pariente mío murió en Via Rasella, debe haber sido un partisano, en casa se habla poco y de mala gana..."

La mayoría de los artículos, decenas de ellos, se publicaron en "Tempo" y en parte en "Il Giornale"; luego los recopilé porque me pareció una historia importante y luego publiqué el libro (en pequeño volumen) porque nadie quería publicarlo ¿Me considero un perseguido? Pero qué va. Pude decir y escribir lo que quise, la policía secreta no se estrelló en mi casa. Eso sí, después de que salió el libro, me dijeron: "Nunca más volverás a poner un pie en una editorial", lo que sucedió puntualmente por casualidad o porque acabé en dos listas negras, por dar un portazo a uno de los templos del periodismo democrático y por romper el tabú de Via Rasella



A riesgo de volvernos reiterativos, exponemos los siguientes extractos magníficos que ilustran acabadamente la lucha por la memoria entre la izquierda y la derecha italiana. Los siguientes párrafos, que tratan de los sucesos de Via Rasella / Fosas Ardeatinas, pueden aplicarse perfectamente al caso argentino sobre la puja de la memoria de los 70, sobre la versión jurídica VS la versión estatal, la lucha entre la derecha y la izquierda por el "relato":


Por un lado, la izquierda tenía todo el derecho de afirmar su participación en la Resistencia, ya que había sido su fuerza impulsora, tanto políticamente como en términos de cantidad de combatientes y de bajas. Por el otro, dado que esta participación constituyó el fundamento de su legitimidad democrática cuestionada por la guerra fría, a la izquierda le interesaba definir a la Resistencia como un movimiento unificado de todo el pueblo italiano más que como una época de conflicto y división, y restar importancia a sus aspectos militares. La imagen del partisano moribundo reemplazó a la del partisano combatiente en monumentos, pinturas y en la imaginación en general

Irónicamente, la Resistencia se convirtió en una guerra recordada y celebrada en sus derrotas más que en sus triunfos: los partisanos mueren, nunca matan. De esta manera, la memoria nacional logró delegar toda la violencia al enemigo (los alemanes; para la izquierda, también los fascistas) y presentar una imagen virtuosa y pacificada, no violenta y respetable, de los comienzos nacionales

Esto, por supuesto, dejó un campo abierto para el desarrollo de la memoria de la derecha. Formalmente encerrada fuera de los límites de la respetabilidad nacional, la derecha cultivó una visión de sí misma como portadora de una contramemoria opuesta al mito oficial de la Resistencia y la democracia. En una entrevista, Gianfranco Fini –secretario de la Alleanza Nazionale, el partido postfascista de la derecha italiana, formado en la juventud fascista desde los sesenta hasta los ochenta– habló de la “cultura samizdat de la extrema derecha”, cimentada en la sensación de “ser discriminados en su propio país”. Difícilmente esta cultura haya creado una historiografía digna de dicho nombre; más bien circuló en miles de panfletos, artículos periodísticos y memorias que, aunque ignorados en el ámbito académico, dejaron una marca indeleble en la opinión pública

Al circular fuera de los canales establecidos, esta literatura se presenta como un heroico acto de revelación de las verdades ocultas detrás de la propaganda oficial. Sangue chiama sangue, el libro del historiador de derecha Giorgio Pisano, se reimprimió dieciocho veces entre 1962 y 1964; la contratapa anuncia “las estremecedoras verdades que nunca nadie se atrevió a decir sobre la guerra civil italiana”. Los diferentes capítulos reiteran la postura: “La verdad sobre la venganza de Marzabotto” (donde los alemanes mataron más de ochocientos hombres, mujeres y niños) y, por supuesto, “La verdad sobre la venganza de las Fosas Ardeatinas”. Más recientemente, el panfleto del periodista de derecha Pierangelo Maurizio acerca de la acción partisana que condujo a la masacre de las Fosas Ardeatinas llevó como título Via Rasella. Cincuenta años de mentiras

En la mayoría de los casos, este tipo de literatura es un refrito de dudosas historias y una vía de escape para diversos sentimientos de frustración. Sin embargo, esto no disminuye su poder. El tono sensacionalista y hasta la ira y la frustración reflejan el estado de ánimo de los sectores menos paralizados (y por lo general anticomunistas) de la población. Además, la memoria de derecha aprovecha temas que fueron dejados de lado en los relatos dominantes: no todos los italianos eran antifascistas, y la Resistencia fue una guerra que involucró actos de violencia y crueldad también en el bando antifascista

[...]

Al día siguiente [de Ardeatinas] comenzó la batalla por la memoria, cuando la prensa difundió el comunicado alemán acerca del ataque partisano, que a su vez informaba que la represalia “ya había sido llevada a cabo”. En un editorial, el Osservatore Romano –diario oficial de la Iglesia Católica– habló de “treinta y dos víctimas por un lado; trescientas veinte personas sacrificadas en lugar de los culpables que se escaparon del arresto”. Para la Iglesia Católica, entonces, las víctimas fueron los alemanes; las Fosas Ardeatinas constituyeron un acto sacrificial, casi una ceremonia; y no hay duda acerca de quiénes fueron los culpables de toda la cuestión: los partisanos que se habían “escapado” de un arresto que nadie intentó seriamente llevar a cabo. Se estableció allí un modelo de inversión de la culpa –que responsabiliza a los partisanos por el ataque en lugar de, o tanto como, a los alemanes por la masacre–, modelo que continúa vigente hasta el día de hoy

[...]

“Yo creo que cumplía órdenes”, dijo una de las mujeres [que defendía al imputado nazi Erich Priebke], y las otras se le unieron: “Pero por supuesto”, “Quiero decir, no es que se le ocurrió ir y matar a trescientas personas”. Una de ellas siguió diciendo: “Al que puso la bomba en Vía Rasella le dieron una medalla de oro; para mí lo tendrían que haber matado. Si se creía un héroe, ¿por qué no salió y dijo: “Yo fui el que lo hizo, no maten a toda esa gente”?”

[...]

A mitad de camino entre el mito y la crítica histórica se encuentra la discusión acerca de cuan oportuno y útil fue el ataque en Via Rasella. Ésta se basa en el concepto de la supuesta condición de Roma como “ciudad abierta” y en el debate sobre el significado militar de la Resistencia.

El concepto de “ciudad abierta” se invoca para afirmar que Roma no era territorio de guerra, que estaba bajo la protección papal y por lo tanto todas las acciones de la Resistencia fueron injustificadas. En realidad. Roma nunca fue una ciudad abierta. Fue declarada ciudad abierta por el gobierno de Badoglio en agosto de 1943, después de la caída de Mussolini y del segundo gran ataque aéreo de los Aliados sobre la ciudad. Los Aliados jamás reconocieron esta declaración, pero no volvieron a bombardear la ciudad hasta que fue ocupada por los alemanes en septiembre. A su vez, los alemanes declararon que respetarían la condición de Roma como ciudad abierta, pero en verdad lo utilizaron para propósitos militares, provocando de este modo varios ataques aéreos que dejaron muchas víctimas. Los alemanes tomaron control total de Roma, deportaron a 2.000 de sus ciudadanos judíos a campos de exterminio, enviaron a miles de personas a campos de trabajo forzado e impusieron la ley marcial. En consecuencia, el mito de la condición especial de Roma implica un juicio no sólo sobre los hechos de Vía Rasella sino sobre toda la Resistencia. De alguna manera, bajo la ocupación alemana, el pueblo romano debería haber esperado que los Aliados llegaran a liberarlos sin asumir un papel activo en la recuperación de su independencia nacional

Esto nos lleva al segundo argumento: [el atentado explosivo de] Vía Rasella fue innecesario porque de todas formas ya estaban llegando los Aliados; Vía Rasella no cambió el rumbo de la guerra. El punto es que ningún evento aislado –con la posible excepción de Stalingrado y el Día D– cambió el rumbo de esta guerra en particular. Esto se aplica especialmente a la Resistencia, que no se llevó a cabo en campos de batalla sino que se compuso de pequeñas acciones de guerrilla, que sólo cobran sentido al ser consideradas en conjunto

Los Aliados, por supuesto, habrían ganado la guerra aun sin la ayuda de los partisanos. Hay quien sostiene, sin embargo, que la guerra habría durado más, cobrando así más víctimas. Pero más allá de eso, lo que logró la Resistencia fue involucrar activamente a una parte del pueblo italiano en el proceso de su propia liberación. Por lo tanto, la Resistencia debe verse también en términos simbólicos, y la negación de su relevancia militar no es más que una forma de exorcizarla de su plano simbólico

Via Rasella no puede ser absorbida en la narrativa del partisano como víctima: en este caso, los partisanos no sólo mataron abiertamente, sino que –según el mito– al no entregarse, rehusaron enfáticamente morir. De hecho, el papel de víctima puede en este caso aplicarse a otros sujetos: un chico de once años, Piero Zuccheretti, murió accidentalmente en la explosión; varias personas que vivían en esa calle resultaron heridas; seis civiles murieron cuando los alemanes abrieron fuego indiscriminadamente sobre las ventanas que daban a la calle. Además, los soldados alemanes no eran SS en combate y procedían del sur del Tirol, lo cual los hace nominalmente italianos. Así, en una irónica inversión, una parte del público italiano simpatiza con miembros del ejército invasor extranjero (cuya ciudadanía italiana, en todo caso, los vuelve técnicamente traidores) más que con los “patriotas” que los atacaron

Y luego, por supuesto, están las 335 víctimas de las Fosas Ardeatinas. El hecho de que fueron asesinadas por los alemanes es subestimado como una reacción refleja de los bestiales, demoníacos, autómatas y por lo tanto irresponsables alemanes. De esta manera, hasta los muertos de las Fosas Ardeatinas pasan a ser víctimas de los partisanos: como dijo una mujer que vive en Vía Rasella, “si ese criminal no hubiera puesto la bomba, no existiría el monumento de las Fosas Ardeatinas” 

[...]

Cuando el nazi Herbert Kappler y algunos de sus hombres fueron juzgados por un tribunal militar en 1948, la corte deliberó acerca de la legitimidad del ataque italiano y de la venganza alemana en los términos neutrales de la ley internacional, como si estuviera arbitrando una disputa entre dos partes equivalentes. Finalmente reconoció que la represalia había sido legítima (aunque criminalmente excesiva), porque los partisanos eran, de acuerdo a la ley internacional, “contendientes ilegítimos”. Aun cuando el tribunal condenó a Kappler a prisión perpetua por cuestiones que eran casi tecnicismos (y dejó en libertad a los demás bajo el argumento de que estaban “cumpliendo órdenes”), lo que se convirtió en dogma de la memoria pública fue la definición de los partisanos como actores fuera de los límites de la legitimidad (al mismo tiempo que el Estado italiano reconocía retroactivamente a estos mismos partisanos como miembros de su ejército, y los recompensaba con medallas de oro y plata)

Cuando el tribunal militar juzgó a Herbert Kappler, la guerra fría ya había comenzado. Esto tuvo relación con la actitud de la izquierda, en especial del Partido Comunista, respecto de las Fosas Ardeatinas y de Via Rasella. “Estábamos tan concentrados en presentar una imagen inofensiva y pacificada de nuestro partido”, dice Marisa Musu, miembro de la guerrilla partisana que actuó en Via Rasella, “que no supimos qué hacer con Via Rasella”. Una vez más, los hechos no se ajustaban a la imagen de los partisanos como víctimas. Así, mientras que el Partido apoyaba a los partisanos cuando se los atacaba públicamente, nunca respondía de verdad a la contramemoria de la derecha. Fue la derecha la que siguió hablando de Via Rasella, mientras la izquierda mayormente prefirió evitar el tema

A mi parecer la falla más grande de la memoria de izquierda fue su dificultad para tratar la cuestión de las víctimas civiles. La muerte de Piero Zuccheretti fue prácticamente ignorada en las reconstrucciones antifascistas del hecho. Así, al ser redescubierta en la década de 1990, se convirtió en caballo de batalla de la extrema derecha, contribuyendo a fijar la imagen de los Partisanos comunistas como asesinos a sangre fría

[...]

Dos breves anécdotas pueden dar una noción del drama de la memoria durante más de medio siglo. Después de perder a su marido y a otros tres familiares en Ardeatinas, Ada Pignotti tuvo que conseguir trabajo y salir al mundo para poder mantenerse. Su marido no había estado involucrado en la Resistencia, y ella era completamente apolítica. Ada recuerda :

En ese entonces –después de lo que sucedió, en 1944– no se podía hablar de eso; sencillamente no se podía mencionar. He trabajado durante cuarenta años, e incluso en mi oficina, cuando me hacían preguntas o algo, no podía responderles. Porque te preguntaban agresivamente. Decían, por ejemplo, “bueno, la culpa es del que puso la bomba”. Yo fingía no escucharlos, porque dijera lo que dijera ellos siempre respondían lo mismo: "bueno, no se puede culpar a los alemanes, el único culpable es el que puso la bomba. Si se hubiera entregado -decían- no habrían matado a los otros”. Pero ¿Quién dice que no ? ¿Dónde está escrito? Nunca se dijo nada, nunca existieron los carteles [de advertencia a los responsables del atentado]: lo hicieron después, después de haber matado a los 335. Porque nosotros seguimos todo el asunto, día a día, y a través del diario me enteré de lo que había pasado. Igual que mi cuñada. No se podía hablar con la gente sobre el tema, porque decían, “¿Acaso defiendes a los que pusieron la bomba ?”. Yo no defiendo a nadie, pero ésa es la verdad y no tiene sentido darle vueltas

Éste es un recuerdo punzante de cómo la reconstrucción del mito antipartisano ha servido para exorcizar hasta el dolor de los sobrevivientes. Culpar a los partisanos que “no se entregaron” es una manera de cerrar el caso y negarse a escuchar: una cancelación de la memoria. Y la frustración de Ada Pignotti frente a quienes se niegan a aceptar su versión de primera mano es similar a la del historiador que intenta establecer el registro histórico en contra de una narrativa que no hace caso de los hechos

La segunda historia pertenece al presente. Luigi Catemario es el último descendiente de una familia aristocrática propietaria del palacio, en Via Rasella, cerca del cual explotó la bomba. Se presenta a sí mismo como apolítico

Han pasado más de cincuenta años desde el atentado explosivo, y no hemos logrado que la municipalidad pusiera una placa, o una lápida, o algo que conmemorara el evento. No hablo de tomar partido, sólo digo que es un hecho histórico: “Aquí tuvo lugar tal hecho histórico...”. Pero es imposible. En cambio, diferentes bandos intentaron colocar sus propias placas. Una vez fueron los fascistas, conmemorando a los soldados alemanes; al año siguiente, fueron los comunistas con su versión. ¿Por qué la municipalidad no puede simplemente poner una placa: “Aquí es donde ocurrió...” ? [Luigi Catemario (1967). Entrevistado el 7 de octubre de 1998]

Perdón si me pasé de mambo con la citación. Pero me parece hermoso. Ilustra muy claramente los problemas de la "memoria completa", en este caso en Italia. Pero que indudablemente nos evoca a las discusiones que la derecha política intenta llevar en curso aquí en la Argentina sobre la antinomia guerrilla VS represión, desaparecidos VS víctimas de la guerrilla



Pierangelo Maurizio (izquierda), periodista italiano que escribe sobre las víctimas "olvidadas" de la guerrilla partisana de Italia y pide memoria completa sobre Via Rasella/Fosas Ardeatinas. Ceferino Reato (derecha), periodista argentino que escribe sobre las víctimas "olvidadas" de la guerrilla argentina de los 70 y pide memoria completa sobre Montoneros/dictadura. Lo siento por los apologistas argentinos: el discurso de la memoria completa no es para nada original, en otros países lo "inventaron" primero fuera de los ámbitos académicos, y los apologistas argentinos simplemente copiaron los clichés y el mismo sentido común de esos países


Los guerrilleros partisanos de Italia, finalizada la guerra, prosiguieron con vidas comunes y corrientes. Trabajaron algunos en la política, otros lo hicieron como profesores de universidad, se casaron, tuvieron hijos, escribieron sus autobiografías, etc. En líneas generales preferían no volver a tocar el estigma de Via Rasella..... pero la "contramemoria" de la derecha política, tan persuasiva en el sentido común de algunos ciudadanos italianos, les acechaba para volverles a hacer discutir del tema. Algunos partisanos cuentan en este sentido:

-Rosario Bentivegna: Hace dos años [año 2002] fui a hablar en un liceo en Civitavecchia. Se levantó una muchacha,  muy inteligente y preparada, con gran capacidad expresiva, tendría 13 años y dijo: "hasta hoy estaba a favor de los partisanos, ahora que lo he oído hablar, nunca más.  Porque ustedes eran como los fascistas, mataban también ustedes

Yo estoy obligado a hablar del suceso porque me implican en primera persona. Fui interrogado en el proceso Kappler y en los diarios salió que yo había sido uno de los que participó en la acción de Via Rasella y, sobre el particular, la parte opuesta ha tratado de construir la figura del monstruo; la operación contra los partisanos me ha tomado como blanco de modo particular, como símbolo; entre otras cosas, me ha pesado profundamente en mi carrera profesional. Hay una señora que de vez en cuando me llama por teléfono y me insulta: "Asesino, ahora la pagarás". A veces es gente un poco tocada, a veces me han llegado sobres con balas adentro.... Pero hay personas que me agredieron y después en el diálogo comprendieron cómo son las cosas. Y también una infinidad de personas, en Roma y fuera de ella, gente también absolutamente desconocida, que se hace ver para apoyarme

-Carla Capponi: Si tú tomas la colección del [diario] Borghese de aquellos años, hay una foto mía en el congreso del partido comiendo un sándwich; entonces el diario dice "aquí está ella, tranquilamente se come el sándwich mientras 320 [muertos de las fosas Ardeatinas por su culpa].... después, "las manos asesinas de ella chorreando sangre con la medalla de oro"

-Marisa Musu: en realidad, la izquierda ha embalsamado a la Resistencia en algo que era muy bello, todos buenos... Y esta es la razón por la cual nunca habló de Via Rasella, porque se trataba de una acción con algo de trágico, y había que enfrentar grandes problemas, los problemas de la represalia, los problemas de todo cuanto costó la Resistencia en todos los sentidos, el hecho de que los partisanos también eran, entre comillas, feos y malos; es decir, no lo eran, pero había que explicarlo

pag. 47 en adelante:


El partisano Pasquale Balsamo, en la pag. 56 del enlace expuesto, ante las críticas sobre su participación en el atentado explosivo de Via Rasella, dice:

Tengo ganas de decirle a los jóvenes del futuro, si tienen ocasión de sufrir otra ocupación extranjera: finjan que no ven, miren para otro lado, soporten, aún más, ayuden al enemigo invasor, torturador, depredador, asesino. Se ganarán el reconocimiento de personas correctas, timoratas de Dios

En el proceso de 1948 contra el nazi Kappler (jefe ejecutor de la masacre de las fosas Ardeatinas), una mujer del estrado, madre de un muerto de las Ardeatinas, increpó al partisano Rosario Bentivegna quien estaba allí para declarar. La madre le gritó:

¿Por qué no te presentaste? ¡A mi hijo lo mataron!

pag. 1 del enlace expuesto

Cabe aclarar que la masacre fue ejecutada 22 horas después del atentado guerrillero, y no fue publicitada hasta una vez finalizada. Por tanto era imposible que los partisanos supieran las consecuencias que trajo su acción, como para presentarse en la comisaría a confesar y evitar la represalia. De todos modos, el estigma persigue a los partisanos como culpables de lo que hicieron los nazis. Los partisanos "empezaron primero", "ellos son los culpables", "ellos mataron inocentes y por su culpa hicieron que los nazis maten inocentes". Y, desde ya, "las víctimas directas de los partisanos no son recordadas (caso de Piero Zucheretti y los alemanes inocentes); mientras ellos son premiados pese a ser asesinos"

Roberta Angelilli, presidenta provincial del movimiento de derecha "Acción Joven", en un repudio a Rosario Bentivegna quien se dirigía una charla estudiantil, dijo:

La historia contada como un hecho político no es verdadera historia

(año 1997. Enlace de la noticia:


)

Cuando el partisano Bentivegna murió en el año 2012, a los 90 años, su deceso solo volvió a recordarnos que la polarización y los conflictos de la memoria estaban muy vivitos. La noticia sobre el fallecimiento del partisano y las reacciones encontradas de distintos funcionaros públicos:


“Cuando una persona muere, un creyente reza. Pero no es obligatorio llorar si es un asesino. Y por Bentivegna no derramo ni una lágrima”. Francesco Storace, secretario nacional de La Destra, lo escribe en su Facebook [...]

Por la mañana algunos concejales del PDL del ayuntamiento de Prati habían dicho NO al minuto de silencio en su honor, durante la sesión del cabildo. Luca Aubert, el líder del grupo, junto con Daniele D'Alessandro y Claudio Casano, explicó el gesto de la siguiente manera: "Estamos en contra de la obstinada usurpación por parte del Partido Demócrata y la izquierda de la memoria histórica de la Resistencia de la Capital". Pero contra Bentivegna, autor del acto simbólico que invitaba a la revuelta a otras zonas oprimidas por la ocupación nazi, en la sala del tribunal estos funcionarios de centroderecha habían sido menos imprecisos. "Es un asesino" los escucharon gritar

“Cuando pedíamos el minuto de silencio por la muerte de Rosario Bentivegna, algunos del PDL salieron del aula y empezaron a gritar: ‘Es alguien que mató gente, es un asesino y no se lo conmemora’, insultos y ofensas. Estábamos asombrados ", dijo Giovanni Barbera, miembro del comité político romano de la Prc-Fds y presidente del consejo del XVII Ayuntamiento

No solo eso: insultos al partisano del GAP (Grupo de Acción Patriótica) aparecieron en la página de Facebook del grupo romano de Student Lotta. En una publicación se informa la noticia de la muerte con el comentario: "Infame y asesino... ¡Bentivegna pedazo de mierda!". Y la publicación obtuvo muchos "me gusta". La acción estudiantil está vinculada al movimiento de extrema derecha Forza Nuova


Este ejemplo italiano, como dije, no lo tomé por mero capricho. Victoria Villarruel en la introducción de su libro "Los Llaman... Jóvenes Idealistas", intenta hacer una separación entre el partisano y el terrorista:

Hoy nadie quiere identificarse con el terrorismo, sobre todo después del ataque al World Trade Center y los atentados de Madrid y Londres, donde el halo del guerrillero romántico, del terrorista por “causas justas”, del joven esclavo de un mandato sacrificial de un noble fin, quedó seriamente cuestionado, pues las personas están tomando verdadera conciencia de lo que el terrorismo significa, y muchos europeos proclives a la protección de la imagen de los partisanos que defendieron sus naciones ante la invasión nazi están comprendiendo la diferencia que existe entre estas expresiones legítimas, propias de la resistencia ante la opresión de un ejército invasor, y los procesos terroristas de las organizaciones armadas latinoamericanas que cobraron miles de víctimas civiles

pag. 14:


Parece que Victoria Villarruel no conoce en absoluto los problemas de la memoria y la contramemoria en casos como los de Via Rasella, donde la derecha política anticomunista ataca a los partisanos aludiendo a los mismos cuestionamientos que haría Villarruel: que los partisanos son en verdad terroristas asesinos, que ponían bombas sin importarles las consecuencias, y para peor descaro son premiados por los gobiernos con medallitas de oro como si fuesen héroes. Victoria Villarruel tilda a los partisanos como una expresión "legítima".... la misma expresión seriamente atacada por la derecha italiana, que le reprocha a los partisanos matar policías inocentes, niños inocentes y provocar a los nazis innecesariamente a desencadenar un baño de sangre. En este juego, Villarruel ocuparía el rol de una "progresista"

Tal vez Villarruel se quiera escaquear del tema diciendo "Ah, pero no podés comparar los partisanos que resistían al nazismo, de los terroristas montoneros que atentaron contra un gobierno constitucional". Segurito que puede decir eso. Pero no tendría sentido por varias razones: 1-El gobierno constitucional de 1973-1976 fue mucho más violento que la dictadura de Lanusse, con centros clandestinos, comandos para-policiales y mayor número de desaparecidos  y encarcelados por el PEN. 2-Villarruel también ha cuestionado los atentados de la guerrilla cometidos en la dictadura de Videla; aún de aquellos cometidos por militantes que no mataron a civiles previamente. Para peor, incluso Villarruel cuestiona los atentados contra la dictadura de 1966-1973. 3- A la derecha italiana, como vimos, le importa más bien poco que los partisanos hayan resistido contra el nazismo; porque los acusan de terroristas asesinos utilizando los mismos argumentos que utiliza Villarruel: la población civil y no-combatiente víctima de salvajes comunistas terroristas. Que Villarruel le diga a los derechistas italianos que los partisanos resistieron al nazismo, a ver si no se liga una puteada. Esto es demostrativo que aún en las peores dictaduras, surgen grupos que cuestionan severamente los intentos de resistencia

En el siguiente artículo, Portelli analiza los conflictos de la memoria sobre otra masacre alemana en Italia: la masacre de Civitella, una represalia nazi donde mataron a 115 personas, debido a que los partisanos el día anterior mataron a 3 alemanes. Como se imaginaran, algunos pueblerinos italianos le echan la culpa a los partisanos por haber provocado a los alemanes, entre otros conflictos de la memoria y contramemoria. Muy recomendable leer el siguiente artículo



Mutatis mutandis, lo mismo vale para los militantes argentinos de las organizaciones revolucionarias (combatientes o no), quienes nunca responden a la contramemoria de los apologistas como Ceferino Reato o Victoria Villarruel. Prefieren decir de modo simplista que Villarruel "defiende genocidas" (lo cual es cierto) en vez de responder a lo que es un sentido común de la derecha política sobre las acciones de la guerrilla contra la policía y los militares. Como mucho, algunos responden yéndose a lugares tan remotos como el bombardeo del 55, en un inconexo y pobre intento de evadir el tema, de no preparar una verdadera respuesta a la contramemoria de la derecha sobre los años 70 que, al igual que en el caso italiano de los años 40, les marca insistentemente que los guerrilleros son premiados con indemnizaciones por haber puesto en el pasado bombas que mataron a policías o militares inocentes padres de familia



Ejemplo muy claro de la imposibilidad que han tenido los guerrilleros y sus simpatizantes para responder a la contramemoria: Victoria Villarruel los hace pedazos a los ex-líderes del ERP (Luis Mattini) y Montoneros (Roberto Perdía), enrostrándoles algunos de los sucesos más resonantes como la muerte de la hija del Capitán Viola. Los ex-guerrilleros quedan enfrascados en un discurso evasivo



Minuto 30:56. Le preguntan a Roberto Perdía (ex-líder de Montoneros) si mató gente. Perdía es incapaz de responder a esa pregunta



Año 2022. El Papa Francisco se reúne con Arturo Larrabure, hijo del Coronel Argentino del Valle Larrabure, secuestrado por el ERP en 1974 y muerto en cautiverio (por suicidio). Según testimonio de Larrabure hijo, el Papa le dijo "parece mentira que hay que mendigar a la historia para ser escuchado", dando a entender que la víctima del ERP se encuentra olvidada. Salvando las distancias, lo mismo puede decirse de Via Rasella: el Papa Francisco solo rememora las víctimas de las Fosas Ardeatinas pero nunca rememora a los muertos por la bomba partisana, entre ellos el niño de 11 años Piero Zucheretti

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Italia también puede recordar el asesinato de Benito Mussolini. Este caso es el paroxismo en cuanto a la valoración de los atentados guerrilleros. Aunque Mussolini haya sido un dictador implacable, nadie puede decir que su muerte haya sido legal o siquiera legítima. Fue asesinado estando en situación de indefensión, y su cuerpo además fue exhibido en una plaza pública para el ultraje de una turba iracunda. Y sin embargo Italia ha tenido muchísimas dificultades en términos judiciales para condenar el asesinato. Nunca se ha condenado explícitamente la muerte de Mussolini, porque es difícil hacerlo ¿Quién quiere ponerse en el incómodo papel de defender a un dictador o un represor? Aún cuando haya muerto ilegalmente, y con el agravante que junto con él fue asesinada su amante Clara Petacci, una mujer inocente de las tropelías que cometía su marido. Los partisanos comunistas no respetaron siquiera a su mujer: los mataron a todos y ultrajaron públicamente sus cadáveres



Famoso colgamiento de los cadáveres de Mussolini y su amante en plaza pública para su escrache colectivo


Como dije, es difícil defender a un dictador (incluso teniendo la razón). Por eso apologistas como Victoria Villarruel no defienden a Videla abiertamente, pero SI defienden a represores como Cesáreo Cardozo, Alberto Villar, el Capitán Viola, etc. Eso sucede porque estos personajes no tienen la "fama" de Videla y muchos desprevenidos que siguen a estos apologistas no saben que eran represores. Y la defensa consiste en eliminar su característica de represores y presentar el atentado guerrillero como un acto de salvajismo sin lógica, un acto terrorista


El profesor británico Richard Gillespie, en su libro del año 1982 "Montoneros: Soldados de Perón" realiza una síntesis perfecta de esta problemática. Con respecto al asesinato del comisario Villar, en la pag. 227-228 escribe:

Villar era tan impopular que muchos comentadores pasaron por alto el hecho de que también su esposa había muerto en el atentado. Experto en la lucha antiguerrillera, Villar había sido condenado por los Montoneros a causa de su papel en la creación, en 1970, de la Brigada Antisubversiva; por dirigir el asalto, en agosto de 1972, a la sede del Partido Justicialista a fin de apoderarse de los cadáveres de tres víctimas de Trelew; por los ataques de la policía, en 1974, a los cortejos fúnebres de Rodolfo Ortega Peña y Silvio Frondizi; por dirigir asaltos a los locales de la JP y la JTP; y principalmente por su participación en la Triple A, o al menos su colaboración con ella

El asesinato de Villar encantó a la izquierda peronista, fue públicamente lamentado por pocos y demostró los progresos técnicos de los Montoneros, pero su único resultado político fue la declaración del estado de sitio por el gobierno el 6 de noviembre de 1974 (una suspensión "temporal" de los derechos constitucionales que permanecía firmemente en vigor seis años después). Para los Montoneros, el estado de sitio representó una mera institucionalización del statu quo, puesto que sus derechos de manifestación, reunión y expresión ya les habían sido negados; sin embargo, la nueva situación hizo más difícil la vida de otras fuerzas izquierdistas. A pesar de las promesas del gobierno en el sentido de que el decreto 1386 -que declaraba el estado de sitio- no sería usado contra los partidos legales, éste fue invocado en el espacio de sólo una quincena, para justificar una incursión en la sede del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y para prohibir un congreso del Frente de Izquierda Popular (FIP) y una concentración del Partido Comunista Argentina (PCA) en recuerdo de la revolución bolchevique. El sucesor de Villar, el comisario general Luis Margaride, no resultó más humano que su predecesor

En estos dos párrafos tenemos todos los condimentos virtuosos y miserables de un atentado guerrillero promedio, tanto de este país como de otro, ej. el atentado de Via Rasella: por un lado está la "legitimidad", o como mínimo la necesidad de vendetta hacia la víctima agredida -o su pertenencia a una institución represiva-; tenemos a ciertos sectores entusiasmados por ese atentado. Pero por el otro lado están las consecuencias del gobierno que se dirigen incluso a personas ajenas al hecho guerrillero, es la represalia contra terceros que nada tenían que ver. Y por último, la muerte del "verdugo" o su humillación solo sirve para que lo reemplace otro sujeto que precisamente no es mucho mejor



Otro ejemplo de represalia "por culpa" de la guerrilla: el fallido atentado contra Pinochet ejecutado por el grupo guerrillero FPMR, deriva en la represalia gubernamental contra 4 personas que no estaban involucradas en el atentado



Otro ejemplo internacional aún más peliagudo es el caso de Nelson Mandela, quien recibió un "premio nobel" de la paz, como resultado de su resistencia contra el Apartheid. Pero lo cierto es que Mandela nunca renegó de la lucha armada. Fue él quien fundó el grupo Umkhonto we Sizwe, que funcionaba como el brazo armado del partido CNA (Congreso Nacional Africano). El grupo de Mandela cometió diversos atentados mortales que costaron la vida de civiles blancos, o de trabajadores policiales y militares "inocentes". Además el grupo de Mandela se pronunció en contra del método de tortura "Necklacing" muy tibiamente. Y si bien nunca faltará el tipo que acuse a Mandela de "terrorista", es evidente que no hay un consenso para situar a Mandela al mismo escalón que Bin Laden o el terrorismo del ETA. Tampoco hay protestas mayúsculas para que las víctimas "inocentes" del grupo armado de este líder africano sean más recordadas que su persona 


Aquí la fundación Libre (cuyo presidente es Agustin Laje) nos explica sobre la "historia oscura" de Mandela: 



Los apologistas argentinos menos extremistas, no son taaaaaan tontos y saben perfectamente que acusar de "terroristas" a Montoneros y ERP por cualquier cosa termina transformando su prédica en algo frívolo. Por eso tratan de remarcar con mucho énfasis que la guerrilla argentina atentó en democracia, para así quitarle legitimidad alguna a los montoneros y erpianos, y ahí SI poder calificarlos de "terroristas" con más libertad. Claro que para que eso funcione, tienen que omitir la Triple A, la progresiva represión contra la cultura izquierdista, la escuela de Famaillá en democracia, etc.


5-Todavía en algunos casos de delitos contra inocentes es difícil tener una valoración tajante: cuando el ERP u otras guerrillas secuestraban a los grandes empresarios para pedir mejoras salariales a los trabajadores y reparto de víveres en los barrios populares, la guerrilla está aplicando la obvia política de "Robin Hood". Al margen de la materia penal donde por supuesto que los secuestradores deberían ir presos ¿Cómo se valoraría ética y socialmente esos actos "robin-hoodescos"? 

Como ejemplo de este dilema "Robin Hood" VS Derecho Penal, un combatiente del ERP describe la situación vivida en una villa, el apoyo que recibían de esa zona miserable y hasta la colaboración de algunos de los personajes de Titanes en el Ring: 

Nosotros teníamos una serie de contactos en una villa de La Plata que nos seguía mucho. Habíamos hecho mucho accionar propagandístico ahí, como repartos de leche o cuelgues de banderas. Ahí hicimos, en el 75, un desfile militar. Íbamos vestidos con los uniformes, con armamento y con la bandera del ERP. Fue impresionante. Estuvo muy bien preparado todo. La gente salía de las casitas para ver

Muchos de los Titanes en el Ring de la época vivían allá y eran colaboradores nuestros. Uno de ellos, (mientras) comíamos con él y otros en su casa, me dijo: "Estamos con ustedes. Aunque no vamos a salir con las armas, en todo lo que podamos, vamos a colaborar". (…) Nosotros tomábamos camiones de Sancor o de los pollos de Gelbard, que tenía unos frigoríficos grandes, y hacíamos los repartos. (…) Los "Titanes" organizaban a la gente, formando una fila para que se fueran llevando los pollos y la leche. Esto muy poca gente lo sabe, que muchos de los "Titanes" eran gente nuestra [...] La gente de la villa nos apoyaba muchísimo

extraído del libro "Monte Chingólo" de Plis-Sterenberg, pag. 9


Más allá de si la villa realmente apoyaba o no apoyaba al PRT-ERP, el conflicto de intereses es obvio: el ERP comete el delito de robo de víveres de las empresas, para dárselos a los más necesitados gratuitamente. Los empresarios están en su legítimo derecho de pedir que los guerrilleros vayan presos por su acción delictiva, así como también los villeros están en un interés humano de recibir y repartir lo robado a una empresa que no va sufrir la perdida (incluso sabiendo los villeros que fue robado). Es legítimo sentirse indignado por el robo, como es legítimo idealizar este delito para el caso concreto de ayudar a una villa o los menesterosos

Esto impacta de lleno en la ética robinhoodiana, de robar a los que menos necesitan para dárselo a los que más necesitan (el clásico tópico de la leyenda de Robin Hood... y "leyenda" está bien dicho porque es un personaje histórico cuyos orígenes y propósitos son contradictorios. Aquí apelamos a la versión más "Disney" y "popular" del ladrón que saquea a los ricos para dárselo a los menesterosos). Es evidente que si el día de mañana yo le robo el celular a un pobre trabajador de la calle, la gente me lincharía.... pero si yo mañana robo un camión de pollos a una empresa y los reparto a los vecinos de mi barrio, esa misma gente seguro me aplaudiría aunque sepan perfectamente que cometí un delito

Asi que ¿Cómo valoramos estos delitos que recibirían muestras de simpatía en algunos sectores de la población? Es fácil recordar y criticar los crimenes de la guerrilla argentina contra muchas personas, pero ¿Cómo recordamos estos robos robin-hoodescos?

(obviamente apologistas como Villarruel tratan de no mencionar estos delitos "Robinhoodescos" cometidos por la guerrilla. No vaya a ser cosa que le agarres una mínima, pequeñísima simpatía a los "terroristas")



Famoso secuestro extorsivo tipo "Robin Hood" del ERP: en 1971, la organización trotskista secuestró al gerente de la empresa Swift, para reclamar por la reincorporación de 800 trabajadores despedidos de la fábrica, mejores condiciones laborales, y de paso la repartición de alimentos y útiles a la población. En este video, vemos cómo la empresa Swift, bajo amenaza del ERP, reparte los útiles, frazadas, ropa, alimentos a los lugareños. La guerrilla finalmente liberó a su rehén sin daños

La pregunta obvia para este posteo, es: la gente que recibía esos útiles, esa ropa, esos alimentos ¿Acaso no sabían que estaban recibiendo útiles robados mediante extorsión? Claro que lo sabían... pero ¿Podemos culparlos por agarrar una mísera frazada y un poco de comida? ¿Podemos culparlos por simpatizar mínimamente con el ERP en estas acciones robin-hoodescas? ¿Cómo valoramos estos delitos "románticos" o "idealistas" de la guerrilla?


Hay otros delitos que son incluso más difusos en su valoración: aquellos donde su objetivo es proporcionar una plataforma a un conjunto de acciones, donde unas son loables y otras execrables. Tomemos el ejemplo del secuestro de los hermanos Born ¿Para qué los Montoneros le pedían dinero? Lo hicieron tanto para financiar la clandestinidad de militantes y evitar que caigan en la tortura militar (lo que es un objetivo noble) pero también para continuar financiando otras acciones como la justicia por mano propia absurda, los actos de vandalismo sin sentido, etc.

(eso sin contar que, en verdad, del dinero de los Born se sospecha que no se utilizó casi nada para evitar la caída de militantes. Pero ese es otro tema)


6-Tampoco quedaría muy claro cómo recordaríamos a los muertos en intentos de copamiento ¿Son combatientes y merecen ser recordados como tal? ¿Son víctimas y merecen ser recordados como víctimas? Y en cuanto a la valoración del accionar de la guerrilla ¿Asesinó a estas personas? ¿Combatió contra estas personas? (aquí es necesario ubicar el accionar de la guerrilla en el contexto de frágil democracia, pues no es lo mismo sus copamientos en esos años que lo ocurrido en 1989 contra La Tablada, donde el margen de justificación es muy bajo al punto que los soldados víctimas de ese ataque podrían ser calificados tanto como víctimas y combatientes al mismo tiempo)

Demos el ejemplo de Hermindo Luna y los restantes soldados muertos por Montoneros en el fallido intento de copamiento de Formosa: los soldados tal vez no fueron a ninguna guerra, tal vez creían equivocadamente que los guerrilleros eran extranjeros subversivos anti-patriotas, tal vez estos conscriptos fortalecían inintencionalmente la autoridad del ejército represivo con su mera presencia; pero no importa eso. Desde su subjetividad, Hermindo Luna y los demás soldados que combatieron contra Montoneros creían honestamente que estaban luchando por la patria, ni siquiera se rindieron. En ese sentido, aún si una persona tiene simpatía por Montoneros, no significa que no se pueda valorar o rememorar a los caídos del ejército de Formosa. Ahora ¿Deben ser rememorados como combatientes que lucharon por la "patria"? ¿Son "víctimas de la subversión"? No sé, quizás alguno tenga un criterio adecuado al respecto (y esto con total independencia de la valoración positiva o negativa que uno haga de la acción de Montoneros contra ese regimiento. Obviamente el grupo de la memoria completa rememoraría estos intentos de copamiento de manera monolítica, para demonizar a la guerrilla apátrida criminal mientras pretende fortalecer la corporación militar. Véase como paradigma, que hay un monumento al combate de Manchalá donde se elogia a los soldados del ejército y no se rememora el intento del ERP de liberar la escuelita de Famaillá.... se ve que para el grupo de la memoria completa, eso no es tan "patriótico" como para tenerlo en cuenta)



El conscripto Hermindo Luna, uno de los caídos en combate más conocidos de la "Operación Primicia" de Montoneros, el intento de copamiento del regimiento de Formosa. Los combatientes de la guerrilla ultimaron a Luna para que se rindiera porque no era el objetivo de ellos los conscriptos, pero Luna haciendo honor a un patriotismo, desobedeció la orden de los montoneros al grito aparente de "¡Acá no se rinde nadie, mierda!" y muriendo rápidamente por las balas


Como un agregado que trastorna la valoración de estos hechos, tengamos en consideración que Montoneros partía de otros presupuestos valorativos: a diferencia de una organización guerrillera "anónima" (por ejemplo el OCPO), Montoneros tenía mucho dinero producto del secuestro de los hermanos Born. No era necesario copar un cuartel para robar armas, cuando ellos las podían comprar. Aunque Montoneros no quería matar conscriptos (no eran el objetivo de ellos), lo cierto es que su acción ni siquiera estaba justificada por la lógica de necesidad. Podían comprar las armas en vez de arriesgarse a un episodio que le costara la vida tanto de sus combatientes propios como de conscriptos ajenos. Si esa acción de Montoneros carece de justificación, se vuelve innecesaria y sus víctimas aumentan su "valor" como víctimas. Se vuelven víctimas de decisiones irracionales, estúpidas de Montoneros. Entonces, no es del todo desacertado cristalizar estos conscriptos muertos como víctimas totales, aún cuando cayeron en combate y no desarmados

Pero continuamos sin solucionar un punto: estas "víctimas totales", estos "inocentes combatientes" (no creemos que sea un oxímoron en estas circunstancias), estos conscriptos que no eran represores ni nada malo, ellos no lucharon por la democracia objetivamente. Por supuesto que subjetivamente los efectivos del ejército en Formosa o en Monte Chingólo o en Manchalá, todos ellos subjetivamente pelearon para defenderse y defendernos de "la subversión apátrida foránea". Pero no podían defender la democracia y el Estado de Derecho aunque lo desearan. Véase como ejemplo este cartel de la provincia de Formosa que rememora el asalto de Montoneros al cuartel (foto cortesía del twitter de Ceferino Reato)



La leyenda del cartel reza que los conscriptos entregaron sus vidas para defender la democracia. Subjetivamente esos conscriptos lo habrán pensado así cuando estaba muriendo en el combate, no tengo por qué dudar del patriotismo de estos jóvenes conscriptos inocentes. Pero en 1975 no había una "democracia" en el sentido normal de la palabra. Con los comandos para-policiales de la derecha política matando a más personas en 3 años que la guerrilla en 10 años, con la escuelita de Famaillá y otros brutales atropellos del ejército contra la población civil en Tucumán, con la fuerte censura a las expresiones de izquierda (incluso expresiones artísticas), con la Triple A forzando a la gente al exilio, todavía con la censura de antiperonistas (que no siempre eran de izquierda), la represión policial y militar contra las huelgas laborales y las reuniones estudiantiles ¿Realmente la rememoración de estos muertos debe llevar aparejada la falsa leyenda de "defendieron la democracia"? (como si además la democracia de toda una nación peligrara porque un grupito asalta una unidad militar aislada) 

O más ridículo es la placa en el monumento de Manchalá, que señala que todos los efectivos del Operativo Independencia (desde conscriptos, hasta el Estado Mayor del ejército asentado en Famaillá que torturaba) defendían el Estado de Derecho 



Lo curioso es que los mismos apologistas gustan de recordarnos que al golpe militar de 1976 lo "pidió" la gente, o sea que bajo su propia lógica apologética se está admitiendo implícitamente que a nadie le agradaba la "democracia" de Isabel

Qué tan frágil era la democracia o el Estado de Derecho, que todavía dentro de esos "escenarios de batalla" ocurrieron delitos de las fuerzas armadas, como las ejecuciones extrajudiciales de Formosa y Monte Chingólo

El caso de estos conscriptos de Formosa, dentro de todo es poco complejo, porque no eran represores ni pertenecían a una estructura inmediatamente represiva. Más difícil es la rememoración como héroes o víctimas de la guerrilla, de aquellos efectivos del Ejército que cayeron legítimamente en combate en el Operativo Independencia, pero que pertenecían a Fuerzas de Tarea (grupos que tenían la misión de detener gente y remitirlas a los centros clandestinos)


Pero entonces ¿Cómo rememorarlos?

Algo de estas contrariedades sufrió el ex-presidente Carlos Menem, cuando se queja amargamente de una exclusión en la comisión de DD. HH. por hablar favorablemente del Operativo Independencia:



Menem en el video, dice que él solo alabó la victoria del ejército contra la guerrilla en combate y no haciendo referencia a las actividades de los centros clandestinos. Nadie niega la existencia de soldados del ejército muertos en combate real en ese operativo; el problema reside en cómo separar esos combates y sus muertos del vasto plan represivo. El Operativo Independencia no fue un operativo "dividido" en 2 porciones una la combatiente y la otra la clandestina. Si hubo combates entre la guerrilla y el ejército, fueron puramente casuales porque el operativo fue diseñado en su esencia como un plan de rastrillajes, allanamientos, controles de rutas, acción cívica, y fundamentalmente trabajos de inteligencia y cacería en las ciudades y el monte contra gente desarmada. Nunca fue diseñado como un operativo bélico (aunque propagandísticamente se lo tildara así). Hablar entonces de una "victoria" del ejército es muy delicado ¿Puede compararse el marco inteligible donde se gestaron esos combates con el marco de Malvinas por ejemplo? es delicado.... 



Página de un legajo militar del año 1998, donde un oficial retirado le pide encarecidamente al Jefe de Estado Mayor General del Ejército (JEMGE) que le devuelvan los beneficios económicos de seguridad social que le quitaron, por negarse 20 años atrás en el Operativo Independencia a realizar actos aberrantes en las tareas de rastrillaje. Es una prueba más de cómo el Op. Independencia fue ideado como un plan violatorio de los DD. HH. hasta en sus rastrillajes, y del ostracismo que sufrieron aquellos soldados que se negaron a torturar. Pag. 96-100: 



....Y asegurar que hubo héroes del Operativo Independencia -en referencia a los muertos del ejército en combate-, incluso héroes que no eran represores para nada, no da seguridad acerca de cuál es la manera "objetiva" de recordarlos ¿Son héroes de un plan represivo -aunque ellos en particular no fueran represores-? Si yo tuviese que recordar al Capitán Cáceres, muerto en el combate de Pueblo Viejo ¿Cómo lo recuerdo? ¿Qué tengo que escribir en la placa recordatoria? Si yo quisiera ser objetivo, tendría que escribir: "El Capitán Cáceres fue un héroe del ejército que murió en un combate casual contra la compañía de monte del ERP, dentro del plan represivo contra gente desarmada que significaba el Operativo Independencia" ¿Seguro que a los apologistas les gustaría esa objetividad? Porque aún si quitamos el componente clandestino del operativo, se trató de un plan policial y no bélico. Los muertos en combate de este operativo tendrían el mismo valor que la muerte de un policía contra un delincuente en combate. Pero el ejército hasta el momento ha recordado estos héroes con la épica de la guerra y no la épica de una lucha contra la delincuencia común. Tal vez inevitablemente por el simbolismo de guerra que tienen las fuerzas armadas; por lo que habría que discutir si el ejército realmente puede rememorar estas personas con el merecido tono policial en vez del belicoso, y cómo se construiría ese tono policial. Porque aún la expresión genérica de "murió en cumplimiento del deber militar" da una entidad equivocada a su muerte: murieron como soldados militares, es verdad, pero cumpliendo un deber policial

En ese sentido ¿Héroe de qué? ¿Héroe de un combate "a secas"? ¿O héroe de guerra? (a pesar que ese operativo no fue siquiera diseñado como un operativo bélico) ¿Es un héroe de la "patria", a pesar que la guerrilla nunca puso objetivamente en peligro la patria? 

¿Y acaso el ejército puede atribuirse ser objetivamente defensores de la "patria" en esos años? Otra discusión en camino: qué significaría la patria, por qué dicen que una guerrilla minúscula supuestamente atacaba la patria, etc. Volviendo con el ejemplo del trabajo del ERP en las villas y los Titanes en el Ring: los villeros ¿A quiénes veían como más patriotas? ¿Al ERP que les llenaba el estómago con la comida que le afanaban a los empresarios? ¿O al ejército que no hacía nada por ellos (o los reprimía)? Entonces no es todo tan blanco y negro de "el ejército defiende la patria y la guerrilla no lo hace". Eso depende de distintos segmentos políticos y sociales: obviamente al empresario víctima del robo le parecía más patriota el ejército porque eliminaba a los guerrilleros; el de clase media quizás era ambivalente o indiferente; etc.

Institucionalmente, las fuerzas armadas ya habían dado 5 golpes de Estado anteriores al de 1976. Por lo que se hace problemático decir que eran "defensores de la patria" y los guerrilleros NO

Los familiares de los caídos en estos combates, se quejan que sus parientes no son recordados u homenajeados de la misma manera que los desaparecidos -aún los desaparecidos que eran combatientes-. Pero estos familiares tampoco han discutido y fundamentado cuál es el modo más objetivo de recordarlos. Porque yo entiendo que los familiares quieran inflar las características de sus hijos como "héroes de guerra" o "heroicos soldados patriotas", pero lamentablemente no es así. No defendieron la patria ni fueron a la guerra. No por falta de voluntad de esos muertos; simplemente la historia o el destino no los hizo colocar en esa posición privilegiada de una guerra

Creo que la única manera objetiva de rememorarlos, es como combatientes que lucharon por lo que ellos subjetivamente creían que era la patria (o la democracia si se quiere). Y en ese sentido, y solo en ese sentido, son héroes porque no se rindieron, no se acobardaron



Profundicemos quiénes, en principio, deberían, en un plano ideal, recibir homenajes y con cuáles rótulos:

a-Las víctimas dolosas combatientes o no-combatientes de la represión gubernamental, bajo el rótulo de víctimas del accionar del Estado, quien es el órgano máximo que debe velar por la integridad de cualquiera, sea delincuente o no

b-Las víctimas dolosas de la guerrilla que fueron inocentes, bajo el rótulo que a usted le parezca

c-Las víctimas represoras de la guerrilla, bajo el rótulo de víctimas de la justicia por mano propia (podrían incluirse aquí las víctimas inocentes del daño colateral, aunque con las connotaciones culposas)

d-Las víctimas culposas de la guerrilla y el gobierno militar (estas últimas, por cuestiones de "economía" conceptual estarían mayormente subsumidas en el homenaje a las víctimas del accionar estatal)

e-Quedarían fuera de los homenajes aquellas víctimas del gobierno o de la guerrilla en las situaciones de necesidad justificante o exculpante (eso incluye a las víctimas del daño colateral)

La pregunta que surgiría: ¿El grupo de la memoria completa estaría dispuesta a rememorar a las víctimas de la guerrilla con esas categorías? Podemos decir que el secuestro de los hermanos Born es obra de una guerrilla delirante (rótulo que yo mismo le coloco, siguiendo el inciso b), pero también deberíamos decir que el atentado contra el comisario Villar (jefe de la Triple A) fue obra de la justicia por mano propia (inciso c), o tal vez hasta una situación de necesidad justificante/exculpante. El problema que yo presiento, es que los grupos de la memoria completa solo desearían rememorar a todas las víctimas de la guerrilla por igual, como víctimas de un terrorismo salvaje irracional, descontextualizando todos los motivos que tuvo la guerrilla con sus distintas clases de víctimas. Y es obvio que esto NO funciona como si fuesen las víctimas de un Estado. En un homenaje para las víctimas estatales, se podría fácilmente mezclar delincuentes y no-delincuentes porque el objetivo no es recordar la "inocencia" de nadie sino el proceder reprochable del Estado contra cualquiera, teniendo en cuenta que el Estado es un garante ético de protección [Ciertamente, es mucho más fácil recordar a las víctimas inocentes que culpables para la sociedad, por eso el Parque de la Memoria sobre los desaparecidos pudo levantarse, pues sería muy difícil convencer que se erigiera un monumento a miles de personas probadamente acusadas de asesinato o violación. Debido a que la mayoría de los desaparecidos ni siquiera era combatiente, es más fácil una conmemoración. Pero en un plano muy idealizado, al Estado no debería importarle la inocencia o culpabilidad de las víctimas que provocó]

Como la guerrilla NO es un Estado ni se le exige una garantía de ética de protección, no tendría sentido homogeneizar a las víctimas de la guerrilla por igual. Hay herramientas distintas entre un particular y un estatal: mientras al Estado se le veda penal y éticamente la utilización de la justicia por mano propia al poseer una mayor gestión de recursos y una identidad jurídica, a un particular se le veda penalmente pero la discusión ética no siempre está vedada y depende de muchos factores. Si un padre descubre que su hija fue violada por un vecino, y este padre se encuentra con el vecino y lo mata a golpes para mitigar su dolor sentimental personal, el Estado lo arrestará sin dudas porque no se permite penalmente la justicia por mano propia; pero el reproche ético es variable: algunos entenderán la actitud (justificándola o no), otros la repudiarán. Invirtiendo el planteo para ubicarlo en el contexto de las conmemoraciones, el vecino agredido podría recibir algún tipo de rememoración como víctima de la justicia por mano propia, pero no como víctima pura y virginal inocente ni estaría privado de discusión sobre lo que hizo el castigado; en cambio si hubiese sido agredido por el Estado sería una víctima del accionar estatal y a nadie le tendría que importar, idealmente, la inocencia o culpabilidad de la persona porque la conmemoración funciona como un reproche al Estado 

(Si la perspectiva a tratar en el ejemplo es el "padre", pues no recibiría rememoración en el caso citado, pero por otro lado se vuelve difícil demonizarlo por su acto de justicia con mano propia. Por ello, para la guerrilla argentina, no se entiende la postura de personas como Victoria Villarruel que demoniza a algunos guerrilleros en el Parque de la Memoria ¿Es concebible un grado tan alto de demonización para quienes cometieron justicia por mano propia? Si en el parque se encuentra un guerrillero que puso una bomba a un represor ¿Vamos a decir que es un terrorista malísimo? ¿No podemos encuadrarlo en un acto de justicia por mano propia? Villarruel no discute el tema porque no se le ocurrió o porque no le interesa la complejidad del asunto sino simplificarlo todo)

En otros casos no habría diferencia entre particular y Estado, al menos éticamente: una muerte culposa es de igual valor para el Estado como para un individuo no estatal. Hay varias víctimas de la guerrilla que son culposas, y dudo que los interesados por la memoria completa quieran recordarlas como culposas, en cambio la licúan en el discurso de víctimas del insensible terrorismo subversivo premeditado 



Maby Picón, esposa del Capitán Viola y madre de Cristina Viola. Víctima directa también del atentado del ERP, donde vio morir a su marido e hija

Fernanda Viola, hermana de Cristina Viola. También sufrió directamente el atentado del ERP, debiendo soportar numerosas operaciones en su cabeza y con algunas secuelas físicas irreversibles


Testimonio de la familia Barrios sobre la muerte de su hijo de 3 años a manos de Montoneros. La organización mató accidentalmente al hijo en un operativo donde asesinaron intencionalmente a un policía


Si capturamos todo el sentido ético o moral antes descrito, no creemos que sea totalmente descabellado rememorar a las víctimas de los daños colaterales de la guerrilla en conjunto con los desaparecidos. No creemos que sea chocante que se recuerde a Paula Lambruschini o a los muertos inocentes de Coordinación Federal en el Parque de la Memoria, junto con los restantes desaparecidos en el Muro de piedra (incluyendo los guerrilleros que mataron a Lambruschini por ej.). Pero para que ese recuerdo "simultáneo" tenga sentido, los apologistas deben asumir algo que ni de lejos están dispuestos a hacer: tienen que asumir que esas fueron víctimas de una resistencia contra la represión estatal (sea en dictadura o en el gobierno de Perón). Los muertos inocentes de Coordinación Federal fueron víctimas de un Estado al que no le importó que sus empleados trabajaran en un lugar apto para que un civil hiciera justicia por mano propia (a sabiendas que un civil no tiene los recursos estatales para precisar su puntería y evitar las víctimas inocentes). Los apologistas no quieren esto: quieren que esas víctimas se computen moralmente a la guerrilla, ya no fáctica o jurídicamente sino MORALMENTE. Que esas víctimas sean recordadas como "víctimas del terrorismo insensible, despiadado", no como daños colaterales de una resistencia. Como si Montoneros hubiese puesto la bomba en Coordinación porque le encantaba matar a esos inocentes finalmente muertos, y no como un acto violento de resistencia contra una institución represiva

Hasta moderados como Ceferino Reato desean recordar a estas víctimas como "víctimas de Montoneros"; "víctimas de la guerrilla" en sentido moral, y no como víctimas de un hecho de resistencia llevado a cabo por Montoneros (en cuyo caso la culpabilidad moral sería desplazada al gobierno, quien creó las condiciones adversas para que existiesen esos actos de resistencia)


Estas problemáticas no son originales de Argentina. Otros países del mundo sufren de estos dilemas y lo resolverán a su modo.... o directamente NO lo resuelven. Vamos a retornar con los "justicieros" contra los alemanes como ilustración: el caso del diplomático Ernst vom Rath, asesinado injustamente siendo inocente: un judío que estaba viviendo en Francia se acercó a la embajada alemana y lo mató de un disparo, en protesta por la penosa situación de deportación que vivían sus padres en el país germánico, debido a la política nazi de expulsión. Ahora ¿Por qué no hay largas rememoraciones a su persona en Alemania, si es inocente? ¿Por qué no hay una placa obligatoria al lado de los museos del holocausto, de los campos de concentración conservados en Alemania u otros países, tal como demanda la "lógica" de Ceferino Reato? Nadie está en contra de vom Rath, pero recordarlo a él lleva aparejado un contexto específico que diluye las intenciones de un homenaje de esa envergadura, excepto si se le desea recordar con un enfoque novedoso que hasta ahora nadie ha propuesto. Pero homenajear a vom Rath así sin más, sin agregar el contexto, conllevaría a un enfoque que muchos tomarían como una forma de demonizar a su agresor, por lo cual los interesados del agresor opondrían el contexto en el que actuó. En este caso sin embargo entraríamos en un tema que no tocamos aquí con su verdadero nombre: el asesinato como protesta política de una situación de gravedad. De esto profundizaremos en el apartado "¿Existe algún estado de necesidad para las fuerzas armadas y policiales?" pero es muy delicada la discriminación de esta clase de víctimas ¿Deberíamos recordar a esas víctimas como simplemente inocentes? ¿O las recordamos como inocentes asesinados en un contexto determinado? Dicho en otras palabras ¿Vale contextualizar el asesinato, a sabiendas de la posible "degradación" de su valor como víctima? Después de todo, el asesinato de vom Rath es lamentable y no está amparado ni por la justicia por mano propia ni tampoco por ningún estado de necesidad; pero nadie se ha puesto a demonizar a quien le agredió ¿Eso no es ser "condescendiente" con el asesinato de alguna manera? 



Ernst vom Rath, el diplomático alemán "inocente" asesinado. Su muerte desencadenó la venganza nazi contra la población judía conocida como "La Noche de los Cristales" (Kristallnacht)


Herschel Grynszpan, fotografiado en su captura policial. Fue quien asesinó a vom Rath (que era un civil) como protesta ante la penosa situación de sus padres. A pesar que nadie niega que mató a un inocente, no se lo ha "demonizado" como un criminal en las conmemoraciones del holocausto o la Kristallnacht


Algunas víctimas de la guerrilla argentina también entran en esta categoría (por ejemplo los policías inocentes asesinados por pertenecer a una institución represora: el guerrillero no mata al policía por su cualidad personal sino por su pertenencia a un organismo torturador); si bien es muy discutible librar a la guerrilla de alguna clase de demonización, porque después de todo los guerrilleros tendrían que ser conscientes que esas legitimaciones son limitadas: una cosa es el caso aislado de vom Rath y otra cosa es que el agresor de vom Rath se ponga a matar a medio mundo: la legitimación -o su ausencia de demonización- empieza a resentirse. Trasladando al caso argentino, una cosa es matar a UN inocente como protesta política (sea o no sea útil el atentado), y otra cosa es matar a muchos cuando no te está dando ningún resultado concreto; lo último ralla en el patetismo de la guerrilla, de su impotencia para enfrentarse a objetivos militares relevantes (un ejemplo de ello es el asesinato que cometió el ERP contra un mayor bioquímico, en represalia por los sucesos de Catamarca). Los organismos de la memoria completa tienen todo el derecho de homenajear a ese género de víctimas, pero ese patetismo de la guerrilla contrasta con las intenciones del apologismo de elevar a los guerrilleros como super ejércitos, por lo cual la rememoración contextualizada estaría bien y no le quitaría ni un gramo de calidad de "víctima inocente" a los muertos; pero choca con el relato apologista



Pierre Georges, un partisano comunista francés mayormente conocido por ser el autor del primer crimen de la resistencia guerrillera contra los alemanes en la ocupación nazi de 1940. Asesinó a un auxiliar de la Marina alemana, es decir a un soldado alemán de bajo rango. Lo asesinó en la calle, o sea cuando no estaba en combate. Francia venera actualmente a este partisano como un héroe de resistencia, pero la pregunta inevitable para este posteo es: ¿Valió la pena matar a un inocente? ¿Sirvió de algo? Francia se caracterizó en la segunda guerra por tener una coexistencia pacífica con su invasor (al punto de llegar al colaboracionismo), por lo que no puede decirse siquiera que este crimen partisano contara con el beneplácito de la población. Se cumple la "paradoja" donde el inocente no es rememorado, mientras el "culpable" recibe rememoración. Esto sucede en Francia también, no solo en Argentina



Plaza de Francia, llamada "Place du Colonel Fabien" en honor al partisano Pierre Georges, cuyo nombre de guerra era "Colonel Fabien"


Aquí nos hallamos frente a la pura, purísima lógica del partisano: estos hombres no pueden enfrentarse regularmente al gobierno porque perderían la batalla, ya que carecen de recursos  y efectivos. Entonces hacen algo más fácil: matar policías y militares, que son los elementos de defensa del gobierno, a través de emboscadas o con acciones solitarias. Esta metodología es harto problemática porque tanto los partisanos como sus detractores tendrían razón en algún aspecto de la discusión: los detractores dirían que ese método solo sirve para asesinar policías perejiles que no hicieron nada; y que un gobierno tirano no se va a amilanar por la muerte de unos cuantos policías, que incluso redoblaría la apuesta con muchísima más represión. Los partisanos por su lado, pueden argumentar que si no matan a ningún elemento defensivo del gobierno -esto es policías y militares- entonces no están resistiendo a la tiranía, no están haciendo nada que pueda hacer pensar al gobierno y/o la sociedad que existe un foco de oposición, dando a entender que todos están conformes con el gobierno abusivo. Entonces necesitan matar, aunque sepan que esos policías son inocentes. Los detractores pueden argumentar que esas muertes no generan siquiera el efecto propagandístico para animar a la población a insurreccionarse; que el método está mal planteado y el gobierno incluso se fortalece. Aquí los detractores ganarían la discusión probablemente, pero a costa de girar el núcleo deontológico: ya no se discute que matar policías esté moralmente mal, sino que no sirve para nada. Estamos en un problema: matar es malo, pero en el contexto tiránico se esfumaron los elementos de condena moral hacia el asesinato perpetrado por los partisanos; ahora emergen otros motivos de condena como lo es la utilidad. Por tanto ¿Qué sentido tiene condenar moralmente al partisano? Se los debe condenar por inútiles, por soberbios; no por inmoralidad. Ni los partisanos de Francia ni los de Italia ni los soviéticos ni otros partisanos hicieron su mea culpa, a pesar que ellos saben que mataron policías inocentes (caso de Via Rasella)

Por supuesto que podrían existir argumentos absolutamente morales del tipo "Matar es pecado" correctamente fundamentados. Pero hasta el momento yo no he encontrado del apologismo argumentos netamente morales/religiosos que personalmente logren convencerme. El apologista más moderado, Ceferino Reato, en la prensa sobre su libro "Masacre en el Comedor" -que trata de la bomba de Montoneros a la Policía Federal de julio de 1976- ensaya tanto la crítica moral como la crítica utilitaria. Desde la perspectiva utilitaria, Reato indica que ese crimen de Montoneros no les sirvió de nada, no mataron a nadie importante, e hicieron que la dictadura fuese más implacable contra ellos, consolidó su poder gubernamental, endureció a la policía, etc. Cuando Reato critica desde ese enfoque, no podemos reprochar nada: es una crítica legítima. Pero ese enfoque es mantenido por breve tiempo en Reato, para luego extenderse en la crítica de tipo moral "Matar es pecado" y entonces dibuja a la guerrilla como un grupito de fanáticos socialistas que solo querían matar gente para imponer sus fines socialistas, que su atentado fue un acto de terrorismo, que las víctimas de ese atentado no son víctimas de segunda categoría, que no hay víctimas buenas y víctimas malas, que murió gente que no tenía nada que ver, etc. Así, cuando Ceferino Reato entra en este enfoque, parece que da igual si Montoneros colocó la bomba mortal en una comisaría represiva o en un Spa; total esa bomba mató personas y "matar es malo"..... pero criticar un atentado de ese modo descontextualizado no es el argumento más convincente para analizar y contrarrestar el fenómeno de la justicia por mano propia y la retaliación. Yo dudo mucho que podamos convencer a un justiciero diciéndole "poner una bomba en la casa de un pederasta es pecado, está moralmente muy mal"; necesitamos otros argumentos para batallar eficazmente contra estos intentos de retaliación

Con la lógica tan mecánica de Reato, tendríamos que concluir que aquellos partidarios a favor de bombardear el campo de concentración de Auschwitz son "terroristas" o apologistas del terrorismo, ya que no consideran el hecho cierto que ese bombardeo hubiese producido víctimas inocentes:





Documental que relata la discusión de altos mandos aliados en 1944 acerca de la viabilidad de bombardear Auschwitz. Nótese cómo este concepto de "bombardeo" es tomado por algunos partidarios positivamente en vez de negativamente; aún con la probabilidad de ocasionar la muerte de la misma gente que intentaban salvar


Si seguimos la lógica rígida de Reato de "Matar es pecado" y condenamos mecánicamente el atentado al centro clandestino de Coordinación Federal de julio de 1976, entonces con ese razonamiento tendríamos que decir que el atentado de Montoneros contra el hogar de Walter Klein es menos grave que la bomba de julio del 76, porque en el atentado de Klein no murió nadie de milagro. Pero lo cierto es que, a título personal, yo creo que lo ocurrido contra Klein es mucho peor; porque esa familia no participaba directamente en la represión ni el hogar donde pusieron la bomba tenía nada que ver con una institución represiva. La bomba de julio de 1976 tiene una lógica coherente. La bomba contra la familia Klein no tiene ninguna lógica coherente

Montoneros en julio de 1976 mató inocentes con su bomba, es totalmente cierto.... pero puso una bomba en un centro clandestino, eso lo debemos tener en cuenta. Incluso ignorando este último punto, colocó una bomba en una institución represiva

Pero da igual esta fundamentación moral, que no deja de ser legítima. No deja de ser "saludable" que Reato nos diga que "matar es pecado". Lo malo no esto, sino otra cosa: si Reato no va a aportar argumentos complejos y se queda en lo simple y legítimo de "matar es pecado", después no puede venir a tirar pavadas conspirativas de "las víctimas olvidadas", "la historia oculta" y todas esas huevadas como si hubiese realmente un ente malévolo encargado de suprimir de la memoria a determinadas víctimas. Con ese criterio, Alemania e Italia también están cooptados por estos entes malignos que ignoran a determinadas víctimas

Un conocido sobreviviente combatiente de Montoneros, Carlos Muñoz, logró sobrevivir a tanto a la ESMA como a Coordinación Federal. En 1976 cayó prisionero, y relata su vivencia junto con otro amigo con el que cayó, primero en una comisaría donde los picanearon y luego derivado a Coordinación. Muñoz fue liberado pocos días antes del atentado de Montoneros al comedor de ese edificio. Cuenta su experiencia en el centro clandestino de C. Federal:

Siento que caminamos por un lugar amplio (calculo que sería el garaje) nos meten en una especie de ascensor o montacargas, nos suben, siempre a los golpes. Llueven piñas por todas partes. Nos dicen que ahora vamos a saber lo que es bueno, “Van a ver lo que tenemos reservado para ustedes”; “Ahora van a saber lo que es la máquina”. Apenas bajamos, nos ponen en bolas a los dos. Me cagan a trompadas otra vez, me tiran al piso y desde ahí escucho como le dan picana al Negro. Estaba ahí nomás, muy cerca. A mi cada tanto me daban una patada, pero estaban muy concentrados en Chimino. Que repetía una y otra vez: “Carlitos no tiene nada que ver”

Le dan máquina a Chimino un rato bien largo y después me empiezan a dar máquina a mí, me suben a una especie de elástico y me ponen algo enredado en el dedo gordo del pie, supongo que sería un cable. Me pasan por el cuerpo una bolita. Era terrible, te-rri-ble. No tenía con qué comparar pero era doloroso hasta la concha de la lora. Me preguntaron por La Vecinal [asociación], me preguntaron por “Melli”, un compañero que había sido referente del Partido Peronista Auténtico y que era el presidente de La Vecinal. Hacia como dos meses que le habían allanado la casa y el Melli estaba prófugo. Así que le dije a los que me picaneaban que yo podía decirles donde estaba su casa y con eso logré parar la picana. “Es en la calle Cochabamba tal número”, les dije. Y ahí me recagaron a  palos. “Esta dirección no sirve, hijo de puta”, me dijo uno. “Señor, es la dirección que yo conozco. Tengo buena voluntad y trato de colaborar ¿por qué no sirve esa dirección?”, les dije, haciéndome el boludo

El interrogatorio era absurdo. “¿Dónde está la plata?” me preguntaban. “¿Qué plata?” decía yo. Me preguntaban cómo se llamaba mi tío comisario. “Aldo Cavani” respondía aunque no fuese estrictamente cierto porque Cavani no era en rigor un tío-tío sino un primo de mi viejo

La cosa es que allanaron La Vecinal y trajeron a todos los vecinos que encontraron, aproximadamente unos treinta. Entre ellos había uno, de apellido Canale, que tenía una pata de madera, una prótesis. Los cagaron a trompadas a todos, les dieron máquina a todos. Sobre todo a Canale

Me tuvieron dándome máquina un rato larguísimo, no sé cuánto. Y después, medio quemado, me tiraron con las manos atadas a la espalda en un “tubo”, un calabozo chiquito. Ahí estaba Chimino y otro más que no sé quien era pero que se la pasaba llorando. Lloraba entrecortadamente. Hacia mucho frio y El Negro le decía “No llores más, no hinchés las pelotas”. El Negro me dijo que estaba completamente desnudo, no le habían dejado nada. Yo, en cambio, conservaba parte de la ropa, el calzoncillo, el pantalón de corderoy y el saco, un saco muy paquete. Las botas me las habían sacado al toque: apenas entré al calabozo me vinieron a preguntar cuánto calzaba y ahí mismo me las sacaron.  El suéter y la camisa me los habían cagado después. Hacía un frío de cagarse, pero además estaba el tema del pudor. Tenía las manos atadas atrás, no esposadas, y me di cuenta de que las podía pasar para adelante. Así que le dije a Chimino: “¿Querés que te pase los calzoncillos?”. Me acuerdo que se río y no me contestó. Así que me flexioné un cacho y me saqué los pantalones, y después me saqué los calzoncillos, se los pasé y me volví a poner los pantalones

Pedías agua y no te contestaban, pedías ir al baño y no te contestaban. Así que meábamos en uno de los rincones de la celda, a dónde nos arrastrábamos. Estábamos muy hechos mierda, muertos de sed y de terror. El Negro me comentó en un susurro “¿Viste como duele la máquina de acá? En comparación, la de la comisaría no dolía nada. Allá yo gritaba para no defraudarlos”. Mantenía el sentido del humor pese a que estaba hecho remierda, muy quemado… Y al lado nuestro, en otra celda, estaba Silvana [compañera de militancia]. Gritaba. Deliraba. Una de las cosas que decía era “Patán, Patán, yo no te canté, tu nombre estaba en una boleta de gas”. Una y otra vez. Era terrible. Estaba con un tiro en la gamba, no la habían atendido y deliraba. “Vivan los Montoneros”, gritaba. En un momento deliberamos con el Negro si le decíamos que se tranquilizara, qué estábamos ahí, pero vimos que era inútil, que deliraba y que en el delirio iba a delatarnos. Pobrecita. Era obvio que a cada rato la violaban porque ella gritaba y se escuchaban golpes. “Salí de acá, salí de acá”, gritaba ella. “Callate hija de puta”, le decían. No fue una ni dos veces, sino muchas. Una cosa espantosa. Hay que ser muy perverso para cogerse a una mina herida que delira.

Había otras compañeras ahí. Las tenían en celdas individuales, y por lo que escuchábamos, los horribles también las violaban sistemáticamente. A nosotros nunca nos dejaron higienizarnos. En cambio a ellas, según escuchábamos, las llevaban a bañar todos los días

Al tercer o cuarto día nos llevaron a “la leonera”, una celda grande dónde estábamos hacinados entre 45 y cincuenta tipos. A poco de estar escuchó que uno grita “Guardia, se me está aflojando la venda” y pensé, “pero qué boludo”. Esperé a que se me aflojara, para ver un poco dónde estaba y qué pasaba, pero uno de los guardias se me acercó, amagó golpearme, y como lo vi y me moví, gritó: “¡Este ve!” y me cagaron a golpes y me llevaron a una habitación chiquita dónde me pusieron sobre los ojos tela adhesiva y por encima un cinturón tan pero tan apretado que me rompió el tabique de la nariz y me dejó flor de cicatriz. Recuerdo el “¡crac! Y el dolor. Sentí que la sangre se me agolpaba en la cabeza, que me palpitaba el cerebro.

Al tercer día, cuando ya estábamos en la leonera, se ve que detectaron la casa de su hermana [del Negro], la allanaron y encontraron un par de fierros, un par de granadas y material del área de prensa, dónde laburaba. No sé si fueron los tipos que volvían del allanamiento o la misma guardia los que preguntaron: “¿Quién es Fidale? Que dé un paso al frente”. Y entonces El Negro se levantó y este… lo empezaron a cagar a trompadas, a cagar a trompadas, a trompadas… Era algo muy dantesco porque estábamos todos juntos, tirados en el piso, y cuando le pegaban caía arriba tuyo. Y en un momento un tipo recontrasacado nos agarró a los dos de los pelos, “Vení para acá, vení para acá” y nos llevó a un tubo y entró con nosotros.  No recuerdo exactamente todas las barbaridades que decía, pero sí que dijo “¿Así que eras inocente hijo de puta?” Estábamos los dos tirados en el tubo con la cabeza para adentro, con las patas contra la puerta… tocándola porque el tubo era muy cortito. Escuche cuando el sacado amartilló el arma. Dijo “Te voy a matar”. Y tiró… Estábamos muy cerca con El Negro, hombro con hombro… Sentí como su sangre me salpicaba. Y el tipo me dijo “Andá y contalo”. Y me llevó de nuevo a la leonera

El Francés [compañero de celda] me dijo “Estoy hecho flecos”, una frase de la época que esa vez era literalmente verdad, porque lo habían tajeado mucho con una yilé. “Me chupó mi hermano”, agregó. De pura casualidad, me contó, entre quienes lo secuestraron estaba un hermano suyo que era policía. Y que por ese motivo lo iban a legalizar. Porque su hermano lo había negociado con sus jefes. Me imagino la escena y al Policía diciendo “Huy, qué sorpresa. Este es mi hermano que está en el otro bando”

También me informó ahí, en la leonera, que el que estaba cantando todo era Alberto, el mismo que había cantado la cita con Silvana y David. Otro que estaba cantando, me dijo, era El Camello, un colimba que militaba en Parque Patricios. Fuera de ellos dos, me aseguró, el resto se estaba portando bien. Era verdad, ahí no cantaba casi nadie, los que cantaban eran la excepción, yo no sé si porque los interrogatorios no eran buenos, porque la perversión de los tipos era tanta que provocaba repulsión o porque la sensación de derrota no era tan grande como la que había después, cuando caí en la ESMA. Quizá también influyera que aunque Camello estaba cantando, lo recagaban a trompadas igual que a todos. Su condición de buche no parecía servirle de mucho: estaba tirado ahí entre nosotros y cobraba igual que nosotros.

Todas las guardias eran una mierda, pero la del Turco Julián (Julio Simón) era la peor. De arranque tomaba lista, te hacia dar un paso al frente y te recontracagaba a trompadas. Le pegaba a todos, democráticamente. Y no sólo él pegaba, pegaba toda la guardia. Después te hacían hacer “ejercicios vivos”. Pensá que estábamos con las manos atadas a la espalda y vendados, así que nos caíamos uno arriba del otro. Además de algún pedacito de pan, en todo el tiempo que pasé ahí lo único que nos dieron de comer fue polenta. Y el Turco nos la meo. Lo dijo en voz alta: “A los montos le voy a mear la polenta”. Y nos la meó nomás. No lo vimos, pero escuchamos el ruido. Y nos dimos cuenta por el gusto, claro.

El Turco Julián ponía música y nos ordenaba: “Bailen en pareja”. Yo bailaba –es un decir, Pensá que estábamos atados– con El Gordo David.  Tenían un tipo que le decían “El Mogo” al que nunca vi. Lo traían, te soltaban las manos y te decían: “Pegale”. Y uno, con los ojos vendados, decía: “No, señor, cómo le voy a pegar”. Pero si no le pegabas al tipo, al que evidentemente lo tenían agarrado entre varios, te cagaban a trompadas a vos. Así que le pegabas. Yo no sé si el tipo era mogólico, pero lo que si, parecía mudo, porque bufaba pero jamás decía nada. Como naturalmente le empezabas a pegar despacio, pum, cobrabas. “No, así no”, te decían los de la guardia.”Pegale más fuerte”. Todo esto enfrente de todos los prisioneros, que no podían ver pero si escuchar, y de toda la guardia. Era un espectáculo para ellos. Entonces le pegabas al “mogo” un par de piñas y te decían: “Uh, se está enojando”. Y dos piñas después te ataban de nuevo las manos y alguien ordenaba “Ahora soltalo”. Y entonces “El Mogo” te destrozaba a trompadas… Algunos decían que era el propio Turco Julián el que se dejaba pegar, no lo sé… Para ellos era como un juego.

También obligaban a que los detenidos se chuparan la pija uno al otro. Y si te negabas te recagaban a palos. O a cadenazos, Porque Julián andaba con una cadena y te cagaba a cadenazos. Es inimaginable lo hijos de puta que eran. Entre nosotros había cuatro o cinco obreros de Astarsa, creo que cinco. Y una vez que el Turco nos estaba bailando, obligando a hacer ejercicios, uno se cayó y se golpeó mal. Y entonces va y le dice “levantate, levantate, levantate” y como el chabón no se podía levantar, le empezó a pegar con la cadena mientras le gritaba “levantate hijo de puta, levantate”, una y otra vez. Hasta que en un momento dijo “Ya está, se fue”

Otro día vuelven a sacarme de la leonera y a llevarme adelante… Yo la historia del comisario Cavani la tenía como sumergida. Me decía que no había servido para nada. Pero resulta que mi tío era entonces el jefe de la Delegación Córdoba de la Federal, lo que ellos llaman “un poronga”, me dijeron que era el quinto o el sexto cargo en importancia dentro de la Federal. Estaba vinculado con lo que había sido el Comando Libertadores de América, toda esa basura. Pero se había movido por mí a pedido de su primo, mi viejo. No sabían dónde había caído, así que ambos habían ido a la comisaría 20ª, y de ahí derecho a Coordina, a la Superintendencia (SSF). Mi viejo me contó que estuvieron en el despacho del jefe, un horrible que les negó que yo estuviera ahí. “Mire, jefe, si estuviera acá, se lo entregaría, pero no lo tengo. Si no me cree, vaya y revise piso por piso”, le decía a mi tío

A mi largaron un martes (15 de junio). El jueves anterior me habían sacado de los pelos y llevado adelante, a dónde daban máquina, me recontracagaron a palos y de postre, después de una paliza infernal, me dijeron: “Te vamos a  largar, te vas a ir de acá”. Y me llevaron de nuevo a la leonera. Yo me aferré a esa posibilidad. Y cuando lo vi al Gordo David [compañero de celda], le conté lo que había pasado. Y él me dijo “Qué suerte, qué bien, ojalá sea cierto”. Yo estaba mal, muy golpeado, como el orto. Después de minutos de silencio, él me dijo: “Si salís, decile a los compañeros que sigan peleando para que nosotros podamos seguir viviendo acá adentro”. Y después de un segundo de silencio, agregó: “Y también pediles por favor que pongan un caño [explosivo], que vuelen esto a la mierda”.

Parecen cosas antagónicas ¿no? Pero quizá no lo fueran tanto. La cosa es que yo me salvé raspando, con lo justo, porque al día siguiente (los Montoneros) le pusieron el caño al general Cardozo. Y el 2 de julio le pusieron el caño a la Superintendencia. Fue uno tras otro…

Tengo clarísimo que no me hubieran soltado después de la muerte de Cardozo, ni hablar después de la bomba en el comedor

Me hicieron bañar con un chorrito de agua, me sacaron la venda y me pude ver en un espejo. Casi no me reconocí de lo hecho mierda que estaba: tenía la nariz muy infectada. “No te preocupés –me dijeron– te vas a poner bien”. El trato era mucho mejor. Me puse el saquito, que estaba hecho mierda, lleno de polenta y de sangre, me fajé con un pedacito de frazada, me puse los pantalones sin los calzones, y las medias, que, no sé por qué, me las habían devuelto después de darme picana por última vez. Estaban mojadas y estiradísimas pero salí con las medias puestas. Encontré un pucho aplastado ahí, y como ya estaba cebado, dije “Guardia ¿me puede dar fuego?”. Me fumé ese fasito y me metieron en un tubo


Uno debe preguntarse en estas condiciones ¿Qué hacer? ¿Poner la bomba en ese lugar donde ocurren todas esas cosas? ¿Esto a riesgo de matar inocentes? ¿Esto a riesgo de matar a los propios militantes? ¿Esto a riesgo de no solucionar nada? Pero entonces ¿Hay que quedarse inactivos, inmovilizados? Cualquier acción que se hubiese tomado habría estado bien; incluso no hacer nada, no poner esa bomba habría estado fenómeno. Pero Montoneros colocó la bomba ¿Cómo valoramos el atentado frente a la realidad de ese lugar? ¿Esa valoración es moral? ¿Es una valoración utilitaria? ¿Los inocentes muertos por esa bomba tienen la culpa? ¿Montoneros tiene la culpa que haya inocentes en un lugar así?

Sobre esto último, subyace latente un dualismo entre la crítica y el criticador; al punto que se hace indistinguible la resolución de la víctima de la guerrilla en esta disputa. No pasa por enfatizar la inutilidad que Montoneros asesine todos los días a un policía. Es evidente que la organización tendría que haberse dado cuenta, como máximo, a principios de 1977, que la táctica de matar policías (u otros funcionarios) no estaba dando resultado alguno. La represión militar no estaba disminuyendo por ese accionar guerrillero, ni había perspectiva de abandonar gobierno en el corto plazo. Muy posiblemente antes de esa fecha, Montoneros ya habría atado los suficientes cabos al respecto. Pero aún así continuaron con su táctica (matizándola, si se quiere, por contingencias políticas). Ahora ¿Por qué seguir con algo que no da resultado? Una de las respuestas más probables: porque Montoneros tenía que demostrar que existían, tenía que demostrar que todavía estaban vivos para las fuerzas represivas. Claro que esto lo demostraron mucho más trágicamente con la diaria consumición de sus militantes en las hogueras de los centros clandestinos durante el 77-79. Pero matar policías era otra de las formas de demostrar que estaban resistiendo al gobierno militar. En cuyo caso, quienes criticamos esta inutilidad ¿Qué rol hubiéramos tenido en la dictadura? 

En mi caso personal, quien escribe este posteo, yo no nací en aquellos años.... pero si tuviese que especular qué hubiera hecho en la dictadura; pues posiblemente nada: estaría en un rol pasivo, yendo a estudiar o trabajar, quedándome en mi casa a pasar ocio, ir con amigos al boliche o jugar a la Play Station (cierto que no existía en esa época). No habría tenido injerencia alguna en presionar a los militares para nada, bien por falta de interés, bien por impotencia de ser minúsculo frente al poderío gubernamental, o bien por miedo. Da igual. Y aquí es donde estamos en conflicto: seríamos "inocentes" desde la óptica de la represión, por no haberles hecho ningún daño, por no haberles matado a ningún policía o militar. Y por otro lado los represores no nos habrían asesinado porque no les éramos un problema (salvo que repartiéramos panfletos políticos). En definitiva, no resistir con armas a la dictadura, o no haber mostrado que "existíamos", se traduce en el premio de considerarnos a nosotros mismos como los "inocentes" que podemos libremente criticar a los guerrilleros por haber intentado fastidiar al gobierno de Videla. Esto no borra la inutilidad objetiva de esos muertos por la guerrilla, pero pone en aprietos el rol de quienes le critican, y que mediatiza su fundamento. Así, cuando criticamos estas muertes en realidad estamos criticando que los guerrilleros no quisieron quedarse en el mismo rol pasivo en el que nos hubiéramos quedado nosotros. La culpa de los Montoneros ya no pasa por provocar un muerto, sino por provocar. Pero incluso si lo que criticamos a los guerrilleros lo derivamos a una tesis moral ("matar es malo y yo critico simplemente por el acto de matar en sí"), aún así estos militantes particulares de Montoneros o PRT-ERP pueden considerarse a sí mismos como protagonistas de un proceso de emancipación contra la dictadura, y no simples objetos de ese proceso. No lo lograron, pero intentaron destruir a Videla, a Isabel Perón y López Rega (por los motivos que sea: bien porque querían instalar la patria socialista, o la peronista, etc.). De nuevo, el dualismo entre el rol pasivo del criticador, y el rol activo de quienes provocan muertes inútiles en este contexto

Si la guerrilla además no fue la causa de la represión de 1976-1979 tal como demostramos en muchas de las fuentes de este blog, entonces aquellos combatientes guerrilleros que mataron durante el periodo de Videla, tienen mayor legitimidad en resistir. Al contrario de lo que dicen ex-montoneros disidentes como Héctor Leis, quien asevera que la guerrilla tenía legitimidad durante la dictadura de Lanusse pero no en la de Videla; nosotros no compartimos este punto: la guerrilla hubiese perdido legitimidad contra Videla si el gobierno de este dictador hubiese sido la consecuencia de la guerrilla. Pero no fue así. Ello no desvirtúa los crímenes innecesarios cometidos por los guerrilleros durante el lapso 1973-1976 ni impide su reproche sobre ese lapso. Pero no hay pérdida de legitimidad en la resistencia contra Videla, porque el gobierno de 1976 no fue la consecuencia de los actos guerrilleros (a quien el mismo Videla había despreciado su capacidad de combate 1 mes y medio antes del golpe). Si el asesino de Rucci no tenía legitimidad, en cambio José Salgado, quien colocó la bomba en Coordinación Federal, nada tenía que ver él con los que asesinaron a Rucci; entonces su atentado a Coordinación ¿Por qué debería ser ilegítimo en el marco de un gobierno represivo que, una vez más repetimos, dirigía sus matanzas principalmente a miles de personas no-combatientes?

Así, estos combatientes pueden jactarse de haber resistido al gobierno de Videla. Pueden jactarse que, aunque no lograron revertir la situación, le dejan a las generaciones futuras el ejemplo histórico que hubo resistencia a una tiranía. No hubo total pasividad, hubo quienes hicieron algo. Aunque inútil, pero algo

Pero volviendo al sendero de la "utilidad", pueden esgrimirse otros argumentos que quiten legitimidad a algunos atentados aún contra tiranos. No es lo mismo atentar contra un "tirano mayor" como Videla o Massera, que atentar contra un "tirano menor". No es lo mismo si yo pongo una bomba al dictador de Corea del Norte, que a un policía torturador de una comisaría de Corea. Son distintos niveles de una tiranía que deberían implicar distintas varas de justificación. Si queremos asesinar al "tirano mayor", tal vez la muerte de inocentes sea más fácil de aceptar. Pero si asesinamos al "tirano menor" ¿Realmente la muerte de inocentes se justifica o comprende en los daños colaterales? Me parece que es mucho más difícil de tragar en esos casos. Matar al tirano mayor quizás sirva para cambiar algo, pero matar al tirano menor ¿en qué podría cambiar la situación? si no sirve de mucho el atentado ¿por qué deberíamos tolerar la muerte de inocentes? 

Es por eso, que atentados como el de Montoneros contra el almirante Lambruschini, que culminaron con la muerte de su hija inocente (además de otros muertos y heridos) es muchísimo menos justificable que el atentado que Montoneros cometió contra Videla en marzo de 1976, que culminó con la muerte de un camionero inocente. Pero en todos estos atentados, los que tuvieron o no tuvieron justificación rescatable, no puede perderse nunca de vista que el objetivo de la guerrilla era atentar contra tiranos, represores, o miembros de instituciones represivas 

Repetimos, por si algún tonto cree lo contrario, que resulta lógico quejarse por hablar con cierta liviandad de estos temas. Entendemos perfectamente que a nadie de nosotros nos gustaría ser víctima de un atentado. Es muy fácil decir "el atentado contra Videla del 15 de marzo de 1976 fue legítimo aunque haya matado un inocente", pero a nosotros seguro que no nos hubiese gustado ser esa víctima inocente. Todo eso está clarísimo: se habla desde un plano de frialdad emocional, y se entiende las críticas emocionales en este punto: es fácil hablar si no te pasó, si no mataron a tu hijo aunque sea por accidente. Dicho esto, es nuestra obligación abstraernos lo más posible de ciertos contornos emocionales ásperos para dilucidar por qué ocurren esta clase de atentados. Porque si únicamente apelamos al patrón moral "toda muerte de inocentes es injustificable y a vos no te pasó y por eso opinás" entonces jamás podríamos comprender por qué alguien puso una bomba o mató en un contexto así, y sobre todo por qué es tan difícil rememorar a las víctimas principales de un hecho de esta envergadura


Todo esto puede parecer un "chamuyo" para tratar de bajarle la valoración a numerosas acciones de la guerrilla. Y quien piense eso tiene algo de razón, porque en verdad no es un chamuyo original mío, sino que en hasta en las guerras se ha debatido doctrinariamente sobre el "derecho de represalia", es decir el derecho de cometer un delito o un crimen como acto de retaliación frente a otro bando que había cometido un ilícito anterior de igual gravedad (siempre que la represalia guarde una proporcionalidad y conexión con el hecho antecedente): 



En el juicio de 1946 por la masacre de las fosas Ardeatinas, se consideró que los alemanes tenían el derecho de reprimir. La condena a los alemanes fue porque la represalia no guardó proporcionalidad y coherencia con las víctimas seleccionadas, no por su derecho de represalia

Curioso para los que dicen que la Argentina estuvo en "guerra", porque eso significaría que el "Derecho de represalia" a integrantes de los bandos en pugna sería legítimo tanto para las fuerzas armadas...... como para los mismos guerrilleros. Como no hubo guerra en verdad, esto no aplica pero eso no evita discriminar los actos como fueron: desde justicia por mano propia, hasta asesinato por protesta política (en esta calificación puede caber el atentado de los partisanos en Via Rasella). Y algunos actos menos justificables que otro. No siempre puede justificarse, desde nuestro punto de vista, el asesinato por protesta política: si no te da resultados, carece de sentido continuar matando

Idéntico rigor merece atribuirse a aquellos asesinatos o muertes que, en situaciones "normales", a la guerrilla no le interesaba esa suerte; pero que igualmente murieron sus víctimas producto de su abyecto sentido de inflexibilidad contra las fuerzas policiales y armadas. Como ejemplo, a Oberdan Sallustro el ERP lo iba a dejar libre si el gobierno de Lanusse cumplía con algunos designios, es decir que al ERP no le interesaba matarlo sino mantenerlo vivo..... pero lo mataron igual cuando los rodeó la policía. 


Gorriarán Merlo, ex-lider del ERP, relata sucintamente el secuestro y asesinato de Sallustro. Minuto 12:38

Al coronel Ibarzábal, el ERP tampoco le interesaba asesinarlo sino mantenerlo secuestrado, pero al verse cercados los guerrilleros por la policía, lo mataron a Ibarzábal ¿Por qué lo hicieron? Por una aberrante idiotez de la guerrilla, que no deseaba quedar como "débiles" o "perdedores" frente a la superioridad de la policía; y entonces tenían que matar a sus prisioneros como demostración de oposición virulenta al régimen de turno. Del caso Larrabure, es un poco distinto: a éste lo mantuvieron secuestrado innecesariamente, ya que Larrabure no colaboró con la enseñanza de explosivos como deseaba el ERP. No tenía sentido su secuestro, y la guerrilla es culpable de ese grave delito; la única razón de mantenerlo en cautiverio es que los guerrilleros a duras penas tenían la "suerte" de adquirir esa clase de prisioneros para negociar con las fuerzas armadas. Estos casos reseñados son sintomáticos de la impotencia absoluta de la guerrilla para trascender el plano militar, por lo que tenía que dedicarse a estas absurdas demostraciones de poder cuando se veían imposibilitados de sortear los obstáculos de sus enemigos más preparados. Pero estrictamente analizando, no fueron siquiera actos de protesta política

En ese sentido, si la familia de víctimas como Sallustro alguna vez se sintió contenta por la desaparición o muerte de los que participaron en esos asesinatos, sería comprensible. Al menos desde mi punto de vista


Otros asesinatos cumplieron con el requisito de "protesta política" pero estuvieron muy mal enfocados. Es el ejemplo del cónsul estadounidense John Patrick Egan, secuestrado y asesinado por Montoneros a principios de 1975. Resulta que la guerrilla lo secuestró con la misión de presionar al gobierno argentino a que muestre con vida una lista de personas que habían sido secuestradas en Tucumán durante el Operativo Independencia. Este es el parte de guerra que lanzó la organización:



En teoría, si estos detenidos por las fuerzas de Acdel Vilas aparecían con vida, el cónsul estadounidense sería "perdonado" en su pena de muerte. Pero eso no sucedió..... y los Montoneros mataron al cónsul. Hasta aquí, el secuestro del cónsul calificaría como "estado de necesidad", y su muerte como "asesinato por protesta política". Sin embargo ¿Era necesario que Montoneros secuestrara a un civil? ¿No podía secuestrar y matar a un represor, o en última instancia secuestrar y matar a un miembro de las fuerzas policiales o militares? Es otro asesinato incomprensible de Montoneros, donde a través de estúpidas proclamas de "imperialismo yankee" se intenta justificar el secuestro de un civil en vez de un agente de la represión. Es sin duda, un crimen imperdonable de Montoneros

Nuevamente el británico Richard Gillespie en su libro de 1982, comenta en la página 233-234:

El 25 de febrero de 1975 los pelotones montoneros de combate Hugo Baretta y Hugo Figueroa de la columna Emilio Maza, ocuparon los oficinas de John Patrick Egan, cónsul honorario de los Estados Unidos en Córdoba, autografiaron las paredes con botes de aerosol, dejaron octavillas y se llevaron a su víctima, que tenía entonces sesenta y dos años. Se publicó aquel mismo día un "parte de guerra" según el cual Egan <<como representante directo de los intereses Yankys [sic] en nuestra provincia, ha sido condenado a muerte por fusilamiento>>, pese a lo cual se le "conmutaría" la sentencia y sería liberado si el gobierno y las Fuerzas Armadas demostraba, antes de las siete de la tarde del 28 de febrero, que cinco guerrilleros "desaparecidos" seguían vivos. Una carta de Egan, dirigida el embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires, decía de los cinco montoneros: <<Yo sé que usted tiene el poder suficiente como para requerir al gobierno argentino y al Ejército que cumplan con las exigencias de los Montoneros. Si esas personas no han muerto, por favor use toda su influencia para que aparezcan>>. El mensaje no dio el menor resultado, y Egan fue fusilado al vencer el plazo estipulado; su cadáver se descubrió envuelto en una bandera montonera

En aquel caso, las exigencia de los Montoneros, aunque en apariencia razonables, no fueron realistas. O los cinco guerrilleros ya estaban muertos o el gobierno y el Ejército eran culpables de secuestro. Por ello, una respuesta en cualquiera de ambos sentidos habría desacreditado políticamente al gobierno [...]. El dilema en que se encontraron los capturadores de Egan, provocado por ellos mismos, fue así similar al que afectó a los Tupamaros en el caso de Dan Mitrione, con la diferencia que el prisionero de los Montoneros no era un agente de la CIA ni del FBI. Soltar a Egan habría sido un acto humanitario, pero hubiera podido interpretarse como un signo de debilidad, de consecuencias desmoralizadoras para los partidarios de Montoneros. Matar al cónsul equivalía a decir con claridad que podían hacer promesas y amenazas, y cumplirlas; pero los guerrilleros, al dar muestras de firmeza, corrían el riesgo nada despreciable de que la gente les considerase autores de un acto terrorista de secuestro y asesinato desprovisto de razones políticas. Y así fue como presentó el hecho, sin excepción, la prensa argentina de habla hispana

La necesidad de conocer el destino de sus cinco compañeros era razonable y justo, pero la ausencia total de realismo conque Montoneros pretendió obtener las cosas, ralló en un simple asesinato patético que, además, benefició a sus enemigos al quedar como vulgares terroristas 



Cadáver del cónsul estadounidense John Patrick Egan, un civil inocente asesinado por Montoneros en 1975 como venganza contra el gobierno de Isabel por la desaparición de 5 militantes



Victoria Villarruel en este artículo de prensa, cree que el homenaje en el Parque de la Memoria a los "terroristas" que atacaron el Batallón Viejobueno de Monte Chingólo, es una inmoralidad:


Y suponiendo que le damos la razón en esta ¿Es moral o racional el homenaje a personas como Aramburu acoplado con el niño Juan Barrios, todas ellas igualmente conmemoradas como "víctimas del terrorismo"?? El niño Barrios no hizo nada, en cambio Aramburu no fue muy santo que digamos ¿A los dos los igualamos abstractamente como víctimas de la subversión? ¿No hay ninguna diferencia entre estas dos personas? O sea que podríamos decir que el niño de 3 años Juan Barrios mandó a fusilar a los peronistas del 56 al igual que Aramburu??? Si el apologismo razona que no es lo mismo el desaparecido inocente que el desaparecido terrorista ¿No se aplica el mismo rigor para las víctimas culpables de la guerrilla en contraposición con las víctimas inocentes de los guerrilleros?

(Volviendo con el incómodo ejemplo del atentado italiano de Via Rasella: aún suponiendo que todos los soldados alemanes que murieron no eran "inocentes", si la señorita Villarruel desea homenajes a represores como Aramburu o el comisario Villar ¿No se puede hacer homenajes a los muertos de Via Rasella? ¿No podemos decir entonces que en Italia existe una "memoria parcial" ya que no se recuerda a las víctimas de Via Rasella??)

Tal vez Victoria Villarruel diga que ningún pretexto es válido para "ajusticiar" a una persona, o que a las víctimas "sospechosas" de la guerrilla no se les demostró nada judicialmente (como el caso Humberto Viola, donde el ERP lo acusaba de represor pero la víctima no fue enjuiciada). Ella estaría en lo cierto si dijera eso, pero en cuanto a lo primero (los pretextos), sin dudas no hay justificación penal pero las valoraciones éticas no corren por el mismo camino, por lo tanto SI es importante las motivaciones del agresor: no es lo mismo el ladrón que mata que el justiciero que mata, por mucho que los dos vayan presos. Sobre la ausencia de juicio probatorio, esas no son las reglas de juego con las que se habla de este tema: si vamos al caso, Villarruel tilda de "terrorista" a muchas personas que no recibieron juicio de ningún tipo, asi que los planteos que yo expongo en este apartado corresponden a las reglas de juego del apologismo

Idéntico rigor se aplica al apologista rubio de Nicky Márquez: mientras él insiste en dejar aclarado que no justifica las torturas y desapariciones, asimismo lanza en el aire la idea que los montoneros delincuentes, después de todo, se merecían su destino por andar delinquiendo. Que si no hubiesen sido delincuentes, no hubiesen existido motivos para su muerte a mano de las fuerzas armadas. Vamos a suponer que le damos la razón sobre este sentimiento de "que se joda el delincuente si lo matan", tal como Márquez deja flotando en el siguiente video donde defiende el accionar del policía Chocobar:



pero curiosamente Nicolás Márquez no tiene la misma vara moral con varias de las víctimas de la guerrilla: Aramburu no era un santo, y sin embargo no lo vamos a leer a Márquez escribir explícita o implícitamente "que se joda Aramburu por ser un guacho". Alberto Villar, jefe de la Triple A (quien mataba a militantes no-combatientes, incluso a militantes ajenos a las organizaciones armadas), fue asesinado por Montoneros; pero no lo vamos a escuchar a Márquez diciendo "que se joda Villar por ser un hijoeputa". Me parece que cuando les conviene, Nicolás Márquez y otros apologistas se vuelven muy progresistas, preocupándose de los delincuentes y tratando de no estigmatizarlos

Yo en esto no voy a ser hipócrita como ciertos derechistas: así como puedo entender (no avalar penalmente) que haya personas que linchen a los violadores cuando los atrapan, también puedo entender las motivaciones de la guerrilla en varios casos de justicia por mano propia. Yo no voy a decir "Qué mal los vecinos que lincharon al violador de nenes", está mal pero es entendible la reacción de justicia por mano propia (excepto en infracciones insignificantes, se entiende). Hay algunos derechistas que de modo hipócrita tildan de ultra-terrorismo a los actos de justicia por mano propia de la guerrilla; pero después aplauden, festejan o son tolerantes con la justicia por mano propia de la delincuencia común: está perfecto pero ¿Eso no es ser hipócrita? Curiosamente derechistas como Eduardo Feinmann han demostrado, al menos en este ejemplo que voy a dar, ser coherentes con sus creencias al repudiar este acto de justicia por mano propia: 

https://twitter.com/edufeiok/status/1201282398891257857 

Repito: penalmente no es permisible la justicia por mano propia, pero anímicamente no me voy a poner con el dedo acusador a criticar al que cometa actos de "ajusticiamiento", sea la guerrilla o sea mi vecino cansado del ladrón violento. El que no esté de acuerdo conmigo, me parece perfecto y en eso le doy la razón porque es posible que yo esté en lo equivocado. Pero así pienso

"Ay, pero es que no hay muertes buenas y muertes malas. Toda muerte es igual" ¿Seguro que eso tiene alguna trascendencia práctica para los agentes particulares (no estatales)? Si yo tuviera ahora mismo la oportunidad de matar al dictador de Corea del Norte, sabiendo que al hacerlo tengo la posibilidad (aunque sea mínima) de terminar con su censura y represión, o aunque sea vengarme de sus actos criminales ¿Lo mato o no lo mato? ¿Me quedo sentado sin hacer nada porque "no hay muertes buenas"? Creo que esa tesis moral, aunque muy respetable, no sirve para entender las motivaciones sociales en estos casos de violencia justiciera. Pues todo se reduciría a que un particular no debe matar a un tirano para no sentirnos mal, sin importar lo que el verdugo hizo, o lo que todavía hace

Estoy seguro que si mañana le pongo una bomba al dictador de Corea del Norte, hasta los fans de Villarruel y Laje me van a aplaudir


A Rodolfo Walsh se le acusa, junto con otros, de ser el autor intelectual de la bomba que le pusieron los Montoneros a la Superintendencia en julio de 1976. Para ser exactos, no se puede demostrar que Walsh haya sido el autor intelectual -y no hablo judicialmente sino desde la labor investigativa desapasionada-. Pero vamos a suponer que efectivamente Rodolfo Walsh haya sido el mentor de ese atentado: recordaremos que estamos hablando de un lugar donde en uno de sus pisos funcionaba un centro clandestino. Asi que la pregunta es obvia ¿Condenamos a Rodolfo Walsh como un "terrorista"? ¿O como un ejecutor de la justicia por mano propia? Incluso si Walsh hubiese sobrevivido a la dictadura y hubiese ido preso por ese atentado ¿Lo valoramos éticamente como un terrorista insensible que mató por el mero sadismo de matar? ¿O lo valoramos como un sujeto que atentó contra un centro clandestino? La diferencia entre la sanción penal que recibiría Rodolfo Walsh y la que recibiría Luciano Benjamín Menéndez por matar, es que a Walsh su sanción no conlleva la carga ética negativa que la que conllevaría Menéndez. Aunque los dos vayan presos, sabremos que uno de ellos puso la bomba en el comedor de un centro clandestino y quiso escarmentar en ese contexto específico, inmediato. El otro mató sin necesidad, sin estado de urgencia, sin provocación ilegítima de sus "enemigos" y además hizo otras cosas peores con la víctima antes de matarla

No es necesario estar a favor de los ideales o de otras acciones de Montoneros. Uno puede repudiar de hecho a los Montoneros y el ERP (como es mi caso, que considero su ideología comunista como anticientífica), pero eso no quita la contextualización de ciertos crímenes. En el caso de Walsh ¿Es un terrorista o un justiciero? Si es un justiciero, entonces no puede ser terrorista. Idem con el caso de Ana María González ¿Es una justiciera o una criminal terrorista? Si es una justiciera entonces no es terrorista; más bien con su acto intentó eliminar una porción del terror que representaba Cesáreo Cardozo



La militante Ana María González, junto con uno de los jefes de Montoneros Horacio Mendizabal, dan una conferencia de prensa clandestina dentro del propio país en julio de 1976, donde María explica cómo colocó la bomba contra el jefe de policía Cesáreo Cardozo



Rodolfo Walsh. Es un reconocido periodista y escritor...... menos para mí, que honestamente no leí un puto libro de él (soy de la generación de los videojuegos all-nite); asi que no me voy a derretir en alabanzas sobre esa faceta. Pero para los objetivos de este artículo, también era un miembro de inteligencia de Montoneros. "Acusado" por algunos, de atentados como la bomba a Coordinación Federal en julio de 1976. La pregunta es: ¿Cómo valoramos a esta persona aún si cometió el hecho reprochado? ¿Es un terrorista? ¿Un justiciero?


Obviamente Victoria Villarruel se hace la re boluda con eso, y cuando tiene que rememorar el atentado omite el "pequeño" detalle que en el piso superior del comedor había un centro clandestino; se olvida que el montonero atentó contra el comedor como un (fallido) escarmiento a los organismos de represión. Si esta señorita dice que las madres de plaza de Mayo ocultan que sus hijos eran "terroristas" o adherentes de las organizaciones terroristas, entonces tenemos que llegar a la conclusión que Victoria Villarruel aprendió muy bien las lecciones de Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto porque se hace la re tonta y no te dice nada sobre el centro clandestino en ese atentado, nada te dice sobre los "integrantes de la represión" de víctimas como Cesáreo Cardozo


Y no es que miss Villarruel ignore lo del centro clandestino, porque todavía tiene la caradurez de tomar a Roberto Baschetti como "fuente", cuando Baschetti narra la crónica del autor del atentado donde claramente hace alusión a los móviles anti-represivos de la bomba:


En fin, aunque la justicia por mano propia o el asesinato por protesta política no es penalmente aceptable, aunque el estado de necesidad no siempre es aplicable, si Victoria Villarruel está tan convencida del valor supremo de la vida sin importar el carácter personal del agredido o su contexto, estaría bueno que empiece a blanquear a varias de las víctimas de la guerrilla como lo que verdaderamente fueron o en las circunstancias donde se encontraban, como el caso Cardozo o el atentado al comedor de la Federal. De lo contrario, bien hipócrita sería ella si habla de lo terroristas que eran los hijos de madres de plaza de Mayo, mientras esconde las características de "sus" víctimas


Y a los que insisten en que hay que "recordar las dos partes", es porque no han entendido todavía que esa rememoración "igualitaria" NO favorece al apologismo si aplicamos una narrativa estricta. Imagínense si alguien quiere rememorar tanto el atentado de Montoneros en Coordinación Federal como la existencia del centro clandestino ¿Cómo rememoramos las 2 cosas al mismo tiempo? Podríamos construir una placa que diga: "el 2 de julio de 1976 la organización Montoneros colocó un explosivo en este lugar donde funcionaba un centro clandestino". O podríamos escribir en la placa: "el 2 de julio de 1976 la organización Montoneros colocó un explosivo en este lugar que dependía de la Policía Federal, organismo estatal que también participaba activamente de la represión ilegal durante el golpe del 24 de marzo de 1976". Así es como recordamos "las dos partes" como tanto quieren....... pero me juego la cabeza que los apologistas no van a querer que se recuerde el atentado tal como "objetivamente" lo he puesto. Porque saben que esa visión NO les favorece, porque entonces la guerrilla dejaría de ser terrorista en este atentado para convertirse en un atentado justiciero. Fallido, soberbio, inútil atentado si se quiere, que no logró nada. Pero no sería un atentado "terrorista" 

A mi me encantaría que se recuerde el atentado montonero del 2 de julio de 1976. Yo no quiero ocultar para nada la "historia completa". Al contrario: recordemos las "2 partes de la historia", hagamos placas y monumentos que cuenten las "2 partes". Van a ver que los que no querrán recordar estas cosas serán los del otro bando 


Pero debemos admitirlo: existe un "doble silencio" de parte de los familiares de desaparecidos y los familiares de víctimas de la guerrilla. A la madre de un combatiente desaparecido, le cuesta asumir que su hijo era combatiente. Una síntesis muy linda la escribe Marcelo Larraquy en su libro "Fuimos Soldados", que trata de la Contraofensiva de Montoneros. Allí, Larraquy se cuestiona por qué los combatientes de esa expedición no son recordados como tal:

Me pregunté por qué Alejandra [combatiente de la Contraofensiva] no había sido mitificada, ni siquiera recordada, como lo era Norma Arrostito. ¿Por qué? No tenía nada contra Arrostito, pero no entendía por qué se podía decir de ella que había participado en el secuestro del general Aramburu, la operación fundacional de Montoneros, y luego había ingresado en la clandestinidad y después había sido secuestrada, torturada y asesinada en la ESMA; y no se podía decir lo mismo de Alejandra. Que había combatido con sus armas a la dictadura que mató a Arrostito, que había lanzado el RPG7 a la ESMA durante el Mundial ’78 y había participado en la última operación militar de Montoneros, contra Soldati, en la que había resultado herida, secuestrada y luego asesinada. Era mucho más sencillo decir que Alejandra era una estudiante de la Facultad de Ciencias Exactas desaparecida el 13 de noviembre de 1979. ¿Por qué no se podía decir que era una combatiente? 



Aquí Larraquy distingue a dos clases de desaparecidos: Norma Arrostito, quien mató a Aramburu. Y "Alejandra", la combatiente olvidada que solamente se recuerda como la estudiante de facultad que era, pero que no murió por ser una simple estudiante universitaria. Pero yo podría sumar un tercer tipo de desaparecido: gente como Floreal Avellaneda, el chico de 15 años que fue torturado y muerto empalado en Campo de Mayo; y que no era combatiente ni había matado a nadie. Gente como los chicos de la noche de los lápices, ninguno de ellos culpables de ningún asesinato. Y esos son sacralizados en comparación con los demás. Tenemos entonces 2 clases de combatientes (Arrostito y Alejandra) y las "víctimas inocentes" ¿Por qué es más fácil recordar a la víctima inocente que al combatiente??

En el caso del combatiente que mató a un represor, o que puso una bomba en una comisaría; resulta difícil explicar que el acto de "matar" puede adquirir, con independencia del problema penal, un sentido humanamente justificatorio, a una sociedad que pone a priori el principio de "matar siempre es malo"; al menos cuando se trata de temas tan politizados (distinto si hablamos de ajusticiar a un delincuente común de todos los días). Se hace harto complicado explicarle, por ejemplo, a un tipo como Eduardo Feinmann en el noticiero, o a un apologista, que no es lo mismo matar a un panadero inocente que matar al represor Alberto Villar. Apuesto a que me saltarían con la moralina de "matar siempre está mal, son asesinos igual y usted justifica terroristas asesinos". Bajo esa lógica, no es sorpresivo que los familiares mantengan un silencio sobre estos combatientes. Norma Arrostito será legendaria por ser una de la fundadoras de Montoneros y porque la muerte de Aramburu causó gran impacto "positivo" en los peronistas de la dictadura de Onganía; pero no se recuerda con el mismo rigor a Salgado, quien colocó la bomba en Coordinación Federal; o a Ana María González. En general, no se exalta a los combatientes como tales, no se los quiere reivindicar con las acciones de combate que realizaron. Peor si el combatiente la pifió y de accidente mató a alguien ajeno como Lambruschini ¿Cómo querés reivindicar a un combatiente así??

Mucho peor para aquellos montoneros que mataron deliberadamente a civiles inocentes, como el caso Soldati ¿Qué se diría sobre ellos? Se resaltaría aun más a la víctima inocente: si tuviéramos que comparar a "Alejandra" con María Claudia Falcone o con Floreal Avellaneda o con las monjas francesas, se podría deducir cínicamente "lamento la muerte horrible e ilegal de Alejandra, pero me genera menos lástima que la muerte de Falcone o las monjas porque ellas no hicieron nada". Evidentemente el familiar de esos combatientes estaría en la peor de las posiciones, bastante peor que aquel combatiente que mató "legítimamente" a represores o aún a miembros inocentes de la policía en protesta política. La madre de Floreal Avellaneda puede presumir que su hijo era un civil, la madre de Alejandra no. La madre de Arrostito puede presumir que su hija mató a un tirano, la madre de Alejandra no. La madre de Salgado puede presumir que la bomba de su hijo tal vez mató a inocentes pero fue dirigida a un órgano represivo como la Policía Federal, la madre de Alejandra no

Existe una última categoría: aquellos combatientes que iban a matar, pero fueron muertos antes de cumplir sus objetivos. Es el caso de Verónica Cabilla, la chica de 16 años que integraba un grupo de combate de la Contraofensiva de Montoneros, y fue desaparecida antes que ejecutara ninguna acción. En rigor, Cabilla era "inocente" (o "no tan culpable") a la fecha de su secuestro porque nada había hecho..... pero su inocencia no es la misma de los chicos de la noche de los lápices, es otra clase de "inocencia".... porque Verónica Cabilla podía haber matado si no la capturaban, en un plazo más o menos corto y previsible porque cumplía las ordenes de la Contraofensiva. Por supuesto que la futurología es arriesgada: tal vez Cabilla se hubiera arrepentido al último momento de ejecutar las ordenes. No lo sabemos. Pero si Cabilla hubiese matado ¿A quién entonces? Si ajusticiaba a un represor, Cabilla se igualaría a combatientes legítimas como Ana María González. Si Cabilla mataba a un civil como Soldati, se convertiría en una vulgar asesina. Estamos en una zona gris, muy gris ¿Cómo recordamos a una chica como Verónica Cabilla, que murió como "inocente" o "poco culpable" pero sabemos que pudo no haberlo sido?? Pero además ¿Cómo recordamos a una chica de la que no conocemos si hubiera matado a un civil o a un represor?

Portelli en su ensayo sobre el episodio Via Rasella /Fosas Ardeatinas, también da cuenta de las difíciles categorizaciones de las víctimas en una rememoración colectiva. Acerca de la masacre de Ardeatinas, dice:

La memoria pública está muy por debajo de la influencia de la religión, por un lado, y de las fuerzas militares, por otro, las dos instituciones que básicamente se hacen cargo de la muerte. En ninguno de los discursos oficiales que leí se menciona quien mató a esta gente. "Dieron sus vidas". "Se sacrificaron"

Pues no lo hicieron. Algunos arriesgaron sus vidas -los partisanos-. Otros no. Por ejemplo, los judíos, o aquellos tomados al azar en la calle. Entonces podemos llamarlos mártires a todos, o llamarlos héroes pero, de ninguna manera, puede decirse que eran todos inocentes, porque muchos de ellos habían hecho algo. Como subrayó el hijo de uno de ellos: "Mi padre no era inocente. Intentó luchar contra los alemanes". Y otra: "No quiero ser la hija de una víctima inocente". No hay una categoría que los una, a menos que tomemos en consideración una categoría muy abstracta e inofensiva como la de "mártires" de la libertad. Nunca, casi nunca, las opciones reales que ellos tomaron son mencionadas



Pero como dije, se trata de un doble silencio: a los familiares de las víctimas de la guerrilla argentina tampoco les gusta recordar que no todas las víctimas eran "inocentes". No es lo mismo recordar a Paula Lambruschini o Juan Barrios que recordar al infame comisario Alberto Villar. El hijo de Aramburu despotrica contra el "terrorismo montonero" pero no asume que su padre era un hijo de puta ¿Por qué no lo asumen? Porque es horriblemente difícil: es el mismo silencio de los familiares de "Alejandra". Cuesta asumirlo porque se teme, con cierta razón, que a la sociedad le genere menos lástima porque "no era tan inocente", por más que su asesinato fuese ilegal. Y uno, como familiar, no quiere que a su propio pariente lo tilden de sátrapa. Se silencia entonces, se pone un manto difuso. Al parecer, la "falta de memoria" es un defecto de ambos lados y por cuestiones mucho más dolorosas que la boba conspiración apologética de "el gobierno no te quiere contar la historia". No hay memoria porque no es fácil explicar todos los matices a gente que no quiere escucharlos

De nuevo con el ejemplo de Via Rasella, Portelli señalaba en su ponencia que los partisanos no dicen todo lo ellos piensan y sienten de cara al público sobre el atentado que cometieron. Los partisanos en el fondo saben que su atentado provocó la masacre de Ardeatinas y que ellos nunca se entregaron voluntariamente a los alemanes (aún cuando la masacre se planificó 1 día después del atentado y no se podía evitar de ninguna forma). Los partisanos  en público se reivindican como luchadores contra el fascismo y hasta pueden asegurar que, si se hubiese presentado la oportunidad, ellos se habrían entregado para que los alemanes no ejecutaran a inocentes en Ardeatinas. Pero eso es lo que se dice de la boca "para afuera", internamente es un proceso más difícil que nunca se asume en público: que los partisanos no se iban a entregar aunque hubiesen tenido la oportunidad, porque entregarse implicaba ser potencial víctima de torturas por los fascistas y poner en riesgo a la organización clandestina. Se genera esta "memoria interna" que nunca se confiesa libremente al público, porque duele saber que, en parte, tuviste la culpa de la muerte de inocentes; aunque tus objetivos fuesen nobles



Parte de guerra de la organización Montoneros donde se adjudican la bomba al departamento de Lambruschini y lamentan la muerte de la hija como "víctimas inocentes de la guerra", año 1978


Otro parte de guerra de Montoneros ejecutando a un supuesto delator



Parte de guerra de Montoneros sobre el asesinato a Iribarren, 1973


Los apologistas u otros investigadores podrían decir igualmente que los guerrilleros no atentaron utilizando como pretexto la justicia por mano propia. Tal vez, si no hubiese sucedido lo de Ezeiza, a Rucci lo habrían asesinado igual por los conflictos sindicales (de hecho había sufrido un atentado previo a Ezeiza). Si no hubiese existido el centro clandestino en la Superintendencia, tal vez los montoneros habrían puesto una bomba de cualquier modo. Si Mor Roig no estaba implicado en Trelew, lo habrían matado igual para poner un "fiambre" en la mesa de negociación. Es una interpretación válida, pero no llega mucho más lejos debido a la ausencia de herramientas metodológicas para generar esas conclusiones, por lo cual nos desviamos a la interpretación más razonable o la menos "politizada". Por ejemplo, nunca sabremos si los militares cuando desaparecían al combatiente guerrillero lo hacían para cobrarse una venganza por las acciones guerrilleras donde eliminaban a sus camaradas de arma, o si eso les daba igual; pero vamos a "suponer" que fuese lo primero (esto no desvirtúa el hecho que los combatientes eran escasos). En cualquier caso, varias de las víctimas de la guerrilla necesitaban SI o SI el "estigma" de su participación o incitación en un delito previo que enfrentara a los guerrilleros, para validar su muerte; después existirían otros móviles para sobreponerse


Pero me da la sensación que a algunos apologistas les importa un pito el tema de los homenajes y solo utilizan el dolor genuino de muchos familiares de víctimas inocentes de la guerrilla, para defender a los menos inocentes que murieron o que tomaron el poder en el 76 

Al parecer, según Victoria Villarruel, no hay otros países que conmemoren lo que ella considera el "terrorismo". Minuto 2:22 del siguiente video:


Bueno, no sé.... volviendo a Alemania como ejemplo, hay conmemoraciones a Georg Elser, que van desde calles con su nombre hasta homenajes en placa y memoriales:



Para quien no sepa, Elser era un trabajador carpintero que puso una bomba en una cervecería en 1939 con el objetivo de matar a Hitler en una reunión. No logró su misión debido al temprano retiro del dictador, y el explosivo ocasionó la muerte y heridas de otros civiles. Si consideramos la lógica de Victoria Villarruel, Elser no es un héroe sino un terrorista, pues Villarruel no contempla estos atentados que dañen civiles ni aún si el objetivo es un dictador; tal como ella lo explica aquí rechazando la Operación Gaviota (el fallido intento del ERP de asesinar a Videla):


Cierto que en Alemania lo homenajean a Georg Elser por un escenario contra-fáctico: es el hombre que casi pudo haber cambiado la historia mundial si lograba su objetivo.... pero no creo que cambie la ecuación de Vicky Villarruel. O sea que Alemania es un santuario del terrorismo. Parece injusto que se conmemore mucho más al "terrorista" de Elser y no al inocente vom Rath, ni siquiera a los muertos y heridos que provocó Elser. Pero quizás Villarruel piense que los Montoneros ahora influyeron en el gobierno alemán para que homenajee a terroristas. Eso es lo que pasa cuando ciertas personas tienen muchas ganas de simplificar cosas más complejas de valorar 



Georg Elser, obrero alemán que en 1939 colocó un explosivo en una cervecería, con el objetivo de matar a Hitler y su cúpula. Falló su atentado, ocasionando la muerte de personas ajenas. Fue capturado, torturado y encarcelado por los nazis hasta 1945, cuando los mismos nazis decidieron ejecutarlo. Hoy día, Alemania le rinde homenajes a este "pone-bombas", incluso hay calles con su nombre, y un premio al coraje cívico que también lleva su nombre. Las víctimas inocentes que él provocó, en cambio, no tienen recuerdo público



Homenajes, monumentos, calles con el nombre de Georg Elser en Alemania. Si aplicamos la lógica de Ceferino Reato y Victoria Villarruel, se está homenajeando a un asesino de inocentes; ya que su bomba no hizo otra cosa que matar a gente que no tenía nada que ver (además de herir a muchas otras) ¿Y acaso esas personas muertas no eran seres humanos? ¿No tenían familias que los lloren? ¿O acaso acá no importa que hayan muerto inocentes? ¿Por qué no hay placas recordatorias de las víctimas inocentes de Elser?


Estoy seguro que tipos como Darío Lopérfido, cuando va a turistear por Alemania, no se horrorizan por la existencia de una estatua que revindique a un "terrorista" que mató inocentes como el caso de Georg Elser. A diferencia de lo que opina acá con el caso argentino:



A propósito del libro "Masacre en el Comedor", que trata de la bomba de Montoneros de julio de 1976, Ceferino Reato en este video explica que las víctimas inocentes del atentado guerrilleros no tienen ningún reconocimiento, a diferencia de oficiales montoneros como Rodolfo Walsh que ordenó la colocación de la bomba. También dice Reato que ha hablado con personas de otros países y no pueden creer que en Argentina suceda eso (la rememoración de unos culpables y el "olvido" de los inocentes). A partir minuto 11: 25:


Bueno, ya hemos ofrecido varios ejemplos de la falsedad de Reato en este sentido: hay otros países que TAMBIÉN mantienen esta misma conducta. Y los motivos son más complejos que la boba simplificación de "Ay, quieren homenajear a terroristas": cuando en Alemania rememoran a Elser ¿Es porque realmente quieren convalidar el terrorismo? ¿Es porque a los gobernadores alemanes les encanta la muerte de los inocentes que provocó Elser? Me parece que no. Me parece que el reconocimiento obedece a otra cosa

En ninguna de las conmemoraciones a Elser, aparecen los nombres de sus víctimas muertas y heridas. Solo tenemos el recuerdo de su coraje, de su valentía, de su honorabilidad en intentar acabar con el dictador, su calificativo como héroe; o el recuerdo de su triste final ejecutado en un campo de concentración hacia finales de la guerra. Pero vamos a fantasear por un rato que escribimos una placa recordatoria que abarque la "memoria completa" ¿Qué deberíamos escribir? Podríamos decir asépticamente que "El 8 de noviembre de 1939, un humilde carpintero, Georg Elser, intentó decapitar la cúpula nazi aprovechando un mitín en la cervecería Bürgerbräukeller de Múnich. Allí previamente colocó un poderoso artefacto explosivo cronometrado y escondido en una columna, con la misión de eliminar a Hitler y a sus camaradas más destacados del gobierno en un discurso concurrido que se daría en la cervecería. Sin embargo, Hitler y sus secuaces imprevistamente salieron del lugar más temprano que la previsión horaria de la bomba, haciendo que el artefacto explote sin lograr su objetivo inicial, y mate a 8 personas inocentes, además de ocasionar más de 60 heridos, algunos de ellos de gravedad"

Si uno leyera esa placa a sabiendas de quiénes son los actores de la historia, podría exclamar en principio "¡Qué tragedia! ¡8 inocentes muertos! ¡Pobrecitos! ¡Qué injusta es la vida!" para rápidamente pasar a decir "¡Qué bien Elser ¡Qué corajudo! ¡Ojalá hubiera logrado su objetivo!" [dicho sea de paso, si lograba su misión, habría asesinado a más personas inocentes por estar el lugar lleno de gente ante el discurso de Hitler]. Le prestaríamos más atención al acto "heroico" de Elser, que a sus víctimas

Al menos, es lo que yo honestamente pensaría de este episodio. En mi caso personal, el recuerdo de las víctimas de ese atentado no solo no aporta nada, sino que vuelve al recuerdo un tanto extraño, un tanto artificial o frívolo; ya que se rememora a la víctima pero rápidamente pasamos a otro asunto, a lo que "verdaderamente" se tiene que rememorar

Es por ello que, aunque suene una paradoja, recordar una parte histórica implica al mismo tiempo olvidar otra. Recordar el atentado de Georg Elser contra Hitler implica olvidar las víctimas mortales inocentes que Elser provocó. Implica olvidar que a Elser quizás no le importaba si morían decenas de niños o de mujeres inocentes con su bomba. Si deseamos recordar a Elser y reivindicarlo como efectivamente sucede con varias plazas de Alemania, entonces debemos silenciar esta parte muy amarga.... pero nótese que la omisión no es maligna. No se pretende decir que esas víctimas no merecen nada o son basura. El problema es que si se rememora las dos partes "en conjunto" lo que se lograría es una peor dilución de las víctimas como seres humanos, se convertirían en simples daños colaterales de un objetivo superior. Ya lo son con su olvido y omisión en la narrativa, pero ahora con su recuerdo visibilizaríamos esa amargura que las víctimas no importan tanto, porque la reivindicación principal es el heroísmo de Elser y no sus víctimas

Esta lógica también ha impedido recordar al alemán inocente muerto en los eventos de "La Noche de los Cristales"; o a los alemanes inocentes muertos traicioneramente por los partisanos italianos, franceses o soviéticos


Portada de prensa del Daily Express, 9 de noviembre de 1939: "Hitler escapa de una explosión en una cercevería. 6 muertos y 60 heridos reporta el atentado con bomba de relojería"



Estructura edilicia de la cervecería donde Georg Elser colocó el explosivo con el objetivo de matar a Hitler en noviembre de 1939. Esto nos lleva a un problema ético interesante para este posteo: si Elser lograba su objetivo, habría asesinado al "tirano mayor" pero a costa de matar probablemente a decenas de inocentes que concurrían atestados al acto. Lo cierto es que Elser no pudo acabar con Hitler, ya que éste se retiró más temprano del discurso previsto, y la bomba terminó matando a 8 personas e hiriendo a otros 60 inocentes cuando el local estaba casi vacío. Alemania le rinde homenajes a Elser e "ignora" a sus víctimas ¿Podemos homenajear y reivindicar a alguien que mató inocentes en este contexto?


No va a faltar el tonto que diga: "ah, no podés comparar Videla o Lambruschini con Hitler". Y nadie comparó nada en ese sentido. Únicamente el debate ético es perfectamente homologable. Con esas contestaciones de "no podemos comparar el atentado a Hitler con el atentado a Lambruschini" lo que demostrarían es que no les importa realmente la muerte de inocentes si la bomba se la ponen a Hitler. O sea que habría doble vara




24 de marzo del año 2022: un grupo de militantes libertarios llenaron la línea del Subte de Buenos Aires "Rodolfo Walsh" con pancartas que denunciaban el crimen cometido por el oficial montonero cuya línea de metro lleva su nombre. A pesar de su loable esfuerzo por recordar a las víctimas inocentes de aquel luctuoso episodio, las pancartas no cuentan la "historia completa", sino la parte que les conviene a ellos (no mencionan que la Policía Federal era un cuerpo represivo, que en el edificio donde colocaron la bomba funcionaba un centro clandestino, etc.)


El impulsor del escrache se jacta de tener "pensamiento propio", pero con su intelecto independiente no logra aportar ninguna innovación sobre el modo en que se recuerdan a estas víctimas, no solo en Argentina sino en el resto del mundo




Placa polaca que rememora, en tono reivindicativo, el atentado explosivo que cometieron guerrilleros judíos y partisanos el 24 de diciembre de 1942 a la cafetería Cyganeria, donde concurrían oficiales alemanes. El atentado fue un acto de justicia por mano propia o de represalia por las aberrantes condiciones de los guetos judíos en el país polaco bajo ocupación alemana 



Otro acto de justicia por mano propia: partisanas holandesas de la segunda guerra mundial asesinan a un "buchón" de los alemanes (primer relato del documental)


Insisto: mi problema principal con los apologistas no pasa tanto porque ellos quieran recordar a las víctimas de la guerrilla, incluso las víctimas completamente inocentes de las organizaciones Montoneros y PRT-ERP. Eso es perfectamente debatible; habrá opiniones encontradas e incluso yo estaría en contra de varias opiniones de Reato o Villarruel, pero es legítima esa discusión. Lo que no puedo aceptar es la teoría conspirativa donde aparentemente el gobierno kirchnerista (o macrista) quieren ocultar perversamente a las víctimas de la guerrilla. Eso es una simplificación brutal de charlatanes como Ceferino Reato, que ignoran que estos "ocultamientos" ocurren en otros países también sin que exista el peronismo o el kirchnerismo. Ni en Italia ni en Alemania ni en Francia existe el peronismo, sin embargo estos conflictos y omisiones de la memoria suceden igualmente

Tomando un caso argentino de otro tiempo, Kurt Wilckens fue quien asesinó al coronel Varela en año 1923, responsable este último de los crímenes de La Patagonia Rebelde; tal como se muestra en los primeros minutos de la conocida película: 


No discutimos que penalmente Wilkens tendría que haber ido preso (como de hecho lo fue). No es un acto de necesidad justificante/exculpante puesto que los crímenes de la Patagonia ya habían pasado; es un indiscutible acto homicida, vedado constitucionalmente. Pero ahora Wilckens ¿Es un terrorista? ¿Es un ejecutor de la justicia por mano propia? No he leído, que yo sepa, de Nicolás Márquez, Agustin Laje o Victoria Villarruel alguna opinión de este caso (Tal vez porque sea un caso viejo que no les interese mucho). Pero si alguien desea conmemorarlo en un monumento ¿Está mal su homenaje? ¿Estamos haciendo apología del terrorismo? Y en cuanto a Varela ¿Merece conmemoración aunque haya matado en la Patagonia, solo por ser una víctima de la mano propia?



Ilustración arquetípica del coronel Varela (responsable de la masacre de la Patagonia Rebelde argentina) siendo asesinado por el militante anarquista Kurt Wilckens en un acto de justicia por mano propia. Una bomba le arrojó Wilckens a Varela, seguida de 4 disparos de bala


En este artículo bastante interesante, hacen una analogía entre la justicia por mano propia que significó el asesinato de Aramburu por parte de Montoneros, con otros atentados que ocurrieron en el país y en el mundo (como el caso del justiciero de Armenia):




Ingrid Olderöck era una famosa torturadora de la dictadura chilena, que gustaba de utilizar a su perro amaestrado para violar sexualmente a sus víctimas. Recibió un balazo en la cabeza por parte de un militante de la organización guerrillera MIR, aunque sobrevivió al atentado. Otro caso de justicia por mano propia (la foto pertenece al recomendable cortometraje stop-motion "Bestia", que se basa en la historia de esta torturadora)



Supongo también que Victoria Villarruel pedirá que el genocida croata Ante Pavelic sea considerado "víctima del terrorismo", porque sufrió un atentado vengativo en 1957


Esta simplificación de los matices en un atentado guerrillero la encontramos también en este pésimo video realizado por un tal "Deperoncho", que es un amiguito de Agustin Laje y Nicolás Márquez y que gusta de pegarle muchos palos a Juan Domingo Perón. En este video hace una crítica moral a los atentados de la guerrilla peronista de los años 60 y a grupos como ERP y Montoneros:


Su grado de tergiversación llega al extremo de insinuar prácticamente que la guerrilla ponía bombas a escuelas primarias para matar niños (la guerrilla mató accidentalmente a 5 niños desde 1969-1979 según el libro publicado por el gobierno militar, y no fueron en situación de colocación de bombas a escuelas), o mentir diciendo que la guerrilla torturaba. Pero salvando eso, y yendo al núcleo de su video, sus ataques pasan por la cobardía del guerrillero, y por su indiferencia a los daños colaterales (que para el autor del video, no serían daños colaterales por no haber guerra, aún cuando sostenga la tesis que lo sucedido en los 70 fue una "guerra civil". Pequeña incoherencia de este tipo). Sus críticas no son totalmente erradas, pero se pueden aplicar a cualquier atentado guerrillero de la historia: la bomba de Georg Elser también sería un acto de cobardía porque él podía haber entrado a la cervecería directamente a pegarle un tiro en la frente a Hitler, en vez de armar la bomba. Tampoco Elser se preocupó por los daños colaterales si su objetivo fallaba (como evidentemente ocurrió). Idem Via Rasella. De nuevo: simplificar las cosas es muuuuy fácil y extremadamente frívolo


Pero si Victoria Villarruel asegura que en otros países no se homenajean a "terroristas" pone-bombas que mataron a civiles inocentes, pues creo que con el caso de Teresa Mattei le va a agarrar un infarto de la indignación. Otra vez volvemos a la Italia ocupada, para ilustrar un suceso que, en nuestra modesta opinión, carece de justificación válida y se asemeja a lo que el ERP-22 de Agosto hizo con el profesor Bruno Genta o Carlos Sacheri. En Italia, abril de 1944, un grupo guerrillero comandado por una militante comunista, Teresa Mattei, asesinó deliberadamente al profesor Giovanni Gentile, uno de los más conspicuos intelectuales del fascismo y ministro de gobierno del dictador Mussolini. A pesar de ser uno de los más destacados filósofos que propulsaron al fascismo hacia la cumbre de la cultura italiana, lo cierto es que Gentile no era un represor ni un combatiente ni nada; era un civil y no un blanco legítimo en la segunda guerra mundial. Incluso fue un ataque "traicionero" porque Gentile conocía a su asesina, porque fue profesor de ella. Mattei eligió el blanco porque sabía de sus movimientos y horarios 

Finalizada la segunda guerra, Teresa Mattei siguió con una tranquila carrera política donde, entre otras cosas, fue parte de la Asamblea Constituyente que redactó la Constitución de Italia. Pues si: la Constitución italiana fue creada con la ayuda de una "terrorista", o la asesina de un civil. Pero en Italia no la demonizan... o por lo menos, no la demonizaron lo suficiente para evitar que se integrara a la Asamblea Constituyente del país



Teresa Mattei, una militante comunista que luchó contra el fascismo en la segunda guerra mundial. Fue la autora del asesinato contra el civil Giovanni Gentile, quien había sido su profesor


Victoria Villarruel opone como estándar de lo "correcto" lo que sucede en España, donde se homenajean a las víctimas de la ETA: 




Uno de los monumentos de víctimas del terrorismo en general de España, con sus respectivos nombres. Incluye víctimas de varios grupos terroristas de izquierda y derecha, pero por supuesto prevalecen las víctimas de ETA por su mayor cantidad


Escultura de 4 toneladas en Madrid, que rememora un atentado de la ETA de 1986


Monumento de Barcelona que recuerda el execrable atentado mortal indiscriminado de la ETA contra civiles en el supermercado de Hipercor en el año 1987


El problema es que España, aún cuando tuvo su oscuridad con las GAL (comandos para-policiales de derecha que actuaron en el país en la democracia) y la tortura policial del país vasco, no llegó al nivel represivo de Argentina; y los atentados más famosos del terrorismo contra civiles carecen de lógica alguna. De hecho la ETA empezó a cobrar su pésima imagen después de la dictadura de Franco, lo que significa que no se hace una conmemoración tan rígida a las víctimas de esta organización, sino a partir de la pérdida de legitimidad pos-franquista para realizar atentados. Pero si vamos al caso que apuntamos al principio de este párrafo, la mayor cantidad de muertos de la guerrilla argentina fueron contra miembros policiales y militares. La bomba de Montoneros a Coordinación Federal, donde funcionaba un centro clandestino, no puede compararse a la bomba de la ETA en Hipercor, que era un supermercado donde concurrían civiles y que el grupo terrorista detonó en el momento donde había gente comprando. La bomba que Montoneros puso al avión de Tucumán donde iban gendarmes del represivo Operativo Independencia, no puede compararse con las bombas que la ETA le ponía a los automóviles de civiles. Incluso en la nota de opinión de un español al diario "El País" parece recalar en ello: 



Análogo al ETA, o incluso con peores justificativos, fue la organización guerrillera de Alemania de los años 70 conocida como RAF o Baader-Meinhof. Aunque se la tilda como una organización terrorista, lo cierto es que muchos de sus ataques fueron selectivos contra policías, bases estadounidenses en el país germánico, y algunos empresarios y periodistas (sin contar los robos para auto-financiarse). Pero el contexto emergente para cometer sus atentados explosivos y asesinatos, era muy pobre. Es verdad que la Alemania Federal pos-segunda guerra estaba inmersa en una democracia delicada (incluso con funcionarios públicos que habían sido nazis en el pasado), pero las motivaciones para los crímenes de esta guerrilla ultra-izquierdista eran ridículos. Mientras que algunos de sus atentados podrían caber en la protesta política o la necesidad de amedrentar a la represión policial, otros asesinatos respondieron a móviles imposibles de cumplir, como por ejemplo las bombas a las bases estadounidenses como protesta a la guerra de Vietnam; algo absurdo ya que Alemania no podía hacer mucho para que los Estados Unidos finalicen esa guerra y esas muertes no dejaban de ser en territorio alemán en vez del estadounidense (es como si yo pusiera una bomba en la embajada de EE. UU. de Argentina en protesta por los manejos turbios de ese país en medio oriente). También mataron empresarios sin demasiadas motivaciones que no sea la de la "lucha contra el Capitalismo" y llegaron al terrorismo con otros ataques a civiles como chantaje para liberar prisioneros





Película alemana "Der Baader Meinhof Komplex" que hace una síntesis apretada de las 2 primeras generaciones de la organización terrorista RAF


En ese sentido, y aún cuando Montoneros y ERP efectivamente mataron a varios civiles inocentes deliberadamente, la situación de la guerrilla argentina es más comparable con los partisanos en Italia o Francia. Una vez más repito: tampoco hay placas conmemorativas a los soldados alemanes "inocentes" muertos por la guerrilla italiana o francesa ¿Y no eran inocentes estas personas? ¿Por qué nadie las recuerda?? ¿No es un poco injusto la falta de recuerdo?


-Causa Firmenich / Soldati y Alemann; el concepto de los jueces sobre la resistencia a la autoridad tiránica: en el juicio de 1988 que se celebró contra Firmenich por los atentados de la Contraofensiva de 1979 que culminaron en la muerte de Francisco Soldati y Ricardo Durán, además de dañar a otras personas como Juan Alemann


Los jueces, a pesar de tragarse muchísimo de la propaganda y lenguaje alfonsinista (la etiqueta de la "subversión"; la idea de una guerra civil en los 70) no obstante escriben algunas cosas interesantes acerca del tópico de las víctimas de la guerrilla:

-Primero, consideran acertadamente que los atentados a Soldati y Alemann, integrantes del equipo económico de la dictadura, no tienen nada que ver con la lucha contra los tiranos de la dictadura. Al respecto, sobre estas víctimas, el juez escribe en la página 46: 

Es bueno preguntarse acerca de los "blancos" escogidos [por Montoneros] para cumplir con la finalidad propuesta. ¿Podría identificarse al equipo económico con el tirano al que aludía [la doctrina de] el padre Mariana? La preponderancia que como funcionario tenía en el gobierno ¿Justificaba que se lo aniquilase como remedio seguro para el cese de la anomalía constitucional? Juan Alemann, el hombre que mantuvo las mayores y más vehementes disputas de la época, incluso con algún miembro de la Junta Militar o el empresario Soldati, ligado estrechamente al ministro ¿cambiarían el curso de la historia al precio de ser asesinados? ¿qué decir del custodio Durán que murió carbonizado junto a Soldati, o de sus colegas Cancilieri y Miño que estuvieron a punto de caer con Alemann? ¿Eran ellos "el tirano"?

La lista de preguntas de esa índole podría seguir y las respuestas serían todas tan patentes como las de aquellas. Lo único ciertamente previsible que se derivaba de los atentados de marras era el mantener viva la hoguera que consumía al país, sin beneficio alguno para su pueblo

-Rechazan la resistencia al tirano si es previsible que no resuelve nada. En la página 45: 

¿Podía el acusado [Firmenich] presumir sobre bases sólidas, que representaba la opinión toda del pueblo y que la acción emprendida lo era en su beneficio? No sólo la dura realidad de los hechos coetáneos con los que nos ocupan desmintió tal presunción; también lo habían hecho los acontecimientos precedentes y la montaña de documentación incorporada a la causa prueba que Firmenich y sus secuaces no podían ignorarlo. El resurgimiento guerrillero de los años 1975 a 1977 dio paso a una represión de enorme virulencia, que infligió altísimas bajas a las filas de los militantes, pero también expandió los padecimientos del cuerpo social todo; menudearon las víctimas ajenas a la lucha, se acentuaron los procedimientos ilegales que hicieron de la persecución ideológica un arte cruel, la sociedad en su conjunto se dividió más profundamente y no casualmente el régimen autoritario fortaleció su posición. Semejante tragedia, en la que las organizaciones subversivas tuvieron un papel de primer orden, reconocido incluso por integrantes de ellas que han reflexionado al respecto, no pudo ser ignorada cuando se lanzó la "contraofensiva estratégica de 1979". Cae de su peso que los alegados requisitos para el derrocamiento [del tirano] se esfuman ante las previsibles consecuencias de la nueva intentona

Quizás la pieza de convicción más elocuente lo sea la "Carta abierta" que el escritor Rodolfo Walsh dirigió en 1977 a la Junta Militar y que a lo largo de la literatura "Montonera" se repite con insistencia. En ese libelo, el intelectual poco después desaparecido hace hincapié reiterando sobre la "respuesta desproporcionada", las represalias inhumanas, etc. a la resistencia armada de las organizaciones guerrilleras que por entonces actuaban. Ante ello, mal puede admitirse la racionalidad de la nueva propuesta que sólo servía para profundizar el tirabuzón violento e infernal ya provocado

-Los jueces critican la resistencia al tirano porque, razonan, esa resistencia necesita de un acompañamiento u apoyo social. La resistencia al tirano por parte de elementos individuales no está concebida por ellos, pues con su accionar generarían calamidades mayores que las que intentaron prevenir; además que la remoción actual de un tirano no culmina necesariamente con su régimen. Desde pag. 42 en adelante: 

Si por vía de hipótesis se asumiese que Firmenich y sus compañeros creían hallarse frente a una tiranía que debían deponer, ni aún el más tremendo de los autores que propugnaran medios violentos a ese fin los absolvería en los casos de autos. El padre Juan de Mariana, notable estudioso de la ciencia política del Siglo XVI, se halla justamente en tal posición; su conceptos en esta materia están embebidos de un apasionamiento que choca con la prudencia y sabiduría que exhibe en otros tópicos. Pero hasta ese fanatismo tiene sus límites y quienes han analizado en profundidad su obra "Del rey y de la institución real", los precisan. Así, dice Mariano De Vedia y Mitre "le preocupa dejar sentado que no deja la calificación de tirano al arbitrio de un particular ni aún de muchos, sino que quiere que le pregone como tal la fama pública y sean de la misma opinión los varones graves y eruditos....El asesinato del tirano no removerá nunca de inmediato las causas que produjeron e hicieron posible la tiranía; si ésta logró inplantarse no fue nunca por la voluntad exclusiva del tirano, sino por un estado de profunda perturbación social que le abrió el camino.... Pero, ha de ser el pueblo todo el que reaccione ante la opresión y después de agotados todos los procedimientos que el padre Mariana señala con tanta sagacidad como exactitud" ("Historia de las ideas políticas", VI:256 y ss.) 

Sobre tales cimientos no es dificultoso avizorar que el lanzarse a la aventura del derrocamiento de un gobierno injusto -el de entonces lo era y a todas luces- mediante la violencia activa no es ni puede ser patrimonio de unos pocos, sino que es una potestad que reside en el pueblo todo. Así lo enseña Santo Tomás con cita de San Agustín, quien a su vez toma el concepto de Cicerón, definiendo al pueblo como "una junta compuesta de muchos, unida con el consentimiento del derecho y 1a participación de la utilidad común" ("La Ciudad de Dios", Madrid, 1929, L.X1X, capítulo XXI). Y sólo cuando esa lucha ha de beneficiar al pueblo ahorrándole calamidades, resulta lícito alzarse contra el tirano

Ya no se trata del derrocamiento del príncipe que, por regla general, implicaba un reacomodamiento de los súbditos al que seguía la paz. En circunstancias como la que se analiza, ni siquiera la muerte de quien posee las máximas jerarquías sirve de provecho para poner fin a los males de nuestra sociedad, antes bien al reemplazo inmediato del jerarca siguen mayores penurias originadas en el acto pretendidamente redentor


Como verán, más allá de algunas opiniones discutibles de los jueces, y más allá que los asesinatos como el de Soldati no tenían nada que ver con el ajusticiamiento a un represor (lo que hace totalmente válida la prisión de 30 años a Firmenich) ni siquiera con el asesinato por protesta, la Cámara de apelaciones que lo juzga y lo condena al ex-líder montonero a tantos años no licúa todo en que la guerrilla era un grupo de asesinos implacables carentes de contexto. El juez analiza el concepto de resistencia a la tiranía, intenta analizar si el caso verdaderamente encuadra en eso, emite su opinión perfectamente legítima y debatible sobre los requisitos para resistir a un gobierno represivo, etc. Sin discutir nosotros la parte penal, las valoraciones éticas sobre la justicia por mano propia y otra clase de hechos SI merecen tenerse en cuenta tanto para la valoración ética de la guerrilla como de sus víctimas y sus rememoraciones

Bien que algún progresista medio trosko podría alegar correctamente que el equipo económico de Martínez de Hoz fue responsable de dejar a millones en la miseria, de destruir la industria argentina mientras favorecía la "timba" financiera. Pero si el objetivo de Montoneros fue "vengar" esa pésima e interesada gestión económica, había formas distintas de conseguir el objetivo: podrían haber hostigado al equipo económico, podrían incluso haber secuestrado y amenazado para que abandonen sus puestos. Sin embargo, Montoneros mató a personas que no eran represores, sino a personas que, nos caiga bien o mal, simplemente tenían una visión distinta del manejo económico del país. La muerte de Viola puede justificarse si era un torturador, pero la muerte de Soldati, o el atentado de Walter Klein, creemos que no posee justificación válida



Parte de guerra de Montoneros sobre el asesinato de Soldati


(Montoneros atentaba contra estas personalidades como parte de su estrategia de "activar" las masas, lo cual es una estupidez donde se lo mire ¿Qué paradigma "científico" les hizo suponer que un obrero automáticamente iba a movilizarse con la muerte de un X como Soldat o Klein?? Una de las tonterías incomprensibles de su campaña de Contraofensiva 1979

Además, suponiendo que la muerte de Soldati hubiese logrado el "estallido" obrero anhelado por la teoría de la guerra revolucionaria montonera, esto nos deriva a la discusión ética acerca de si es justo matar a un inocente, a una persona que no era represora, solo para poner "contenta" a la gente. Evidentemente no hay justificativo posible)


-¿Hay otras rememoraciones que despierten polémica en Argentina?: está el ejemplo de Julio Argentino Roca y la discusión del presunto "genocidio" que algunos le atribuyen y otros le defienden o rechazan esa imputación.... precisamente, no es una figura que haya sido inicialmente ensalzada por el progresismo montonero cubano soviético, si es que hay alguien que quiere empezar con las teorías conspirativas izquierdistas. No obstante tiene su buena cantidad de conmemoraciones en plazas, calles, estatuas....

Lamentablemente para la iconicidad, los héroes o villanos de la historia no son 100% puros. No hay villanos que sean totalmente malos, ni héroes totalmente buenos. Cuando se repudia una persona o se alaba otra, se lo hace tomando una cantidad de hechos que, social o estadísticamente, se sobreponen. Si hoy en día se repudia mundialmente a Hitler, no es porque neguemos que el dictador alemán haya construido autopistas que pudieron ayudar a reactivar la economía de su país, no es porque se niegue que Hitler logró devolver a muchos alemanas a un estatus un poquito superior a la miseria de la Gran Depresión; pero estos logros quedan opacados por todo lo mal que hizo, y además sus méritos fueron contemporáneamente realizados por otras figuras que no necesitaron ser tan destructivos (ej: Roosevelt en Estados Unidos y su política de bienestar "New Deal" que palió los efectos de la Gran Depresión). En Argentina tenemos a Roca o incluso a Mitre en alabanza y rememoración, pero ¿No cometieron actos muy reprochables estos próceres en sus vidas? Pues sí cometieron, y tratamos de minimizarlo para no derrumbar tanto la apreciación de esas figuras; pagamos el precio de "hacernos los distraídos" con ciertos hechos amargos, se justifica con la imprecisa alusión de "era otra época" y cosas por el estilo

Lo de Roca tiene su su telita para cortar en los apologistas de la dictadura, porque tanto Ceferino Reato como Victoria Villarruel han defendido al prócer de algunas acciones de escrache, como el intento de quitar su monumento en Bariloche:







Roca hizo muchas cosas por el país. Hizo cosas excelentes que perduran hasta el día de hoy (como la educación gratuita y laica).  La extensión territorial de nuestro país, quiérase o no, se debe a Roca. Pero también hizo cosas muy reprobables, que incluso en aquella época se reprobaban, tales como ejecuciones ilegales, venta de personas y esclavitud ¿Con cuál Roca nos quedamos entonces? Si nos quedamos con el Roca "bueno", sus reivindicaciones públicas en billetes o estatuas de plaza deben ser mantenidas. Si nos quedamos con el Roca "malo", pues.....



Carta firmada por Julio Argentino Roca, 3 de mayo de 1879. Allí escribe: "Mi amigo Palacios me envió una china para su señora madre, no he podido conseguir otra hasta ahora por eso no le envío todavía la prometida a su señora". En la carta, Roca promete enviar como mercancía de trabajo a una "china" (denominación de la época a integrantes de pueblos originarios)




Diario "La Razón" de Tucumán, 12 de noviembre de 1878. Allí escriben que los industriales azucareros hablaron con el gobierno, para arreglar la distribución de indios pampas capturados, que servirán para el trabajo. Se solicitan 500 indios, con o sin familia



Diario "La Nación", 17 de noviembre de 1878. El editorialista se queja de algunos crímenes cometidos por soldados del Ejército de Roca, y la lenidad de las autoridades en investigar los casos


El Comandante Roca ha hecho fusilar a sesenta indios ranqueles. Tal aseveración es por demás grave, es un crimen de lesa humanidad; es un bofetón á la civilización

referencia 5 del sig. enlace:


Comentario del editorialista de "La Nación", 16 de noviembre de 1878, sobre la masacre de pozo del Cuadril, ejecutada por Rudecindo Roca, hermano de Julio Roca, en el contexto de las conquistas del desierto y los indios


No es mi intención polemizar en exceso con el caso Roca. Puedo entender perfectamente las razones para su homenaje sistemático en la vida pública argentina. Si nos vamos a los extremos, hay gente que reivindica a Juan Domingo Perón, cuando éste fue responsable pasivo de la masacre de Pilagá. O gente que reivindica a Hipólito Yrigoyen, aún cuando éste fue responsable pasivo también de la Patagonia Trágica y la Semana Trágica. Si nos ponemos exquisitos en extremo, solo podríamos rescatar a unos poquitos próceres como San Martín, Belgrano, Moreno y algún otro más. Y ni de eso podemos estar seguros completamente

A los que reivindican a Roca o Perón, yo no los llamaría "defensores de genocidas" ni esas pavadas, porque es entendible que hicieron muchas cosas de las que el grueso de la sociedad se benefició. De ahí la enorme estima que poseen. Pero hay que entender que en dicha reivindicación, la contraparte es la resignación de "olvidar" por un momento las oscuridades de estos personajes

No me quejo de eso. Pero SI me tengo que quejar de la doble vara del apologismo. Ceferino Reato se la pasa llorando que Rodolfo Walsh está homenajeado en un subte, a pesar de ser el (presunto) ideólogo de la muerte de 25 personas en el comedor de la represiva Policía Federal. Si para Reato, Walsh no merece conmemoración por ese atentado con 25 víctimas fatales ¿Qué decir entonces de Roca, con sus centenares de esclavizados, deportaciones forzadas, modificación cultural forzada  y ejecuciones ilegales? Ahí a Reato y Villarruel no le preocupa que pongan una estatua de oro sobre un personaje así. Si para estos apologistas, Roca hizo muchas más cosas buenas y útiles que Walsh, y por eso merece su reivindicación, entonces no se entiende después la crítica excesivamente moralista a la guerrilla de los 70 que Reato hace en sus libros, cuando a los apologistas parece que no les importa en verdad las muertes de personas


Yendo a lo que nos compete de los años 70, no soy capaz de decir dónde inclina la balanza en la valoración de la guerrilla. A título personal, no soy extremadamente simpatizante de la ideología política-económica de los guerrilleros, y hay actos totalmente incomprensibles y oscuros que cometieron los Montoneros y el ERP, refiriéndome todavía a los homicidios. No obstante algunas acciones combatientes o asesinatos pueden justificarse, y muchos militantes hicieron tareas realmente nobles en las villas miseria, en las fábricas, etc. De Videla no se puede decir tanto, hay muy poco de rescatable en su mandato ya que ni siquiera revitalizó la economía para dárselas de salvador. No es arbitrario de mi parte ser más condescendiente con la guerrilla que con Videla, sin perjuicio de las cosas buenas o malas que hiciera Videla o la guerrilla

Además, la guerrilla era una organización político-militar, abriendo su abanico a un conjunto de acciones heterogéneas que hacen equívoca la comparación de ella con la represión. No es "guerrilla VS represión" sino en todo caso "organización político-militar VS ejército" entendiendo este último también como un conjunto heterogéneo que no integraba necesariamente las fuerzas de tarea para el secuestro ilegal (no todo miembro del ejército era torturador, se entiende), por consiguiente con valoraciones distintas en cada caso o conjunto de personas


Vale recordar como caso paradigmático en la Argentina, que los Montoneros y el ERP no llegaron a cometer un atentado tan indiscriminado a la altura del atentado antiperonista de 1953, y sin embargo existe en Buenos aires una estación de trenes llamada "Ministro Carranza" en honor a uno de los militantes que participó en ese episodio del 53 (o sospechado de tal). Que yo sepa, los apologistas no se han quejado que un "terrorista" tenga ese homenaje




También tenemos la calle Ramón Falcon en la provincia de Buenos Aires, un policía represor de principios de siglo XX (responsable de algunas decenas de muertos). O sea que la disputa por las calles y conmemoraciones no es patrimonio de una conspiración izquierdista 




-La guerrilla ¿Se puede reivindicar?: una pequeña polémica se desató al respecto, con la reivindicación de una referente de un organismo de Derechos Humanos, Lita Boitano, delante del presidente Alberto Fernández: 


Dejando a un lado los interminables artículos de Ceferino Reato, Lopérfido, Claudia Peiró y otros sobre el episodio ¿Cómo lidiar con estas cosillas? Montoneros/ERP no eran organizaciones netamente "terroristas", e incluso no todos sus actos de "combate" son equivalentes; por lo que hay algunas partes que pueden reivindicarse y otras que no. Como he dicho en alguna otra ocasión más sintéticamente, no es lo mismo reivindicar la Secretaría Militar que la Secretaría Política de las organizaciones revolucionarias 

Se puede reivindicar la lucha sindical de las células guerrilleras, suponiendo que a usted le guste la ideología (es decir, a un liberal no le va a interesar las propuestas y el trabajo de "subversión fabril" de los Montoneros/ERP, mientras que a un socialista, keynesiano o nacionalista le pueda parecer atractivo). No se tiene que festejar la muerte de personas como John Patrick Egan. Y hay otras muertes que se pueden justificar su reivindicación (no significa que sean reivindicables por sí misma) como el caso de la justicia por mano propia a represores: la mano propia no es deseable, pero puede "entenderse" que haya grupos que festejen ciertos actos justicieros. Hay otros sucesos que ni son muy buenos ni muy malos y, más que reivindicar, darían un poco de vergüenza ajena, como los actos tontos de las milicias rompiendo vidrios; que tienen más de bobada que de revolución (exceptuando situaciones especiales, como por ejemplo el intento de romper el cerco informativo en 1978). Por último nos enfrentamos a situaciones con motivaciones disímiles, como el intento de copamiento al Batallón de Monte Chingólo: el objetivo era proveerse el ERP de armamento para continuar la lucha en el monte, a sabiendas que el golpe de Estado iba a darse; o en su defecto ofrecer una demostración de poder de la guerrilla que hiciera repensar a los militares sobre la conveniencia de un golpe de Estado ¿Se puede festejar el intento del ERP de intentar frenar o resistir a la futura dictadura? De no ser así ¿Se puede demonizar? ¿O no vale la pena? ¿O hay que criticar al ERP porque su acción, por muy noble que haya sido, no modificaba el inexorable curso del golpe?

Entonces, la guerrilla no es "homogénea", no es monolítica. Si se quiere, podríamos poner un ejemplo del bando contrario: ¿Se puede reivindicar algunas cosas del Operativo Independencia? Creo que aquellos soldados de las fuerzas armadas que lucharon en combate y perdieron la vida o quedaron heridos (como el caso de Richter), merecen ser reivindicados. De lo contrario, considerar todas las acciones de combate de la guerrilla como iguales, considerar todos los actos de los militares como iguales, es tan absurdo

Por supuesto, quedará en cada conciencia determinar si estas reivindicaciones esconden otros propósitos. Si bajo la máscara de reivindicar un suceso noble, no se pretende justificar otras cosas. Por ejemplo ¿Qué es lo que pretendía reivindicar Lita Boitano? ¿El asesinato de Patrick Egan a manos de los Montoneros? ¿La infiltración gremial de las células montoneras para reclamar mejores condiciones laborales? ¿El asesinato de Montoneros al represor Alberto Villar? ¿Todos los actos de Montoneros? Dudo mucho que Boitano realmente haya querido festejar hasta la muerte de Soldati en la Contraofensiva. El problema es que no existe una palabrita exacta para marcar que uno defiende una cosa y no otra. Esto también imposibilita demonizar generalizadamente a los integrantes de las organizaciones político-militares, ya que no todos se sumaban por la misma causa ni comulgaban con lo mismo en una organización de accionar heterogéneo: algunos podían simpatizar con el secuestro de un empresario pero no con su asesinato, algunos solo estaban dispuestos a poner bombas en vidriera pero no a matar, otros simpatizaban con cualquier acción de la guerrilla pero no cometían ninguna, otros hacían solo trabajo político. Es la misma situación de quienes integraron genéricamente el ejército para combatir a la "subversión": no todos participaban en el núcleo duro/homogéneo de la represión y podían estar de acuerdo en algunas cosas y en otras no, podían cometer algunas acciones y otras no

No es "todos los montoneros son asesinos" o "todos los montoneros son héroes". ALGUNOS eran héroes, ALGUNOS eran asesinos (en el sentido más negativo, menos justificable que pueda existir), etc.


Carta de ex-integrantes del ERP, en el que pretenden separar a combatientes legítimos del Ejército en el Operativo Independencia, de aquellos que reprimieron en los centros clandestinos. Nota: 



En una carta que generó su polémica, titulada "No Matarás", escrita por Oscar del Barco y en referencia al papel de las organizaciones armadas, el autor del escrito dice que los que apoyan a un asesino aunque sea con su simpatía son también "asesinos": 


Una afirmación bastante exagerada aún desde el enfoque moral-metafórico de esa carta. Pero que evidencia una necesidad del apologismo: como saben muy bien que había poquitos combatientes de la guerrilla, necesitan extender el área de "blanco legítimo de los militares" hasta los simpatizantes, a través de burdas teorizaciones de responsabilidad que solo existen en el universo literario apologista, porque en el Derecho Civil y Derecho Penal ya están más que superadas incluso a un nivel ético o doctrinario (los que estudian Derecho sabrán del Derecho Civil la teoría de la causalidad/responsabilidad). No digo que Oscar del Barco sea un apologista interesado en reivindicar la represión militar, pero su carta sirve a los intereses del apologismo a través de una forzada equiparación estilo "todo con todo" o "todo es lo mismo", pese a que el mismo autor del escrito rechace realizar esas extensiones. Tan absurdo es clasificar como asesino al simpatizante de Montoneros como al simpatizante de Pinochet o Massera. Que los apologistas no pierdan tiempo y presenten su lista de militantes desaparecidos o vivos involucrados penalmente en hechos delictivos, en vez de continuar con el espectro vago de gente como Del Barco


Ahora, es muy necesario encuadrar la porción "heroica" de la guerrilla argentina en su justa medida. Lo cierto es que, a nivel general, la sección armada de Montoneros y ERP fue negligente para lograr sus objetivos anti-represivos: la cifra de bajas que le infligió a las fuerzas policiales y militares apenas superan las 500 personas, un número absolutamente insignificante para unas fuerzas de más de 100 mil efectivos (por dar un ejemplo, la policía de Buenos Aires de Ramón Camps se componía de 30.000 hombres y la guerrilla en todo el país mató a menos de 700 personas). No ayudó el hecho que sus atentados más importante no lograran apaciguar a los represores, sino que los alentó a perseguirlos más. Tampoco ayudó que hubiese daños colaterales muy impactantes como la hija de Lambruschini o las hijas de Viola, que volcaron a la sociedad al repudio de la insurgencia. También, con un gobierno constitucional (el de Perón) y dictatorial (el de Videla) que controlaba la opinión pública y coartaba la creación de las movilizaciones, los atentados no cumplían la recepción positiva esperada de lucha anti-represiva, ni incentivaban a la población a agitarse. Uno podrá valorar buenamente el voluntarismo o el idealismo de aquel guerrillero que deseaba luchar contra la represión de Perón y Videla, pero objetivamente el papel de resistencia de la guerrilla montonera y erpiana fue incompetente e irrelevante
 
El sector político o no-combatiente de Montoneros y ERP pudo tener algunos logros más destacables en el tiempo, como la denuncia de violaciones de Derechos Humanos, o la oposición gremial pre-1976... pero se mostró insignificante y suicida en oponerse al cerco propagandístico de la represión


-La falsa equivalencia: uno de los trucos inteligentes que tiene el apologismo, es el intento de sumar los conscriptos muertos o heridos por los enfrentamientos de la guerrilla, como la "otra parte de la verdad". Desde Ceferino Reato, hasta el teniente coronel Rodolfo Richter (quien quedó parapléjico después de un combate con el ERP), éstos de un modo intencionado o ingenuo (en el caso de Reato claramente intencional, en el caso de Richter más inocente su prédica) intentan construir una historia "completa" del conflicto donde hay guerrilleros y conscriptos, reflejando el dolor de ambos bandos. El problema es que con esta construcción, en principio válida, se intenta dar un tiro de elevación a la exculpación de la dictadura 

Así las cosas, tenemos libros como el caso de "Enemigos", co-escrito por Richter, participante conscripto de las fuerzas armadas dentro del Operativo Independencia y quien quedó herido en el primer combate de Pueblo Viejo; y también escrito por Carlos Gabetta, un ex-integrante del ERP


Son construcciones mal enfocadas que favorecen al apologismo con su distorsionada perspectiva protagónica. Por su lado Ceferino Reato quiere la "historia completa" recordando tanto a Horacio Pietragalla, hijo del desaparecido Pietragalla que combatió en Formosa; y a Hermindo Luna, caído en el enfrentamiento de Montoneros en Formosa 


El problema no es recordar a ambos grupos, sino tomar esos grupos como el conflicto de la dictadura (sutilmente encorsetado como la "rememoración de los dos lados"), lo que obviamente es falso. Por mucho que Richter o Hermindo Luna hayan combatido contra la guerrilla, ellos no fueron torturadores ni asesinos masivos. Richter no agarró la picana para torturar a ningún militante. Entonces, la guerrilla no se enfocó en asesinar conscriptos como un grupo enemigo. Si hubo muertos conscriptos, fue en el contexto de un intento de ataque a las fuerzas represivas por parte de la guerrilla, o de aprovisionamiento. Para el libro "Enemigos", hubiera sido más sensato que Carlos Gabetta, militante del ERP, co-escribiera el libro con Miguel Etchecolatz y así cumplir cabalmente la idea de "los dos antagonistas enemigos que rememoran su pasado y conversan"........ claro, ahí Gabetta seguro que no se animaría a escribir un libro con ese personaje; pero mi ejemplo demuestra el falso enfoque que se maneja: con la reivindicación legítima y hasta justa de personas como Richter, se pretende elevar como una disculpa o justificación de la represión, ya que un lector desprevenido no va a hacer esos análisis que hago y, por consiguiente, va a tragarse la unión de estos grupos antagónicos como si fuese la disculpa y la concordia entre represores y guerrilleros. Ceferino Reato, no casualmente, interpreta la rememoración a Hermindo Luna como un saneamiento de la historia mal contada. No parece cuestionar su mal enfoque, no parece darse cuenta que la rememoración de Luna no afecta en nada la historia que hasta el momento se ha "contado" y que él quiere desprestigiar como una "historia mal narrada"

Con estos materiales (libros, artículos periodísticos, películas como "La escuelita de Manchalá") que reivindican a conscriptos muertos por la guerrilla, conscriptos que NO eran torturadores; con esos materiales se desea paradójicamente tirar un manto de sospecha a la construcción histórica que se enfoca negativamente en los torturadores. Curioso y triste, porque en teoría la reivindicación de estos conscriptos es legítima, pero ha sido manchado por las intenciones más perversas de los apologistas

Aunque parezca mentira, la rememoración que hizo el entonces presidente Mauricio Macri a los conscriptos muertos de Formosa, fue el homenaje más "limpio" que se produjo de los soldados caídos por la guerrilla. Aunque solo sea porque Macri no satisface los requisitos discursivos y contextuales que el apologismo necesita (Macri no es Ceferino Reato, ni le interesa hacer comparaciones absurdas entre Luna y Pietragalla para tirar dardos a una pretendida narrativa mal contada)


 

Simplificando, las víctimas de la guerrilla que, desde mi enfoque personal, deberían ser recordadas en un ideal "Parque de la Memoria", con su respectivo rótulo: 

-Las víctimas represoras bajo la carátula de "víctimas de la justicia por mano propia" 

-Las víctimas dolosas inocentes con el rótulo más apropiado en cada situación (se incluyen casos como el que relatamos de Oberdan Sallustro)

-La serie de víctimas inocentes asesinadas, dañadas, secuestradas como protesta política, bajo el rótulo más apropiado que refleje el patetismo de una guerrilla incapaz de provocar bajas más relevantes (incluye casos de secuestros "interminables" con el objetivo de canjear prisioneros). Se exceptúan casos muy particulares que puedan entrar en una cuasi-legítima protesta política

-Las víctimas como protesta política, malamente enfocados (ej: John Patrick Egan)

-Las víctimas culposas de la guerrilla en los marcos apropiados (justicia por mano propia; casuales; dentro del ataque doloso a un inocente; etc.) con excepción del estado de necesidad 

-Las víctimas que defendieron unidades militares bajo el rótulo de combatientes en defensa de lo que ellos creían como la patria 


El día que los grupitos de la memoria completa admitan las diferencias entre sus víctimas, el día que admitan que NO es lo mismo rememorar la injusta muerte de la hermosa hija de Viola que rememorar al represor Villar, el día que estén de acuerdo en crear distintas categorías de víctimas de la guerrilla en los homenajes, entonces ahí yo querría homenajear también a todas las víctimas de la guerrilla y crear su parque de memoria

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