¿Es cierto que la guerrilla contribuyó al golpe de Estado??


Una tesis propulsada en su día por trabajos importantes como el juicio a las juntas militares, a pesar que ya existía el libro "El Mito de la Guerra Sucia" de 1984 que advertía sobre la falacia en cuestión. Es la denominada "teoría de los 2 demonios", aquella que interpreta la represión de la dictadura como una suerte de provocación de la guerrilla de izquierda; más propiamente dicho de sus atentados. Es un razonamiento de tipo cronológico: "dado que la guerrilla estuvo antes de la represión del 76, entonces la represión se debe a la guerrilla", aunque las fuentes documentales que sobrevivieron a la quema desmientan esta estricta relación causa-efecto. A esta teoría se le agregan dos variantes: la que cree que casi todos los desaparecidos eran "terroristas", o la del estilo de la CONADEP que cataloga a la mayoría de las víctimas del Estado como "inocentes" ajenos al terrorismo [guerrillero]. Por ejemplo, el implacable represor Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército (con jurisdicción en varias provincias, siendo Córdoba y Tucumán las más destacadas) en el periódico La Nación, el 31 de diciembre de 1983; y en la revista Siete Días el 18 de enero de 1984, dijo: 

Tengo absoluta convicción de que en mi jurisdicción, aquellos enemigos que cayeron, es decir, los traidores activos al servicio de la subversión; esos no eran en absoluto inocentes [...] y quienes afirman que durante la guerra contra la subversión las Fuerzas Armadas mataron a muchos inocentes tendrán que probarlo y lo de la inocencia corre por cuenta de quien lo dice

Acá solo se persiguieron a culpables. No hubo una cacería de opositores políticos [...] Los que eran malos, ahora son los buenos. Y los que salvamos al país ahora somos los malos

extraído del siguiente libro, pag. 168: 


Mientras en el prólogo de Ernesto Sábato del libro "Nunca Más" de la CONADEP, Sábato dice:

En el delirio semántico, encabezado por calificaciones como «marxismo-leninismo», «apátridas» , «materialistas y ateos» , «enemigos de los valores occidentales y cristianos» , todo era posible: desde gente que propiciaba una revolución social hasta adolescentes sensibles que iban a villas-miseria para ayudar a sus moradores. Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora de salarios, muchachos que habían sido miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y sociólogos por pertenecer a profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas, monjas y sacerdotes que habían llevado las enseñanzas de Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigos, gente que había sido denunciada por venganza personal y por secuestrados bajo tortura. Todos, en su mayoría inocentes de terrorismo o siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la guerrilla, porque éstos presentaban batalla y morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los represores


Ambos grupos contrapuestos (progresistas de la CONADEP y represores o sus simpatizantes), comparten la visión que la guerrilla izquierdista es la "causa" de la represión y en definitiva existieron dos demonios: la guerrilla y los militares. Pero difieren sobre la calidad del desaparecido: unos dicen que todos eran súper terroristas (lo que sea que eso signifique), otros que no lo eran

Apologistas extremos como Nicolás Márquez o su novia Agustín Laje adhieren a la primera variante señalada de la teoría ("casi todo desaparecido es un zurdito terrorista asesino apátrida subversivo"), pero Márquez jamás llamaría a esa teoría como "los 2 demonios" porque no le gustaría llamar a sus amados represores como "demonios". Los apologistas hasta aceptan plenamente que hubo un plan sistemático de eliminación siempre que se enfoque en la primera variante 

Dada la importancia capital a nivel ético sobre la pregunta ¿Qué causó la represión?, en este artículo primero nos enfocaremos en las fuentes históricas de las que disponemos, y luego un brevísimo resumen doctrinario-jurídico sobre las 3 teorías de la causalidad en Derecho Civil y Penal para entender la "causa" de la represión

Por lo pronto, el problema principal de la "teoría" dos-demonista no es el argumento cronológico falseado, sino que esta teoría descansa, primero, de forma latente sobre un poder bélico nunca fundamentado en la guerrilla; pero lo segundo y más importante es que toma como hecho natural una suerte de hiper-sensibilidad de las fuerzas armadas. Para que la idea de la "provocación guerrillera" sea válida, tendría que forzarse y aceptarse de base una actitud ridículamente infantil del Ejército y la policía, que son incapaces de tolerar la muerte de algunas personas a manos de la guerrilla, tal como hoy la toleran de la delincuencia común. Hemos repetido hasta el hartazgo en este blog que la delincuencia común actual asesina a muchísimas más personas en 1 año que lo que hizo la guerrilla en 10 años. Sin embargo, la policía y el ejército no andan presionando a Macri o a Cristina Kirchner para intervenir en la lucha contra el flagelo delincuencial como si hubiese una urgente amenaza a detener. Asi que la "hiper-sensibilidad" a la muerte de personas, por sí misma, no es suficiente para explicar por qué las fuerzas armadas estaban deseosas de ejecutar una sangrienta represión. Hay un "algo más" que lo explica, y que se relaciona con la doctrina de los militares sobre la importancia cultural en la pretendida guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria contra un enemigo "multiforme", y el deseo de transformar el molde social





Cifra de muertes provocada por las organizaciones guerrilleras en todo su periodo de actuación 1969-1979. La sentencia del juicio a las juntas recoge este listado. Véase sig. enlace:




Diario Clarín, 31 de enero de 1976, página 10. En un informe publicado parcialmente, Videla indica que la guerrilla se encontraba frente a una "impotencia absoluta" con respecto a su presunto poder militar, relegándola al aspecto delincuencial. Ya Videla 1 mes y medio antes del golpe, desprecia la capacidad combativa de la guerrilla como poco trascendente y con graves falencias organizativas (refutando de primeras la tesis que "el poder de la guerrilla causó el golpe")



Para el apologismo, lo que hicieron las fuerzas armadas se explica "en gran parte" por los atentados y la peligrosidad de la guerrilla.... aunque todas las estadísticas vistas hasta el momento rompan cualquier teoría plausible de una urgencia del Ejército por detener una gigantesca amenaza guerrillera



Comparativa con el caso chileno. El régimen de Augusto Pinochet aplicaría la misma doctrina francesa de guerra contrarrevolucionaria contra la "subversión", pese al insignificante poder de fuego de la guerrilla chilena (compuesta mayormente por el M.I.R. -Movimiento de Izquierda Revolucionaria- y el F.P.M.R. -Frente Patriótico Manuel Rodríguez-). Ninguna de las 2 dictaduras más sangrientas del cono sur continental pueden explicar su represión por el "peligro armado guerrillero"


Existe, en algunas personas bien intencionadas, la necesidad de racionalizar, con escasa información, los hechos: "Los militares no son loquitos que se levantaron un día y decidieron matar a todo el mundo. Algo tuvo que pasar antes" es una de tantas frases que podemos leer o escuchar en las redes sociales, o aún en los medios de comunicación afines a determinado relato del tema. Es casi inevitable realizar este tipo de operación pseudo-lógica que no es otra cosa que pura intuición devenida en sentido común popular. Se busca la causa cronológica de la represión y, de paso, se busca insinuar/afirmar que el desaparecido "algo tuvo que ver" en este detonante de su represión; porque los militares "no son loquitos que matan inocentes porque se levantaron un día de mal humor". Es un razonamiento que desconoce las fuentes documentales militares que sobrevivieron y veremos a continuación, pero además desconoce, o finge desconocer, que la matanza de "inocentes" (lo que sea que eso implique) no ha sido en modo alguno un acto de irracionalidad o locura. La matanza a esta clase de sujetos inofensivos también puede ser racionalizada con un discurso intelectualmente coherente, y es lo que ha sucedido en otros capítulos de la humanidad ¿Por qué sería la excepción aquí?

Por todo ello, sostener que la guerrilla, o más específicamente sus atentados, fueron la "causa" de la represión castrense; en esta suerte de causalidad mecánica; es un razonamiento tan básico como sostener que la masacre de las fosas ardeatinas es culpa de los partisanos y no de los alemanes porque los partisanos provocaron primero. O que "La Noche de los Cristales" es culpa de los judíos y no de los alemanes porque los judíos asesinaron primero. O que la colectivización de Ucrania es culpa de los ucranianos y no de Stalin porque los ucranianos empezaron primero. Y podemos seguir con 20 ejemplos de cualquier cosa. Es fácil simplificar las variables y explicar un suceso en el modo más abstracto posible, estableciendo una falsa correlación causa/efecto. De hecho en Italia hay grupos de extrema derecha que le echan la culpa a los partisanos comunistas de provocar la represión nazi.... asi que entenderán que el verso de la "memoria completa" y de "la guerrilla empezó primero" no es exclusivo de este país argentino



La infaltable abogada twittea que la guerrilla fue la responsable de la aparición de Videla y del baño de sangre. No explica cómo un grupito de 2.000 combatientes máximo, que ocasionó 400 muertos desde 1970 hasta el 24 de marzo de 1976, pudo ser el desencadenante de un golpe de Estado sangriento (por dar una comparación, la delincuencia actual provoca 1.500 muertos anuales y no hay golpes de Estado cada año por eso). No explica la abogada cómo 2.000 combatientes guerrilleros, enfrentados a más de 100.000 efectivos policiales y militares, fueron la razón para que las fuerzas armadas desaparecieran a miles de civiles no-combatientes. Esa es una de las razones por las que Villarruel nunca quiere hablar de la cifra de combatientes



Beautiful falacia cronológica, carente de estadísticas creíbles y omitiendo fuentes que la contradicen



Otro retrasado mental que opina sin fuentes ni estadísticas. Nada nuevo bajo el sol




(A partir minuto 11:26) El general Pinochet repite esta tesis dos-demonista para su gobierno, asegurando que se violaron los derechos humanos "en ambos lados"; que la izquierda "también violó los derechos humanos" (y eso que la guerrilla chilena fue insignificante ocasionando menos de 200 víctimas, contra las más de 40 mil del gobierno de Pinochet). En otros países también existe esta disputa de la memoria "causa-efecto" de la represión



No solo derechistas: en España, la teoría de los dos demonios la sostienen principalmente los izquierdistas de la organización ETA, que pretenden suavizar sus crímenes como un "conflicto vasco" o una lucha entre militantes de ETA contra guardia civiles. En el video, Arnaldo Otegi, uno de los portavoces de la rama política de ETA, reflota como argumento la idea del conflicto de bandos (vascos vs españoles)


Para saber si estamos en presencia de la teoría de los dos demonios, debemos preguntarnos ¿Por qué ocurrió la represión salvaje del 24 de marzo de 1976? Si la respuesta involucra como ingrediente principal los ataques de la guerrilla, entonces esa respuesta lleva la carga implícita que la guerrilla tenía el suficiente poder de fuego para desequilibrar las cosas al punto que las fuerzas armadas se ven obligadas a intervenir y reprimir brutamente para detener la imparable amenaza guerrillera

La teoría de los dos demonios no es criticar las acciones armadas de Montoneros y ERP. Eso es legítimo criticar en principio.... pero creer que el sector armado de estas organizaciones es la responsable de provocar la represión de Estado; ese argumento CARECE TOTALMENTE DE FUNDAMENTO ¿Qué tal si le decimos que las fuerzas armadas de Videla ya sabían antes del golpe, que Montoneros y ERP apenas superaban los 1.000 combatientes para marzo de 1976? ¿Qué tal si le decimos que los militares ya habían realizado cálculos del número de combatientes del ERP varios meses antes del golpe de Estado, que no superaban los 600 combatientes? ¿Qué tal si le decimos que el 29 de marzo de 1976 (5 días después del golpe), la policía capturó documentos de la cúpula del ERP donde se estima que los combatientes de dicha organización no sobrepasan los 350 para marzo del 76? Ahí la cosa cambia...... mucho. Pues no cabe seriamente que, si el objetivo de los militares era "combatir el terrorismo", por contra la cifra de desaparecidos, muertos y encarcelados se disparó a un número mucho mayor a los 1.500 que tendrían que haber eliminado. Es decir, si Argentina hubiese tenido 1.500 víctimas totales del Estado, o 2.000 víctimas totales; entonces AHÍ SÍ resultaría creíble la idea que los militares fueron a eliminar el "terrorismo". Pero no solo hubo mucho más de 2 mil desaparecidos, sino que hubo muchos miles de sobrevivientes de centros clandestinos y encarcelados arbitrariamente





Informe del Grupo de Tareas de las Fuerzas Armadas sobre el allanamiento policial del 29 de marzo de 1976, donde extraen los estimativos del número de integrantes del PRT-ERP, incluyendo la cifra de combatientes del ERP (aprox. 350 combatientes). Este informe estaba en poder del Tata Yofre, quien luego lo aportó a la Justicia. Para más información de este operativo policial y las conclusiones del informe sobre el número de combatientes del ERP, véase el sig. apartado de este blog:


en este video, uno de los fiscales del juicio de lesa humanidad sobre La Pastoril, menciona la procedencia de esta clase de documentos gracias al Tata Yofre:



Y por si hay algún despistado, le repetimos: los militares YA SABÍAN antes de golpe, y poquito después del golpe también, que los combatientes guerrilleros no superaban los 1.500 para 1976. Como máximo, para abril de 1977 ya estaban enterados de la composición de Montoneros (véase el asunto del presupuesto y las viviendas); e incluso desde 1975 estimaban a Montoneros con la abultada cifra de 2 mil combatientes (que sigue siendo un número chico si comparamos con la represión posterior); en Córdoba ya estimaban 90 combatientes para abril de 1976 (3 UBC). No es que los militares hicieron desaparecer a 9 mil personas (cifra registrada del Estado) porque "no sabían cuántos combatientes había". Que de ser así, es todavía muchísimo menos justificable, pues tampoco cabe matar gente a la que te criaste "por las dudas a ver si sos combatiente o no". Pero no: los militares conocían de antemano que Montoneros y ERP no tenían tantos combatientes

Ya hemos hablado de cifras de combatientes en otros apartados de este blog, no me voy a repetir y el lector puede fijarse en los apartados correspondientes. Pero solo como ejemplo elocuente, este gráfico está firmado por el jefe de inteligencia militar, Carlos Martínez, y es de octubre de 1975. En este gráfico, los militares estiman que el ERP tenía 600 combatientes máximo para octubre del año 1975


Que algún apologista como Victoria Villarruel o Nicolás Márquez me explique esto: si el objetivo de la represión militar contra 9 mil desaparecidos fue "eliminar terroristas" ¿Por qué ellos mismos estimaban tan poquitos "terroristas" ANTES del golpe de Estado que iban a dar para ejecutar su represión? ¿Por qué estimaban muchísimo menos de 9 mil combatientes ANTES del golpe de Estado, si después iban a matar a tantas miles de personas con el argumento del terrorismo peligrosísimo? ¿Qué sentido tiene estimar menos de 1.500 enemigos, y después matar a muchísimos más de 1.500? Algo no cuadra con los apologistas y sus argumentos para defender la dictadura

Ah! paradójicamente, ese gráfico que les acabo de mostrar, firmado por la inteligencia militar, pertenece a la directiva 404/75, que acompañó al decreto de aniquilamiento de octubre de 1975. O sea que ya desde el mismo decreto aniquilador, se reseña la pobreza ofensiva de la guerrilla (al menos la pobreza del ERP en este caso)

Por este sendero irregular, tenemos autores como el periodista Ceferino Reato, que en su libro "Operación Primicia", acerca del intento de copamiento de cuartel a Formosa, aposta el sugestivo subtítulo de "El ataque de Montoneros que provocó el golpe de 1976". Es obvio que este subtítulo posee, a simple vista, las típicas intenciones de generar un impacto publicitario para vender libros. Aunque el periodista realmente mantiene esta visión dos-demonista en su relato (Reato sin embargo niega ser dos-demonista). Debido a que el decreto de aniquilamiento de Luder se promulgó 1 día después del copamiento, se activa la lógica causal con cierta sensatez argumentativa. Pero curiosamente, sorprende que Ceferino Reato no oculta para nada que Montoneros atacó ese cuartel con una cifra tan baja de 40 combatientes. Cifra que solo provoca risa por el escaso peligro bélico que de ello entraña. Así, una guerrilla insignificante a nivel provincial (Formosa) y también a nivel nacional; sería la causa del golpe y, por qué no, de la represión militar que se desencadenó. Esto acorde al apologismo

Justamente, que el decreto de aniquilamiento de Luder haya sido firmado 1 día después del intento de copamiento de Montoneros a Formosa.... es un argumento a favor nuestro. Porque los militares podían haber aprovechado la conmoción del suceso, se podrían haber pirado la cabeza y haber escrito en su directiva 404/75 que la guerrilla tenía miles y miles y miles y miles de combatientes......... pero no fue así. Pese a que el hecho de Formosa todavía estaba "calentito", los militares en su directiva 404 que acompañó el decreto de Luder, cuantifica a organizaciones como el ERP en 600 combatientes máximo. Paradojas de la vida: en los momentos más propicios a actuar emocionalmente (como enterarse de la muerte de conscriptos por la "subversión"), es cuando los represores racionalmente cuantifican la escasa capacidad ofensiva de su enemigo  



Cifra de pelotones de combate de Montoneros a nivel nacional, consignados en su revista mensual de propaganda clandestina hasta el 24 de marzo de 1976 (véase el apartado correspondiente de este blog sobre el número de combatientes de esta organización). Esa era su "gigantesca" capacidad de fuego


Derrumbado este argumento apologético, solo queda recordar que la guerrilla provocó muchos menos muertos anuales que la delincuencia común hoy día. Y ningún representante político que pretenda un mínimo margen de seriedad electoral (desde Juntos por el Cambio hasta el Kirchnerismo y la UCR, pasando por figuras como Espert o Milei), nadie de ellos anda pidiendo golpes de Estado en nuestros días solo porque los delincuentes actuales maten mucho más que Montoneros en el pasado. Eso significa que si la delincuencia común que sufrimos en la actualidad no es suficiente para desestabilizar realmente un gobierno, pues muchísimo menos podía Montoneros y ERP con sus atentados mortales. Únicamente con un clima ideológico convulsivo como el de aquellas épocas, se podía sobredimensionar en la prensa y en los políticos el real poder de fuego de estas guerrillas. Aún así, el hecho cierto que Videla haya declarado el 31 de enero de 1976 que la guerrilla no tenía capacidad militar, ilustra que todavía en esos años el poder bélico de la guerrilla fue bien comunicado por los militares al menos 1 vez, no sobredimensionado. Esto derriba definitivamente las excusas del apologismo 

No todo debe reducirse a una contabilidad de muertos. Tal vez se argumente que la guerrilla era muy peligrosa igual aunque no asesinara tanta gente. Por ejemplo, porque la guerrilla dominaba territorios........ bueno, tampoco. Jamás Montoneros y ERP pudieron dominar un territorio, ni siquiera el intento de Tucumán. Asi que, objetivamente, no hay un elemento significativo de estas organizaciones para motivar un golpe de Estado ni una represión que, indudablemente, fue más allá de la simple destrucción de un peligro armado

Evaluemos las implicancias éticas de esta tesis dos-demonista de manera clarita con el Operativo Independencia del año 1975. El ERP había instalado una compañía de efectivos armados en el monte que no superaban los 90 combatientes permanentes, y 150 totales, en la provincia. El Ejército argentino, por decreto de Isabel Perón (el famoso "decreto de aniquilamiento"), en febrero de 1975, controlan de facto un tercio de la provincia para desarrollar sus "operaciones anti-extremistas" con más de 1.500 efectivos militares; número que con el correr de los meses no parará de aumentar hasta llegar hasta los 5 mil efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y distintas Fuerzas Armadas

La compañía de monte del ERP no superaba los 90 combatientes permanentes como hemos dicho, y para inicios de 1975 estaban escondidos en los montes, sin dar batalla directa por las ciudades. Este gráfico de la compañía fue elaborado por el Comandante del Operativo Independencia (encargado de reprimirlos) y corresponde a la situación del ERP en julio de 1975, ya bien entrado el Op. Independencia. Si usted los cuenta uno por uno, no llegan a 90 combatientes (si sumamos al Estado Mayor como "combatientes"), de los cuales 3 guerrilleros son "prestados" por Montoneros



El Comandante del Operativo Independencia no se conformó con intentar perseguir y eliminar (o asesinar) a esos 90 combatientes con sus más de 1500 efectivos militares (proporción de 16 a 1 a favor del Ejército). Sino que directamente hizo un desastre en la provincia: instituyó un régimen de terror con maltratos a la población, allanamientos masivos en casas, dominio de los entes públicos (incluyendo la prensa y comunicación), toques de queda absolutamente estrictos después de las 9 de la noche, controles y censos fortísimos a los lugareños (que incluían cosas tan enfermizas como controlar la cantidad de harina que consumía cada familia para evitar un abastecimiento a la guerrilla), actividades cívico-militares de Acción Social (reparto de alimentos y medicinas a la población para mejorar la imagen del Ejército), ametrallamientos arbitrarios a los cañaverales por la noche, y una proliferación de centros clandestinos de detención donde cada sospechoso de colaborar política o militarmente con la guerrilla, era secuestrado para ser sometido a interrogatorio bajo tortura. Todo eso para eliminar un "peligro" de 90 personas ¡¡¡Siendo ellos unos 1500 efectivos militares!!! 

Incluso del Comandante del Operativo Independencia, con toda caradurez, admite que por su centro clandestino ("Lugar de Reunión de Detenidos") pasaron unas 1.507 personas





No era el único centro clandestino, por consiguiente la cifra total de detenciones ilegales es mayor (probablemente nunca se sepa). Pero la desproporción es abismal: por cada combatiente del ERP, más de 15 personas son secuestradas y atormentadas para que dijeran lo que sabían del "enemigo", o para incautarle armas. Incluso almaceneros acusados de venderle comida a la guerrilla (algo que no es un delito que yo sepa) fueron torturados, y sus esposas violadas como ocurrió con este caso:



Todo ello para una guerrilla que:

-No superaba los 90 combatientes permanentes como los mismos militares habían graficado. Siendo Manchalá el único episodio donde el ERP rural consiguió hasta 120 combatientes

-No había logrado dominar territorio alguno en Tucumán

-Estaba escondida en el monte, y no podía entrar eficazmente en la ciudad para batallar

-Después del fallido combate de Manchalá (fines de mayo de 1975), se demostró que no eran tan poderosos los guerrilleros

-La proporción de fuerzas del Estado contra la guerrilla era, como mínimo, de 16 a 1 (al inicio del operativo) y después de 55 a 1 a favor del Ejército


¿A quién le echamos la culpa de la salvajada ineficiencia del Ejército argentino? ¿A la guerrilla? Es absurdo. Pero es lo que quieren los apologistas: que la guerrilla también cargue con la responsabilidad de lo que hizo el Ejército (y la dictadura) 

O sea que si en esa época te torturaban y violaban los del Ejército por razones totalmente superficiales.... primero le echás la culpa al ERP y después al Ejército (o a Isabel Perón). Incluso en los asuntos más triviales como el no poder abrir tu restaurante a las 9 de la noche (por el toque de queda).... ¡¡¡Primero le echás la culpa al ERP!!! Parece que en ningún momento se quiere reparar que el Ejército estaba consciente del insignificante poder de fuego de sus "enemigos", y que todas sus acciones criminales fueron planificadas con conciencia de ese escaso poder bélico de la guerrilla. Los militares eran conscientes que no necesitaban para nada aplicar medidas tan drásticas (y criminales) sobre un estado de situación que no era urgente en lo absoluto

Por tanto la teoría dos-demonista, en vez de ser una explicación histórica (errada o no), es una narrativa exculpatoria que tiende a convertir la criminalidad del Ejército argentino en una "criminalidad de robot": los militares actuaron así porque fueron provocados. Si nadie los hubiese provocado, no habrían actuado de ese modo

Los militares, en esta operación narrativa, aunque sean tildados de "criminales", su criminalidad es subestimada como un acto de bestias salvajes. Los guerrilleros, en cambio, no reciben el mismo tratamiento de cosificación sino que son evaluados como reales seres humanos, que tenían plena conciencia de que estaban provocando a la bestia. La culpa es de los guerrilleros entonces. Los guerrilleros provocaron a la bestia. Los guerrilleros son asesinos y los militares, bestias salvajes. Es una forma muy ingeniosa de suavizar la responsabilidad de la represión: sin dejar de considerarlos "criminales" a los militares, sus actos son vistos como un reflejo de alguien que los provocó. Los crímenes de los militares pierden sus características humanas y se convierten en una ley de la naturaleza: "Son monstruos que fueron provocados". El guerrillero es quien osa violar esa ley de la naturaleza. Los militares fueron criminales pero actuaron como uno esperaría que actuaran en su "ley de la naturaleza"; el guerrillero en cambio desafió a la naturaleza deliberadamente 

Los sectores más progresistas que adhieren a esta "teoría causal" suavizan a los militares sin querer; mientras los sectores conservadores son más interesados en mantener esta teoría causal

Obviamente es un razonamiento muy problemático que necesariamente tiene que ignorar muchas fuentes militares para que adquiera coherencia. Y justamente una investigación histórica correcta no puede ignorar esas fuentes y estadísticas

Supongo que con esa lógica de los apologistas, si el día de mañana la policía entra a tu casa y te viola con la excusa que tuviste una relación amorosa con un tipo que después resultó ser narcotraficante, la lógica causal debería ser "primero le echo la culpa al narcotraficante y después a la policía". Me parece que no funciona así la cosa, al menos no funciona así jurídicamente

Pero es que esta es una de las grandes demandas del apologismo militar: hay que echarle la culpa a la guerrilla de toda la "tragedia de los 70". Jamás se repara en el hecho que los militares no actuaron por urgencia, sino que sabían perfectamente que la guerrilla no tenía tantos combatientes. Y si los militares no actuaron por urgencia, entonces ninguna pretendida "causa", ninguna pretendida criminalidad de la guerrilla puede poner en segundo plano la premeditada responsabilidad de los represores. Porque cuando los militares le ponían la picana a un prisionero, en la mente del torturador seguramente transitaban muchos pensamientos e ideas, pero había algo que el torturador no podía desconocer: la cantidad de personas torturadas y asesinadas no coinciden con la cifra de combatientes que ellos mismos habían estimado. Eso no puede ser puesto en segundo plano bajo la idea de una (inexistente) causa ¿Acaso el asesinato de Rucci a manos de Montoneros puede ser visto como la "causa" para que el torturador le ponga picana a un prisionero que ellos saben que no estaba en la sección combatiente/logística de la guerrilla? ¿Qué relación argumentativa existe? ¿Qué argumento coherente es ese? Precisamente esos argumentos van en contra de la lógica de cómo debe interpretarse un hecho histórico o delictivo

Dicho de modo más llano, los militares torturaron y asesinaron a "inocentes" porque quisieron hacerlo, no porque estuvieran empujados por el peligro guerrillero

Si la teoría de los dos demonios fuese cierta, el escenario de la represión militar tendría que haber sido mucho más acotado, y enfocado a la eliminación de los "terroristas criminales pone-bombas que matan policías todos los días". Lo que no puede entenderse de esta teoría dos-demonista, es que los represores no quisieron limitarse nunca a destruir el "enemigo armado", sino que elaboraron una doctrina coherente e integral para destruir a la subversión en todas sus formas: armada, estudiantil, sindical, barrial. Esa elaboración teórica de la represión, en modo alguno puede ser subsumida o explicada en una genérica espiral ascendente de la violencia guerrillera con sus bombas letales o tiroteos a policías (eso si dejamos de lado que la Triple A mataba muchas más personas que la guerrilla izquierdista, y que sin embargo los militares no reprimieron a la Triple A)

Tomemos como simple este ejemplo, este gráfico militar muy difundido en nuestro blog. Dicho gráfico pertenece al libro "Subversión en el ámbito escolar: Conozcamos a nuestro enemigo" 



pag. 70:


¿Cómo se llega a esta elaboración del gráfico? ¿Cómo los militares relacionan los asesinatos que ejecutaba el brazo armado de Montoneros, con la persecusión de la subversión sindical? ¿Cuál es la relación? no tienen nada que ver. Para que este gráfico exista, los militares por sí mismos, tuvieron que formular que su enemigo no se reducía al brazo armado. Esas formulaciones no se extraen de la espiral de la violencia guerrillera, sino que son formulaciones sui generis. Es absurdo creer que se extraen de la espiral armada guerrillera. Es como si el día de mañana un delincuente me apuñala y me roba la mochila, y en consecuencia me "formulo" mentalmente que tengo que matar a todos los villeros. Como que no hay estricta relación entre una cosa y la otra ¿No es más lógico que me formule matar a todos los delincuentes en última instancia? Eso sería un razonamiento mejor enlazado con la espiral de violencia que sufro

Bueno, parece que los apologistas quieren razonar como se les sale del orto. Y eso cuando no omiten las fuentes que no les conviene


Es una interpretación sesgada que se sobrepone a los hechos concretos, aún a sabiendas de la existencia de los hechos. Un ejemplo de ello es el siguiente informe periodístico sensacionalista de un programa de Chiche Gelblung de los años 90, sobre el Operativo Independencia:




El informe contiene algunos sesgos e inexactitudes. Pero más allá de eso, es curioso que el informe no desconoce la pobreza ofensiva del ERP: en el minuto 4:05 del informe, afirma que el ERP contaba con 140 combatientes y se enfrentaba a 5.000 efectivos del Ejército. A pesar de esta estadística tan iluminadora, el informe continúa relatando el caso como si fuese una "guerra", como si hubiese sido "Vietnam" y como si hubiese sido un enfrentamiento entre "dos ejércitos". La visión de la guerrilla como una fuerza legítimamente provocadora del caos, se termina adueñando de mucha gente, como el periodista Chiche Gelblung, aún a sabiendas que los datos no coinciden con esa interpretación. La emoción y la ideología vence la racionalidad en la forma de interpretar la historia

Es decir, aún cuando algunos apologistas sepan perfectamente que la guerrilla era bélicamente insignificante, van a seguir diciendo que fue una guerra, que la guerrilla provocó a los militares, etc. etc. No se atiende a la razón sino a la emoción


En la década de los 70 no actuó únicamente la guerrilla de izquierda como "delincuentes comunes". También hubo otros delitos comunes cometidos por personas "no-guerrilleras". El bebé Kraiselburd de 2 años de edad fue asesinado por delincuentes comunes en 1976. O sin ir muy lejos, el famoso Robledo Puch actuó a principios de los años 70. Pero nadie anda diciendo "hay que recordar a la dictadura pero también a las víctimas de Robledo Puch". No se hace ese "paralelismo" a pesar que esas víctimas también son personas de carne y hueso que sufrieron. El hecho que SI hagan el paralelismo con la guerrilla ("hay que recordar a la dictadura pero también a los asesinados por los guerrilleros") es un modo de establecer una interrelación fenoménica: "la guerrilla tiene algo que ver con el golpe"; que es un eufemismo discursivo para establecer una lógica causal: "la guerrilla provocó la represión"

No es lo mismo "causa" que "pretexto": si la guerrilla fue causa de la represión, entonces la guerrilla es parte responsable de lo que hicieron los militares, porque podía adecuar su conducta para no constituir una causa-fuente generadora del conflicto. Pero si fue un "pretexto", entonces la guerrilla no es responsable de la represión, porque un pretexto es una excusa; y las excusas no las elige el sujeto pasivo de la acusación (la guerrilla) sino el sujeto activo (los militares): son ellos quienes eligen qué excusa van a usar para desatar su accionar; y bien pueden seleccionar a la guerrilla como excusa o bien pueden seleccionar otro argumento. El dos-demonismo más conservador desea que la guerrilla sea considerada la "causa" de la represión. Incluso cuando afirman que fue "pretexto" para no quedar tan Olfas de los militares, en verdad quieren culpar a la guerrilla como si fuera "causa" alterando la semántica de lo que es un pretexto

Estoy seguro que si el día de mañana, hipotéticamente el kirchnerismo ante un atentado macrista se convierte en una sangrienta dictadura implacable que secuestra, tortura y desaparece a los militantes macristas en un centro clandestino, tanto Pablo Avelluto como Lopérfido como cualquier otro macrista o anti-kirchnerista acusarían que se está librando una gigantesca represión contra civiles. Y opondrían como argumento más eficaz, que la mayoría de los reprimidos no tienen instrucción adecuada ni otros elementos de combate para hablar de un enfrentamiento bélico o de una excusa que culpabilice a las víctimas. De eso se trata justamente cuando tocamos los años 70: estos apologistas se niegan a discutir y remarcar la escasa cifra de combatientes de Montoneros y ERP, porque quieren que los desaparecidos en general (los no-combatientes) no queden como "inofensivos", sino como partícipes de su propio destino letal. Por ende, la dictadura fue bruta pero sus víctimas un poco se la buscaron. Todos son culpables.... entonces nadie debe ser culpado, lo que aligera la carga de responsabilidad en los represores


De nuevo, hay personas que le echan la culpa a la guerrilla como "causa" de la represión aunque no niegan que muchos desaparecidos hayan sido "inocentes". Pero el problema no se soluciona con decir que muchos eran inocentes. La inocencia no sirve para darle peso argumentativo a la teoría dos-demonista. Lo contrario: la inocencia de los desaparecidos evidencia aun más el absurdo del dos-demonismo, pues no explican por qué se produjeron víctimas inocentes si la guerrilla fue la causa de la represión. Es decir: si el brazo armado de Montoneros y ERP son los culpables de la venida de Videla ¿Por qué hubo víctimas inocentes? ¿Acaso por incompetencia de los militares al seleccionar a sus víctimas? ¿Acaso porque los militares se aprovecharon de la guerrilla como pretexto para matar inocentes? Ni la incompetencia ni el pretexto son atributos que pueden serle imputados a la guerrilla. Porque la guerrilla no tiene la culpa que los militares sean incompetentes o que los utilicen de pretexto

Asi que la "inocencia" de la mayoría de los desaparecidos, no es un factor que sirva de salvataje para proponer la teoría de los dos demonios más libremente. El libro "Nunca Más" peca de incoherente en este sentido, al insinuar que el "terrorismo de izquierda" junto con el "terrorismo de derecha" dieron paso a la represión militar, mientras por otro lado cataloga a los desaparecidos como inocentes de terrorismo


La teoría de los dos demonios no es la única que pulula mediáticamente (y escolarmente) para explicar la causa inmediata de la represión. Algunas de las tesis más conocidas que circulan sobre la opinión pública las comentaremos después


-Teorías causales en el Derecho Civil/Penal y su incidencia en la represión militar


Al final todo este tema de "quién causó la represión" en sentido acusatorio, solo nos hacen desempolvar nuestros libros de Derecho para dar un mejor punto de vista. Porque este asunto no deja de tener incidencia en un ideal de Justicia y ética: a quién le tenemos que echar el fardo de la represión. Resumiremos muy brevemente entonces, qué entiende el Derecho por "causa" y cómo lo reflejamos en este episodio de nuestra historia
 

La causa de las cosas es una problemática que ha interesado a varias disciplinas, ciencias o saberes naturales y sociales; con la misión de perfeccionar su objeto de estudio. Desde la física o la química, hasta la filosofía, la religión, el Derecho civil/penal y la historia; todas estas materias intentan explicar la causa de los hechos. En el Derecho, no se busca la causa "natural" o "física", aunque se valga de ella; sino que intenta construir un modelo de causa que tenga efectividad en el plano ideal normativo de la Justicia, es decir busca la causa como responsabilidad: a quién tengo que hacer responsable de lo sucedido

En esa búsqueda, se postularon varias teorías doctrinarias de la causa que sirvan para una investigación judicial. Algunas de ellas son:


-Teoría de la equivalencia de condiciones o "conditio sine qua non": para analizar el resultado final producido, se persigue toda la cadena de eventos que desembocaron en dicho resultado, sin discriminación valorativa de cada evento. Todas ellas están en "igualdad de condiciones"

Un ejemplo clásico es el siguiente: una persona en un restaurante come un bocadillo en mal estado, sintiéndose agravado en su salud y llamando a la ambulancia, quien lo recoge y se dirige al hospital. Pero el conductor, en un acto de negligencia, choca el vehículo y provoca la muerte del sujeto descompuesto ¿A quién hacemos responsable de este trágico accidente?

En esta teoría de "equivalencia de condiciones", la responsabilidad la tiene toda la cadena: desde el conductor negligente, hasta el restaurante que dio el mal bocadillo, hasta el proveedor de dichos productos en mal estado si hubiese posibilidad de achacarle esa responsabilidad. Pues sin ese mal ingrediente, no hubiese existido ese mal bocadillo, y sin ese mal bocadillo no hubiese venido la ambulancia, y sin ambulancia no había accidente

Se ha criticado esta postura por extender la responsabilidad a límites demasiado amplios, desdibujando el sentido de Justicia y la responsabilidad predominante. Ustedes imaginen el otro ejemplo que irónicamente utilizan los juristas, en el sentido que debemos responsabilizar de la infidelidad sexual de los amantes.... al carpintero; pues si no hubiese construido la cama entonces los amantes no habrían cometido la infidelidad

No tiene vigencia esta teoría "conditio sine qua non" en el Derecho contemporáneo

-Teoría de la causa próxima: se entiende que el evento más cercano al resultado final producido, es la "causa" que indujo al resultado. Es una tesis muy propia de la física, causa-efecto en su sentido más mecánico y cronológico

La crítica a esta postura es que el Derecho no persigue la causa física o natural, sino el ideal de la responsabilidad. Por ende, no todo evento próximo al resultado, es útil para sentenciar. El ejemplo más acabado de esta crítica, es el de un desconocido que rellena una vacuna con veneno, y luego la enfermera sin darse cuenta de lo sucedido le inyecta el veneno al paciente, provocando su muerte. El evento más cercano cronológicamente al resultado final, es sin dudas la enfermera dándole la inyección; pero no es justo responsabilizar a la enfermera

Tampoco tiene vigencia esta teoría en el Derecho

-Teoría de la causa adecuada: en esta teoría, el investigador se imagina, ex post facto, un modelo abstracto del curso ordinario de los acontecimientos según las reglas de la experiencia humana. Es decir, imagina lo que habría de transcurrir en el mundo "normal". El Cómo se suceden los eventos, siempre dinámicos o tumultuosos, en un estado de (relativa) normalidad fáctica. Luego, busca en el resultado analizado cuál de los eventos rompió decisivamente con el estado de normalidad. No valora todos los eventos en igualdad de condiciones. Aunque da por cierto que todos esos eventos sumados condujeron al resultado, solo algunos de ellos tuvieron predominancia para dirigir el resultado a su inevitabilidad, mientras los otros eventos no necesariamente lo dirigían

Es posible que en algunos hechos, el evento más cercano cronológicamente sea la causa. Pero la teoría de la "causa adecuada" integra esta causa próxima y la supera, en tanto analiza todos los eventos no limitándose al más cercano

Esta teoría de "causalidad adecuada" es unánimemente considerada por la doctrina y jurisprudencia actual como la más acertada para delinear una responsabilidad concreta

a partir pag. 514




Todo esto viene a cuento porque en las explicaciones que escuchamos mediáticamente sobre la causa de la represión, nos desviamos a estas 3 tesis: los más "progres" te hacen viajar a los bombardeos de 1955 y poco más a la conquista del desierto en su exageración de explicar la causa de la represión. Pero lo que nos interesa no son los progres, sino los apologistas que adhieren a una suerte de "teoría de la causa próxima": la guerrilla es lo único que existe en estos apologistas para explicar la represión: sin la guerrilla no había represión

Si seguimos la teoría de la causa adecuada, entonces la guerrilla no fue la causa de la represión tal cual conocemos: las fuentes documentales no concuerdan con el apologismo. Si ya había fuentes militares ANTES del golpe, y poquito después del golpe, que manifestaban con contundencia que el enemigo armado no tenía tantos combatientes (no más de 1.500 combatientes para 1976), entonces debemos imaginar cómo hubiesen transcurrido los eventos dinámicos de esta existencia de guerrilla, en el curso normal de los acontecimientos. En ese modelo imaginativo, lo más "normal" es que las fuerzas armadas hubiesen reprimido (legal o ilegalmente) a esos pocos combatientes. Después de todo, si el problema o la causa era "la delincuencia", lo normal o lo esperable o la consecuencia es que combatan esa delincuencia. La represión a esos combatientes, hubiera sido lo "esperable"

Estadísticamente no ocurrió de ese modo. La represión no fue de ese modo. Se fracturó el curso normal de los acontecimientos: se encarceló en el PEN, y se secuestro, torturó, mató a mucha más gente que la escasa cifra de combatientes ya calculada antes de iniciar la masacre. Y dado que la teoría "conditio sine qua non" no es acertada tampoco, no podemos echarle la responsabilidad a la guerrilla de que los militares hayan matado a varios miles de no-combatientes

En la teoría de la causa adecuada, la causa de la represión debe buscarse en aquellos que no eran combatientes, los cuales fueron el blanco principal de la represión. Ellos fueron el "evento" que originó el resultado. Pero la guerrilla, entendida como combatientes armados que hacían atentados delictivos de trascendencia; pues esa guerrilla NO es el evento que desencadena la represión que nosotros conocemos

Obviamente, los no-combatientes no hicieron nada penalmente relevante y reprochable; por ende que ellos sean la "causa" no habla mal de ellos sino de los represores: asesinaron y desaparecieron a miles de personas porque les molestaba su actividad política, sin importarles su nula peligrosidad


Es notable cómo apologistas mediáticos de la dictadura como Eduardo Feinmann, Nicolás Márquez o Victoria Villarruel son todos ellos abogados. Pero aún así, postulan teorías caducas del Derecho como la "causa próxima" o aún la "conditio sine qua non". Y ojo! que esto te lo enseñan en 2do año de la facultad (aunque ya algo aprendés en 1er año). No es nada demasiado brillante. Se ve que estos apologistas, como abogados, son bastante burros


-Comparativa con otros casos históricos mundiales: la masacre de Civitella. El factor cronológico como "causa adecuada". Dolor, luto y contramemoria

En otros apartados analizamos largo y tendido del atentado de Via Rasella, que despierta fascinantes problemáticas de memoria y contramemoria en la población italiana. Es también un hecho donde el factor cronológico se utiliza como pauta esencial del discurso memorial derechista. Para no hablar siempre de lo mismo, veamos lo sucedido en Civitella, y el factor cronológico como "causa"

Algo de eso ocurre en la masacre de Civitella del 29 de junio de 1944, una represión nazi contra la población italiana como venganza por un ataque partisano. Los partisanos el día anterior, habían asesinado en las calles a 3 soldados alemanes; por lo que la respuesta de los nazis fue ejecutar a 115 civiles en el pueblito de Civitella, además de asesinar a otras 58 personas en la aldea de La Cornia, y a 39 personas más en la localidad de San Pancrazio. 

La memoria de esta espantosa masacre, lejos de descansar unidireccionalmente en la responsabilidad de los alemanes, le echa la culpa a los partisanos. Y esto tiene una resonancia mucho mayor a la que podría creerse, porque los partisanos después de la guerra fueron condecorados por el gobierno republicano por su mérito en la resistencia antifascista. La Constitución Nacional de Italia fue concebida por la labor política de la resistencia. Entonces, el odio a los partisanos y su culpabilización, el hecho de remarcar que los partisanos son "asesinos" y que los alemanes simplemente reaccionaron a sus provocaciones, implica también un modo de enjuiciar o reprochar las bases políticas en las que se cimentó la democracia de Italia

Tal como decía la viuda de un asesinado por los alemanes en Civitella, en una entrevista del año 1993:

Hoy en día toda la culpa se hace a recaer sobre los alemanes. Pero nosotros culpamos a los partisanos porque si ellos no hubiesen hecho aquello, esto no habría sucedido. Los alemanes mataron en represalia

en el sig. enlace, un análisis más exhaustivo de estas narraciones de la memoria problemática de Civitella: 


Es una lucha por la memoria tan tajante, que hasta una víctima del nazismo le echa la culpa a los partisanos por la muerte de su marido

Aquí notamos, al igual que lo sucedido en otros relatos de contramemoria, que el factor cronológico es tomado como causa moral o "causa adecuada" siguiendo una terminología más o menos jurídica. Si los partisanos cronológicamente atacaron primero, y los alemanes atacaron segundo, entonces la culpa es de los partisanos. No es falso desde ese estricto enfoque cronológico. Pero es un tipo de relato tan impregnado de sentido común, que se omite cualquier género de fuente o razonamiento prudente. Así, la viuda que le echa la culpa a los partisanos de la muerte de su marido a manos de los alemanes, ignora en absoluto que la masacre no respetó ninguna proporcionalidad que vuelva creíble la noción de "represalia". Los alemanes nunca perdieron conciencia de sus actos, y por tanto nunca perdieron la cabal conciencia que estaban matando a cientos de personas ajenas al hecho, de manera deliberada y por simple gusto por el escarmiento

Es un tipo de memoria basada en un resentimiento muy fuerte, casi siempre mediatizada por la coyuntura política, por factores ideológicos y culturales, hiladas por un efecto de subalternidad del estilo "nosotros estamos discriminados por un relato oficial que es tendencioso". En esta responsabilización a los partisanos, cosas tan absurdas como la desproporción son ignoradas o naturalizadas. Al punto que jamás se cuestionan estos relatos que los alemanes respondieron en una proporción de 70 asesinados por cada alemán muerto, rompiendo cualquier lógica causal de mínima coherencia moral hacia los partisanos


-Otras tesis históricas de la represión argentina. Las más conocidas mediáticamente


-El plan "neoliberal": consiste en afirmar que la represión de Estado fue una suerte de conspiración de las fuerzas armadas para imponer un plan económico de corte anti-estatalista y liberal. La represión se explica para acallar toda oposición al modelo económico

Esta tesis es compartida por sectores de izquierda peronista y trotskista. Figuras como Hebe de Bonafini han insistido en esta explicación de la historia en algunas intervenciones públicas. El prólogo adicional del Nunca Más del año 2006 dice lo mismo

Estados Unidos aparece en algunos expositores, como el país imperialista que manejó el golpe y sus crímenes desde las sombras. En las variantes trotskistas, se hace fuerte hincapié en el componente obrero de los reprimidos

Esta explicación ignora que no todos los militares represores simpatizaban con Martínez de Hoz y su modelo económico. Había fuertes críticas o rencores provenientes de sectores "duros" y nacionalistas hacia el ministro favorito de Videla (desde las críticas de Ramón Camps hasta las de Acdel Vilas, o el renunciamiento de Díaz Bessone al Ministerio de Planificación). También críticas oportunistas como las de Massera a la gestión del ministro 

Es verdad que los represores compartían el pensamiento que la Argentina debía ser reorganizada social y económicamente (de ahí el "Proceso de reorganización nacional") para evitar que la Subversión nunca más aparezca. Se creía que los subversivos tenían acogida en el seno poblacional por la constante inestabilidad política que atravesó el país desde 1955. Pero de esto no se deduce que esa reorganización implicara necesariamente el plan de liberalismo de Martínez de Hoz

Ahora, eso sí: desde que el objetivo de la represión era aniquilar la Subversión en todos sus frentes incluyendo el frente sindical, es obvio que eso repercute en que los trabajadores no tienen ya mucho respaldo para organizar sus reclamos; porque aquellos que podían llevar adelante sus conflictos por fuera de la burocracia desaparecieron. No había ningún montonero o pesetista que le hiciera la contra a la patronal. Al estar todo más "tranquilo", sin conflictos gremiales tan portentosos como en 1974-1975; se favorecía los planes de Martínez de Hoz. Los represores que se oponían a este ministro, con su represión les eran funcionales a éste
 

La paradoja de esta tesis, es que el gobierno democrático de Carlos Menem implementó un cambio económico liberal más radical. Es decir que un gobierno militar autoritario no pudo avanzar más de lo que la democracia menemista avanzó en el desmantelamiento del Estado

La represión además no se enfocó en todo opositor al aspecto económico del régimen. Los estudiantes desaparecidos por ejemplo, no suponían un obstáculo tan fuerte a Martínez de Hoz como los trabajadores díscolos de las fábricas, pero igualmente fueron reprimidos

Estados Unidos prácticamente no tuvo nada que ver con el golpe de Estado (aunque lo legitimó con prestamos del FMI). A Estados Unidos le parecía más aterrador lo que sucedía en Chile, donde un marxista duro como Salvador Allende había asumido el poder y estaba llevando una política de expropiaciones de empresas. En cambio la situación argentina no despertaba interés en el país norteamericano (ya que no había un gobierno "marxista"; ni temían que Montoneros o ERP tomaran el poder). Asi que Estados Unidos tuvo algo más de peso en calentarle la oreja a los golpistas chilenos, en vez de los argentinos

Para la tesis "neoliberal", la guerrilla aparece como un simple pretexto y no el motivo real de la represión. No obstante, algunos parecen entender la palabra "pretexto" como insignificante, cuando lo cierto es que los militares SI se preocuparon de eliminar a la guerrilla y estaba en sus objetivos principales. Tal vez la guerrilla no fue la causa real de la represión a gran escala que conocemos, pero SI tuvo como una de sus metas la destrucción del sector armado de Montoneros y PRT-ERP

-La teoría "terrorista" o "teoría de la causalidad guerrillera": más o menos la que hemos sintetizado al principio del posteo y desarrollaremos a lo largo del mismo y en el anexo. Sin intención de repetir en exceso algo que veremos más adelante, consiste en argumentar que la represión fue culpa de un terrorismo guerrillero desbordante. Los atentados de la guerrilla imparables, constituyeron el impulso convocatorio de las fuerzas armadas, que asaltaron el poder y reprimieron para bajar la tasa de delitos que cometían las organizaciones Montoneros y ERP. En esa "desesperación" por detener las bombas y muertes guerrilleras, torturaron y mataron a culpables y a inocentes; depende del gusto de quién expone la teoría: si es un apologista, dirá que todos (o casi todos) los desaparecidos eran terroristas asesinos apátridas

La guerrilla aparece como la "causa", y los crímenes de los militares aparecen como "criminalidad de robot": ellos reprimieron brutamente porque recibieron el estímulo de la guerrilla. Si no existía la guerrilla, entonces los militares no hubieran matado 

El subproducto famoso y entroncado de esta teoría es la de los "dos demonios", donde se le echa parte de la culpa a los grupos derechistas de todo el baño de sangre. Es decir, la culpa no la tiene únicamente los guerrilleros de izquierda, sino además los grupos para-policiales como la Triple A o la CNU que contribuyeron a la espiral de violencia. Hay 2 demonios: la guerrilla, y los comandos derechistas (o sus grupos para-militares y para-policiales). Después el demonio 2 lo ocupará el Estado con su represión. Pero esta explicación desconoce que las fuerzas armadas no consideraban los crímenes de los comandos derechistas como "demonio", por ende la única violencia que debían combatir era de la izquierda. Y también es por ello, que la teoría dos-demonista al final del día se sintetiza en "guerrilla de izquierda" VS "represores" (olvidando los comandos derechistas o subsumiéndolos a los represores)



Minuto 2:46. Propaganda gubernamental militar sobre el terrorismo, con imágenes de atentados guerrilleros pasados (año 1983)


Otros expositores con mucha imaginación, prácticamente espetan que si no hubiese sido por los militares (y su represión bruta), Argentina se habría convertido en Cuba. Implícitamente se daría a entender que la guerrilla tenía demasiado poder de fuego al punto que, casi casi casi, tomaban ellos la Casa Rosada y no los militares

En tal camino, el diario "La Nueva Provincia" (muy favorable a los militares en la época del proceso), en una nota del 24 de marzo del año 2008 dice lo siguiente:

El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas, con el concurso tácito o explícito, según los casos, de la enorme mayoría de la población, ocuparon el gobierno y asumieron, como objetivo principal, poner fin a la subversión representada por las dos principales organizaciones terroristas que asolaban al país: ERP y Montoneros

Treinta y dos años después de esa fecha es posible decir que desde el punto de vista de la administración de la cosa pública el resultado fue desastroso. En cambio, desde el punto de vista militar cosecharon un triunfo rotundo y decisivo. Evitaron, y ese es su mérito, que la Argentina se transformara en otra Cuba


Como era de suponer, jamás ofrecen una maldita fuente válida de la cifra de combatientes de Montoneros y ERP, para dar sustento a la afirmación "evitamos ser Cuba con el triunfo militar rotundo de las fuerzas armadas"

 Pero como escribimos más arriba, Estados Unidos ni se preocupó por este lío. Cuesta imaginar que un país como Estados Unidos, que vio horrorizado el ascenso de Allende en Chile, de repente no le interese el caso argentino donde "casi" los guerrilleros toman el gobierno. Ello es un indicio que Estados Unidos nunca vio como "poderosos" a los combatientes de Montoneros y ERP para darles algún crédito 

Por lo demás, como dijimos y diremos, esta teoría y sus diversos matices hace aguas por el ridículo potencial de fuego de la guerrilla izquierdista, y el conocimiento de las fuerzas armadas sobre la pobreza ofensiva de estas organizaciones revolucionarias incluso ANTES del golpe; que no coincide con la magnitud de la represión posterior. Yo les sigo preguntando a todos los defensores acérrimos de la teoría terrorista, cuál es el sentido de torturar y desaparecer a muchísimas más personas que la cifra de combatientes que estimaste ANTES de tu represión masiva ¿O acaso los militares cuando dieron golpe "justo" se dieron cuenta ahí mismo que los combatientes guerrilleros eran muchísimos más de lo que habían estimado poquito tiempo atrás? Es absurdo, y el allanamiento a "La Pastoril" del 29 de marzo fue posterior al golpe de Estado (también el documento de las viviendas de Montoneros fue posterior al golpe de Estado), por lo que queda totalmente desmentida cualquier defensa posible y obstinada a esta teoría de "la guerrilla provocó el golpe de Estado y la represión". Ya cuando desaparecían a 3 mil personas, a 4 mil personas, a 5 mil personas.... como que se tendrían que haber dado cuenta que se excedieron largamente en sus previsiones sobre los combatientes guerrilleros que calcularon

Ni siquiera en el lenguaje de los documentos militares vistos en este blog, se avala la tesis terrorista: los represores separaban a sus secuestrados en secciones Sindical, Militar (combatiente), Prensa, Logística, Estudiantil, etc. Si los represores realmente creían que todos sus prisioneros eran "terroristas asesinos pone-bombas matadores de niños criminales peligrosísimos" no los habrían discriminado de ese modo en su documentación. Los habrían agrupado a todos como "combatientes" o con una categoría única negativa. Pero ellos sabían perfectamente la calidad de persona que estaban secuestrando. Lo dicho: no hay fuentes sólidas que validen la teoría terrorista


Además en el continente sudamericano emergieron dictaduras que aplicaron la misma estrategia ideológica represiva, pese a que sus guerrillas eran insignificantes. Chile tuvo una guerrilla muchísimo más deficiente que Montoneros y ERP, pero la represión de Pinochet fue aún mayor que la del Estado argentino



La teoría "terrorista" también sirvió para explicar la represión en Chile, a través de una "guerra no convencional" entre militares y guerrilleros poderosos ocultos. Promovida con la ayuda de los medios de comunicación, que simulaban enfrentamientos como los de este video (guerrilla del MIR en Neltume, año 1980)


Incluso hay casos que resultan groseramente obvios que no tenían nada que ver con un "peligrosísimo terrorismo". Ya hemos rescatado varias veces en este blog el caso de María Esther Ravelo, una militante de Montoneros que era discapacitada física, más concretamente sufría ceguera desde chica y tenía que andar con su perro lazarillo. Los represores la desaparecieron igual (y de paso se robaron el perro), cuando estaba más que claro que ella no representaba peligro alguno para la nación (al menos para un juez medianamente racional que no sufra un grado alto de estupidez). Estaba demasiado "a la vista" su nula peligrosidad, por lo que no puede siquiera caber en un exceso o error. Entonces la represión buscaba otra cosa, no solo parar un inexistente peligro bélico. Hubo desaparecidos del PST (Partido Socialista de los Trabajadores), una organización sin brazo armado; entre otras lindezas


Tampoco olvidemos la baja letalidad de la guerrilla argentina en contraste con la delincuencia actual. No era tan "desbordante" la guerrilla izquierdista con un frío análisis estadístico

Esta es sin embargo, una tesis que obtuvo mucha aceptación en los años 70 (amplificado por la prensa y representantes civiles), en los años 80, y en el apologismo actual, que pretende suavizar el accionar militar al darles una "noble" motivación anti-terrorista en sus crímenes. También es una tesis sostenida por personas bien-intencionadas que creen que están siendo "objetivos" si critican a la guerrilla y a los militares por igual (cuando la "objetividad" se logra con el sustento de fuentes, cosa que no ocurre con esta teoría). Por ello nos merece un análisis atento para después

No nos confundamos: esta tesis no solo es aceptada por "apologistas", sino también por sectores progresistas. Algunos de ellos justifican la violencia de la guerrilla trayendo a colación remotos episodios como el bombardeo de 1955 (se quiere explicar la violencia izquierdista a partir de ese suceso), pero no cuestionan la teoría dos-demonista en líneas generales, incluyendo la motivación "anti-terrorista" en la represión ejecutada por los militares. La reciente película taquillera bien intencionada de "Argentina: 1985", es un exponente de esta teoría dos-demonista.... y no porque pretenda ser fiel a la época (ya que el film contiene evidentes y groseros anacronismos discursivos)

También la teoría dos-demonista fue el salvataje de los años 80 y 90 que tenían a mano aquellos que dieron muchísima propaganda a los militares en los años 70, pero que ahora se la veían venir con el descubrimiento de los crímenes de la represión ilegal en el periodo alfonsinista. Aquellos que en el pasado habían sido unos chupamedias de los militares hasta el asco, no querían quedar pegados como obsecuentes de los criminales y viraron hacia un discurso dos-demonista, en un intento de panquequeo más o menos sutil que todavía concordara con su ideología anti-izquierdista. Ejemplo de ello es Chiche Gelblung: en los años 76-78 este periodista dirigía la revista GENTE. Y allí no corría la teoría de los dos demonios sino la obsecuencia absoluta hacia las fuerzas armadas como salvadoras de la patria, luchando contra subversivos enfermos psicópatas. Pero con el advenimiento de la democracia, el periodista tuvo que suavizar demasiado su amor por las botas y embanderarse en un discurso de "dos bandos criminales", una "guerra sucia" con excesos de los "dos lados", y en definitiva dos demonios. Otros periodistas como Mariano Grondona, Joaquín Morales Sola o Bernardo Neustadt repitieron esta master-class del panquequeo sutil




Revistas PARA TI y GENTE de los años 70, cuyo jefe de redacción en ese entonces era Samuel "Chiche" Gelblung. Aquí no existía la teoría de los dos demonios. Aquí el demonio era uno solo: la subversión. Los militares eran los salvadores en esta guerra. Recién en los años 80, Chiche Gelblung se "acordó" que debía comportarse como un dos-demonista


En el colmo de la ironía argentina, la tesis dos-demonista fue receptada incluso por algunos torturadores como Etchecolatz, Astiz o Barreiro; si bien ellos no se posicionan como "demonio". En la visión de estas siniestras figuras, tanto las cúpulas militares como la guerrilla fueron dos demonios, y ellos, los torturadores, simples soldados legítimos que pagaron los platos rotos por una dirigencia militar, que no estuvo a la altura de las circunstancias para enfrentar la "guerra" de otra manera. Ese fue uno de los discursos motivacionales de los Carapintadas: nosotros, los subalternos, pagamos toda la culpa mientras nuestros jefes se hacen los boludos y nos dejan a merced de la persecución judicial. Los "dos demonios" para estos torturadores, serían Videla/Massera/la cúpula militar del momento VS los guerrilleros o subversivos; pero nunca los subalternos que cumplieron el deber patriótico


Esta tesis, más allá de su falsedad, en última instancia solo explica una desesperación de los militares por parar los atentados guerrilleros, y en esa urgencia torturan gente (incluso gente inocente) para obtener información y desbaratar los planes futuros de la guerrilla, además de liquidar a los cabecillas más importantes de la insurgencia. Pero no explica otras violaciones graves a las leyes de guerra o humanidad. Por ejemplo, los guerrilleros liberaban a secuestrados que tuvieran problemas de salud (caso del coronel Crespo, liberado por el ERP por una afección de salud)..... los represores ni por putas liberaban a nadie por problemas de salud, ni les daban medicamentos adecuados a sus secuestrados, ni los alimentaban bien. Si los atentados de la guerrilla fueron la "causa" de la represión, es evidente que los represores solo se conmovían con lo que les convenía a ellos, porque no copiaron otras actitudes de los guerrilleros como un mejor trato a sus prisioneros

Tampoco esta tesis explica los robos de bebés ¿Qué relación existe entre robar bebés y parar los atentados? Hay cosas que esta teoría no puede explicar

(Incluso cuando los represores y sus apologistas salen con pavadas conductistas al estilo de: "bueno, había que entregar a los bebés a familias decentes en vez de sus abuelos, para que no los críen como futuros subversivos", están admitiendo que la "urgencia" de parar atentados en el ahora, no es el motivo del robo de bebés)


Otros expositores cristalizan un híbrido de teorías, donde aceptan que la guerrilla fue un pretexto de la represión (teoría terrorista), pero después los militares mataron por otros motivos inconfesables como el plan económico (teoría "neoliberal"). Tampoco es exacto este cocoliche narrativo; y además si la guerrilla fue "pretexto" entonces no fue una causa real, por lo que se incurre en contradicción al poner a la guerrilla como actor válido en el golpe estatal y represión

En el medio de las dos variantes de la teoría anteseñalada (culpabilidad o inocencia de los desaparecidos), se ha formado otro híbrido. Una nueva variante "de precipicio", en el que implícitamente (nunca explícitamente) asumen una culpabilidad de los desaparecidos (aunque sea culpables de "militancia"), pero la subordinan al control de una cúpula. Por ende, el desaparecido es una marioneta de sus superiores, y no es culpable realmente de nada. Esta postura se hace muy patente en episodios controvertidos como la "Contraofensiva" de Montoneros, donde se acusa a la cúpula de la organización (Roberto Perdía, Vaca Narvaja pero especialmente Mario Firmenich) de haber mandado a muchos chicos a la muerte por la ceguera ideológica de estos jefes. Se ignora la voluntad individual de estos desaparecidos, y se los convierte en una masa al estilo del mito de los Lemmings yendo hacia el precipicio. Este desaparecido, tácitamente culpable de ser montonero, en cambio es inocente de todo accionar (incluso accionar armado) ya que fue controlado, manipulado por alguien de arriba. Y una manipulación que lo llevó a un inevitable destino letal. No se repara tampoco si tiene sentido echarle la culpa a la cúpula guerrillera de algo que hicieron los represores militares con plena conciencia. Es una suerte de teoría dos-demonista "hacia arriba" que puede casar perfectamente con sectores algo más progresistas, ya que logran acusar a Videla y Firmenich en conjunto pero sin tocar mucho el aspecto "angelical" o de "pobrecitos" en los desaparecidos



Federico Storani (diputado en ese entonces de la UCR), en este programa de 1990, critica enfáticamente a los líderes de Montoneros Roberto Perdía y Vaca Narvaja, por "haber mandado chicos a la muerte". Minuto 9:25


Algunos apologistas como Agustin Laje o Nicolás Márquez han dicho en algún punto de sus vidas que están en contra de la "teoría de los dos demonios". Pero esto es engañoso: lo que ellos proponen es la tesis de la culpabilidad social o teoría dos-demonista in totum. Para ellos, toda la sociedad estuvo comprometida en esta "guerra": empresarios, medios de comunicación, políticos, militares, Iglesia, el hombre de a pie, etc. Ninguno estaba ajeno, sino comprometido en alguno de los dos bandos, sea participando activamente, sea dando apoyo tácito

Si bien es una obviedad que estos procesos históricos no pueden darse sin la participación activa o pasiva de la sociedad en su casi totalidad, los apologistas quieren emplear estos argumentos para exculpar penalmente a los militares: si toda la sociedad fue cómplice, deberíamos entonces juzgar a toda la sociedad. Y como eso es materialmente imposible, entonces tenemos que liberar a los represores de la cárcel en vez de quedar como los chivos expiatorios de una sociedad culpable. Es el viejo truco de "todos somos culpables, entonces nadie es culpable". Incluso parece que el Tata Yofre se dio cuenta de ello, que tituló uno de sus libros sobre los años 70 como "Nadie Fue" y otro con el nombre "Fuimos Todos"

Aquí los apologistas se convierten por un momento en "progresistas" y casi que ponen al represor como "víctima de la sociedad"


Dada la ingente cantidad de teorías progresistas/izquierdistas sobre el por qué se produjo el golpe, no es casual que la teoría terrorista, implícita en algunos sectores progresistas, en cambio para los sectores más conservadores es casi la única teoría que pueden enarbolar; porque es la que más se acomoda a sus gustos personales, y la que les permite disputar muy fuertemente una contramemoria frente a lo que ellos llaman despectivamente "relato oficial" o "historia incompleta". Desde ya, no existe tal historia "incompleta", y esto solo debe traducirse como la reacción de sectores profundamente descontentos con el progresismo, pero sin que su interpretación de la "historia completa" encuentre algún sustento en fuentes militares y estadísticas. Da un complaciente efecto de subalternidad de "nosotros los de abajo contra el mundo", en este caso el ciudadano de a pie contra los gobiernos y su "relato". Esto como dijimos al principio, no es un problema estrictamente argentino, y en otros países también podemos observar esta agria disputa de la memoria con respecto a sucesos traumáticos que involucren a la derecha y la izquierda política: desde España con la ETA y el "conflicto vasco", hasta Chile con Pinochet y el MIR, o Italia con los partisanos comunistas y el fascismo (en especial el atentado explosivo de Via Rasella que despierta mucho resentimiento en la derecha italiana), Uruguay con los Tupamaros y la represión militar, etc. Disputas que son abiertas tanto por intelectuales como por el simple ciudadano de a pie indignado de una supuesta historia mal contada, tergiversada para favorecer a algunos, etc.



Chile. Graves disturbios entre pinochetistas y anti-pinochetistas por un documental favorable a Pinochet. Independientemente de los incidentes, es útil para comprender que en otros países también existe una disputa de la memoria, con gente reclamando una supuesta "historia verdadera" o "historia completa" que la izquierda no quiere contar



Diputada chilena Camila Flores, quien se denomina como "pinochetista", dice estar cansada que se cuente la historia por la mitad. Minuto 6:06


-El plan "sindical" de base: similar al fundamento neoliberal, pero marcando fuerte pie en el enfoque obrerista y las movilizaciones de masas. Se explica la represión como un modo de eliminar una vanguardia obrera contestataria, que no respondía a la burocracia sindical. Generalmente las corrientes trotskistas o de izquierda marxista dura poseen esta explicación causal de la represión

Esta tesis tiene algunos elementos de verdad, pero también algunos errores. Básicamente, ignora que la represión buscó eliminar a gente que no era obrera también. Además los represores no asesinaban ni torturaban a todos los trabajadores que salían a la calle a protestar. Podían controlar la "masa" trabajadora con leyes muy autoritarias (prohibición de huelgas), y vigilancia militar fortísima en los lugares "estratégicos". No necesitaban reprimir con torturas y centros clandestinos a esa masa. Sin contar que después de la movilización de junio de 1975, la masa obrera pareció sufrir un "reflujo"

No, la represión se dirigió a un grupo selecto de esos trabajadores. Si bien es verdad que el objetivo fue desarticular esa "masa obrera" con la represión selectiva. Pero de nuevo: no fue indiscriminada la represión para ubicarla en este estricto enfoque de masas

-El plan "contestatario": parecido al anterior, pero generalizado al conjunto de la población. La represión se habría producido para disciplinar a toda una generación contestataria, que no se callaba frente a las injusticias, que se oponía al orden establecido y reclamaba uno más justo

Esta tesis se acerca mucho más a la realidad que las anteriores, pero omite la militancia política de organizaciones específicas en aquellos que fueron reprimidos. El objetivo de la represión ilegal, si fue disciplinar a esa sociedad, no lo hizo indiscriminadamente sobre una masa gigantesca llamada "sociedad", sino atacando a personas específicas. Para el resto de las masas, la represión era "legal" con leyes autoritarias y una saturación militar-policial en la vigilancia de las calles, escuelas y fábricas



Revista GENTE, marzo de 1976, en modo "Donny Don't" aconsejándonos sobre lo que NO debemos hacer para evitar el fastidio de los militares que asaltaron el gobierno: no envenenes a la gente, no te vistas de policía particular, no hagas actividad política, no atentes contra bienes, no ¿enjuicies? a la policía, no hagas huelgas....


-La doctrina francesa de la guerra revolucionaria: tesis que a nuestro criterio luce como la más acertada para comprender las fuentes documentales, la mentalidad y el discurso represivo de las fuerzas armadas. La represión tuvo como objetivo eliminar a las organizaciones revolucionarias que estaban actuando en la Argentina para ese momento: Montoneros, PRT-ERP, PST, PCR, OCPO, PCML, etc. Estas organizaciones, aunque tenían un brazo armado por el que cometieron algunos atentados de pomposa espectacularidad, era no obstante un sector cuyo poder de fuego resultaba despreciable incluso por las estimaciones realizadas por la inteligencia militar. Sin embargo, estas organizaciones también poseían un brazo político, muy codiciado por la represión para-estatal y las fuerzas armadas

Los represores habían contemplado con fascinación y estupor al mismo tiempo, cómo este brazo político de Montoneros y PRT-ERP lograba una inserción en los barrios humildes, escuelas, fábricas y algunos estamentos institucionales. Sabían que estos militantes podían "calentarle la oreja" a los estratos sociales donde se hallaban infiltrados sin levantar sospecha, provocando una situación de gran inestabilidad política y económica. Un montonero que trabajaba en una fábrica o estudiaba en una escuela o universidad, no necesitaba ser combatiente para resultar una molestia: con pedirle a sus compañeros que se reúnan y se quejen contra sus superiores, que reclamen por medidas salariales o estudiantiles; era más que suficiente. Básicamente las fuerzas armadas temían que el brazo político de Montoneros y PRT-ERP influencie a las masas sociales (estudiantes, obreros) a una progresiva insurrección que tambaleara el orden institucional clásico para  imponer un nuevo orden socialista/comunista

Así, bajo una doctrina de "guerra revolucionaria" aprendida de los franceses, que planteaba que el enemigo usaba todas las técnicas viables de dominación (incluyendo el proselitismo); los represores entendían que debían perseguir a todo montonero y perretista, con independencia de su nivel de peligrosidad, y matarlos para que no le laven el cerebro a sus colegas de trabajo y estudio. Además de reprimir y neutralizar su periferia (los cercanos a la organización sin ser parte de). Una suerte de represión contrarreloj ideológica para ganar la voluntad de las masas. Era una "guerra" ideológica, no una guerra de armas

Esta tesis se diferencia de la teoría "terrorista" porque hace hincapié en el brazo político de las organizaciones armadas, y no en su brazo armado. Lo cual cambia completamente su sentido, incluso en la palabra "Guerrilla": el objetivo de la represión no fue eliminar guerrilleros montoneros combatientes, sino eliminar agitadores o rompe-pelotas fabriles y estudiantiles montoneros. Cuando asesinaban a un estudiante montonero por ejemplo, no lo hacían porque creían que era un combatiente, ni por temor a que el estudiante estuviese prestando una ayuda fundamentalísima al brazo armado de la organización; sino que lo asesinaban por ser un agente con identidad propia en la tarea política desestabilizadora que llevaba el estudiante a cabo 

Solo así puede entenderse casos como el de María Ravelo o el salvaje control poblacional en el Operativo Independencia

La teoría terrorista directamente ignora la existencia de un brazo político en Montoneros y PRT-ERP y subsume a todo desaparecido militante al aparato armado (aún en calidad de mero colaborador). Pero si los represores hubiesen considerado por ejemplo, que todo militante del PRT-ERP era un combatiente o un efectivo colaborador, lo habrían tenido en cuenta en sus estimaciones de combatientes. Por lo que la teoría terrorista no encuentra asidero

A su vez, la tesis francesa de "guerra revolucionaria" supera a la teoría contestataria, porque aquí no se pretende disciplinar a la sociedad con la represión ilegal de centros clandestinos y torturas. La represión clandestina tiene el objetivo de desarticular la comunicación de las masas con los sujetos "lavadores de cerebros" y se dirige a esos sujetos. Para el resto de la sociedad, la represión se ejerce con un autoritarismo "legalista": prohibición de huelgas, suspensión de partidos políticos, intervención de sindicatos, prohibición de reuniones, censura artística

La represión ilegal no excluyó el brazo armado de las organizaciones revolucionarias, pero no las persiguieron por temor a su poder de fuego, sino por temor a su combinación con el brazo político, y la incidencia psicológica insurreccional que podía tener en la población la mezcla entre ataques armados y panfleteo político ideológicamente adverso al régimen

Los represores no eran intolerantes per se a las ideologías izquierdistas comunizantes. Podían "tragar" con ellas, siempre y cuando se adecuaran a los canales burocráticos de persuasión y activismo que permitieran controlarlas (fue así que el gobierno militar "toleró" el partido comunista). El problema es que Montoneros, PRT-ERP y otras organizaciones como el inerme PST tenían la "originalidad" de actuar celularmente. Se metían a hacer activismo dentro de las fábricas o escuelas, con objetivos insurreccionales pero alejados en lo inmediato del control burocrático de un Estado. No hacían activismo "tradicional" como un diputado, un simple gobernador o intendente de ciudad; estos militantes "celulares" se infiltraban y mimetizaban con su compañero de al lado. Por consiguiente, el objetivo de toda guerra revolucionaria es destruir TODA ORGANIZACIÓN CELULAR, con independencia de si es armada o pacífica ¿Sos un intendente comunista? Okey, el gobierno militar te puede más o menos tolerar ¿Sos un comunista que se infiltra silenciosamente en las fábricas y le llena la cabeza a sus compañeros para hacer paros o sabotajes a la producción? Hay que asesinarte. La misión principal de la dictadura entonces, fue la de perseguir y destruir sistemáticamente cualquier tipo de militancia, violenta o pacífica, que osara convertirse en "celular"

Dado que Montoneros y PRT-ERP fueron las dos organizaciones que más desarrollaron este concepto celular, fueron inevitablemente las más perseguidas. Pero otras organizaciones como el PST, que no eran armadas, fueron castigadas porque actuaban celularmente


Cronología de los sentidos de época:

-Años 1970 a 1978: conviven 2 interpretaciones, que son una "teoría de los dos demonios" primitiva, y la "teoría globalista". Los sectores más afines a los militares interpretan que la Argentina se encuentra infiltrada por la subversión ideológica en todos sus estamentos estudiantiles, económicos, institucionales (teoría globalista o de "guerra revolucionaria"); y que las fuerzas armadas como gobierno eran idóneas para depurar ideológicamente dando orden. Los sectores un poco más progresistas adhieren a la teoría dos-demonista pero entre comandos derechistas e izquierdistas; es decir que los militares en el gobierno todavía no son puestos como "demonios" sino como terceros imparciales que intentarán recuperar el monopolio de la violencia disputado por estos bandos. Los militares serán incluso apoyados por los dos-demonistas en esta cruzada

El conflicto produce víctimas culpables e inocentes, para las interpretaciones dos-demonistas

-Años 1979 a 1990: ante la revelación pública paulatina de los crímenes de la dictadura, la teoría dos-demonista empieza a ganar terreno pero reconfigurada poco a poco: ahora los militares se convierten en un "demonio", y la guerrilla de izquierda junto con los comandos para-policiales como la Triple A ocupan el otro "demonio"

En el transcurrir del tiempo, y al haber resultado obvio que los militares no reprimieron a los comandos derechistas, la teoría dos-demonista se afina hasta alcanzar su madurez con la disputa "guerrilla de izquierda" VS "militares / comandos para-policiales"

Casi todos los sectores más representativos de la sociedad adhieren a la teoría dos-demonista por diversos motivos: por intento de "objetividad", para no ser tildado de "simpatizante de la subversión" si no le echaban la culpa también a los guerrilleros; o por rechazo categórico a la violencia del pasado, o para despegarse de la simpatía que habían tenido años atrás con los militares, etc. Grupos de Derechos Humanos como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo hacen silencio sobre esta teoría, por obvios motivos (muchos hijos suyos habían militado en Montoneros y PRT-ERP, uno de los "demonios")

Las víctimas de la represión en el dos-demonismo son calificadas como inocentes o culpables, dependiendo de cada sector. Pero el libro "Nunca Más", hito de la generación alfonsinista, había dictado una conclusión: la mayoría de los desaparecidos eran inocentes de ser "terroristas", ya que los habían secuestrado incluso por trivialidades como pedir un aumento de sueldo en las fábricas. Por contrapartida, en el libro no se mencionaba la militancia política de ellas, ya que las palabras "Montoneros" y "PRT-ERP" estaban muy cargada de connotaciones negativas, que podrían perjudicar el status de inocencia del desaparecido para el público

Esta variante ochentosa de los dos demonios, es la que concibe la interpretación más importante de la narrativa contemporánea de los hechos: la guerrilla aparece como "causa" de la represión. Y esta necesidad de poner a la guerrilla como "causa" será una de las metas más codiciadas del apologismo militar hasta nuestros días

-Años 1990 a ¿2011?: ante la evidencia que la guerrilla nunca supuso un peligro bélico, y que los militares sabían eso desde antes del golpe; la teoría dos-demonista comienza a resquebrajarse por el proselitismo derecho-humanista y se adoptan otras teorías que expliquen lo sucedido. Desde la tesis sindical, la tesis de la generación contestataria, etc. Paradójicamente en algunos círculos (cercanos o lejanos a las organizaciones de DD.HH.), la militancia política de los desaparecidos es recuperada, y aunque eso podía ser visto teóricamente como que los desaparecidos volvían a ser "terroristas", en la práctica eso sirvió para modelar una explicación política de por qué los militares habían matado a esas personas: las habían matado por su militancia comprometida y su sacrificio tanto en la lucha armada como en el activismo en villas, fábricas, escuelas. Las palabras "Montoneros" y "PRT-ERP", con dificultades y tácitamente, van recuperando su sentido de organizaciones políticas, en vez de estrictamente armadas

No todos los sectores de la sociedad acusarían el recibo de este nuevo sentido de época, y continuarán al día de hoy con la tesis ochentosa dos-demonista 


*La nueva disputa por la memoria:

En paralelo, los sectores cercanos afectiva e ideológicamente a los militares, por el año 2006 cuando se reactivan definitivamente los juicios de lesa humanidad (con la condena a Etchecolatz), construyen un nuevo discurso muy potente que va a marcar las disputas actuales por la memoria. Primero tropiezan con un discurso viejo y caduco: Karina Mujica y Cecilia Pando saltan a la escena mediática a principios de siglo pero no logran cautivar a nadie con sus proclamas, pues son repeticiones casi exactas de la propaganda dictatorial de los años 70 y 80. Aunque tímidamente piden que también se enjuicien a los guerrilleros por sus crímenes, están demasiados concentrados en defender y pedir liberación por los militares que van paseando en los estrados judiciales 

Así, asociaciones como AFAVITA o AFyAPPA, manejadas por, o siendo las caras visibles Cecilia Pando y Silvia Ibarzábal (hija de un coronel asesinado por el ERP en 1974), estarán mucho más pendientes de ver a qué militar condenan, en vez de centrarse en las víctimas de la guerrilla o en alguna estrategia jurídica para que los guerrilleros vayan presos. Es que si pedían a viva voz que los guerrilleros vayan presos, habrían validado tácitamente el juzgamiento a los militares. Este dilema afectó a casi todas las demás organizaciones de ese entonces en supuesta defensa de las víctimas de la guerrilla, que utilizaban casos paradigmáticos como el de Larrabure o la hija del Capitán Viola para proponer una "reconciliación" (el mensaje sería "ustedes sufrieron pero nosotros también sufrimos") como eufemismo de amnistía a los militares condenados. Entre elegir a las víctimas de la guerrilla y elegir a los represores, estas organizaciones preferían elegir a los represores





Aquí Cecilia Pando defiende a las víctimas de la guerrilla.... ah no, solo defiende a militares y policías juzgados 


Mientras Pando, Ibarzábal o Mujica evidenciaban su torpeza absoluta y marginalidad para convencer a alguien, sectores tanto inorgánicos como orgánicos van a demostrarle a estas señoras que su discurso es totalmente anacrónico y que hay que apostar por algo más moderno. Uno de estos sectores inorgánicos son las editoriales como las de Pablo Avelluto, que dan cabida a libros muy exitosos como los de Ceferino Reato, relatos disidentes de ex-guerrilleros y activistas de Derechos Humanos como Graciela Meijide; críticos de la guerrilla como un modo implícito de ir contra un supuesto capital moral izquierdista que usan a su favor. Junto con los graves errores que cometen en esta etapa los organismos "clásicos" de Derechos Humanos, como su afinidad excesiva con un kirchnerismo cada vez más cuestionado, ello dará la oportunidad de oro para que los relatos de esos sectores inorgánicos atraviesen el sentido común en la disputa por la memoria



Minuto 47:57. Daniel Feierstein resume didácticamente el problema fundamental de los organismos de DD.HH. a mediados del 2000


Del lado orgánico, las asociaciones de Pando e Ibarzábal se mostraban como realmente inútiles para convencer. Pero una jovencita abogada de por aquellos tiempos, llamada Victoria Villarruel, con su enorme inteligencia también iba a explicarle a Pando que es una inútil gritando un discurso que ya no sigue nadie. Villarruel pertenecía, a principios del 2000, a un grupúsculo llamado "Jóvenes por la Verdad", cuyo nombre es ilustrativo de sus intenciones: revelar al público la "verdad que ocultan" sobre los años 70, a través de un programa radial conducido por ella. Estos "Jóvenes por la Verdad" también hacían campañas de apoyo a favor de represores encarcelados como el Capitán Ricardo Cavallo. 

Villarruel al parecer estaba lo bastante curtida en estos temas y podríamos asegurar que fue la "mentora" de Cecilia Pando: fue Villarruel la que la llevó a Pando a las cárceles a conocer a los "presos políticos", aquellos represores que habían sido encarcelados por la Justicia. Le enseñó a Pando a defender la represión y trabajó brevemente con ella en una asociación de defensa de los represores


En 2006 Villarruel da un paso más allá y crea el CELTYV (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas), al principio como rama de la asociación AUNAR pero luego se despega. Hasta ese entonces, Pando y Villarruel estaban en "armonía", y las opiniones jurídicas de Villarruel eran tenidas en cuenta en algunos panfletos que confeccionaban los amiguitos de Pando y AUNAR

En el año 2006, Victoria Villarruel no era nadie, y Cecilia Pando era la que tenía alguna representación en los medios de comunicación. Pero el discurso de Villarruel se revelaría en el curso de los años, como el discurso más inteligente y eficaz del apologismo. Es que Villarruel leyó muy bien el gravísimo error de Pando e Ibarzábal: su defensa acérrima de los militares presos frente a una sociedad que, quizás no fuera muy devota a la guerrilla, pero no quería ni mucho menos defender a militares represores condenados. Por eso la asociación CELTYV será la única que se aparta totalmente de una defensa explícita de los militares que caían presos día a día; aún cuando reservadamente opinaba que los actuales juicios de lesa humanidad son inconstitucionales. Ni que decir que esto le granjeó una suerte de enemistad con sus "hermanas mayores" Pando o Ibarzábal, ya que ellas pedían algo "justo" como la liberación de los militares salvadores de la patria. Que la mocosa de Villarruel no esté en la "misma onda", es una traición. Más aún si tenemos en cuenta que el grupo "Jóvenes por la Verdad", de la que ella era integrante, SI había apoyado a los salvadores de la patria de su injusto encierro. Era como si de repente Villarruel se "cortara sola" e hiciera la suya

Ciertamente Villarruel comparte con Pando e impresentables como Nicolás Márquez todos los sesgos falseados de la interpretación histórica favorable a los militares: los militares, con sus "errores", nos salvaron de una subversión tan poderosa bélicamente; y los desaparecidos se la buscaron. Metodológicamente Villarruel usa para sus investigaciones malas fuentes, tergiversa la hermenéutica testimonial y documental para acomodarla a su narrativa; igual que sus pares. Pero Victoria Villarruel, otra vez inteligente y bonita, da en el clavo sobre el modo de captar la atención de la gente: copia los clichés europeos del revisionismo histórico. Así como en Italia los grupos de derecha tratan de conmover a la gente con las víctimas inocentes que provocaron los partisanos anti-fascistas; aquí Villarruel va a hacernos recordar el dolor de las víctimas de la guerrilla. Si en Italia cuando juzgaron al nazi Erich Priebke en el año 1995, rápidamente los derechistas intentaron que se enjuicie al partisano Rosario Bentivegna para "igualar"; aquí Victoria Villarruel busca que se enjuicie a los montoneros para "igualar" con los militares. Pero básicamente, Villarruel hizo lo que sus pares no quisieron: enfocarse en las víctimas de la guerrilla como ancla de su narrativa tergiversadora. Para ello, resultaba indispensable desligarse de los reclamos por liberación de los militares, so pena de incurrir en el ciclo vicioso de todas las organizaciones pro-militares desde los 80 hasta el 2000, relegadas al ostracismo. El CELTYV no podía ser otro FAMUS como las asociaciones de Pando y cía

Quizás tomando mucho más en cuenta el modelo español de las víctimas de ETA y libros como "Operación Primicia" de Reato (que centra su victimización en los conscriptos muertos por Montoneros) e incluso inspirándose en los tópicos derecho-humanistas del CELS, pero sobre todo azuzando el concepto de "terrorismo" con las connotaciones pos-Torres Gemelas, es que Victoria Villarruel iniciará una batalla por el sentido común muy lenta a partir del 2006, pero cuyos frutos se vislumbran como muy efectivos hacia el 2014. Una verdadera "madre luchona" es Villarruel. Para ese tiempo, Cecilia Pando ya estaba completamente eliminada de la escena pública desde el 2010 y su discurso, inservible. Pero Villarruel nos tiene aquí todavía, pleno 2020 y cuyo discurso apologético es muy bueno para oponerse a la memoria derecho-humanista

Una prueba de lo exitoso del discurso de Villarruel, es que ha logrado dar vuelta los cuestionamientos típicos a sus interpretaciones. Antes, cuando Cecilia Pando decía al pasar: "Montoneros mató a Paula Lambruschini", uno automáticamente la acusaba: "Cecilia Pando defiende la dictadura". Porque Pando no era convincente, su discurso se centraba mucho en la defensa de los militares que estaban siendo juzgados y condenados. Ahora, si Villarruel dice "Montoneros mató a Paula Lambruschini" y la tildamos de "defender la dictadura", automáticamente ella es la que nos puede retrucar: "Vos me acusás de defender la dictadura porque te incomoda que yo hable de las víctimas de los Montoneros". Esta vuelta de tuerca es algo que Cecilia Pando nunca pudo lograr, y que sin dudas es un golpe muy fuerte que desorganiza el argumento derecho-humanista contra Villarruel. Es que tildarla a Villarruel de "defender la dictadura" así sin más, no tiene la misma gracia que el decírselo a Pando y hasta se vuelve en contra como un boomerang

Estos nuevos discursos pueden ser tildados como un dos-demonismo victimista: se acepta que los militares cometieron crímenes (ya no lo pueden negar después del hito "Nunca Más" de Alfonsín y el juicio a las juntas), pero los guerrilleros también cometieron crímenes. Se insinúa que los desaparecidos eran terroristas, pero nunca se lo dice frontalmente para evitar discusiones que desarmen los réditos obtenidos. Victoria Villarruel o Ceferino Reato jamás hablan de la cifra de combatientes de la guerrilla, pues eso desmoronaría parte vital de su prédica. Y se centra mucho en las víctimas de "ambos lados" como un modo encubierto de, en principio, igualar la maldad de sus victimarios. Pero como ya se ha hablado mucho de los desaparecidos en todas estas décadas, ahora toca hablar de las víctimas de la guerrilla, como un modo encubierto de afirmar que la guerrilla fue la causa de la represión: si primero hubo víctimas de la guerrilla y luego desaparecidos, entonces los desaparecidos son la consecuencia de las víctimas de la guerrilla. Nunca se habla de las víctimas de la guerrilla en abstracto, sino en conexión con un discurso conspirativo de una "historia oculta" que les facilite la relación causal a través de una verdad incómoda que los guerrilleros y sus acólitos no quieren que sepas ¿Cuál es esa verdad incómoda? La relación causal entre la guerrilla y la represión de la dictadura

Y si la guerrilla fue la "causa" de la represión, entonces hasta los desaparecidos son culpa de la guerrilla. Porque establecer una relación causal no es un simple garabato interpretativo propuesto por mentes juguetonas. Siempre tiene el objetivo tácito de afirmar que otras personas también tienen la culpa de algo que inicialmente le echaríamos en cara a un solo sector. Es una lucha de cargas morales, donde se quiere repartir culpas y responsabilidad por igual, como una manera de suavizar la pesada carga en un solo grupo

Y si los desaparecidos eran casi todos "terroristas", entonces los militares fueron un pelín patriotas o bien-intencionados después de todo, eliminando un flagelo. Claro que Villarruel o Reato nunca pueden hablar de la cifra de combatientes de la guerrilla ni de la trascendencia penal de cada desaparecido, ni siquiera precisar exactamente el concepto de "terrorista".... porque nos daríamos cuenta de lo chato de su narrativa y su inconsistencia, así como también de los verdaderos motivos de la represión militar, celosamente disimulados por apologistas como Villarruel

Los sectores más "duros" (incluyendo a Villarruel), manifiestan que lo ocurrido en los años 70 fue una guerra. Una vez más, nunca explican cuántos combatientes tenía uno de los bandos beligerantes en pugna (la guerrilla); lo que vuelve a su argumentación un tanto artificial e interesada (además de ir en perjuicio de las víctimas civiles de la guerrilla, quienes no se verían beneficiadas por este enfoque bélico)

Dado que el "Nunca Más" ha interpelado muy fuertemente a los representantes políticos de la sociedad y a la sociedad en su conjunto (prueba de ello el taquillazo de la película "Argentina:1985" en pleno 2022), algunos apologistas como Ceferino Reato se apresuran a defenderse diciendo que la violencia del Estado es infinitamente peor que la guerrilla, que nada justifica lo que hizo el Estado, etc. Pero son excusas fútiles y contradictorias: si nada "justifica" el accionar del Estado, lo cierto es que eso no se refleja sobre el discurso de ellos, en el que denodadamente buscan instalar la "teoría causal" de la guerrilla y la consecuente criminalidad de robot militar

En el caso de Victoria Villarruel, con bastante hipocresía califica a todas las víctimas de la guerrilla como "inocentes" en contraposición con los desaparecidos "terroristas". Pero hubo víctimas de la guerrilla que no eran para nada inocentes, como Aramburu, Alberto Villar, Cesáreo Cardozo, o militantes de la CNU que Villarruel defiende y reivindica. O sea que su discurso no tiene siquiera coherencia interna


Nuevamente este dos-demonismo busca instalar su tan ansiada causalidad guerrillera con su correspondiente "criminalidad de robot" de los militares que los suavice. Pero si en los años 70-80 no se focalizaban tanto en las víctimas de la guerrilla, pues ahora estas víctimas de las organizaciones armadas son el conejillo de indias para imponer el viejo sentido común de causalidad guerrillera / criminalidad de robot. Como dijimos, a los apologistas no les interesa hablar de las víctimas de la guerrilla en abstracto, sino en conexión con la teoría causal. Sin esta conexión, descartarían esas víctimas porque no les interesa su dolor

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ANEXO:

Contrariamente a lo que se cree, el prólogo original del libro "Nunca Más" no arroja exactitud acerca de la tesis que se propone a sí misma del golpe de Estado. Empieza relatando que Argentina fue sacudida en los años 70 por ambas facciones de terrorismo, tanto de derecha e izquierda. Y después, en el segundo párrafo, da un salto a calificar que las fuerzas armadas respondieron al terrorismo con métodos mucho peores; sin asumir si la guerrilla provocó o no el golpe de Estado, ni tampoco explica si la represión alcanzó a todo el terrorismo o solo al de izquierda: 

http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/investig/articulo/nuncamas/nmas0002.htm 

Genéricamente, la CONADEP, así como su antecedente el decreto de Alfonsín sobre los comandantes de la guerrilla, etiquetarían el problema de la insurgencia como el "pretexto" para el golpe de Estado. No asumirían que el golpe fue inevitable, que la guerrilla puso el país en una situación demasiado anarquizada; en cambio fue el pretexto (sin aclarar el interés original enmascarado) para legitimar una represión mucho mayor. Tanto el decreto 157 de Alfonsín como el tribunal que enjuició a la junta, consumirían mucha de la propaganda militar sobre la guerrilla (por ejemplo el decreto de Alfonsín cae en la farsa histórica de supuestos intereses foráneos que impulsaron la guerrilla), pero existe la "fractura" de considerar que la guerrilla no fue el desencadenante del golpe de Estado. Claro que hasta Videla se lo diría a Reato en su libro "Disposición Final", y hasta los apologistas admiten que el caos económico del gobierno de Isabel fue un motivo más para la toma del poder; asi que tampoco es que haya mucho chiste en eso

https://es.wikisource.org/wiki/Decreto_157/83  

Concretamente, el decreto 157/83 de Alfonsín en sus fundamentos dice:

Que la instauración de un estado de cosas como el descripto [se refiere al "caos" guerrillero] derivó asimismo en la obstrucción de la acción gubernativa de las autoridades democráticamente elegidas, y sirvió de pretexto para la alteración del orden constitucional por un sector de las fuerzas armadas que, aliado con representantes de grupos de poder económico y financiero usurpó el gobierno y, mediante la instauración de un sistema represivo ilegal, deterioró las condiciones de vida del pueblo, al cual condujo además al borde de una crisis económica y financiera, una guerra y a la derrota en otra, y sin precedentes

Argumenta que la guerrilla "sirvió de pretexto para la alteración del orden constitucional por un sector de las fuerzas armadas". No dice "causa" sino "pretexto", y conecta el asalto militar con la alianza de grupos económicos



Revista GENTE, marzo de 1976. Enumera los motivos varios del golpe


El general Viola, el 6 de octubre de 1981 al diario La Razón:

Nuestra tarea no se agota en erradicar la subversión, sino que aspira a remover todos aquellos factores que desde 1930 impiden que nuestra vida política transcurra dentro de aquellos carriles de estabilidad que son requisito indispensable para el desarrollo auténtico de nuestras potencialidades

Una visión bastante conservadora de la economía en donde consideraban que hasta 1930 (época en la que estalla la crisis mundial pos-jueves negro de Wall Street) la Argentina fue un país próspero con su esquema menos "distribucionista" o desarrollista de la industria nacional. La aplicación del programa económico de la dictadura de 1976 pretendía reorganizar a una sociedad no dispuesta a retornar al esquema pre-1930, para que precisamente se adaptara. El golpe no era solamente la "urgencia" (inexistente) de parar el terrorismo, venía con un plan económico-social detrás. Después por supuesto se podrá discutir si otros represores tenían una visión más nacionalista que cuestionara el modelo del ministro de economía. Pero el único freno real a las aspiraciones de Martínez de Hoz fue la propia estructura estatal en la que estaban asentadas las fuerzas armadas; porque la oposición sindical más molesta (ya sea pertenecientes a Montoneros/ERP o no) había sido "aniquilada" incluso por aquellas fuerzas represivas contrarias al ministro

Pero no confundamos los objetivos últimos del golpe de Estado con el objetivo de la represión. Si el golpe ocurrió por una serie de factores X (digamos la economía isabelista, el vacío de poder, garantizar una represión más encubierta) y sus objetivos últimos de gobierno eran Z (la reformulación económica); la represión tal como hoy la conocemos ¿Por qué ocurrió? 

El fiscal Strassera es quien da la nota disonante en este aspecto: en su alegato del juicio a las juntas dice que no es posible entender el terrorismo de Estado sin situarlo en el contexto histórico de la guerrilla. No obstante, este discurso de Strassera tiene las connotaciones alfonsinistas de realzar el faro democrático como superior a los auges de violencia (frente a la "pérdida de la conciencia jurídica"), en vez de ser un argumento explicativo del fenómeno (página 5): 


Volveremos sobre el punto de la "provocación guerrillera" más adelante

En cuanto a las variantes para explicar tácticamente la represión, el Nunca Más sentencia que la mayoría de los desaparecidos eran inocentes, sin mencionar la militancia política de las personas, ya sea de organizaciones legales o ilegales. La CONADEP en su prólogo utiliza implícitamente un criterio bastante simple clasificando guerrilleros y no-guerrilleros, por lo que no hace, en principio, juicio de valor sobre la pertenencia política de la víctima. Tal vez haya sido intencional la omisión porque, en aquellos tiempos, decir que militabas en las organizaciones Montoneros y ERP era prácticamente un ticket para que te vieran como "el terrorista" (bah..... no muy diferente a lo que los apologistas argumentan ahora). No se entendía que estas organizaciones no eran 100% armadas sino que estaban divididas en muchísimas personas que no pertenecían al sector combatiente o "terrorista". Eso se trasluce en las estadísticas de profesión de la CONADEP, que reflejan un grueso de obreros y asalariados castigados por la represión (además de estudiantes secundarios por ejemplo)

http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/investig/articulo/nuncamas/nmas2_03.htm 

El Nunca Más no convierte a las víctimas en seres pasivos y carentes de actitudes, pero los somete a un proceso donde lo político se trueca por lo moral. Así, no se trata del joven que reclama el boleto estudiantil porque creía en la revolución socialista, sino del joven que reclama el boleto porque es un chico de bien. Al final, ni siquiera pasa por inocencia o culpabilidad todo esto, sino por la mala palabra que significaba hacer "demagogia" política, donde aparentemente uno se aprovechaba de los reclamos políticos sociales tradicionales como agua para su molino. Cuando en el transcurso del tiempo ya se pudo hablar más libremente de la pertenencia política de la víctima, no se alteró la ecuación: simplemente la moral volvió a ser política. Paradójicamente, estos cambios fueron vistos como sustantivos por el apologismo: era como si "reivindicaran" el "terrorismo", aunque el foco concreto de la "inocencia" no se haya movido

Un caso que sigue la estela implantada por la CONADEP es la película "La Noche de los Lápices" del año 1986. Aunque a diferencia de la comisión alfonsinista, va un pasito más allá en su caracterización política; pero no mucha. Véase los minutos 12:57 y 24:26


Aquí la película consigna la pertenencia de las víctimas a la "Juventud Guevarista" y a la "UES", algo que la CONADEP no había dicho. Pero la película no dice que tanto la Juventud Guevarista como la UES respondían al PRT-ERP y Montoneros respectivamente. Aunque estos chicos no fuesen combatientes, el hecho de nombrar las palabras malditas como "Montoneros" y más no sea insinuar que estos chicos simpatizaban con esa organización, podía ser visto en aquellos años como que las víctimas eran "terroristas". Es absurdo pensar que mientras estos chicos fuesen catalogados como "militantes de la UES y de la Juventud Guevarista" no pasaba nada.... pero si decíamos que esas agrupaciones eran montoneras y perretistas ¡¡La que se podía armar!!, a pesar que no cambiara absolutamente una mierda a nivel jurídico u ontológico. Pero bueno.... en esos años, las secuelas del Terrorismo del Estado en el discurso dos-demonista tan pregnante en la sociedad, hacía que se tuviera que silenciar eso. No se podía razonar que Montoneros y PRT-ERP tenían agrupaciones no-combatientes; en cambio todo lo que viniera de esas organizaciones debía de ser "militarizado" o "armado" o "terrorista" (o "subversiva"). El resto, los "no-combatientes", estaban ajenos a esas organizaciones (o sea que para el film, tácitamente la UES y la Juventud Guevarista son agrupaciones "creadas por sí mismas", ajenas al PRT-ERP y Montoneros)


¿Acaso la víctima en los 80's no podía explicarse mejor? ¿Acaso la víctima no podía decir "Si, yo era montonera pero no maté, no fui cómplice de nada raro y no me pueden meter preso por mi simpatía política"?? El problema no pasa por un mutismo bobo de la víctima militante, sino porque era "legal" la persecución ideológica desde 1974 hasta 1984 cuando Alfonsín derogó varios artículos de la ley 20.840. Y además uno tenía que lidiar con la intensa propaganda militar donde a cualquiera que fuese montonera le ponían el sambenito de subversivo, sin distinguir si tu "misión" era matar personas o reivindicar derechos laborales en las fábricas 

No vamos a negar que ese estigma al militante no-combatiente viene "de raíz", por la génesis de las organizaciones revolucionarias, que nacieron como organizaciones practicantes de la lucha armada. La lucha armada vino antes que su brazo político (o se hizo famoso primero su lucha armada y luego el activismo político).... Pero también es propaganda de la cual la prensa y/o los políticos contribuyeron en los años 70 sobre ese accionar político precisamente, como el caso de Ricardo Balbín cuando acuñó el peligroso mote de "guerrilla fabril"; o sea que en ese momento se veía con malos ojos la intransigente reivindicación sindical como sinónimo de caos social. Eso también se lo estigmatizaba como "subversión" y, si eran más intelectuales los propagandistas, en vez de simplificarlo como "violencia" le añadían sus variables para diferenciar: tal vez no fuese subversión armada, pero era la subversión "global" o cultural (dependiendo la línea editorial, algunos podrían reclamar "mano dura" y orden a las fuerzas armadas contra la subversión, y otros exigían el imperio de un nuevo gobierno que maneje bien la economía para eliminar la subversión, a la que entendían como epifenómeno del descontento social. Tesis que a veces pudo ser aceptada y otras veces rechazada por represores) 

Es notable que pese a todo este mejunje, los militares siempre la tuvieron clara para separar al combatiente del no-combatiente. En el gráfico de Carlos Martínez que hemos mostrado arriba, donde cuantifica 600 combatiente del ERP máximo, es evidente que Martínez no está incluyendo a los militantes no-combatientes dentro de dicho cálculo. Aún cuando también los iban a secuestrar, torturar, matar y desaparecer a esos militantes no-combatientes.... el hecho que la estimación los separe implícitamente, es sintomático de una determinada concepción militar sobre su enemigo, y sobre la "guerra" que estaban llevando en curso, de corte eminentemente cultural



Nota de la revista Gente de junio de 1976 con motivo del atentado contra Cesáreo Cardozo, titulada sutilmente "¿Qué hace usted para que su hijo no sea guerrillero?". Allí, el ínclito conductor Bernardo Neustadt polemiza con una serie de padres para interrogarse si los guerrilleros provienen de las clases media-altas o las bajas, si es culpa de la educación del hogar o de las universidades, etc. La nota completa aquí: 



Y no nos confundamos: a medida que el poder militar era más y más criticado por las violaciones de los Derechos Humanos (a partir de 1977 se intensifica las críticas), los represores viraban el discurso de la "subversión global" por únicamente el de la "subversión armada". Es decir, los militares se excusaban diciendo que solamente combatieron terroristas pone-bombas o asesinos. Y ese discurso caló hondo, al punto que la sociedad indudablemente cayó a la cuenta que la mayoría de las víctimas no eran "terroristas" (conclusión que rondaba todavía antes que la CONADEP, en vista de la represión que alcanzó a discapacitados, embarazadas, niños, etc.), pero que de todas maneras hubo terroristas; y éste se identificaba con la camiseta de Montoneros y ERP. En este sentido, los militares "fracasaron" al no propagandizar demasiado a sus víctimas desaparecidas como miembros de partidos políticos, sino en el genérico "terrorismo" o "subversión". No podían hacerlo, porque identificar al desaparecido como montonero erpiano equivalía a reconocer que lo tenían secuestrado e interrogado. La identificación partidaria entonces parecía quedar relegada a los panfletos que la guerrilla tiraba al aire cuando mataba a una persona, o en los noticieros cuando anunciaban un ataque de cierta organización, o a los falsos enfrentamientos publicados en los diarios

Véase la siguiente declaración de Alfonsin al diario Clarín el 26 de junio de 1983

En ese momento [año 1976] quienes estábamos por la democracia y contra la subversión afirmamos que no se la podía combatir aplicando sus mismos métodos. Dijimos que al prescindir de la ley y de la justicia quizás se destruyera la subversión pero que también se sacrificarían inocentes y se destruirían las instituciones del país

extraído del sig. enlace, pag. 6:


Nótese cómo antes de la creación de la CONADEP, giraba el concepto de "hubo víctimas inocentes en esa represión" 

El diario Clarín el 25 de marzo de 1983, también hace girar en el tablero la idea de "víctimas inocentes en la represión de la lucha antisubversiva" a través de funcionaros públicos que no permitían suponer su vinculación con la subversión (ej: Elena Holmberg):

Persiste la aflicción por personas cuya suerte se ignora y por procedimientos cuya índole se discute. Contribuye a ello, ciertamente, la renuencia de las autoridades en dar a los familiares de los desaparecidos y a la ciudadanía en general la información que obra en su poder. El caso de personas que fueron detenidas por comisiones de las fuerzas de seguridad sin que se sepa más de ellas; la desaparición de ciudadanos de conocida trayectoria pública a los que ninguna información responsable permite suponer vinculados con la subversión; la suerte de criaturas de tierna edad cuyo paradero se ignora y que habrían sido víctimas de un supuesto “delito de filiación”, de naturaleza aberrante, son algunos de los extremos que motivan inquietud

extraído del sig. enlace pag. 21:



Otro ejemplo elocuente son las declaraciones de época del cantante Luis Alberto Spinetta: 

Las Madres de Plaza de Mayo merecen mi mayor adhesión y mi mayor respeto; […] quizás, no sé si es justo que sus hijos aparezcan como héroes… pretender reivindicarlos como mártires… Como madres, ellas saben por qué están luchando y me parece perfecto. Pero muchos de los hijos de las Madres de Plaza de Mayo fueron tipos que hicieron miles de cagadas por otro lado. Claro que a una madre pedirle que invierta su proceso de madre y que condene a su hijo es imposible, pero también es imposible que consideren que sus hijos, que hicieron muchas cagadas, sean mártires inmolados a favor de la paz mundial. Eso por otro lado, sin exagerar

[...]

Una persona muy amiga mía, que era el pelado Hidalgo Boragno, que hizo la tapa de Alma de diamante y A 18’ del sol, desapareció durante nueve meses, lo encapucharon y lo torturaron incansables veces y después lo soltaron porque era inocente. Tengo el testimonio de su palabra… Él ahora murió y todo lo que le hicieron aceleró el proceso de su muerte porque él ya estaba enfermo. Tengo amigos que fueron torturados en
una comisaría por tener un fasito de yerba en el bolsillo… y no porque fueran raptores de un dirigente cipayo de los intereses argentinos

pag. 171:


Una declaración del sector más "progresista" que pinta perfectamente los tópicos de época (algunos de ellos luego lo abordarían en la CONADEP): la idea que "muchos" (no se precisa el número) de los hijos de las Madres de Plaza de Mayo hicieron "cagadas" (no se dan mayores precisiones, aunque Spinetta conceda el ejemplo de un dirigente raptado); asi como también el cliché que la dictadura podía detener y torturar a cualquiera por equivocación o simplemente por cuestiones de conservadurismo moral (la tenencia de un cigarrillo de marihuana). No hay explicaciones concretas ni del número de combatientes de la guerrilla, ni de la diferenciación entre el aparato armado y el aparato político de una organización "subversiva", ni tampoco hay mayor complejidad sobre las acciones armadas del aparato armado (es como si toda acción fuese igual: da lo mismo poner una bomba a un inocente que poner una bomba a un torturador represor o a un centro clandestino. Todo se licúa en un genérico "mandarse una cagada"). Se confunde también la represión específicamente del proceso "antisubversivo", con una represión policial convencional: que la policía te torture por tener marihuana era plausible dentro de la dictadura, pero no formaba parte de la campaña antisubversiva ni motivado por ella



Revista GENTE, año 1984. En esta nota, afirman que en la "guerra sucia" hubo excesos de ambos lados, y víctimas inocentes


Algunos analistas han dicho que la teoría de los 2 demonios escinde a la sociedad, dejándola afuera de la "pelea" entre dos facciones guerrilleros VS fuerzas militares / organismos para-estatales. El problema surge cuando los analistas trasladan dicha mecánica dos-demonista en el "Nunca Más", pero en el libro de la CONADEP por el contrario la sociedad queda totalmente involucrada, aunque sea en el espanto. El prólogo de Sábato es explícito en instalar la idea de la dictadura como un monstruo de la bolsa que podía tocar tu puerta y llevarte, aunque seas inocente de cualquier cosa; siendo el activista social el blanco más fácil de ser cazado. No deja a la sociedad afuera del conflicto sino que la introduce a pleno, pero en una figura de la dictadura como arbitraria, irracional y estéticamente monotemática obsesiva: podías ser un "desaparecido" si tenías pelo largo. Tal vez Sábato pretendía emular el arquetipo de la arbitrariedad de una dictadura en su esplendor y así oponerla a las virtudes de la democracia con su faro de justicia (discurso que deambulaba entonces: la democracia como remedio de las arbitrariedades y violencias); pero para ello, para que la sociedad quede "incluida" como víctima se tuvo que eliminar a las principales víctimas, los no-combatientes, de su identidad política; pues ésta solo era patrimonio exclusivo de los guerrilleros o los terroristas (que se hiciesen públicos), ellos SI recibían la camiseta política. Así, la CONADEP copiaba el mecanismo de la dictadura de borrar la identidad política de sus víctimas, pero a diferencia del gobierno militar que la borró para licuar sus desaparecidos en el genérico apelativo de "terrorista", la comisión lo hizo en pos de enfatizar su inocencia o su carácter de no-combatiente. Una suerte de herencia disociativa en la actitud de las fuerzas armadas y el Nunca Más

(En realidad para ser más rigurosos, no se sabe si la CONADEP no mencionaba la militancia por ignorancia, porque no le importaba; o porque tenía la concepción que Montoneros y ERP eran solamente combatientes y no existían los militantes políticos de estas organizaciones

También el decreto de Alfonsín y el Nunca Más dejan impreso, aún en forma embrionaria, la idea de la participación empresarial en el proceso genocida) 


Tal como señalé en otros apartados de mi blog, si uno se pone a pensar realmente la problemática, el centro de disputa nunca fue el guerrillero o el "terrorista", sino el militante no-combatiente. Siempre se pretendió proteger o demonizar al no-combatiente. La razón es sencilla: los combatientes eran numéricamente muy pocos, como mucho unas 2 mil personas en su apogeo; es decir que no alcanza numéricamente para comprender el accionar militar contra varios miles. Por eso los apologistas de la dictadura siempre han realizado esfuerzos denodados para meterlos en la bolsa de los "terroristas", mientras los sectores progresistas en la década de los 80 intentaron despolitizar a los no-combatientes para que no quedaran apestados, para no sufrir la etiqueta del "terrorista". La disputa nunca fue por el guerrillero: el erpiano que murió en Monte Chingólo combatiendo, o el montonero que murió combatiendo en Formosa, es un guerrillero y nadie le puede quitar ese rol; queda patente que murió como combatiente. Ana María González era la "terrorista" que colocó la bomba en la cama de Cardozo, y eso no se podía cambiar. Lo que quedaba para los sectores progresistas, es proteger al no-combatiente y, en segundo lugar, a aquellos combatientes que no se expusieron públicamente, los combatientes que no trascendieron a la opinión pública su rol de guerrillero (como el caso de Verónica Cabilla, militante combatiente de la Contraofensiva que murió siquiera antes de ejecutar alguna acción de combate)

Cuando no se puede demonizar al no-combatiente como "terrorista", aún así queda el otro estigma: "era militante de un partido equivocado", o "era militante de una organización terrorista". Este estigma carece de relevancia penal (ser simpatizante de Montoneros no es delito, como tampoco es delito simpatizar con Videla), pero es entendible que duela al familiar de desaparecido o al sector que necesita angelizar al desaparecido

Entonces, el desaparecido era descrito anteriormente por el familiar como "un chico que hacía trabajo de base", o "mi hijo iba a las villas a alfabetizar y repartir comida". No decían "mi hijo era montonero". Y lo cierto es que ambas respuestas son correctas: podía ser montonero e ir a las villas a repartir comida, si la organización Montoneros le indicaba que ese era su trabajo o te ubicaba como célula de la Secretaría Política. Dado que, repetimos muchas veces en este blog, Montoneros y PRT-ERP no eran organizaciones militarizadas al 100%, sino que la mayor cantidad de sus miembros no pertenecían al sector de combate, al "Ejército Montonero" o al "Ejército Revolucionario del Pueblo", o a la Secretaría Militar de las organizaciones. Los represores lo sabían, no eran tontos, no pensaban como idiotas que todos eran terribles combatientes hiper-entrenados para matar. Los desaparecieron igual por cuestiones doctrinarias que ya hemos explicado en los apartados correspondientes de este blog

(PD: así como en el pasado, los familiares de desaparecidos intentaban "angelizar" a sus hijos, el CELTYV de Victoria Villarruel aplica el mismo truco de angelizar a sus víctimas, presentándolas como patriotas padres de familias y silenciando que algunos de ellos eran represores, guerrilleros de derecha, torturadores o colaboradores de la represión)


Hoy en día, dado que se conoce mucho más la ridícula teoría represiva de la "guerra contrarrevolucionaria", este tema no está zanjado para muchos familiares que todavía ven como un estigma la pertenencia de sus hijos a Montoneros y PRT-ERP, pero a nivel judicial se incita a que se cuente la militancia del desaparecido, pues esto constituye un argumento favorable de la tesis del genocidio, al demostrar que la represión se dirigió contra un grupo político (y no simplemente combatir a "terroristas")



Hebe de Bonafini, menciona brevemente la tesis dos-demonista y lo que representa ser "madres de terroristas". Minuto 17:18


De todos modos, en "retrospectiva" no convenía tan abiertamente hablar de la militancia política en el Nunca Más porque se desarrollaría el juicio a las juntas en 1985. Aunque no hubiese modificado sustancialmente el veredicto, la idea de ser montonero o erpiano podía contribuir a la defensa, quienes buscaban amparar a sus defendidos con las leyes del gobierno constitucional que autorizaban la persecución de la "subversión terrorista". Por ejemplo, Miriam Lewin en el juicio a las juntas se hizo un poco la tonta cuando le preguntaban si pertenecía a Montoneros; ella dijo que no:

http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/testimon/lewin.htm 

Hoy lo dice con tranquilidad:

https://www.vaconfirma.com.ar/?articulos_seccion_11564/id_8857/violencia-sexual-en-la-dictadura-el-testimonio-de-miriam-lewin 

Es un poco patético pensar que incluso con la legalidad del juicio a las juntas tenías que ocultar tu militancia aunque no hubieses matado a nadie. La CONADEP fue más "progresista" al discriminar únicamente entre terrorista y no-terrorista (como curiosidad, el prólogo de Sábato todavía discrimina al "terrorista" del combatiente, no los iguala sino que los diferencia con una levemente más positiva connotación: el combatiente era el que daba la cara en enfrentamientos)

[PD: también la militancia del testimoniante podía servir a los abogados defensores en el juicio a las juntas para desacreditarlo por "parcialidad" o "interés en perjudicar al bando vencedor". El tribunal del juicio no hace caso a esto, aún cuando considere que a la víctima se le atribuía militancia en las organizaciones "terroristas"]


El Juicio a las juntas militares de 1985 avanzaría sobre aquello que el "Nunca Más" dejó en las sombras. El tribunal caracteriza casi como un "hecho notorio" que la subversión puso en una situación caótica al país, al punto que lo que pasó después tal vez no hubiera sucedido sin el terrorismo previo. No dice si se refiere exclusivamente al "terrorismo" de izquierda o si contempla a la derecha también. La balanza se inclina hacia la izquierda, pero no sabemos si el tribunal erróneamente toma delitos de la derecha política como parte de la ultraizquierda, o con qué pruebas ha valorado su ofensividad como para presumir que la represión no hubiera sucedido de no ser por el advenimiento del terrorismo (en la causa aparece transcripta la lista con las 700 personas muertas por la guerrilla en el periodo 1969-1979, lo que vuelve extraña la afirmación del tribunal del terrorismo izquierdista como provocador de la represión desmedida)

http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/consid6.html 

Sin embargo, analizando las variantes de la teoría, el tribunal no precisa si considera que los desaparecidos y sobrevivientes eran casi todos "terroristas" o no lo eran. En el capítulo XVII de la causa 13, los jueces dictaminan que la prueba testimonial evidencia que a los secuestrados incluidos en la causa (recordemos que el fiscal Strassera simplificó en 700 casos para juzgar), se les atribuía militancia en las organizaciones "terroristas". Textualmente el tribunal:
De los testimonios recibidos en la audiencia se colige que a los secuestrados se les atribuía militancia directa en las organizaciones terroristas, según surge de los relatos que hicieron acerca de los interrogatorios a que fueron sometidos
Es tan grande la proporción de ellos sobre la totalidad de los testigos que fueron víctimas, que resulta innecesario el listado de sus nombres
http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/cap17.html 

Empero, el tribunal no discrimina al militante no-combatiente del combatiente, ni resuelve siquiera si efectivamente la persona secuestrada pertenecía a la organización guerrillera. Tampoco el tribunal define su concepto de "terrorismo", no lo precisa jurídicamente. Quizás esto no era un problema significativo para el juicio: hubiesen sido guerrilleros o no (terroristas o no), los militares de todos modos habrían sido condenados por sus actos contrarios al Derecho, donde en palabras del tribunal el mal subversivo no era inminente (lo que contradecía la anterior declaración de los jueces de que la represión tal vez no hubiese ocurrido si no existía el terrorismo); por lo que los crímenes de la represión no podían englobarse en ninguna causa legal de justificación. A los efectos del juicio a las juntas, se tornaba irrelevante el punto de la culpabilidad del agredido. A nuestros efectos sin embargo, el juicio a las juntas no es concluyente en esta variante de la teoría dos-demonista

Quien da la nota en este sentido es la defensa de los militares: el doctor Tavares (abogado defensor de Videla) en su alegato pronuncia que en las guerras se suceden millares de muertos inocentes (página 20):

https://cdadum.files.wordpress.com/2013/08/el-diario-del-juicio-22.pdf  


En los años 80, la identificación política explícita con las organizaciones revolucionarias no existía y el esquema se reducía a "inocencia" VS "terrorismo"; dando a entender tácitamente que "inocente" era algo ajeno a Montoneros y PRT-ERP. En una carta abierta hacia el presidente Raúl Alfonsín escrita por la Asociación Madres de Plaza de Mayo, octubre de 1985:

Estar con la democracia y rechazar la violencia no es "teoría de los dos demonios", aparentemente convertida en tesis oficial. Esta "teoría" tiende a arrojar sombras sobre el accionar de los desaparecidos, convirtiéndolos automáticamente en terroristas. No aceptamos ni aceptaremos esta teoría como prueba de fe democrática

extraído del sig. libro, pag. 70:


Esta declaración además es, cuanto menos, paradójica, porque el "Nunca Más", publicado 1 año antes y que también construyó la tesis dos-demonista, cataloga a la mayoría de los desaparecidos como inocentes. O sea que ser dos-demonista no significa creer que los desaparecidos son "terroristas". Pero el más contemporáneo (a la declaración mencionada) Juicio a las juntas, vacilante en la teoría de los dos demonios, también es vacilante en la culpabilidad de la víctima como hemos visto más arriba. Esta dicotomía interpretativa latente nos marcaría hasta nuestros días. Entonces tenemos a los que piensan que todos los desaparecidos eran inocentes (o muchos de ellos), y a los que creen que todos los desaparecidos eran terroristas (o muchos de ellos). Arropados ambos grupos en la misma tesis de los dos demonios. Pero no se explica muy bien qué papel juega Montoneros y PRT-ERP en la culpabilidad o inocencia de los desaparecidos o qué se entiende por el concepto de "terrorismo" / "culpabilidad"

La dicotomía señalada se ha filtrado en la militancia de algunos de los sobrevivientes y familiares de las víctimas como estigma de la "subversión", al punto de construirse su propia dicotomía, donde se separa al combatiente de aquel que no lo es, negativizando implícitamente al combatiente. Se desea reivindicar la militancia pero no se quiere quedar "pegado" a la cuestión armada



Ejemplo del dualismo entre militancia y "combatientes": Jorge Julio López en este testimonio, minuto 22:53, admite haber cooperado con los Montoneros. No obstante, en sus testimonios judiciales, buscó apartar a sus compañeros de militancia montonera de las "armas". López así intentaba reivindicar su militancia pero evita el oscuro estigma de ser catalogado como "combatiente" / "terrorista" / "subversivo". Otros testimoniantes repetirían esta estratégica dicotomía:


Esta última dicotomía es útil para entender el funcionamiento real que tenían las organizaciones revolucionarias (donde efectivamente no todos eran combatientes), aunque el objetivo de estos testimoniantes no es analizar con realismo nada sino alejarse del estigma que implica ser un "combatiente" (o "terrorista")


En los años 80, a nivel judicial era inevitable el espectro flotante de los "dos demonios" porque los mismos jueces y fiscales que tenían que condenar a las juntas militares, también debían ocupar su tiempo de trabajo condenando a personas del "otro lado". Así, el juicio y sentencia a Obregón Cano, jefe del MPM (Movimiento Peronista Montonero), estuvo conformado con la participación del fiscal Strassera y varios jueces que se lucieron en el juicio a las juntas como Gil Lavedra, Torlasco, Arslanian, D'Alessio....


Está claro que, sea o no sea justa la condena a Cano, los jueces del "juicio a las juntas" no podían ser condescendientes con los Montoneros, al menos no con líderes de la talla de Obregón Cano. Lo contrario implicaba desafiar un paradigma de época que ellos habían ayudado judicialmente a construir


En la emisión televisiva del "Nunca Más" de 1984, el ministro Tróccoli y Ernesto Sábato comparten la idea del terrorismo, de la subversión como pretexto para el golpe de Estado. Tróccoli además añade un ingrediente: que los militares combatieron el terrorismo "con las mismas armas", "con la misma metodología aberrante" (cosa cierta para la Triple A, pero no para la guerrilla de izquierda que no recurrió a la tortura) 



El fiscal Strassera en el juicio a las juntas diría en su alegato:
Los guerrilleros secuestraban, torturaban y mataban ¿Y qué hizo el Estado para combatirlos? Secuestrar, torturar y matar en una escala infinitamente mayor y, lo que es más grave, al margen del orden jurídico instalado por él mismo, cuyo marco pretendía mostrarnos como excedido por los sediciosos
Dejando a un lado la aversión o simpatía a la guerrilla, lo de Strassera tiene carácter de inaudito. La guerrilla no torturó por ejemplo, asi que al igual que Tróccoli y otros tantos de la época, esto señala: que se confunde la guerrilla con la Triple A, que SI torturaba (equivocación entendible puesto que siempre desde el gobierno constitucional de 1973 hasta el retorno de 1983, la propaganda se enfocó en la guerrilla izquierdista, o en meter todo en la bolsa uniforme de "subversión", que siempre tendía a estigmatizar más a la izquierda que a la derecha con ese mote). Como también puede notar que Strassera y otros consumieron la farsa de casos como el de Larrabure, donde en aquellos tiempos se dijo falsamente que había sido torturado por el ERP. Como sea, no eran años donde la verdad fuese muy cristalina, por el contrario se mezclaba mucho las cosas y el único camino aceptable se polarizaba en: ser terrorista, o ser inocente; sin entrar en la disquisición del estilo "Yo era montonero pero no maté a nadie" (ni muchísimo menos ponerte a decir "Yo SI maté, pero a un represor activo", y otras situaciones de justicia por mano propia que incluso hoy en día es difícil discutir frente a un apologismo rampante)

http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/juicios/juntas/acusa.htm  

Alfonsín también en sus declaraciones anteriores y posteriores al fin de la dictadura, resalta mucho la cuestión que "se combatió al demonio con las armas del demonio", lo que a simple vista daría a entender que los militares utilizaron los mismos métodos que los guerrilleros (lo cual es falso. Probablemente Alfonsín querría decir que se combatió a la violencia con violencia)

Strassera en su alegato del juicio a las juntas hace una descripción un poquito grosera de la guerrilla, tildándolos como poco menos que fanáticos loquitos por la violencia, que hacían de la muerte un culto. Descripción muy propia de la herencia alfonsinista del discurso militar, y que en disociación el gobierno democrático utilizó para legitimar su forma de gobierno como superior a las irracionalidades pasadas (pag. 5 alegato de Strassera):


Esta claro en este punto la falta de rigurosidad de películas como "Argentina 1985", que intentan construir a un Strassera más progresista (¡Un Strassera que hasta se enoja con el prólogo televisivo de Tróccoli!). En su alegato inicial era muy dos-demonista y no tan vanguardista, por la época en sí

El prólogo de la CONADEP aportaría su pequeña cuota de desinformación de un modo elíptico, cuando en su segundo párrafo se diría que a los delitos terroristas se les respondió con una represión estatal infinitamente mayor.... pero el prólogo no especifica que la represión descargó toda su furia criminal contra la izquierda -guerrillera o no-. Si en el primer párrafo, Sábato había mencionado el terrorismo de izquierda y de derecha, ya en el segundo párrafo la idea de "dos terrorismos" quedaría muy difuminada al punto que en el continuar del prólogo y del libro en sí, el lector por exégesis asumiría la idea que hubo un terrorismo de izquierda y que el gobierno militar, con la misión o excusa de perseguir ese terrorismo izquierdista, se puso a torturar y matar a cualquiera que le sonara a "zurdo". Así la teoría de los dos demonios impregnaría en la sociedad como "guerrilla VS gobierno militar", cuando originalmente debería ser "guerrilla y Triple A VS gobierno militar"; y con la pertinente aclaración que el gobierno militar no reprimió a la Triple A sino que la integró por compartir sus intereses anti-izquierdistas. La conocida frase de "los militares pusieron orden" no es totalmente desacertada, si consideramos que gracias al golpe del 24 de marzo de 1976 los asesinatos y atentados de la Triple A casi dejaron de hacerse visibles para la prensa; parecía que de repente las cosas se estaban calmando mucho.... cuando en lo fáctico, esa "calma" fue simplemente porque los comandos derechistas se sumaron a la represión secreta (sin contar la represión legal sobre las movilizaciones, que daban sensación de orden). Solo la guerrilla de izquierda continuaría siendo visible en la prensa a partir del 24 de marzo, y quedaría más marcado en el ideario dictatorial como la gran generadora del desorden, a la que se oponía los (falsos) enfrentamientos del ejército legal. Así era fácil decir que los militares ponían orden

Esa elipsis también era común en aquellos tiempos: decir que los militares lucharon contra la subversión y utilizaron métodos brutales, pero nunca aclarando si los militares combatieron a la subversión de derecha, de izquierda o a ambas. Quedaba en un limbo esa precisión

(Strassera en el alegato del juicio a las juntas, es bastante más claro en este punto, marcando la connivencia entre la dictadura y la Triple A, por lo que su tesis dos-demonista implica el enfrentamiento entre izquierda VS derecha, a diferencia de los primeros párrafos confusos del prólogo de Sábato)



Revista GENTE, marzo de 1976. Hablan del golpe militar en términos de "orden", "calma" y como "un nuevo día". Sorprende un poco que hablen de ese modo, como si automáticamente el país hubiera cambiado con el asalto militar aunque hayan pasado unos escasos días del golpe (esto solo se entiende con la simpatía de estos sectores hacia el ámbito militar, que venían fogoneando desde antes con el golpe)



Movilización callejera del 26 de diciembre de 1975, frente a la casa de Isaac Rojas. Era una marcha de apoyo al fallido golpe de Estado de la Aviación en diciembre de 1975, y a favor de la intervención de las fuerzas armadas en el gobierno. Pag. 12:



El general Balza, en su famosa autocrítica de 1995, también repite los tópicos clásicos del apologismo, sea en su corriente dos-demonista o no. A saber: que el "terrorismo" (guerrillero) empezó todo este conflicto, que continuó durante la democracia 1973-1976; las fuerzas armadas asaltaron el poder para cumplir el fin "justo" de calmar el terrorismo "demencial" y lo hicieron sin una doctrina (solo estaban instruidos en la "guerra convencional"), por lo que actuaron a ciegas con medios inmorales: 


Una mediocre autocrítica desde la realidad histórica, que suaviza aun más la responsabilidad del Ejército con la vaga alusión a "la sociedad toda fue responsable en cierta medida". De todos modos, esta tibia autocrítica se convirtió en un punto de inflexión de la asunción militar de la responsabilidad por lo actuado en los 70. Tibia autocrítica que aún con su tibieza desencadenó el odio de apologistas y militares hacia Balza, tildándolo poco menos que de traidor por arrodillar a las fuerzas armadas al pedido de disculpas. Balza no se pronuncia sobre las variantes que expusimos 

Acá noticia de cuando los represores lo echaron a patadas a Balza del Círculo Militar





Esto, obviamente, es un síntoma de época: estamos hablando de mediados de los años 90, con la obediencia debida/punto final/indultos surtiendo efectos; y con unos represores que no sentían ninguna razón de "auto-criticarse"; de ahí el encono contra Balza. En la actualidad, frente a represores condenados judicialmente, la vara de condena moral está tan corrida que hasta apologistas como Nicolás Márquez pueden decir cosas más o menos parecidas a lo que dijo Balza



Extractos de la autocrítica del general Balza en televisión


Pero con cualquier variante posible, la idea de la "provocación" de la guerrilla no deja de ser una tesis insostenible, si tratara de la guerrilla de izquierda (y aún de la derecha). Esta teoría de los dos demonios pone un enfoque marcado al fenómeno delictivo de la guerrilla, en vez de hacer hincapié en su fenómeno cultural. La clásica versión dos-demonista tanto de la CONADEP como, peor aún, la del juicio de 1985, consideran que lo sucedido se resume a que la guerrilla cometió tantos crímenes que los militares, ya hinchados los huevos por estos delitos que la sociedad clamaba que paren, implementaron una metodología irracional que acabara con la delincuencia guerrillera; y en esa vorágine cayeron desde inocentes hasta culpables pero siempre con un método ilegal para cualquier clase de víctima, y con una enorme desproporción, innecesaria en comparación con el accionar guerrillero. Esta versión, al menos en manos de los alfonsinistas, tiene el buen criterio de creer que la represión militar fue desmedida. No es un detalle menor, porque eso nos indica que:

-O bien los alfonsinistas creen que los desaparecidos eran todos combatientes guerrilleros, pero que no eran tan peligrosos para que la respuesta militar que se dio fuese inevitable, la única medida posible (esto coincide con las versiones de aquella época, que decían que la guerrilla ya estaba "aniquilada" para cuando llegaron los militares) 

-O bien los alfonsinistas creen que la guerrilla tenía una peligrosidad X (muy peligrosos, poco peligrosos, etc.) y que los militares desaparecieron a muchos inocentes, no solo a culpables. Lo que vuelve igualmente desmedida su respuesta

La versión dos-demonistas del alfonsinismo es más "progresista" que la de apologistas brutales como Nicolás Márquez o Agustin Laje, que consideran que los represores no fueron desmedidos, sino que su represión fue muy medida y exacta. Que los métodos utilizados fueron éticamente reprochables, pero los únicos posibles para acabar con el flagelo terrorista

Pero da igual, la tesis de la "provocación guerrillera" es errónea y no tiene en cuenta la verdadera doctrina castrense de la "guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria", que plantea un conflicto eminentemente cultural. Los delitos de la guerrilla pueden ser la gota que colma el vaso, pero ese vaso en primer lugar lo llena la infiltración política de los militantes políticos "subversivos", que se meten en todos los intersticios de la sociedad como las escuelas, las fábricas, las zafras, las villas de emergencia. La guerra nunca fue iniciada por la delincuencia guerrillera, sino por la infiltración ideológica subversiva. Por lo que había que actuar en consecuencia: desde el aniquilamiento de la subversión en su rama combatiente y no-combatiente, hasta la transformación económica del país que rompa toda posible incidencia de ideologías redistribucionistas "disolventes", que aparentemente es otro caldo de cultivo para la subversión

El mejor ejemplo de esta falsedad del belicismo guerrillero puede rastrearse en otro país como el caso chileno, donde Pinochet aplicó la misma estrategia continental de la "guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria" aprendida de los franceses. En Chile la guerrilla era para matarse de risa de lo paupérrima que fue, ni de lejos se compara con Montoneros o el ERP. Pero la represión militar en ese país fue incluso más bestial que en Argentina, alcanzó proporcionalmente a muchas más víctimas




Este es el enemigo principal que estaban buscando las fuerzas armadas: el militante no-combatiente, aquel que tenía más capacidad de "anarquizar" la estructura gremial y estudiantil con su activismo político 


Para rematar la falsedad de la delincuencia guerrillera como motor del golpe de Estado, recordemos que la prensa de época, cuando se quejaba de los "crímenes del terrorismo", hacían referencia tanto a la guerrilla de izquierda como a los crímenes de la derecha política (que eran más numerosos que los de la izquierda). Incluso la CONADEP habla del terrorismo de izquierda y de derecha antes de la represión castrense......Y sin embargo los militares cuando dieron el golpe de Estado, no reprimieron a la derecha política. No fueron a secuestrar, torturar y matar a las células de la Triple A o la CNU. O sea que a los militares no les importaba tanto la criminalidad de las bandas armadas o defender a la ciudadanía de la delincuencia. Solo les importaba una partecita; la parte que les convenía a ellos (algo que la CONADEP en su prólogo no advirtió)

A apologistas como Nicolás Márquez o Agustin Laje les encanta hacernos acordar del "gran caos" que precedió al golpe del 24 de marzo.... pero ese "gran caos" no sirve para explicar ninguna relación causal porque las fuerzas armadas NO reprimieron a la derecha política, que era una de las partes provocadoras del caos. Limitado a la izquierda, ésta cometió 400 muertos desde 1970 a 1976 y se antoja una cifra muy chica para creernos que los militares dieron un golpe y reprimieron como lo hicieron para detener esa "urgente amenaza" 


Por lo demás, la teoría de los dos demonios no es falsa porque pretenda visibilizar la existencia de guerrillas, sino porque paradójicamente se desentiende de su elemento vital: su brazo político. Ya sea que una variante asegure que todos los desaparecidos son "inocentes" o que la otra variante sentencie que todos eran "terroristas", la teoría no entiende la existencia de células políticas en estas organizaciones. Esa era la "guerra" de las fuerzas armadas: el aparato político, no su componente armado. Su Secretaría Política con sus respectivas células políticas (militantes de células sindicales, territoriales, estudiantiles), no su Secretaría Militar. Por supuesto que también los represores querían liquidar su estructura militarizada, pero la guerra de ellos era "integral": todo había que aniquilar, todo todo todo. Lo que comprende su brazo político más amplio que el minúsculo brazo armado

Es que además del argumento cronológico falseado (la guerrilla estuvo antes del golpe de Estado y funcionaría como "causa" de la misma), lo que existe es la tan mentada imprecisión de lenguaje. Decir que la represión estatal fue la consecuencia de la guerrilla es falso.... pero decir que la represión de Estado fue la consecuencia de Montoneros y PRT-ERP es verdadero. Uno puede decir ¿Pero acaso no es lo mismo? Pues no. Porque el grueso de militantes montoneros y perretistas-erpianos no eran combatientes. Se confunde las palabras "Montoneros" y "PRT-ERP" con "guerrilla" (o con "combatientes" o con su Secretaría Militar). Esta imprecisión de lenguaje, además de  fagocitar la prédica apologética, ignora el verdadero motor de la masacre, que fue la doctrina francesa de la guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria, que plantea la eliminación "global" de la subversión, lo que incluía mayoritariamente a los no-combatientes. Plantea el triunfo ideológico del ejército contrarrevolucionario sobre la población; es decir no contempla que la gente pueda simpatizar y pensar como el "enemigo", ni hacer activismo político a favor de éste (a través de las células territoriales, sindicales, estudiantiles de su Secretaría Política)

La CONADEP en su prólogo, escribe que la mayoría de los desaparecidos eran inocentes. Si esto fuese así, la teoría de los dos demonios, aunque no queda destruida en su libro, en cambio pierde bastante coherencia en un mundo racional como el de los seres humanos (los seres humanos no dejamos de ser racionales, por muy irracional que parezcamos). Si la guerrilla "provocó" a los militares, pero luego resulta que los militares mataron a miles de inocentes (y no solo a los "culpables"), entonces no habría en los militares una racionalidad humana, sino una suerte de bestialismo rampante. Los militares aparecerían en esta tesis implícita de la CONADEP, como animales autómatas que desataron impulsos pasionales contra cualquiera, contra inocentes; solo porque fueron provocados. Es la idea mitológica de "cuidado con desatar a la bestia", que no sabemos cómo va a comportarse, no sabemos si va a responder matando a quien lo desató o contra cualquier otro

Este ideario excesivamente mitológico de la CONADEP se debe a su falta de comprensión sobre la doctrina francesa de la guerra revolucionaria, que es una doctrina muy racional sobre la matanza contra civiles no-combatientes. Si bien es cierto que el libro "Nunca Más" en sus conclusiones, atisba a explicar algunos elementos doctrinarios "foráneos" que contribuyeron a la ideología de la matanza 


La CONADEP no se pronuncia sobre el número de muertos provocados por la guerrilla de izquierda y por la Triple A, que vendrían a ser el demonio 1 que quiso combatir el demonio 2 de las fuerzas armadas/policiales. La comisión dictamina que hubo desapariciones antes del 24 de marzo de 1976, pero no es claro si se lo adjudica a la derecha del demonio 1, o a las fuerzas armadas (probablemente a estas últimas). Dado que la comisión de Sábato no ofrece cifras de los muertos de este primer demonio, pareciera ser que acepta tácitamente que la provocación a la "bestia militar" puede darse con cualquier número. No importaba si Montoneros y la Triple A mataban a una única persona: si con eso ya el demonio 2 se moviliza a reprimir masivamente, entonces a la CONADEP le es suficiente para establecer una relación causal. Ciertamente, el decreto 157 habla de "pretexto" más que de causa real... pero su falta de cuantificación en este punto termina por dar la impresión que cualquier cosa puede ser un pretexto; y ese es un problema de algunos dos-demonista: hay que echarle la culpa a la guerrilla de la represión militar incluso si solo fue un pretexto en vez de una causa. O sea, hay que echarle la culpa SI o SI

Es una contradicción "progresista" que atraviesa al susodicho decreto 157 de Alfonsín. No es lo mismo "causa" que "pretexto": si la guerrilla fue causa de la represión o del golpe, entonces la guerrilla es parte responsable de lo que hicieron los militares, porque podía adecuar su conducta para no constituir una causa-fuente generadora del conflicto. Pero si fue un "pretexto", entonces la guerrilla no es responsable de la represión, porque un pretexto es una excusa; y las excusas no las elige el sujeto pasivo de la acusación (la guerrilla) sino el sujeto activo (los militares): son ellos quienes eligen qué excusa van a usar para desatar su accionar; y bien pueden seleccionar a la guerrilla como excusa o bien pueden seleccionar otro argumento. El alfonsinismo dos-demonista, bastante más progresista que los dos-demonistas conservadores, intentó decir "No, la guerrilla no fue causa sino pretexto". Sin embargo, contradictoriamente culpabiliza a la guerrilla como si hubiese sido causa, o cae en la incoherencia de hacer parte responsable a la guerrilla de un "pretexto" siendo sujeto pasivo de la acusación. El alfonsinismo, víctima de las tensiones narrativas de época, víctima del fantasma militar que amenaza con un nuevo golpe, no resuelve correctamente esta contradicción

Esquema que resume la concepción de la CONADEP o del prólogo del "Nunca Más". La teoría implícita de los dos demonios de Sábato, así formulada, no explica por qué el DEMONIO 2 atacó solo a una parte del DEMONIO 1 (la dictadura reprimió a la guerrilla izquierdista y no a la derecha). Tampoco explica por qué atacó a los INOCENTES cuando no formaban parte del DEMONIO 1 en esta concepción. Así, realiza una separación de estos inocentes con el extremismo de izquierda como si fuesen compartimentos estancos (la CONADEP no comprende al inocente como un militante no-combatiente de Montoneros y PRT-ERP. Para la CONADEP, pareciera ser que Montoneros y PRT-ERP eran organizaciones puramente armadas con todos combatientes, y los "inocentes" ajenos a esas organizaciones). Tampoco cuantifica el accionar del demonio 1 para dar verosimilitud a la relación causal de "el demonio 1 provocó al demonio 2"


Uno podría especular que la teoría de los dos demonios, aunque falsa, en la mentalidad de los represores la consideraban verdadera. Subjetivamente se lo creían......... pues una mierda se lo creían. Si fuese así, tendría que haber solamente 2.000 desaparecidos y sobrevivientes de los centros clandestinos (cifra concordante con el número de combatientes que alguna vez tuvieron las organizaciones guerrilleras). El hecho que hubiese mucho más de 2 mil víctimas de los centros clandestinos, y el hecho que exista documentación que acredita que los militares conocían que muchos desaparecidos NO eran combatientes (es clarísimo el informe de las TEA de 1979, o la orden de Suárez Mason de junio de 1977, los documentos de viviendas de Montoneros, el allanamiento en La Pastoril, etc.), deja a las claras claritas que la represión estaba motivada por otra cosa 


Incluso Todorov en su famosa replica contra el Parque de la Memoria (que despertó la líbido más orgásmica del apologismo: "Mirá lo que dijo Todorov!!! quiere la historia completa!!!!! BRAVO BRAVO!!!!!!"), en esa réplica escribe lo siguiente:

No deja de ser cierto que un terrorismo revolucionario precedió y convivió al principio con el terrorismo de Estado, y que no se puede comprender el uno sin el otro


No explica por supuesto, con qué datos estadísticos respalda esa "comprensión entre el uno y el otro". No tiene datos ni de la cifra de combatientes de la guerrilla, ni de la cifra de muertos por la guerrilla, nada de nada (ni tampoco entenderá que los militares ya sabían previamente al golpe de Estado, que iban matar a miles de personas que no eran combatientes; desmoronando su tesis "comprensiva")

Patricia Bullrich, ex-militante de las células territoriales de Montoneros y posterior aspirante de la Secretaría Militar, también adhiere a estas teorías dos-demonistas:


Ceferino Reato comete idéntica táctica haciendo acoples más o menos evidentes entre Videla y Firmenich, entre Videla y Santucho, entre Videla y los jefes de las guerrillas. Reato nombra a Videla y acto seguido no se priva de nombrar a Firmenich. Esta necesidad de "acoples" busca como objetivo poner a los dos "cabecillas" (Videla/Firmenich) en igualdad de condiciones como motores de la violencia de los 70, lo cual es un tiro por elevación de la teoría dos-demonista hacia los jefes de cada grupo violento




Salvando las distancias, es como si se comparara a Mussolini o Hitler con un jefe partisano de las GAP que ponía bombas. Creo que con esto debería entenderse las enormes desigualdades como para eliminar cualquier equiparación siquiera en la pretendida causalidad de la violencia


El único modo de aceptar una teoría de dos demonios, es que que se incorpore al no-combatiente como "demonio". Pero esto es asumir que las fuerzas armadas lucharon y mataron a "no-combatientes", algo inaceptable para la propaganda apologética. Por eso el Documento Final de la junta militar de 1983, distingue al adherente del "combatiente técnicamente capacitado e ideológicamente fanatizado para matar". Por eso apologistas como Nicolás Márquez inflan exageradamente la cifra de combatientes de Montoneros y PRT-ERP: para dar la sensación que los militares solo mataban a combatientes



El apologista Vicente Massot ofrece un resumen perfecto de la cuestión de los dos demonios: el acoso terrible de los atentados de la Triple A y la guerrilla izquierdista, da paso a la respuesta violenta militar para frenarla


Que esa teoría dos-demonista sea falsa, no significa que no impregnara en el universo que se construyeron algunos civiles políticos y empresarios para explicar y justificar el golpe de Estado. En estos videos tenemos declaraciones de dirigentes civiles de la época (año 1979-1983) alabando a las fuerzas armadas por haber asumido el gobierno en esta "guerra" y combatido a los terroristas (que salvando excepciones, nunca queda muy claro si refieren a la izquierda, a la derecha o a ambos). Hasta "comprenden" los excesos (sin definirlos). Recomiendo no darle bola a los comentarios de los conductores del noticiero o los panelistas y pasar directo a las imágenes de época donde los civiles hablan y dicen pavadas a favor de los milicos



Estos videos harían las delicias de los apologistas, ya que hasta salen socialistas a defender al régimen militar. Quedará en ellos, en su conciencia, si estas cosas las decían honestamente o no. Qué entendían ellos con el concepto de "guerra", qué entendían ellos sobre la capacidad bélica de la guerrilla para defender así a los militares, etc.




Opinión del diario Clarín a raíz del "Documento Final de la Junta Militar Sobre la Guerra contra la Subversión y el Terrorismo" del 28 de abril de 1983. Allí la opinión de prensa repite el "sentido común de época" que se denominaría posteriormente como "teoría de los dos demonios": la aparición de la represión militar se debió a los atentados extremistas de izquierda y derecha; y esa provocación extremista dio paso a la represión ilegal contra los terroristas (y contra personas "ajenas al terrorismo" según consignara la prensa). En ese momento no se sabía (o no se quería saber) que la represión tuvo un fuerte componente cultural movilizador de acuerdo a la doctrina de la guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria [la prensa tampoco explica que la represión no alcanzó al extremismo de derecha]



La revista peronista ultra-derechista y ultra-ortodoxa "El Caudillo" se burla de la forma en que las noticias extranjeras son presentadas. Paradójicamente algunas de estas burlas de los derechistas podrían aplicarse a ellos mismos (como el concepto de "terrorismo" y la sobrevaloración de la "ola de violencia" para su odiada izquierda marxista). Pag. 15:




Prensa de enero de 1976, Córdoba. Algunos políticos caratulan la ola de secuestros de ese mes como "Subversión", pero esta vez haciendo referencia a la derecha política o las fuerzas policiales, no a la izquierda (estos secuestros fueron realizados por un comando para-militar al mando de Héctor Vergez). Cuando los apologistas dicen que la gente estaba cansada "por los atentados terroristas" previo al 24/marzo, se olvidan que la prensa reflejaba también los atentados de la derecha (más numerosos en su letalidad que los de izquierda), que los militares NO reprimieron. Foto extraída de:

https://www.infobae.com/politica/2018/01/29/las-desapariciones-antes-del-golpe-militar/  

El contraalmirante César Guzzetti, quien era canciller de gobierno durante la dictadura, dio una declaración bastante famosa en 1976 sobre la subversión:

Mi concepto de subversión se refiere a las organizaciones terroristas de signo izquierdista. La subversión o el terrorismo de derecha no es tal. El cuerpo social del país está contaminado por una enfermedad que corroe sus entrañas y forma anticuerpos. Esos anticuerpos no deben ser considerados de la misma manera que se considera un microbio. A medida que el gobierno controle y destruya a la guerrilla, la acción del anticuerpo va a desaparecer. Yo estoy seguro que en los próximos meses no habrá más acciones de la derecha, cosa que ya está ocurriendo. Se trata sólo de una reacción natural de un cuerpo enfermo

Fuente: diario "La Opinión" 10 de octubre de 1976

Aquí notamos una "disparidad" entre lo que piensa Guzzetti, quien aplica el mote de "subversión" únicamente a la izquierda; y otros sujetos indeterminados pero referentes de la sociedad que llamaban "subversión" tanto a los atentados de la izquierda como a la derecha


Pero cuidadito!! ello tampoco entraña en lo absoluto, que la prensa y otros civiles se olvidaran del componente político de la "subversión". Es verdad que no lo razonaban como si tratara de células o milicias, pero el ideario lo resumían como una "subversión global", como una subversión que se infiltraba en todos los reductos de la sociedad. Al respecto, una opinión del diario La Nación del 17 de diciembre de 1975, ilustra acabadamente este punto: 

La subversión acciona en todos los planos de la vida nacional. No cabe ya ninguna duda y lo expreso así porque muchos desprevenidos para colmo líderes de la comunidad en distintos sectores, no sólo no lo advirtieron a tiempo sino que inclusive lo negaron, seguramente de buena fe, cuando otros no sólo lo advirtieron sino que también lo denunciaron que la subversión apátrida acciona en todos los campos y en todos los sectores de la vida nacional sin excluir siquiera el de las organizaciones religiosas y aun el propio de las Fuerzas Armadas, particularmente en los niveles de tropa. 

Y actúa en dos formas o mediante dos métodos distintos: una lucha armada directa y abierta, aunque solapada o criminal, desde el frío asesinato de víctimas indefensas, hasta operaciones de mayor envergadura, como el ataque sorpresivo... Otro, la infiltración solapada y disociadora de todos los sectores de la comunidad, inclusive en algunos del gobierno y del Estado.”(...) Su accionar se concreta allí en el sabotaje... A esa acción de penetración e infiltración no escapan, entre otros el campo cultural, el sindical, el de los medios masivos de comunicación, y ni siquiera las organizaciones y entidades de bien público

“Pero donde se ha acentuado notoriamente en los últimos tiempos, es en un campo de una alta significación y sensibilidad para el cometido y los fines de la defensa nacional: el campo económico. Conflictos artificialmente movilizados, huelgas y paros muchos de ellos condenados y desautorizados por las propias organizaciones sindicales, (...) Como síntesis de lo hasta aquí expresado, creo que estas tres connotaciones que caracterizan a la subversión, a que me he referido, vale decir: que es ideológica, que es apátrida e internacional, y que acciona en todos los campos de la vida nacional...”

Cuando a la lucha sin cuartel contra el enemigo subversivo, se sumen a las Fuerza Armadas, al Gobierno y al Estado, los obreros en las fábricas, los empresarios en las empresas, los políticos en los partidos, los maestros en las aulas, los sacerdotes en sus púlpitos, y todos y cada uno en su sector, estará sellada en el termino de días la suerte de esta aventura criminal ...”

extraído de esta tesis, pag. 61:


No hay que eximir de culpa a los civiles, y en eso los apologistas tienen razón. Cuando pelotudos como Nicolás Márquez dicen "los políticos de la época pedían orden, decían que el país estaba en guerra o en caos"; es verdad y nadie lo niega. Los políticos de la época no solo hablaban de "guerra" sin cuantificar el peligro de las organizaciones subversivas, sino que además ¡¡¡Metían a los conflictos sindicales dentro del concepto de Subversión que había que extirpar!!! No se les ocurría mejor idea que catalogar esos conflictos como "subversivos" (con las consecuencias que ello acarrea). Asi que hay que admitir que las fuerzas armadas no eran las únicas que deseaban eliminar a los no-combatientes del sindicato o de las instituciones nacionales: había civiles que lo pedían, que claramente te decían "hay que sacar a los subversivos de las fábricas. En las fábricas también hay subversión aunque no estén con la metralleta". De nuevo: no lo razonaban diciendo "hay una célula sindical de Montoneros en ACINDAR, hay una célula territorial de Montoneros en la villa", solo te explicaban que existía la subversión global

Así que la teoría de los dos demonios enfrentados "bélicamente", independientemente de su falsedad, termina exculpando a aquellos civiles que fomentaban la aniquilación de la subversión en todas sus manifestaciones. Con la teoría de dos demonios, el civil puede exculparse diciendo "no, yo solo pedía que los militares terminen con los crímenes de la guerrilla, que a lo sumo solo maten a los que cometían los crímenes". Ya vimos que algunos pedían aún más que eso. Si no ¿Qué sentido tiene que en La Nación digan que "la subversión acciona en todos los planos de la vida nacional"? ¿Qué busca con eso?

Como ejemplo ilustrativo -si bien no es representativo de la totalidad de las fábricas conflictivas del país ni mucho menos- tenemos el siguiente análisis de un conjunto de entrevistas realizadas a ex-empleados de la fábrica Swift; que en aquella época estaba muy tensionada por la militancia de Montoneros, PRT-ERP y PST.  Se les entrevistó para que contaran un poco su cotidianeidad durante la dictadura, para que relataran si tuvieron miedo a ser detenidos-desaparecidos, si la dictadura les afectó en algún punto sus vidas, etc. Los entrevistados, significativamente, dividieron el rol del trabajador entre aquellos que "no estaban metidos en nada" y por consiguiente nada les sucedió..... y aquellos que "estaban metidos en algo"; siendo vulnerables a la desaparición. De acuerdo a los entrevistados, la dictadura no les afectó sustantivamente sus vidas: habrán tenido en ocasiones algo de miedo, se les pedía el DNI en los colectivos, hubo malentendidos peligrosos; pero en líneas generales como ellos "no estaban metidos en nada", entonces no les pasó nada. Esa es su explicación

Se les preguntó entonces a los entrevistados, qué significado le dotaban al hecho de "estar metidos en algo". Las respuestas fueron:

-Organización y adhesión voluntaria a las medidas de fuerza, o integración de listas gremiales de oposición a la conducción del sindicato 

-Huelgas en la fábrica; evitando que los demás entren a trabajar

-Provocar desmanes y desperdicios en los conflictos gremiales

-Militancia partidaria de izquierda en la fábrica; hacer politiquería dentro del establecimiento

-Ser montonero / militante de organización armada

-Obreros agitadores

-Utilizar cierta violencia en las maquinarias del establecimiento

-Sabotaje a la producción


A partir pag. 61:


Esto da cuenta que hasta el hombre de a pie o el trabajador promedio, en esa época, tildaba a una persona de "estar metida en algo" pero no por copar cuarteles, sino por cosas más lícitas y legítimas como la actividad sindical, o la agitación. A eso también se lo estigmatizaba como "Subversión" y "andar en algo"

Otra joyita la tenemos de parte de Celedonio Pereda, representante de la Sociedad rural argentina, quien dijo el 14 de octubre de 1975:

Debemos asumir plenamente el hecho de que se está librando una guerra decisiva y de que no somos ajenos a ello y esa guerra se libra en muchos frentes, unos visibles, que son regados por la sangre de nuestras heroicas FFAA, otros disimulados y más peligrosos aún, como la infiltración en las industrias, en las escuelas, en las universidades, como así también en la administración pública nacional

extraído del sig. enlace, pag. 592-593:


Fíjense que no dice "hay una guerra contra terroristas asesinos montoneros". No, está metiendo a los "infiltrados en las industrias, escuelas, universidades". Está metiendo a los no-combatientes como sujetos lícitos de encuadrarse en la "guerra". Quien dice esto es un civil, un representante civil de la sociedad. Está pidiendo librar una guerra contra los no-combatientes

Un caso todavía peor lo encontramos en el histórico dirigente radical, Ricardo Balbín. Este tipo es todo un problema, porque a veces decía cosas que irritaban al peronismo ortodoxo de derecha, pero después se mandaba terribles tonterías salidas de sus labios que lo ponían en una situación bastante incómoda de defender. Como la vez que la Triple A le puso una bomba al rector de la UBA, Raúl Laguzzi, año 1974; en un contexto donde las facultades estaban tomadas por los alumnos por conflictos educativos. La bomba no logró matarlo a él pero SI a su pequeño hijo de 4 meses de edad. Balbín expresó lo siguiente sobre el atentado:

Hoy será noticia que al Rector le han puesto una bomba que le mató al hijo e hirió gravemente a su mujer y a él. Nosotros vamos a documentar nuestro reclamo, pero ese Rector, antes de la bomba, no había serenado al ámbito universitario

extraído de: 


Quizás Balbín no quería justificar la bomba, pongamos que no era su intención suavizar nada. Pero ¿Qué tiene que ver los problemas de movilizaciones de las universidades, con la bomba que provocaba muertos? Se mezclaba todo. Como sea, el ejemplo de Balbín también es perfecto para ilustrar que en esa época el proselitismo político, las protestas y copamientos de facultades por los alumnos, y los hechos concretos de sangre eran tomados todo junto como "desorden", "subversión", "guerrilla", "terrorismo" sin separar los tantos. No casualmente es el mismo Balbín que tildó las protestas sindicales como "guerrilla fabril"


Pero tal vez la mejor muestra del pensamiento de los civiles políticos, y de cómo los empresarios alentaban a la intervención militar sobre un tema que no siempre tiene que ver con lo armado, se manifiesta en el siguiente memo estadounidense de diciembre de 1975. Lo transcripto aquí no tiene desperdicio alguno porque revela lo clarísimo que está el tema para los represores y empresariado:


El diputado nacional Antonio Troccoli, quien representa a la provincia de Buenos Aires, dijo a la Embajada, el 24 de noviembre (1975), que el terrorismo fabril es una "desastrosa influencia y que controlaban las principales industrias del Gran Buenos Aires". Senador Eduardo Angeloz, quien representa a la provincia de Córdoba, lamentó ante la Embajada que la mayoría de las fábricas en Córdoba estuviesen controladas por el ERP y Montoneros, y que ahora los gerentes negocian con los comités internos controlados por terroristas en vez de la dirigencia sindical electa

Tanto empresarios americanos como argentinos contactados por el reportero dijeron que los terroristas son los responsables de la vasta mayoría de casos de indisciplina laboral. Durante las visitas a sus plantas, los gerentes americanos de las fábricas de automóviles y neumáticos le informaron al reportero que a través de su sistema de "espías" de administración habían identificado a 120 y 80 empleados terroristas, respectivamente. Dijeron que los estaban manteniendo bajo vigilancia pero que ni ellos ni el sindicato pudieron neutralizarlos (Sin embargo, como en casi todos estos casos, los empleados terroristas fueron identificados solo como "agitadores comunistas". Los gerentes no pudieron ser más específicos y, de hecho, dejaron pocas dudas de que consideraban a todos los "agitadores" laborales como comunistas infiltrados) 

Excepto en unos pocos casos, los líderes laborales contactados por el reportero tendían a estar de acuerdo con los empresarios en que todos los opositores de fábrica eran subversivos comunistas. Ellos, más que cualquier otro grupo, ven la mano de «intereses extranjeros» en los desafíos a su autoridad. La única diferenciación que pudieron hacer cuando se les presionó para precisar, fue que los "Montoneros controlan el Gran Buenos Aires y el ERP controla las áreas interiores". Aunque están profundamente preocupados por el problema, hasta ahora han sido incapaces de encontrar medios efectivos para combatirlo. Su única "solución" sugerida es que las fuerzas policiales y militares repriman cualquier acto «no autorizado» de los trabajadores

Si bien las Fuerzas Armadas aún no están preparadas para hacer cumplir las normas sindicales de disciplina, se están preocupando cada vez más por los aspectos subversivos del problema. Pero, como en todos los demás sectores, el Ejército también tiene dificultades para distinguir entre la subversión real y la militancia obrera más legítima. Por ejemplo, durante una entrevista a principios de noviembre publicada en MERCADO, entonces ampliamente difundida por la prensa, el General de Ejército Carlos Delia observó que la guerrilla industrial era una preocupación especial para las Fuerzas Armadas. Luego de comentar que los infiltrados se estaban armando para combatir al personal directivo, dijo que la subversión la estaba llevando a cabo el "ausentismo, el sabotaje industrial y el control obrero sobre la producción" [...]

Aunque las Fuerzas Armadas han estado al tanto del problema, su participación hasta ahora ha sido muy discreta. Un oficial del ejército bien informado informó al Agregado de Defensa que el ejército, en respuesta a las solicitudes de los gerentes de planta, ha asignado algunos soldados a algunas plantas durante los últimos meses. La primera participación militar muy publicitada en la guerra contra la subversión fabril, ocurrió el 20 de marzo de 1975 cuando, luego de una denuncia del Ministerio del Interior de una «gran operación subversiva» del ERP en el cordón industrial de Villa Constitución, se utilizaron tropas militares para arrestar a líderes sindicales y romper una huelga de trabajadores metalúrgicos. El hecho de que el Ministerio no respaldara sus acusaciones de subversión tendió a desacreditar toda la operación y las Fuerzas Armadas rápidamente dieron por terminada su participación. Sin embargo, las Fuerzas Armadas volvieron a entrar en la refriega el 18 de noviembre cuando el Ejército intervino en un paro en la mina HIPASAM en Sierra Grande. Acusando de que la confrontación obrero-patronal estaba siendo orquestada por un pequeño grupo de subversivos, la Armada rompió la huelga arrestando a más de 300 trabajadores, incluyendo a toda la dirección sindical local

La acción del 18 de noviembre obviamente marca un punto de inflexión en la participación militar en la guerra contra el terrorismo industrial. Durante los últimos días, la prensa informó que las Fuerzas Armadas están manteniendo conversaciones con la gerencia sobre la mejor manera de combatir la subversión en las fábricas.

Además, la prensa del 26 de noviembre informó que el "problema de la guerrilla de fábrica" estaba siendo considerado en una reunión en curso de los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas. Dado que las Fuerzas Armadas ahora están involucradas en una gran campaña contra las organizaciones terroristas en todo el país, se puede esperar que también asignen recursos adicionales para combatir a los terroristas que operan en las fábricas

Mientras que la preocupación pública por el problema de la subversión industrial es fácil de documentar, los actos y actividades demostrables de los terroristas de las fábricas son virtualmente imposibles de encontrar. Sin embargo, ha habido algunos incidentes que proporcionan una idea de sus operaciones. En un nivel, el asesinato, los secuestros y la intimidación del personal administrativo son parte integrante de sus tácticas para ganarse a los trabajadores. Los funcionarios de relaciones laborales y de personal parecen ser los principales objetivos de asesinato cuando la dirección se niega a acceder a las demandas de los trabajadores

En prácticamente todos los incidentes de este tipo de asesinatos en los últimos meses, una u otra de las organizaciones terroristas se atribuyó el mérito de "resolver" los problemas de los trabajadores al "sacar" a los "explotadores" de la empresa. Se puede aceptar, por lo tanto, que los asesinatos son por terroristas y no por los propios trabajadores. Luego de tales asesinatos o secuestros del personal administrativo, la empresa afectada casi invariablemente cumple en su totalidad con los términos de los terroristas, que normalmente consisten en conceder las demandas económicas solicitadas, el pago de los salarios perdidos y la reincorporación de todos los trabajadores despedidos

[...]

Incluso si la gerencia pudiera identificar positivamente a los guerrilleros en su fuerza de trabajo, se encuentra virtualmente incapaz de actuar contra ellos. El 24 de noviembre, el reportero visitó una importante fábrica textil de Buenos Aires, que emplea a 15.000 trabajadores, y los funcionarios de la gerencia le dieron la siguiente información. Fue el único caso en el que se ofrecieron detalles sobre actividades terroristas. Cinco miembros del ERP trabajan en la sección clave de la planta, que produce la materia prima para todo el sistema de la fábrica, pero ellos no ocultaron su afiliación terrorista y, de hecho, informaron a la gerencia que eran miembros del ERP. Según el funcionario que dio la información, la gerencia, los trabajadores y los delegados sindicales están todos atemorizados por ellos. Han amenazado de muerte tanto a la dirección como a los trabajadores si les ocurría algo. En consecuencia, se los deja sin ser molestados. La gerencia no ha notificado ni a la policía ni a los militares de su presencia, ya que están convencidos de que las amenazas se cumplirán si arrestan a estos miembros del ERP. Las actividades de los terroristas normalmente se limitan a la propaganda, pero ocasionalmente llaman por retrasos en el trabajo o paros. Invariablemente, los trabajadores cumplen. En el caso de esta fábrica, por lo tanto, los terroristas no utilizan intimidaciones específicas para obtener fines específicos, sino una intimidación general para obtener la aquiescencia con sus actividades diarias

Otra táctica de guerrilla es el uso de amenazas directas contra los trabajadores. Tanto los líderes laborales como los funcionarios de la gerencia describieron las siguientes tácticas. Primero, los guerrilleros de la fábrica les dicen a los trabajadores que cumplan con el llamado de estos últimos a una ralentización de trabajo, una huelga, etc. Si un trabajador se niega, es acosado en su lugar de trabajo. Si todavía es rebelde, puede esperar recibir llamadas amenazantes, su esposa o sus padres reciben llamadas o cartas advirtiéndoles que lo matarán si no obedece, su hijo o padre puede ser "secuestrado" durante unas horas como evidencia de lo que le puede pasar, su casa puede ser bombardeada y, como advertencia final para los demás, puede ser sacado de su casa, brutalizado, mutilado y luego acribillado a balazos o volado en pedazos. En consecuencia, el mensaje llega al resto de los trabajadores

Sin embargo, es más probable que esas tácticas sean las del ERP en lugar de los Montoneros. Estos últimos, trabajando a través de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), aparentemente están tratando de ganarse a los trabajadores para su propia causa. En consecuencia, se concentran más en la intimidación y el asesinato del personal administrativo que en el acoso de los trabajadores

Además de las tácticas diseñadas para intimidar y/o influenciar a los trabajadores, la guerrilla de fábrica también trata directamente con el sindicato. En algunos casos, han logrado conquistar a los dirigentes sindicales de nivel básico. En otros casos captan una asamblea sindical y ya sea por miedo o por simple agresividad fuerzan sus propuestas. El titular del Sindicato de Trabajadores de la Aduana de Buenos Aires describió el siguiente incidente al relator. Durante la primera quincena de noviembre se constituyó el Sindicato de Trabajadores del Ferrocarril Portuario de Buenos Aires, haciendo campaña por un aumento salarial. En una asamblea general, el sindicato acordó aceptar la propuesta de la gerencia de un aumento de 3.000 pesos. Después de que la propuesta fue aceptada por unanimidad, un grupo de unos diez jóvenes entró a la reunión, tomó la tribuna e insistió en que el sindicato diera un aumento de 5.000 pesos y declarara una huelga inmediata en apoyo de esa demanda. Como estaba claro que eran terroristas, nadie se atrevió a oponerse a ellos

En suma, la guerrilla fabril se ubica ahora, junto con sus primos urbanos y rurales, como una gran amenaza subversiva. El público y las autoridades gubernamentales y militares recién comienzan a apreciar hasta qué punto ha tenido éxito. Todavía no se han preparado planes concertados para contrarrestar la subversión industrial, pero se pueden esperar algunos, principalmente militares, dentro de un plazo cercano. Sin embargo, la batalla a largo plazo contra la subversión terrorista dependerá no sólo de la acción militar, sino también de las medidas del gobierno para mejorar las condiciones subyacentes que dieron lugar al descontento social que sostiene al terrorista. Lamentablemente para la Argentina y los argentinos, parece que las acciones represivas serán la única respuesta que la actual dirección política podrá visualizar. Como resultado, se puede esperar que el terrorismo industrial y la guerrilla de fábrica sean parte de la escena argentina durante bastante tiempo


Una digresión: el ERP no mataba a trabajadores por no querer adherir a una huelga (porque el ERP también quería ganar la "adhesión popular"), ni mucho menos torturó a nadie. Pero ese no es el asunto ahora. Este memo resume con mucha claridad la desesperación de los empresarios por esta "guerrilla de fábrica", que abarca desde cosas graves como asesinatos de los combatientes guerrilleros a patrones, pero también la agitación, el sabotaje, el ausentismo laboral, los reclamos sindicales forzados (ejemplo del aumento a 5.000 pesos), las huelgas forzadas, y una indisciplina laboral generalizada. Todo ello de la mano de militantes trabajadores de Montoneros y ERP incentivando o forzando a sus colegas. Los empresarios reconocen que están espiando a sus trabajadores para encontrarle lazos con el "terrorismo", aunque los clasifican en una imprecisa etiqueta de "agitador comunista". Para el empresariado, la única solución  posible es que los militares intervengan y repriman cualquier acto no autorizado de los trabajadores. Sorprende que políticos como Antonio Troccoli hablen de esta subversión de fábrica... cuando casi 10 después de este memo, Troccoli contribuirá desde la emisión televisiva del "Nunca Más" a cimentar una teoría de los dos demonios totalmente desconectada de los problemas sindicales, de la indisciplina laboral

Naturalmente, los represores no se encargaron de eliminar únicamente a los pelotones de combate, que eran los que podían cumplir con las amenazas guerrilleras. También eliminaron a "todo lo demás": células sindicales, estudiantiles, territoriales, etc. (incluyendo militantes del PST, que no tenían brazo armado para cumplir amenaza alguna)


Otros casos están bastante borderline en su honestidad, como es el diario "Tribuna Democrática" de Tucumán, quien con motivo de la muerte de Argentino del Valle Larrabure (aparecido falsamente como torturado y asesinado por el ERP), le rinden homenaje y sueltan declaraciones como las siguientes:

Larrabure era tucumano. Había nacido en estos horizontes en donde tantas veces se empapó la tierra con la sangre de los héroes de nuestra emancipación. Impregnado de tan abnegada y viril tradición de patria, ingresó en las FF. AA. Su destino era morir en aras de los mismos valores inherentes a nuestra nacionalidad por la que lucharon San Martín, Belgrano y tantos miles y miles de anónimos nativos. Porque hoy, como entonces, el país está en guerra. Una guerra siniestra. Torva. Una guerra desatada por una banda de alienados al servicio del caos y la disolución

[..]

Los hombres de la guerrilla no actúan a instancias de ideologías, sino de patológicos instintos de muerte y destrucción

Ocurre con frecuencia en las grandes ciudades de los EE. UU. que un hombre hasta ese momento normal, enloquece de pronto, toma un fusil, sube a una torre o a un edificio de varios pisos y comienza a ametrallar a cuanto peatón cruza por la mira de su arma. Mata a dos, tres, seis, diez o más personas, hasta que la policía consigue matarlo. Hasta ahora no se ha podido comprobar que esta demencia pueda ser psiquiátricamente curada y prevenida. Tampoco el extremismo [guerrillero] tiene otra terapia que el exterminio físico de los afectados, porque en el caso de que existiera algo así como un electroshock que permitiese normalizar estos cerebros extraviados, tampoco tendría sentido pagar por cada criminal alienado del ERP el precio de nuestros mejores hijos

extraído de este link, pag. 237-238:


No queda muy claro si se refiere a aquellos militantes del ERP que todavía no ejecutaron ninguna acción de combate (en cuyo caso está pidiendo el extermino de los no-combatientes), o si se refiere a aquellos combatientes que mataron. Sea como sea, la opinión de este diario del año 1975 es clarito: exterminar físicamente a todos los del ERP antes que éstos se cobren la muerte de "nuestros mejores hijos" (pero nunca se analiza seriamente cuál es el verdadero peligro de fuego de esta organización para dar robustez al argumento de una guerra siniestra). Este es otro ejemplo de cómo la civilidad estaba en complicidad con el discurso castrense, incluyendo esa percepción ultra de los guerrilleros como patológicos enfermos mentales, y pidiendo su exterminio total


Así, durante los años 70 fundamentalmente, no va a convivir 1 interpretación sino 2 interpretaciones de lo que estaba sucediendo: la interpretación "globalista" de desorden total en todos los ámbitos (educativo, económico, sindical, institucional, etc.) y una interpretación estrictamente terrorista o dos-demonista en fase "demo" de comandos armados enfrentados entre sí. Ya a finales de los 70 la interpretación "globalista", bastante cara para la represión y la civilidad que clamaba una limpieza de infiltrados estudiantiles y sindicales, va a ser barrida de la alfombra y quedará únicamente la tesis dos-demonista imperando, ahora incorporando al actor militar como "demonio"

Al igual que ocurre con cualquier sentido de época, cada persona o sector de la sociedad lo toma para su conveniencia. Entonces, algunos sectores más progresistas también adhirieron a la teoría de los dos demonios en los 70, pero con un objetivo noble de re-legitimarse como víctimas de la represión. Tenían el objetivo de presentarse como legítimos reclamantes de la violencia estatal. Ejemplo de ello es el PST, una organización no armada que en los años 70 se golpeaba el pecho diciendo que repudiaba ambas violencias: la de la guerrilla de izquierda, y la de los comandos derechistas. Esto tenía la misión de presentarse frente al gobierno de Isabel como víctimas legítimas de la represión para-policial que los acechaba. "Si nosotros no estamos con la violencia de ambos lados, si nosotros repudiamos las acciones armadas de Montoneros y ERP ¿Por qué somos reprimidos por la Triple A y la policía? ¿Por qué el gobierno permite esto?" Ese era más o menos el razonamiento que se pretendía imponer al gobierno isabelista

Es ilustrativo de este ánimo de "incomprensión" y repudio a la violencia en general, una carta de lector a la revista GENTE, de enero de 1976. Es una chica docente y escribió a la revista:

No acepto que se mate impunemente a un soldado, a un militar, a un policía, simplemente porque lleva uniforme; y tampoco acepto el asesinato de un estudiante ¿Por qué? Simplemente porque es estudiante. Soy, o mejor dicho era, la novia de un estudiante (uno de los tantos estudiantes) que encontraron asesinado hace casi 6 meses. También yo, su familia, esos padres, esos hermanos, están sumidos en el dolor, en la impotencia. Todo intento de investigación ha sido en vano ¿Por qué no investigan la muerte de tantos estudiantes? Él era poeta. Predicaba el amor ¿Por eso lo mataron?

pag. 80:



Incluso si insistimos en la teoría de la "provocación" o del "reflejo", esto es que la guerrilla de izquierda le rompió mucho los huevos al Estado y entonces los del Estado salieron como autómatas irresponsables a combatir despiadadamente a los guerrilleros; pues incluso así tampoco es muy coherente si revisamos los datos. Obsérvese el siguiente cuadro:




Para el año 1974, el Estado mataba más personas que la guerrilla izquierdista. Y para 1975, el Estado y los comandos derechistas superaron a la guerrilla de izquierda por más del doble de muertes. Asi que es inentendible la teoría de la "provocación guerrillera izquierdista" para explicar la reacción desmedida del triunvirato de Videla/Massera/Agosti. Más bien son los izquierdistas quienes tendrían que haberse hinchado los huevos de cómo la derecha política les superaba desde 1974 en cantidad de muertos 

(es verdad que la CONADEP suma al extremismo de derecha pre-1976 en su relación causal de la provocación al golpe de Estado.... pero ya hemos dicho que la dictadura NO reprimió a la derecha, por lo que debemos excluir al extremismo de derecha en la ecuación causal. Incluso si la sumamos, continúa siendo insuficiente para justificar la represión)


Una síntesis del sentido común dos-demonista también se presenta en el libro "Testamento de los años 70" escrito por Héctor Leis, un ex-montonero crítico de la organización. En su libro, escribe, pag. 14 del sig. PDF:


La legitimidad de la lucha armada se agotó el 25 de mayo de 1973, en el momento en el que todos los presos políticos fueron liberados, después de que el general Lanusse le hubiera entregado el mando presidencial a Cámpora, un presidente civil elegido en elecciones limpias, aceptadas por todos los partidos después de casi veinte años de proscripciones 

A partir de ahí la ilegitimidad de los grupos guerrilleros fue total. Fueron ellos los primeros a llevar el terror a la nueva democracia, un terror que fue respondido enseguida y de la misma forma por la Triple A, apoyada por el gobierno. Estos terrores generaron el estado de anarquía que justificaría el golpe militar de 1976, una intervención que fue deseada por los Montoneros y otras organizaciones, imaginando que la salida del gobierno constitucional traería al campo revolucionario un mayor número de fuerzas. La dictadura militar instalada en 1976 decidió avanzar con ímpetu asesino contra aquellos que habían asumido la lucha revolucionaria, pero la legitimidad acumulada por la guerrilla en la lucha contra la dictadura militar anterior, había desaparecido por completo debido a su lucha contra el régimen democrático constituido en 1973 

Por lo tanto, la lucha guerrillera contra la nueva dictadura militar no fue solamente suicida, sino también ilegítima. Y a pesar de haber sido demoníaca e ilegal, a pesar de haber llegado a extremos a los cuales la guerrilla nunca llegaría, la lucha de la dictadura contra la subversión fue legítima. Este juicio no es una mera opinión: por detrás está la tradición política y democrática occidental. La Argentina de esos años no tuvo combatientes, ni héroes. La lucha convirtió a todos en víctimas y victimarios recíprocos. Hubo más víctimas en un lado que en otro, pocos inocentes y muchos culpables. Sin embargo, hubo sentencias solamente para los de un lado

Estos párrafos tienen puntos muy concretos de cierta mirada progresista crítica de la guerrilla, que son:

-La lucha armada solo tenía legitimidad por la proscripción del peronismo, durante la dictadura de 1966-1973. Después de la finalización de dicho régimen, la lucha armada carecía de sentido

-La guerrilla atentó contra la democracia constituida de 1973, tornando ilegítima la lucha armada

-La guerrilla fue la primera que provocó el caos (aparentemente con el asesinato de Rucci), que luego fue respondida por la Triple A. Y entre ambos provocaron a las fuerzas de Videla para intervenir y reprimir

-La represión de Videla fue ilegal pero legítima, en tanto la pantera rosa solo quería combatir a los guerrilleros antidemocráticos

-Todos son culpables de la violencia en definitiva, en vez de "una sola parte". Todos son victimarios y víctimas recíprocas 


Parece muy "razonable", muy "certero"  lo que escribe Leis a muy simple vistazo. Pero de nuevo, señalemos el mismo problema de siempre: la vaguedad, la ambigüedad narrativa. Ese cáncer del apologismo y que también penetra en la escritura de Leis, es esa excesiva vaguedad de explicar la historia. En los párrafos aludidos, no se sabe si Leis considera que cada desaparecido es "culpable" (y culpable de qué?), ya que según él solo hubo "pocos inocentes" y "muchos culpables" (de los 8 mil desaparecidos y muertos que computan los apologistas ¿Cuántos de ellos entran en el sector de los "pocos inocentes"? ¿Leis abarca a las víctimas de la guerrilla en el juego de la inocencia-culpabilidad?). Tampoco queda claro si Leis considera realmente a la Triple A como la respuesta hacia una acción concreta de la guerrilla, en cuyo caso deberíamos preguntarnos por qué la primera víctima conocida de la AAA fue un tipo como Solari Yrigoyen, o por qué hubo muertos provocados por la ultra-derecha incluso antes del asesinato de Rucci o el copamiento de Sanidad por el ERP. Pero además Leis tampoco precisa si realmente el golpe de Estado fue hecho para combatir a la guerrilla, en cuyo caso deberíamos preguntarnos por qué las fuerzas armadas actualmente no dan golpe de Estado a cada rato para detener flagelos más graves (como el narcotráfico, la delincuencia común) que provocan un saldo más numeroso de muertos

Y desde ya, si la lucha armada de la guerrilla provocó la represión para aplacarla, por qué entonces la matanza se dirigió a muchos no-combatientes, aún cuando los represores estaban enterados de la escasa cifra de combatientes ANTES del golpe. Pero para ello Leis debería detallar numéricamente su concepto de "muchos culpables" y "pocos inocentes"

Repetimos también que la represión NO descargó su furia contra la Triple A y la CNU, que eran las organizaciones que más caotizaban a la sociedad en aquellos tiempos. Refresquemos la memoria una vez más: si la guerrilla para el tramo 1973-marzo 1976 había matado a unas 330 personas aprox, la derecha política había matado en ese mismo trayecto a unas 800 personas (incluyendo actos perpetrados por militares). Es decir, que a los militares no les importaba en términos numéricos esas 800 personas. Desde el momento que dieron el golpe de Estado, a los militares les importaría como mucho la muerte de 330 personas ¿Unas 330 personas en 3 años es causa verosímil de una represión que se cobró tantos desaparecidos, sobrevivientes de los CCD y prisioneros del PEN? Ni puta lógica tiene eso. Aún si sumamos los 800 muertos adicionales, ni aún así parece comprensible la enorme desproporción represiva. Eso pasa cuando Héctor Leis da opiniones puramente subjetivas e intuitivas sin amparo documental ni estadístico

(me hace gracia que Héctor Leis diga más o menos lo mismo en la película "El Diálogo" que la protagoniza junto con Graciela Meijide. Con la lógica de Leis, deberíamos entender que el asesinato del hijo de Meijide fue "ilegal pero legítimo"???? ¿Era legítimo perseguir al hijo de Meijide aunque no fuese combatiente ni un peligro para la nación? Otro de los sinsentidos del guion de esta película.. ¿ah, que no es guionado?)

Se trata siempre de narrar una historia sin las debidas precisiones, nunca separando la Secretaría Política de la Secretaría Militar en los militantes, ni cuantificando nada. Es como si los apologistas compitieran por ver quién narra la historia más imprecisa semánticamente: sea Héctor Leis, sea Ceferino Reato, sea Gustavo Noriega, sea Lopérfido.... todos cortados por la misma tijera en cuanto a su mediocridad para narrar este tema con sus matices apropiados. Significativamente, libros como el de Leis tratan a la organización Montoneros como prácticamente armada, sin mencionar nunca su parte política (más numerosa). Nunca hablan de ello, a lo sumo el libro de Leis la menciona elípticamente como "persona vinculada a la guerrilla" así con esa abstracción. Para un lector desprevenido que lee el panfleto de Leis, daríase a entender que ser montonero era ser parte de una banda armada, nada más ni nada menos

Entonces, al final ¿En qué se diferencia los libros como el de Leis, de los libros de Nicolás Márquez? Tal vez la escritura de Nicolás Márquez sea más diáfana.... en el mal sentido: un lenguaje crudo. Es más directo para decir lo que piensa. Pero nada más. Estos libros como el de Héctor Leis repiten la misma cantinela de "guerra antiterrorista" que Márquez, de insinuar que los desaparecidos de algún modo se la buscaron o fueron un blanco lícito de persecución, en fin todo el mismo verso de siempre sin fuentes ni precisiones lingüísticas ni mierdas

Quizás la única forma de sincerarse de estos tipos es decir: "nosotros creemos que el militante no-combatiente también provocó a la represión. Aunque no fuese combatiente, por el solo hecho de simpatizar con Montoneros ya provocaba la represión". Pero los más políticamente correctos como Héctor Leis, Pablo Avelluto, Gustavo Noriega, Ceferino Reato no van a decir eso... porque eso ya sería demasiado extremista y les obligaría a asumir que los represores asesinaron a miles de personas de nula peligrosidad; justo lo que ellos no quieren. A ellos les duele sobremanera aceptar que la represión descargó su furia contra "inocentes". Ellos odian que el desaparecido quede como "inocente", porque sería una forma de asumir que la guerrilla no explica la represión y no le podrían echar la culpa a la izquierda de la masacre. Bueno, lo lamento, las fuentes NO le dan la razón a estos derechistas


Ejemplo de un video explicativo del 24 de marzo, donde no cuantifican cifras de combatientes de la guerrilla, no cuantifican cifras de muertos provocados por la guerrilla y la derecha política, nada de nada. La ausencia de cuantificación y otros soportes documentales da a entender en el video, que los militares reprimieron en un contexto de "guerra civil" (término no precisado en el video sobre sus alcances y metas)


Pero sigamos leyendo otras porciones del espantoso libro de Héctor Leis. Dice en la página 13 del PDF antes subido:

La “humanidad”, como categoría empírica, social, religiosa o política, no existe. Un europeo y un indio de la Amazonia tienen, en cualquier nivel, más diferencias que similitudes. La humanidad es sólo una convención moral que, en todo caso, podría identificar a aquellos grupos pasivos e impotentes frente a la violencia, pero nunca a los que participan activamente en los conflictos armados, como pasó en el caso argentino, donde hubo, sí, víctimas inocentes y ajenas al conflicto, pero que no fueron el objetivo principal del terror, ni de un lado ni del otro. Los museos “de la memoria” construidos durante el gobierno de los Kirchner registran solamente a las víctimas de un lado, pero no del otro, ocultando el hecho de la beligerancia compartida. Y para intentar una mejor construcción del supuesto crimen contra la humanidad de los militares, sus víctimas son transformadas en inocentes sin ningún tipo de identificación o vínculo con las organizaciones guerrilleras

Aquí Leis en un exceso de delirio opinionista, da a entender que los muertos por los militares y también los muertos por los guerrilleros no eran "inocentes". Por supuesto, sin definir el autor qué entiende él por "inocencia" y sin darnos una putísima fuente de nada: ni fuente de la cifra de combatientes ni mierda. Pura opinión que se le sale de los huevos a Leis. También parece adherir a la vieja tesis de la guerra o de "conflicto armado"

Pero por si no quedara evidente dónde está la suavización del accionar militar, sigue Leis:

Preguntémonos también cuál es el peor terrorismo desde el punto de vista conceptual e histórico ¿Es peor aquel realizado en nombre del asalto al poder o en nombre de la defensa del Estado? No hay ninguna legitimidad en el terrorismo al servicio del asalto al poder en un contexto democrático, como ocurrió en el período de 1973 a 1976, durante el cual las organizaciones guerrilleras continuaron comportándose casi de la misma manera que antes con la dictadura

Aquí Leis es explícito en sus intenciones causales: para el autor, los militares tal vez fueron brutos o "terroristas", pero ellos quisieron defender la integridad del Estado. La guerrilla aquí aparece como la agresora y los militares como los defensores del Estado (con métodos poco ortodoxos). Tampoco el autor tiene fuentes de nada: torturar y matar a miles de personas que los represores sabían perfectamente que no eran combatientes, no entra en mi lógica de "defender el Estado" ¿Acaso para Leis entra en su lógica? Si los militares querían defender el Estado de un problema ideológico (las células de la Secretaría Política subversiva), entonces Leis se vería obligado a defender también todos los golpes de Estado de Argentina y del mundo, que siempre se justifican en preservar el Estado de alguna amenaza (en este caso, amenaza ideológica) incluso sin existencia de guerrillas tan intensas como ocurrió con los golpes pre-1966

Me reservo otros comentarios del terrible libro de Héctor Leis. Esto pasa cuando publican panfletos mediocres sin ningún control editorial: eso porque ningún editorialista sensato le dijo "che, Leis, esto que escribiste es una ridiculez". El libro "Testamento de los años 70" de Héctor Leis es un excelente muestrario de banalidades, inexactitudes, especulaciones conspirativas, generalizaciones, carencia total de fuentes, discusiones desactualizadas, anécdotas incomprobables, y puro opinionismo que se superpone a los más básicos datos documentales o estadísticos


Otro video realmente muy interesante para comprender la teoría de los dos demonios, incluso propuesta desde una mirada progresista:


En el video, escuchamos tanto las autocríticas de las fuerzas Aérea y Naval, como los comentarios de Nelson Castro. Todas ellas hacen hincapié en que el Estado combatió a la guerrilla (al terrorismo, a la subversión, como se lo quiera apellidar) y utilizó métodos abyectos que ahora ellos reprueban y prometen no utilizar jamás. Nelson Castro a su vez aporta su proyección progresista que, sin negar la tesis anterior, se apresura a señalar que éticamente no es lo mismo el Estado (garante de la ley) que unos delincuentes. No dice Nelson Castro si piensa que la mayoría de los desaparecidos era inocente, terrorista, culpables, nada (aunque insinúa que el gobierno militar "censuraba ideas" a la gente)

Todos estos detalles son sutiles pero conforman una narrativa confusa y en última instancia favorable a los represores, al ponerlos como salvadores que usaron malos métodos. No es que estos comunicadores se propongan favorecer a los militares, pero lo terminan haciendo sin querer. Los atentados de la guerrilla no fueron la causa del golpe de Estado. Para marzo de 1976, la guerrilla de izquierda no había llegado a cometer 400 muertos en sus 6 años anteriores; cifra que hoy en día es totalmente superada por la delincuencia común anualmente y nadie pide un golpe de Estado ni centros clandestinos (al menos no el espectro político y los medios de comunicación tradicionales)

Obviamente que Nelson Castro diga esas cosas no es grave. Lo grave es que las Fuerzas Armadas (Ejército; Marina; Aérea) se vean a sí mismas de ese modo: como salvadores que cumplieron su "deber patriótico" usando malos métodos. Lamentablemente no fueron salvadores de nada, fueron fanáticos de una ideología francesa contrarrevolucionaria y decidida a eliminar desde el inicio a los que no representaban ninguna amenaza bélica

La película "Argentina 1985", pese a su estreno en 2022, tampoco se sacude este dos-demonismo favorable a los militares. En un momento de la cinta al actor Peter Lanzani lo increpan por "defender guerrilleros", a lo que él replica que merecían un juicio. Es correcta esa respuesta sin dudas, pero pareciera dar la errada sensación que todos los desaparecidos fuesen "delincuentes graves" (comunes o políticos, no importa ahora) y lo único malo de los militares fue no juzgarlos bien. Visión que no perjudica sino que favorece la prédica apologética de la dictadura, emparentándola con las autocríticas mediocres de las fuerzas armadas de los años 90 que hemos visto (paradójicamente podemos decir aquí que el film emula el clima de época en contra de las intenciones progresistas del guión)

Otro problema de imprecisión en el lenguaje de esta teoría de los dos demonios, es que al considerar que las acciones armadas provocadas por la guerrilla fueron el caos que desencadenó el golpe, se razona por analogía que las motivaciones éticas, morales o espirituales de los guerrilleros fueron el de provocar el caos. Lo que es falso, porque los ataques de la guerrilla no respondieron todas a las mismas motivaciones para colocarlas en pie de igualdad: si el asesinato de Moir Roig por ejemplo, pudo ser un ataque para generar "caos" (si lo analizamos como un asesinato carente de motivación práctica), el asesinato contra Alberto Villar no puede ser calificado como un ataque para generar caos, sino que debe encuadrarse en la justicia por mano propia o la retaliación que la guerrilla hacía contra la represión policial. Críticas como las de Héctor Leis también fallan en diferenciar esto


Los apologistas hacen el esfuerzo de mantener encendida la cuestión "militarista" de los dos demonios (la delincuencia guerrillera como motor), y de todos ellos Ceferino Reato es quien la pudo instalar con las ventas de sus libros, aunque su teoría posee un nivel de sofisticación y elegancia que ralla en la sutileza. En sus libros o artículos de prensa Reato intenta dejar en el aire la idea que, después de todo, la guerrilla izquierdista aportó su granito de arena para que el golpe de Estado y la represión ilegal se lleven a cabo. Granito en sentido superficial, pues Reato manipula para volverlo más grande

Reato tampoco es muy preciso para aclarar si la mayoría de los desaparecidos eran o no "terroristas". Tal vez en algún sitio se le escape que los militantes, muchos de ellos desaparecidos, no eran "demócratas"; pero incluso si eso fuese cierto (algo que Reato no demuestra sustantivamente ¿El que pujaba por los derechos laborales no era demócrata? ¿Quejarse de la represión de la Triple A o todavía combatir militarmente contra ella es un acto antidemocrático??), incluso aceptando lo que dice Reato ello no nos dice nada del militante como peligrosidad, solo nos mostraría una personalidad

En sus libros, Reato también atisba a decir que el concepto de "subversión" para los militares era discrecional y se extendía a personas que no eran guerrilleras necesariamente. Pero son oraciones cortas, afirmaciones muy puntuales que se pierden en el magma narrativo confuso de este periodista, donde nunca queda claro cuántos guerrilleros hubo y cuál fue el peligro real, cuantificable de la amenaza guerrillera para las fuerzas armadas

En su intento teórico, Reato esgrime algunos argumentos considerablemente sutiles:

-El ataque de Montoneros al regimiento de Formosa, en octubre de 1975, provocó que los militares se decidieran dar el golpe de Estado

-La guerrilla se puso contenta por el golpe de Estado, jugaban al golpe de Estado, estaban con su lema de "cuanto peor, mejor". Pensando que las masas vivamente estarían contra el gobierno militar cuando éstos defendieran los intereses de las clases más acaudaladas

-Montoneros con su bomba a la Superintendencia, liquidó la posibilidad de una represión legal al mando de Arturo Corbetta, un jefe de policía "legalista"


Con todo, son elementos débiles para repartir culpas entre guerrilleros y militares sobre los acontecimientos del golpe de Estado y posterior

El problema principal es que a Ceferino Reato no le dan los números. Me dirás tú cómo puede un grupo de 2.000 guerrilleros máximo resultar la justificación válida para la militarización de la sociedad. Si vamos a la "Operación Primicia", el mismo Reato en su libro cifra la cantidad de montoneros que atacaron el cuartel en aproximadamente 70 ¿Cómo es posible que el ataque de un grupo que no llega a las 100 personas, sea el desencadenante del golpe de Estado?. Si revisamos la declaración de Videla el 31 de enero de 1976 que reprodujo el diario Clarín: 
"El ataque al arsenal 601 [por parte del ERP en diciembre de 1975] y el consiguiente rechazo del intento demuestra la impotencia absoluta de las organizaciones terroristas respecto a su presunto poder militar, a lo que se agrega su nula captación de voluntades populares. La derrota del oponente reveló graves falencias organizativas y operativas, que muestran escasa capacidad combativa, y sí gran peligrosidad en la delincuencia mayor, es decir el secuestro, el asesinato, el robo, el atentado, la destrucción de la propiedad. El episodio de Monte Chingólo indica la incapacidad de los grupos subversivos para trascender al plano militar. Su actividad se relega al ejercicio del terror, obvia evidencia de su debilidad"

 



No parece que la interpretación de Reato sea la más ajustada al sentir de los militares sobre el pretendido peligro de la guerrilla. Una insurgencia cuyo acto más grave es la muerte de 700 personas en 10 años: a promedio de 1 muerto cada 5 días. Incluso si tomamos la cuota de 1 muerto por día, esa gravedad está lejos de constituir un asunto de competencia militar. Creer lo contrario significa que los militares tenían una hiper-sensibilidad tan pero tan grande que no aguantaban un simple asesinato para pasar directamente a la cabeza; pero es evidente que hasta Videla ha entendido implícitamente el 31 de enero de 1976 la diferencia entre una situación policial y una situación militar. Incluso en la actualidad las fuerzas armadas lo entienden perfectamente: hay asesinatos todos los días, incluso niños mueren por la delincuencia común, y no por eso los militares van a intervenir con un golpe estatal o pidiendo leyes donde ellos participen en la represión interna

La tontería de la hiper-sensibilidad no debe servir para exculpar a la guerrilla de su mezquindad: los guerrilleros cometieron atentados contra varios personajes a sabiendas que eso iba a ser el pretexto genial de los represores para matar y perseguir. El problema no es criticar a la guerrilla por esa mezquindad, sino que el apologismo quiere utilizar la hiper-sensibilidad de las fuerzas armadas como un argumento de peso para echarle la culpa a los guerrilleros de la represión desatada


Tampoco puede hablarse seriamente de una ofensiva antinacionalista de la guerrilla, ya que no pudo demostrarse los nexos de subordinación entre la insurgencia y otros países como la URSS o Cuba; además que una parte de la tarea de la guerrilla es el activismo popular que netamente beneficia al consumidor "local"; incluso algunos delitos que cometía la guerrilla como los robos de víveres se repartían a las villas "locales". Asi que difícilmente los militares pudiesen argumentar coherentemente que estaban frente a un peligro urgente y/o extranjerizante para ponerse a la cabeza

Si realmente la Operación Primicia de Montoneros sirvió como catalizador de algo, fue puramente accidental para los militares, un mero pretexto.... y ni siquiera queda muy en claro si la guerrilla fue utilizada finalmente como pretexto para la represión de esos días: tanto la declaración del 31/01/76 como en los discursos de Videla de los primeros meses de su gobierno, no aparece la violencia o la guerrilla como factor preponderante ni secundario. Véase como ejemplo esta cadena nacional del 24 de mayo de 1976, dos meses después del golpe; en donde la violencia es un aspecto poco menos que secundario y atina a decir que la Subversión es "subversión de los valores esenciales del ser nacional" en el minuto 43:51; mientras en el minuto 59:33 explica el deterioro gubernamental de Isabel Perón en donde lo más destacado de esa crisis es la "infiltración izquierdizante" en los sindicatos y la parálisis económica


Ramón Camps en el año 1981, comentó a la prensa de modo más o menos explícito cuándo se produjo la planificación del "pasaje a la ofensiva", que tendría plena vigencia el 24 de marzo de 1976. Según las palabras de Camps, esto ocurrió en septiembre de 1975, antes del ataque de Montoneros a Formosa (pag. 64 del siguiente enlace tenemos el fragmento de prensa de Camps): 


Monseñor Laguna le refirió a Emilio Mignone sobre esa reunión de septiembre del 75, en la que solo 3 jefes militares se opusieron al sistema clandestino de represión que iba a adoptarse: 


La declaración de Videla en enero de 1976 despreciando la capacidad combativa de la guerrilla, echa por tierra la suave tesis de Ceferino Reato de concederle una importancia desmesurada al ataque de Montoneros a Formosa como punto de inflexión (o sin retorno). El pasaje a la ofensiva de septiembre de 1975 todavía no podía afianzarse en la totalidad del país si no había un golpe de Estado; en cambio en la Tucumán militarizada SI se realizó la ofensiva y a partir de ese mes el ejército decide entrar al monte a destruir los restos de la guerrilla (además de continuar con el funcionamiento a todo vapor de los centros clandestinos de esa provincia)

He aquí otra punta de la ingenuidad de Ceferino Reato: los militares ya estaban torturando masivamente y matando durante el Operativo Independencia en Tucumán, y esto ANTES del ataque de Montoneros en Formosa. Resulta un poquitín irrisorio creernos que los militares se asustaron con lo sucedido con los Montoneros y "justo ahí" se les prendió el foquito en su cabecita, que les dictaminó que debían ejecutar una sangrienta represión nacional. Si ya en Tucumán estaban torturando y desapareciendo, es porque los militares ya estaban imbuidos en la doctrina de la "guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria". Y dudo mucho que los represores se hayan conformado conque la subversión estaba anquilosada únicamente en Tucumán. Tarde o temprano también tenían que hacerse cargo de la subversión a nivel nacional como lo estaban haciendo en Tucumán de modo "no convencional" y alejado del esquema constitucional; de acuerdo a la doctrina de la guerra revolucionaria que plantea una guerra "integral", "cultural" y no focalizada. El ataque de Montoneros en Formosa pudo darles el argumento para pedir los decretos de aniquilamiento al gobierno constitucional, incluso para convencer a los militares más simpatizantes de Montoneros a luchar contra ellos; pero eso no debe llevarnos al error de considerar que el ataque de Montoneros fue realmente tan impactante para los militares en sentido de potencia bélica, como para actuar en consecuencia. Reato intenta vendernos un cuento difuso donde parece ser que lo conmovedor fue la potencia armada de la guerrilla, o como mínimo su espectacularidad en el copamiento

Al respecto, Ceferino ha reiterado que no defiende la teoría de los dos demonios. Pero uno tiene que preguntarse qué entiende este tipo por "teoría de 2 demonios". Si la concibe como aquella que iguala éticamente lo que hace un Estado y un particular, entonces claramente no la defiende. Reato se ha encargado de dejar en claro que el Estado es un garante teórico de la ley y de la protección de los seres humanos, a diferencia de un particular


Incluso otros apologistas extremos como Nicolás Márquez, en algún ablandamiento de corazón, pueden llegar a decir cosas parecidas. En este punto Reato no se distingue de un discurso genérico apologético

Pero si por "teoría de los 2 demonios" entendemos que la guerrilla tenía una capacidad de fuego para, por lo menos, "humillar" o "impactar" a las fuerzas armadas y policiales (al punto que los militares reorganicen sus políticas represivas), en ese sentido Reato no solo apoya esa teoría sino que la promueve con la heurística de sus libros. Así, la "Operación Primicia" de Montoneros no es vista por el periodista como un ataque guerrillero bélicamente insignificante para el estándar militar (y a partir de ese enfoque narrar el crescendo represivo), sino que presenta ese ataque como el "Sarajevo" de la Argentina, el hecho espectacular que desencadenó otros sucesos por su mero impacto. Como Reato nunca especifica acabadamente cuánto poder de fuego tenía el "Ejército Montonero", su enfoque da a entender que esa guerrilla, si en última instancia no era tan rematadamente poderosa, tenía igualmente el suficiente peso para mover el tablero político a los militares. Claro que eso sería mucho más creíble si verdaderamente la guerrilla fuese poderosa para obligar a una reacción; de lo contrario los militares no se mueven por culpa de Montoneros ni obligados por Montoneros


El mediocre de Gustavo Noriega también cae en este muñequito de paja:

Una de las dificultades del debate público en los últimos tiempos fue que cada vez que se cuestionaba el accionar de la guerrilla se frenaba esa línea argumentativa diciendo que era funcional a la teoría de los dos demonios. Quien ejercía algún tipo de crítica a los grupos revolucionarios los ponía a la par de la dictadura y minimizaba el terrorismo de Estado. Quien ese pecado cometía en realidad no quería analizar la conducta de las organizaciones revolucionarias sino simplemente exonerar a las fuerzas armadas. Con esa simple acusación se ha conseguido paralizar cualquier discusión que ponga sobre la mesa acciones de la guerrilla en algún plano de igualdad con la acción represiva de la dictadura. El resultado ha sido una parálisis total y la imposibilidad práctica de discutir libremente cuál fue el aporte de los movimientos revolucionarios a la violencia de la década del 70 y de qué manera fue copartícipe de la situación que provocó el golpe de Estado de 1976. Desde ya que evaluar la acción violenta revolucionaria en el contexto de la época no implica de ninguna manera suavizar, condonar, disimular o igualarla a los horrores de la represión ilegal


Aquí Noriega cree que no está cayendo en la teoría de los dos demonios simplemente porque no equipara éticamente la guerrilla con el Estado o "no minimiza el Terrorismo de Estado"..... pero acto seguido, Noriega da a entender que la guerrilla fue "copartícipe" de una situación que provocó el golpe de 1976. Y toda esa afirmación sin fuentes concretas en la narrativa que él sostiene en sus libros y artículos del caso. Eso es dos-demonismo. Por lo que Noriega parece negar ser un dos-demonista pero él mismo se contradice después con sus propias palabras

Volviendo con Reato, repito: ¿Cómo un copamiento cometido por un grupito que el mismo Ceferino Reato dice que apenas llegaban a las 70 personas, va a ser un argumento bélicamente real para que las fuerzas armadas dieran un golpe de Estado y desencadenara la represión? Pero Reato en su libro "Operación Primicia", en la página 220, dice que los militares usaron el aparato estatal para combatir a la guerrilla violando todos los derechos humanos; por lo que su hermenéutica es bastante clara: los militares fueron torturadores y asesinos pero combatieron a la guerrilla; y todo lo ocurrido debe entenderse en esa clave (incluso la muerte o tortura de algunos inocentes). En Reato no existe la noción que los desaparecidos eran no-combatientes en su mayoría, y que las cosas deben verse desde esa clave y no la de "fueron a combatir a la guerrilla" (con métodos aberrantes o no). Realmente Ceferino Reato nunca explica si los desaparecidos eran combatientes en su mayor cantidad o no lo eran (y si el periodista considera por casualidad que la mayoría no eran combatientes, entonces ¿Por qué decir que los militares combatieron la guerrilla?)


También en la página 256 dice que el ataque de Montoneros a Formosa convenció a Videla que el peligro guerrillero había trascendido las fronteras de Tucumán (con el Op. Independencia) y no podía ser afrontado por una presidente débil como lo era Isabel Perón. Esta frase, sabiendo finalmente en qué consistió la "lucha antisubversiva", tendría sentido si se lo acompañara con una cifra amenazante de guerrilleros a nivel nacional que le de sentido. Pero como siempre, son oraciones del periodista imprecisas en su valoración. Cada lector le dará la valoración que desee

En la pag. 263 Ceferino Reato por fin se anima a tirar algunas estimaciones de la cifra de Montoneros.... que también son ambiguas, ya que no habla de combatientes específicamente sino de militantes en total, o de "oficiales" o aspirantes a oficiales. Independientemente de estas estimaciones en las que el escritor sitúa a Montoneros con 5 mil a 10 mil militantes, Reato ignora que las fuerzas armadas, las que supuestamente el periodista tilda de estar "impresionadas" por el ataque al cuartel y de cómo la subversión "salió de las fronteras de Tucumán", estimaban a su poderosísimo enemigo con una cifra de combatientes bastante mediocre: incluso en la prensa durante la dictadura, Montoneros era estimado en 2.000 combatientes nomás. Y el ERP en 600 combatientes para octubre de 1975 (sin contar con el allanamiento en "La Pastoril" que reduce a 350 combatientes para marzo de 1976)

O sea que, aún si creemos que Montoneros tenía, por ejemplo, unos 10 mil combatientes, pues la represión estimaba que solo había 2 mil combatientes de esa organización. Lo que indica a todas luces con qué criterios tan poco peligrosos los represores analizaban la capacidad de fuego de esa guerrilla que deseaban aniquilar (de hecho la organización destinó muy poquitos combatientes para la operación de Formosa, lo que no coincide en absoluto con un poderío enorme en cifras de combatientes o armamento)



Esquema sacado del libro de Ceferino Reato "Operación Primicia" (página 92), donde computa "Cantidad de guerrilleros que atacaron el cuartel: 30". A pesar de esa pobre capacidad de fuego de Montoneros consignada por el periodista en su único asalto de cuartel en su historia, la hermenéutica del libro de Reato da a entender que los represores estaban impresionados por la guerrilla y durante el golpe de Estado fueron a combatir a la guerrilla


Pero esto se puede sintetizar fácil: si Ceferino Reato en su libro "Operación Primicia" sostiene que el ataque de Montoneros al cuartel de Formosa "provocó el golpe de Estado" utilizando incluso el testimonio de Videla en la cárcel como argumento.... pero ese mismo Jorge Rafael Videla el 31 de enero de 1976 dijo al diario Clarín que la guerrilla se encontraba frente a una "impotencia absoluta para trascender el plano militar", esto significa que la argumentación de Reato no es para nada correcta, pues no cabe asegurar una trascendencia guerrillera que el mismo Videla negó el 31 de enero del 76. No está demás recordar que el libro de Ceferino Reato se escribe más de 30 años después del acontecimiento de Videla reproducido en Clarín. Asi que Videla en las entrevistas con Reato le pudo ajustar un discurso nuevo a conveniencia de él. Por lo que tiene más valor la declaración de enero del 76, por prestarse a una mayor espontaneidad y menor cálculo. En enero del 76 Videla no tenía motivos razonables para mentir rebajando el peligro guerrillero; en cambio 30 años después con el entrevistador Reato la situación de Videla era muy diferente y tranquilamente podía mentir aumentando su peligro

Las declaraciones de Videla del 31/01/76 refutan a Ceferino Reato 2 veces. Lo refuta en el sentido comentado anteriormente, y con el agravante que estas declaraciones fueron emitidas posteriormente al ataque del ERP en Monte Chingólo (23 de diciembre de 1975), que es considerado sin duda alguna como el intento de copamiento de cuartel más ambicioso y temerario de la historia de la guerrilla argentina; más ambicioso que el intento de Montoneros en Formosa (5 de octubre de 1975). Es decir, que Videla aún con Formosa y aún con Monte Chingólo, el 31 de enero de 1976 califica a la guerrilla con una "incapacidad absoluta para trascender el plano militar" 


Acá Ceferino Reato es mucho más explícito sobre la teoría de la provocación guerrillera, cuando él critica a la película 1985 por no mostrar lo anterior a 1976, con la violencia de las guerrillas. Reato se pregunta retóricamente ¿Por qué los militares derrocaron a Isabel y tomaron el poder? (la respuesta ínsita para Reato es obvia: por culpa de la guerrilla asumieron los militares)




Si los guerrilleros se pusieron contentos por el golpe de Estado, esto habla de su optimismo alejado de la realidad. Además de un infantilismo esquizofrénico si pensaban que se podía reproducir las condiciones del triunfo la guerrilla cubana (un grupito de personas contra un ejército numeroso). Pero: en lo concreto ¿Cómo repercutió eso en una contribución al golpe de Estado? Si la guerrilla estaba contenta o no, resulta al final del camino bastante irrelevante 

En esta nota de Infobae, Ceferino Reato de modo tendencioso escribe que Montoneros/ERP desgastaron al gobierno de Isabel con sus atentados, y que no hicieron nada para impedir que el golpe del 24 de marzo ocurriera:


No queda muy claro en la cabeza de Reato cómo una guerrilla minúscula podría impedir el avance de cientos de miles de efectivos policiales y militares en todas las provincias del país. Y en cuanto al "desgaste", Reato tal vez se olvide de la calidad democrática de ese gobierno y las acciones de justicia por mano propia y protesta política que llevaron adelante los guerrilleros; quizás el ideal de Reato es que no se puede hacer nada por miedo a que venga un gobierno peor. Pero sobre esto último hablaremos más adelante, porque existe cierta legitimidad en lo que piensa este periodista

De todos modos, difícilmente la guerrilla de izquierda pudo desgastar algo con las estadísticas reseñadas, y cuando en última instancia la derecha mataba mucho más todavía

En realidad esta idea de "los guerrilleros se pusieron contentos por el golpe" suena en boca de algunos apologistas como una insinuación que a la guerrilla no le importaba un comino que hubiese gente torturada o asesinada, si esa situación les hacía su "juego" guerrillero. Aunque no comparto ese punto de vista (la guerrilla no deseaba sino que sabía que inevitablemente habría represión), está dentro de las opciones "interpretativas" que los apologistas legítimamente pueden insinuar. Ahí no me meto


Con algo más de ingenuidad (suponiendo que se trate de ingenuidad), el señor Reato se atreve a sugerir que los Montoneros liquidaron su última oportunidad de ser reprimidos legalmente con el desplazamiento de Corbetta: 

https://books.google.com.ar/books?id=yRykCwAAQBAJ&pg=PT39&lpg=PT39&dq=disposición+final+arturo+corbetta&source=bl&ots=7uRl6ewu9D&sig=ACfU3U2u_z_zu-LQOjuGJFsE7wiDdQngAw&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiVmJydh6rpAhU6D7kGHW2SCFUQ6AEwBHoECAkQAQ#v=onepage&q=disposición%20final%20arturo%20corbetta&f=false 

Pero la represión tal como la conocemos a partir del 24 de marzo ya funcionaba a pleno en Famaillá, Tucumán. Cuando se da el golpe de Estado e incluso poco antes, se pusieron en funcionamiento los centros clandestinos de ESMA; Campo de Mayo; La Perla; etc. Es un tanto ingenuo creer que un jefe de policía, por muy influyente o importante que fuese, tendría el suficiente poder para reprimir legalmente la guerrilla, mucho más si consideramos que los centros clandestinos mencionados no estaban bajo la órbita de la policía sino de las fuerzas armadas ¿En qué podría influir Corbetta con los casos de La Perla o ESMA por ejemplo? En nada. Ni siquiera en "Coordinación" de la Policía Federal funcionaba la "legalidad", ya que había un centro clandestino activo antes de la bomba al comedor

Además la interpretación de Reato implica, como petición de principio, considerar que existía una numerosa guerrilla para reprimir legalmente con la cárcel... pero en los hechos, la represión se dirigió a sectores ajenos a la guerrilla. No existía tal cosa como una "represión legal" de comodín porque en lo real eso significaría no tener a casi nadie preso, pues la mayoría de los desaparecidos eran ajenos al sector combatiente de la guerrilla ¿Iban a meter preso al que pintaba las paredes con consignas de Trelew y el ERP? ¿Iban a meter preso a la célula territorial que alfabetizaba una villa? ¿Iban a meter preso al panfletero? Si; como poder, podían hacerlo tal cuál eso sucedía antes del golpe con detenciones a disposición del PEN, pero los eventos posteriores demostraron que no les era tan útil mantener a la "subversión cultural" únicamente encerrada. Por eso Vilas en su diario de campaña se desgañitaba escribiendo que los subversivos no se amoldan a las garantías constitucionales: claro, es relativamente fácil poner en prisión a un guerrillero que está metido al fondo del barro con muchos delitos en su contra, pero no es tan fácil meter preso a un panfletero, a un sindicalista rompe pelotas, o incluso a un guerrillero del que no tenían pruebas. Sencillamente, había que desaparecerlos para que ni siquiera pasen por el sistema judicial que los iba a largar. El guerrillero comprometido hasta los dientes, paradójicamente, era el "inofensivo" en todo este cuento, era el boludo al que podían meterlo preso más sencillamente

Al respecto, El represor Luciano Benjamín Menendez escribió un Memo en junio de 1974, con motivo de las operaciones de rastrillaje que la policía realizó en Tucumán al advertir la presencia de la compañía de monte (en el periodo que el ERP logra copar la comisaría de Acheral). En estas hojas, Menéndez se siente amargado porque los jueces liberaron a personas que tenían antecedentes de pertenecer al ERP. Dice Menéndez: 
La mayoría de los detenidos fueron dejados en libertad por el juez federal de Tucumán, doctor Jesús Santos, el 29 de mayo de 1974 [...] 37 personas, entre las cuales 15 individuos con antecedentes de pertenecer al ERP (Expediente 5140701/ del 14 Feb 74). El hecho que el juez haya "decretado la libertad de 23 de ellos (12 con antecedentes del ERP) [...] produjo un efecto psicológico desfavorable"
Para mayo del 74, el ERP tenía como mucho unos 20 combatientes en su compañía rural (de acuerdo a su informe interno mostrado en el apartado correspondiente de este blog), y es obvio que no fueron detenidas esas 20 personas que integraron los 23 detenidos que el juez liberó, ni mucho menos (el informe interno no refleja problemas en ese sentido). Asi que, sean o no sean guerrilleros, tengan o no tengan miedo los jueces, es evidente que al ejército no le servía el modelo de garantías constitucionales para los que tienen antecedentes de "pertenecer" a una organización político-militar

http://elortiba.org/old/notapas1556.html 

https://books.google.com.ar/books?id=NkfaaVSpxxgC&pg=PP62&lpg=PP62&dq=U2+40298+menéndez+1974&source=bl&ots=VZPgkuft5H&sig=ACfU3U0ESN54dvX4Q1QTMI4vnoYIsv-YPQ&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwju19mftOnqAhWwHbkGHYbCDI4Q6AEwB3oECAoQAQ#v=onepage&q=U2%2040298%20menéndez%201974&f=false 


Tampoco tiene sentido oponer la excusa de "ambos la guerrilla y los militares mataban" porque con ese criterio vamos a comparar a Montoneros con el ladrón de bancos que mata, o a los militares con el Petiso Orejudo. Si decimos "ambos la guerrilla y los milicos mataban por sus ideales" es más preciso, pero continúa siendo engañoso, porque los guerrilleros aún cuando segaron muchas vidas, no existía en ellos la "locura" de matar. Su locura los podía llevar a matar pero carecían de un "motor" de muertes. Montoneros y ERP tenían la "capacidad" de dejar pasar días sin liquidar a nadie; en cambio los militares secuestraban y mataban a más de 15 personas por día en 1976 incluso si nos manejamos con el registro estatal. Entonces considero que las comparaciones de señores como Ceferino Reato entre la guerrilla y los militares como "dos grupos con ideales que salían a matar o morir" es tendenciosa: 

 
Los móviles por cierto eran más irregulares que el de los militares, lo que vuelve a quebrar la lógica de Reato, aunque en esto no le echo la culpa a Reato, sino que es una problemática a debatir sobre la justicia por mano propia y el estado de necesidad: al margen de las cuestiones penales o jurídicas que dictarían los llamados "Estados de necesidad justificante o exculpante" (con sus respectivos análisis, excepciones y rechazos) y concentrándonos en la ética y la utilidad ¿Es reprochable liquidar a un represor activo a sabiendas que no vamos a cambiar nada (o que todavía le daríamos más pretextos para reprimir a las fuerzas de turno)??? 

Seamos honestos: cuando por ejemplo Ana María González le puso una bomba a Cesáreo Cardozo, la muerte de este policía represor no iba a alterar la situación de tortura del país. Y no la alteró en nada ¿Fue necesaria esa bomba? Enfrentamos un dilema tanto utilitario como ético que no es patrimonio exclusivo de este país ni de esta situación histórica, sino de otros eventos históricos también: Si el día de mañana le ponen una bomba al dictador de Corea del Norte ¿Eso cambiaría algo? Quizás venga alguien peor que el actual, o quizás encabece el liderazgo alguien menos brutal, pero es poco probable que modifique sustancialmente la estructura dictatorial del país ¿Entonces significa que debemos repudiar a aquel individuo que se anime a poner una bomba al dictador nor-coreano, con el argumento que no solo no va a modificar nada sino que incluso podría agravar más las cosas? El reproche sería mezquino, aunque podríamos aceptar cierta legitimidad de quien reprocha. Son situaciones complejas como para tener una vara que incline en una dirección u otra. Volviendo al caso argentino y al ejemplo de González: más allá de si esta chica era marxista o "neoliberal", montonera o conservadora de derecha, más allá de la ideología y ciñéndonos al hecho concreto contra Cardozo ¿Es mezquino reprocharle a Ana González la colocación de esa bomba? ¿Es legítimo reprochar? ¿Tendríamos que haber dejado que el policía Cardozo continuara con sus labores represivas a pesar que su muerte no cambiaría nada? (ello con independencia que Ana María González puso la bomba en la casa de la víctima, con el riesgo de haber dañado a otros integrantes ajenos al represor. Eso entraría en otro debate relacionado con las posibilidades que poseía González de montar la bomba en ese único sitio. Un caso similar a este debate es la bomba que le costó la vida a Paula Lambruschini, etc.)

Sobre este tema de la justicia por mano propia, lo trato más en detalle en el posteo ¿Por qué sería idealmente difícil un Parque de la Memoria para las víctimas de la guerrilla?


Imágenes del funeral de Cesáreo Cardozo, asesinado por la montonera Ana María González


Ojo!! no es que todas las acciones de la guerrilla hayan reputado ese talante. En no todas se accionaron contra represores activos. Para el caso fundacional de Aramburu, ni siquiera este antiguo represor representaba un peligro funcionando y por consiguiente no existía ninguna justificación utilitaria, excepto la justicia por mano propia primitiva (que cristalizaría alguna connotación ética pero repulsa al Derecho Penal incluso en contextos dictatoriales); y la conveniencia política aun más descarada de los Montoneros

Un caso parecido y peor asimilado es el asesinato de Mor Roig: intentaba "funcar" como una suerte de venganza por la masacre de Trelew (Mor Roig tuvo incidencia en ese evento). Pero cuando lo asesinaron a Roig, ya habían pasado 2 años de la masacre y una dictadura dio transición a la democracia, estirando aun más la sensación temporal. Mor Roig ya no participaba de la vida política, no representaba un peligro de nada ni tampoco tenía la figura de villanía como Aramburu para el peronismo; incluso había ganado una fama como asesor del gobierno de Lanusse para la transición democrática. En consecuencia, la gente no percibió el asesinato como una oportunidad de retaliación. Ese acto de justicia por mano propia estaba absolutamente carente de la resonancia y la "aceptación" que pudo tener el caso Aramburu. Lejos de mejorar la imagen de la guerrilla, la debilitó aun más para los oscuros años que deberían afrontar de aquí en adelante. Con toda razón y justicia la balanza se inclina en favor de Mor Roig

(Aunque el atentado contra Rucci, en supuesta venganza por Ezeiza, sería el verdadero punto de inflexión de la imagen progresivamente negativa de Montoneros)


La guerrilla izquierdista tiene muchas cosas para ser criticada con vehemencia, tiene su buena cartera de delitos y burradas para vilipendiarla. Desde el secuestro de los hermanos Born, hasta el innecesario crimen de Aramburu, o la estupidez de la Contraofensiva, o el intento de Formosa. Pero no hay elementos convincentes para sentenciar que la guerrilla haya contribuido significativamente a que se diera el golpe de Estado. Esto con independencia del mayor o menor fanatismo de los represores que veían guerrilleros criminales marxistas por todos lados, que a cualquier cosa lo llamaban "subversivo apátrida criminal", que buscaban sangre a toda costa cada vez que la guerrilla les mataba a un compañero de armas

A gente como a Ceferino Reato no les gusta esto. Ellos lo tildarían como un "maniqueísmo", como un cuentito de buenos contra malos, cuando la realidad -según Reato- es más compleja:

https://www.eldia.com/nota/2014-5-4--la-historia-si-busca-la-verdad-es-mucho-mas-que-la-memoria 

https://www.lanacion.com.ar/opinion/de-la-memoria-a-la-precision-de-la-historia-nid1879061 

Y por consecuencia hay que "batir" hasta echarle, implícita o explícitamente, la culpa a los dos lados de lo sucedido

En verdad, la historia debe ser sentenciada y difundida con los criterios éticos adecuados a la evidencia disponible. Así como es cierto que se forzaría un maniqueísmo si la evidencia no lo muestra de ese modo, por otro lado también sería irreal forzar una supuesta complejidad o abstracción en donde no existe. La falla de Reato no es estrictamente culpa del apologismo de la dictadura argentina sino que se circunscribe a un "temor" de los historiadores de caer en el dualismo de buenos vs malos al punto de desviarse a una realidad incolora que no es muy sustancial para explicar la verdad. Por ejemplo, hubo historiadores o investigadores del holocausto que no eran para nada negacionistas, incluso investigadores judíos; pero que en sus intentos de no simplificar en buenos contra malos han forzado un excesivo racionalismo de la maquinaria represiva nazi, al punto de aseverar que los judíos de algún modo eran culpables de su propia muerte, por ejemplo por la pasividad alevosa que demostraron (casos como el de Hannah Arendt o Raul Hilberg). Nadie niega que la historia tiene estos matices, nadie niega que existen complejidades diversas, pero lo curioso es que en su intento de "sustanciar" la historia se terminaron con sentencias éticas que son mucho más inconsistentes, mucho más engañosas y descontextualizadas. Es el maniqueísmo de intentar suplantar cualquier maniqueísmo. Ceferino Reato podrá decir todo lo que quiera sobre los guerrilleros y su violencia, podrá decir que los guerrilleros descorcharon champagne por el golpe de Estado de 1976, pero ¿Cuántos combatientes guerrilleros hubieron para volver creíble la teoría de Reato que ellos también contribuyeron sustantivamente al golpe de Estado???

(PD: otra versión de "dos demonios" aplicada a la segunda guerra mundial, tiene que ver con aquella que pretende asumir la posición de la violencia de los alemanes como el producto de la barbarie soviética. En esta teoría sin embargo la víctima judía no tiene un rol contribuyente a su destino) 


Ceferino Reato en la introducción de su libro "Los 70: la década que siempre vuelve" escribe que guerrilleros y militares eran dos grupos con ideales dispuestos a matar o morir. Ya hablamos más arriba de esa extraña comparación. Pero no le niego a Reato que los torturadores también podían tener ideales ¿Por qué no? Tal vez a algunos torturadores los motivaba el dinero, otros quizás el idealismo. Sin embargo, los torturadores no salían a "matar o morir", sino que salían a matar (y a torturar). Era muy anecdótico el riesgo que un torturador muriese a manos de la guerrilla. Resultaba mucho más probable que los guerrilleros mataran a policías perejiles como mecanismo de represalia a las instituciones armadas, pues carecían de la capacidad para infiltrarse o invadir los centros clandestinos y matar a los torturadores. En ese sentido, los guerrilleros realmente fueron personajes dispuestos a matar o morir, mucho más valientes (todavía en su patetismo de asesinar canas perejiles) porque conocían el enorme riesgo de ser capturados, sabían de las caídas masivas. El torturador se mataba....... de risa, no tenía riesgos significativos por la naturaleza de su trabajo, excepto el de su propia mente para soportar el stress de las aberraciones que le infligía a los demás. La comparación que realiza Ceferino Reato es nuevamente tendenciosa, extraña y confusa en su supuesta "imparcialidad" o "equilibrio"


Se podría decir que había bastante violencia política, bastantes atentados inmediatamente antes del 24 de marzo de 1976.... pero una porción importante de esos atentados los cometía la ultraderecha digitada por militares y policías. No vale aducir esa violencia como justificativo; así cualquiera. Es como si yo me jactara de ser un bondadoso bombero salvador de un fuego que yo mismo ayudé a provocar. Aquí es interesante porque discursivamente en esos tiempos, el ejército parecía representar una suerte de "tercero imparcial" que iba a recuperar el monopolio de la violencia, el cual había quedado en manos de dos grupos: uno de ultraizquierda y otro de ultraderecha (poco se sabía que el ejército precisamente no era muy imparcial, que reprimió mucho más a la guerrilla de izquierda que a la derecha, y que su "monopolio de la violencia" o su "restauración del orden" iba a consistir en interrumpir la visibilidad de los atentados de organismos para-estatales con secuestros secretos a gran escala). Una curiosa despolitización de las fuerzas armadas impregnaba en sus días, tal vez producto del estereotipo. Véase como ej. la página 7 del siguiente informe:

http://www.ruinasdigitales.com/revistas/ddhh/Informe%20Amnistia%201976.pdf  

En cualquier caso, los atentados de la derecha tampoco explican por sí mismo el golpe de Estado: en parte porque contaban con la simpatía de los militares esos ataques, y en parte porque tampoco la derecha superó la cifra de muertos de la delincuencia actual. La "violencia" de izquierda y derecha no son la causa del golpe, y se discute que haya sido siquiera el pretexto

El amiguito de Agustin Laje, el ganso de Augusto Grinner alias "Deperoncho", también cae en esta falacia cronológica Post hoc ergo propter hoc donde indica que la muerte de Guillermina Cabrera fue el desencadenante del Plan Conintes (minuto 10:20) en una suerte de hiper-sensibilidad de los militares; y eso que el tipo que hizo el video supuestamente es un detector de falacias



Es cierto que hubo casos shockeantes que predispusieron a la población a una necesidad de reprimir a la "subversión" y a una cierta indiferencia por los "subversivos abatidos". Tal es el caso de la conmoción por la niña del Capitán Viola, muerta por el ERP en el atentado a su padre. Pero eso no invalida lo anteriormente explicado (como la escasa cifra de combatientes, la situación policial, etc.) y además no hay que olvidarse que para esos tiempos, donde la propaganda izquierdista estaba penalizada, la guerrilla no contaba con casi ninguna oportunidad de explicar su caso. No es lo mismo decir que la guerrilla mata a una niña como acto de terrorismo, a decir que la guerrilla quería matar a un represor como su padre y accidentalmente mataron a la nena. Es legítimo conmoverse con la niña de Viola y repudiar en ambas narraciones, pero la prensa omitía las motivaciones de la guerrilla; asi que no puede echarse la culpa a los guerrilleros que los medios de comunicación no difundiera todas las cosas para que la gente tenga un panorama diferente. En última instancia, cabe responsabilidad a los insurgentes de algunos atentados cometidos a sabiendas de su nula difusión propagandística que explique los motivos de sus acciones

Richard Gillespie en su conocido libro "Montoneros: Soldados de Perón" hace hincapié varias veces en la nula difusión de la prensa sobre los móviles políticos de la guerrilla en sus atentados. Pero Gillespie echa la culpa casi siempre a la guerrilla de esto. Para nosotros, es una culpa parcial: los guerrilleros tienen culpa en algunos actos, pero tampoco puede pretenderse no atentar contra un verdugo como Villar solo porque la prensa no te explica los móviles políticos o justicieros. La culpa es "miti y miti"

Es como si, por dar un ejemplo "actual" (año 2022), un comando ucraniano se ponga a asesinar militares rusos como consecuencia de la ofensiva criminal rusa contra su pueblo en la guerra, y justo matara por accidente a una niñita rusa de 3 años. Los medios de comunicación rusos (o de cualquier otro país) no explican las motivaciones reales del caso, lo analizan como un simple caso de terrorismo irracional contra niños ¿Qué hacemos? La culpa la tiene el ucraniano ¿no? ¿Cuál es la enseñanza entonces? que los ucranianos no deben matar rusos porque "no tienen a los medios de comunicación en su favor". Bueno, está bien.... y mientras tanto los rusos continúan con sus matanzas y violaciones. Me parece que en estas situaciones, la vara moral tan rígida no solo es injusta, sino que ni siquiera cumple con el sentido de moralidad


Analizando esto último en "espejo", se puede decir que la guerrilla argentina, aunque nunca tuvo victorias relevantes, tampoco tuvo derrotas demasiado catastróficas hasta 1975 (siendo el fracaso de Catamarca el más significativo en el periodo pre-1975). Lo que contribuía al sector de la prensa y a los mismos militares a crear un mito de presencia invisible permanente de los guerrilleros, o de "invencibilidad" como Vilas escribe en su diario de campaña



Y en última instancia, lo que importa no es si la guerrilla provocó el golpe de Estado, sino por qué los militares mataron a más personas de las que tendrían que haber matado en esta supuesta provocación, siendo que las fuerzas guerrilleras no superaban las 1.500. Supongamos que aceptamos la falacia cronológica y militarista, no se explica lo otro. Ahí no tiene sentido repartir culpas a la guerrilla porque los milicos hayan asesinado a terceros. Obviamente en ese sentido, la guerrilla SI era el pretexto para justificar subrepticiamente la desaparición: "si la persona desapareció, es porque andaba en algo raro" (aludiendo a que quizás mató, es guerrillero combatiente, etc.). Si la guerrilla no hubiese existido, se tendrían que haber inventado otra excusa los militares; pero véase como comparación el caso chileno: en Chile la guerrilla era mínima de lo más mínimo (muchísimo menor que Montoneros y ERP: no llegaron a matar a 700 personas en 10 años los guerrilleros chilenos sino bastante, bastante menos). Y sin embargo la cifra de secuestrados fue muchísimo mayor que en Argentina: más de 40 mil secuestrados y torturados en Chile, con una población menor a la nuestra. Aunque el número de muertos en Chile es mucho menor: aproximadamente 3.000 muertos y desaparecidos 


La dictadura argentina hizo desaparecer a gente que no estaba "aislada" de la sociedad, como el sindicalista Oscar Smith, o las monjas francesas que repercutieron internacionalmente; todo esto sin perder el poder. Esos casos, o el ejemplo de Pinochet en Chile, son demostrativos de cómo estos gobiernos pudieron secuestrar y matar a quienes quisieran con independencia de su aislamiento o de excusas en la pretendida inseguridad guerrillera


Aunque la teoría de los dos demonios se construyó embrionariamente desde antes de Alfonsín (e incluso antes de la represión masiva), su subsistencia actual obedece más a un problema de equidad, de "Justicia salomónica" donde debemos culpar SI o SI a la derecha y a la izquierda, a ambas. La izquierda "dura" no puede quedar como víctima de una derecha represora, porque se correría el riesgo que lo utilicen como capital moral contra la derecha hoy día. Entonces hay que equilibrar la balanza echándole la culpa a los dos lados. Así que la teoría de los dos demonios, no solo es una tesis inconsistente y que no encuentra debido respaldo documental, sino que trasciende los sentidos ochentosos (y hasta setentosos) de su nacimiento para convertirse en un problema político de interpretación actual, pero utilizando la historia del pasado

Claro que los apologistas más extremos defienden la dictadura pero necesitan disfrazar su discurso como "teoría de los dos demonios" para no quedar tan expuestos


A título personal, considero también que la supervivencia de la "teoría de los dos demonios" se debe a que ninguno de los dos "bandos", tanto izquierdistas como apologistas, nunca jamás terminan por explicitar que las organizaciones revolucionarias tenían una Secretaría Militar y una Secretaría Política. Como nunca lo aclaran, entonces por defecto se habla de "Montoneros" y "PRT-ERP" con una grave imprecisión semántica que desemboca en interpretaciones variopintas y confusas

Así, no es casual que algunos digan que la mayoría de los desaparecidos no eran montoneros porque "la guerrilla ya estaba aniquilada antes del golpe de Estado" (ejemplo de ello es el libro "Nada Más que la Verdad" de Granovsky, también el prólogo adicional del Nunca Más del 2006 subrepticiamente) o porque "había pocos combatientes, no más de 1.500" (caso del libro "El Drama de la Autonomía Militar" de Prudencio García). En esa declaración se tiende a confundir "Montoneros" con combatientes exclusivamente, y dado que la mayoría de los desaparecidos no era combatiente entonces se razona incorrectamente que no eran montoneros

O a la inversa: que los apologistas digan "los militares fueron a combatir contra terroristas. Los desaparecidos eran terroristas montoneros o erpianos" dando a entender que "Montoneros" es precisamente todos combatientes

Otros sectores izquierdistas reivindican a los desaparecidos con su militancia. Ejemplo de ello es la organización H.I.J.O.S. que no ocultan que sus padres eran montoneros. Pero no siempre aclaran si eran combatientes o no. Da igual, porque eran montoneros y eso es lo que quieren reivindicar. Si fueron combatientes sus padres, los reivindican con alegría igual, felicitando su entrega y resistencia a la opresión

Pero si no se explica que estas organizaciones tenían una Secretaría Militar y otra Secretaría Política, no se puede entender entonces cuál era el objetivo real de la represión. Y como hemos repetido bastantes veces en este blog, los represores ya sabían que la mayoría de los montoneros que iban a secuestrar, torturar y matar no eran combatientes de la Secretaría Militar. Ya tenían cálculos previos al golpe de Estado sobre la cifra de combatientes de estas organizaciones. El objetivo del gobierno de Videla, muy evidente, era destruir a las células estudiantiles, sindicales, propagandísticas, territoriales. Destruir a la Secretaría Política, sin perjuicio que también iban a liquidar a su estructura armada

Solo así se pulveriza la teoría de los dos demonios. Porque el único modo de hacerla revivir es considerar que la Secretaría Política es un "demonio". Y eso tiene sus costos para el apologismo, porque es como si demonizaran a militantes no-combatientes simplemente por ayudar en las villas y en las fábricas


*La culpa ¿compartida? de los desapariciones: delinear un panorama narrativo donde la guerrilla contribuyó al golpe de Estado, puede obedecer a la necesidad de presentar a la guerrilla como una culpable más de las desapariciones ocurridas por los militares. Si bien estos últimos poseen la culpa mayor por ser quienes secuestraron, atormentaron y desaparecieron; no obstante se quiere empujar la culpa en, al menos, un 40% o hasta 50% hacia los guerrilleros de esos desaparecidos. No desde la Justicia penal donde dicha doctrina es inviable, pero tal vez en el ánimo social-histórico se desea presentar a los guerrilleros como igualmente culpables de todos los desaparecidos ¿Qué tan correcto es esto? Olvidando todo lo anterior que escribimos ¿Qué tan culpable es la guerrilla de cada desaparición?

A priori, uno podría argumentar que los líderes guerrilleros como Firmenich, Perdía, Santucho, Mattini, entre otros, son culpables por la desaparición de los combatientes. O que los combatientes son culpables de su propia desaparición. Ellos se pusieron al margen de la ley con sus delitos, y por consiguiente "algo" de culpa tienen de su propia muerte

Parece razonable, aunque no debemos confundir este argumento como una demonización del combatiente legítimo. Mientras algunos combatientes mataron sin necesidad, ilegítimamente a personas ajenas a la "contienda" (como aquellos que mataron a Sallustro); después están aquellos combatientes que simplemente quisieron resistir contra la tiranía en democracia o en dictadura. Como es el ejemplo de Ana María González

Ella sabía perfectamente que, desde el momento en que colocaba la bomba al represor Cardozo, iba a ser perseguida, torturada y asesinada en cuanto la encontrasen. Ana González podía haberse quedado en la comodidad de su casa y no haber puesto ninguna bomba, y tal vez al día de hoy estaría viva, estaría disfrutando de la vida. Ella quiso cometer esa acción de resistencia contra los represores y por tanto tiene un poco de "culpa" por su muerte, ella se jugó sus cartas de pasar a la clandestinidad más absoluta cuando mató a Cardozo. Pero su "culpa" es la misma de cualquier resistente contra cualquier tiranía. Es más un riesgo, y no la "culpa" propiamente de un combatiente ilegítimo. Semánticamente es más apropiado el concepto y palabra "riesgo"

Pero salvando el caso de los combatientes, supongamos que Firmenich y Santucho carguen con absolutamente toda la culpa, el 100% de culpa por la muerte de todos los combatientes legítimos e ilegítimos ¿Por qué deberíamos echarle la culpa a Firmenich y Santucho de la muerte de aquellos que no eran combatientes? Uno puede echarle la responsabilidad a Firmenich por la muerte de Ana María González, está bien vamos a creer que la culpa es de él ¿Pero por qué Firmenich tendría la culpa de la muerte de las monjas francesas o de Floreal Avellaneda o de Dagmar Hagelin? No hablemos del 40% de responsabilidad o del 20%, sino del 0%. Porque Firmenich no tiene la culpa en nada sobre los militantes no-combatientes. En un sistema democrático normal, los militantes no-combatientes nada deben de temer; y eso vale tanto para las fuerzas armadas que ilegalmente los mataron como para los líderes de la guerrilla que en última instancia responden solo por sus combatientes

Después por supuesto, se podrá reprochar la mezquindad de los líderes guerrilleros de no ofrecer protección a sus militantes políticos ¿Por qué no se gastó el dinero de los hermanos Born para ayudar a proteger a los no-combatientes? Eso es una crítica que se le debe realizar a los líderes montoneros. Pero en todo caso tiene que ver con la mezquindad y no con una culpa real por la desaparición del militante político

Los apologistas como Ceferino Reato implícitamente quieren cimentar la teoría de los "dos culpables" de los desapariciones. Pero esa teoría únicamente tendría algún sentido con los combatientes ilegítimos de la guerrilla. Pero no con los combatientes legítimos ni mucho menos con los no-combatientes. El apologismo sin embargo extiende una dual culpabilidad a todo desaparecido

Esto es un poco parecido a aquella teoría apologista que sugiere que la Triple A, surgida posteriormente al asesinato de Rucci, es una reacción a este crimen de Montoneros. Pero resulta que la Triple A mató a gente que incluso no era montonera ni guerrillera, lo que hace perder la brújula de la lógica causa-efecto criminosa. A ver: si yo le doy una piña a mi vecino, lo más lógico es que mi vecino me devuelva esa piña...... no que el vecino mate a tiros a su esposa o al almacenero de la esquina. En el primer caso, yo me "busqué" esa piña al pegar primero, pero en el segundo caso yo actúo como causa meramente incidental o cronológica, y no tengo la culpa que el vecino mate a la esposa o al almacenero; mi piña no es una causa legítima de su reacción sino una causa mecánica: el vecino no respondió con una reacción dirigida legítimamente al agresor o al nexo directo de agresión, sino contra cualquier cosa 

Bueno, a ciertos apologistas les parece muy lógico razonar que con la muerte de Rucci a manos de Montoneros, esta organización guerrillera fue "culpable" de la aparición de la Triple A, a pesar que este grupo criminal derechista no devolvió la "piña" solo contra guerrilleros montoneros ni siquiera contra simples militantes de esa organización, sino contra varios izquierdistas que no eran montoneros ni del ERP ni guerrilleros (de hecho el primer atentado firmado por la Triple A es contra el senador Solari Yrigoyen, no contra un montonero)

Aún suponiendo que los guerrilleros realmente querían que hubiese represión indiscriminada, y por eso "provocaron" a las fuerzas armadas con sus atentados; no cambia la lógica causal ni la responsabilidad


En la masacre de las Fosas Ardeatinas de Italia (comentado en el apartado pertinente), también la derecha italiana utiliza esta falacia de la "provocación" o el "reflejo", sin explicar acabadamente por qué los alemanes asesinaron a personas que no habían estado involucradas en el hecho que pretendían vengar

El objetivo principal para el apologismo, tanto en el caso italiano como en el argentino, es focalizar mucho en la "causa" de las cosas, para transportar la carga moral de los crímenes masivos a la causa, pero en una lógica puramente mecanicista más propia de las ciencias naturales y la abstracción, como "motor" de los acontecimientos. Los apologistas así suavizan a los criminales represores al dejarlos como meros irresponsables y exagerados en su reacción; pero la verdadera responsabilidad de la tragedia se la debemos echar a su "causa": la izquierda, los partisanos, los guerrilleros. Ellos provocaron la consecuencia represiva

Para el apologismo, más que "teoría de los dos demonios", deberían llamar a su discurso como "teoría causal de la guerrilla"

Sería creíble esa teoría de no ser por los endebles argumentos del apologismo, que distorsionan su mensaje abyecto. Sin dudas la guerrilla argentina existía, sin dudas cometió ataques irreflexivos (o defectuosamente reflexivos) que podían ser tomados como geniales pretextos para que los gobernadores de turno implementaran la represión como excusa.... Pero las fuerzas armadas sabían perfectamente con qué estaban lidiando. Ellos no desconocían la pobreza ofensiva de su enemigo; ellos actuaron con premeditación y plena conciencia de un plan criminal, no por mero reflejo a un ataque guerrillero. La irreflexión o los delitos de la guerrilla no pueden poner en un segundo plano esta actuación deliberada de los represores o reabsorberlo en una lógica causa-efecto de la guerrilla


Uno podría sacar el argumento de "bueno, la guerrilla no fue la causa del golpe pero fue la excusa, el pretexto y hay que culparla por eso". No está tan claro que la guerrilla haya sido un pretexto realista (again: Videla el 31/01/76). Pero suponiendo que sea verdad ¿Cuál sería la "moraleja"? ¿Acaso que no deben ser tolerados ni siquiera los pretextos? Pero eso es artificial por lo imprevisible, dado que cualquier cosa puede ser usado por un tirano como pretexto para reprimir. Finalmente, "pretexto" y "causa" se solaparían hermenéuticamente; y se hace responsable a un sujeto pasivo de la acusación (la guerrilla) sobre un orden de cosas (los pretextos) que está en el dominio del sujeto activo de la actuación (los represores)


PD: de paso recomiendo el excelente libro "La Orden Ya Fue Ejecutada" de Alessandro Portelli, que trata de los conflictos de la memoria en Italia sobre este episodio de las Fosas Ardeatinas. Incluso para aquellos interesados en los conflictos argentinos con la memoria de los 70, pueden sacar de este libro paralelismos interesantes



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