¿El tribunal del juicio a las juntas dijo que se vivió una guerra en los 70?


Esta es una de las muletillas preferidas de gente nefasta como Nicolás Márquez. Por ejemplo, en el siguiente video dice que en el juicio a las juntas se estableció que lo ocurrido fue una guerra interna y revolucionaria. Minuto 2:36:


Lo de "interna" se lo inventó él. Y después en efecto, el juicio a las juntas habla del concepto de guerra revolucionaria. El tribunal dijo en sus fundamentos:

Conviene destacar que, de modo más o menos coincidente, los teóricos sobre el tema distinguen cinco fases dentró de la guerra revolucionaria, que caracterizan del modo que sigue. Fase uno: despliegue e infiltración en el país en que se inicia el proceso; organización clandestina del aparato revolucionario; agitación social. Fase dos: intimidación de la población mediante el terrorismo en sus distintas formas, como modo de obtener el desprestigio de la autoridad pública y privarla de consenso. Fase tres: control de la población para comenzar a volcarla hacia el marxismo o asegurar su pasividad. Fase cuatro: ejercicio de dominio sobre un espacio geográfico poblado, para instalar un gobierno revolucionario y gestionar su reconocimiento internacional. Fase cinco: pasaje a la ofensiva general; desarrollo de la guerra civil y apoderamiento del país (Conf. informe obrante a fs. 486/496 del cuaderno de prueba del Teniente General Viola, producido por el Estado Mayor General del Ejército; Thompson, op. cit. ps. 21 y ss.; Crozier, op. cit. ps. , 174 y ss.; Osiris Guillermo Villegas, "Guerra Revolucionaria Comunista", Circulo Militar, Buenos Aires, 1962, ps. 87 a 91; General Alberto Marini, "Estrategia sin tiempo", Círculo Militar, Buenos Aires, 1971, ps. 262 a 264).

En consideración a los múltiples antecedentes acopiados en este proceso, especialmente documentación secuestrada, y a las características que asumió el fenómeno terrorista en la República Argentina, cabe concluir que dentro de los criterios clasificatorios que se vienen de expresar, éste se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria. En cuanto al grado de desarrollo por ella alcanzado, el informe del Estado Mayor General del Ejército concluye en que llegó a la creación de zonas dominadas.

Sin embargo, a estar a la propia caracterización que en dicho informe se hace del estadio en cuestión, en modo alguno parece que las fuerzas insurgentes hubieran ejercido dominio sobre un espacio geográfico determinado, como paso previo a la instalación de un gobierno revolucionario, para la gestión de su reconocimiento internacional, Por el contrario, la propia Directiva Nº 333/75, ("operaciones contra la subversión en Tucumán"), establece que el enemigo -que estima en una capacidad aproximada entre 300 y 500 hombres- se aprestaba a efectuar la apertura de un "frente rural", describiendo actividades puramente preparatorias.

Por lo demás, en momento alguno, tales grupos insurgentes, fueron reconocidos como beligerantes, recibieron reconocimiento internacional, contaron con la capacidad de dictar normas con alguna eficacia general, y menos aún tuvieron poder de hecho, para aplicarlas, ni hubo intervención en el conflicto de potencia extranjera alguna.

En las condiciones dadas, está claro que la lucha armada se desarrolló fronteras adentro, lo que excluye por completo el concepto de guerra que alude a una contienda entre Estados soberanos y que tiene por fin hacer prevalecer un punto de vista político (Vid. Podestá Costa, op. y loc. cit.; Hans Kelsen, "Principios de Derecho Internacional Público", traducida por Hugo Caminos y Ernesto C. Hermida, Ed. "El Ateneo", Buenos Aires, sin fecha; Ch. Rousseau, "Derechos Internacional Público profundizado", Traducción de Delia García Dairreaux, Editorial "La Ley", Buenos Aires, 1966, p. 371).

Tampoco importó una guerra civil internacional, por la falta de reconocimiento externo del estado de beligerancia de la facción en armas (Conf. Podestá Costa, op. cit., ps. 11, 12 y 15; Daniel Antokoletz, "Tratado de Derecho Internacional Público", quinta edición, Librería y Editorial "La Facultad", Buenos Aires, 1951, T. III, p. 531)

enlace, en el apartado "El Exceso":


El apologismo se agarra como clavo ardiendo a la frase "éste [el conflicto] se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria"

Pero el tribunal no expresa que en Argentina hubiese una guerra, que es lo que verdaderamente importa. El tribunal se puso a analizar la doctrina de la guerra revolucionaria aludida por los militares, cree que el país se acopló a un marco social considerado "guerra revolucionaria"..... y llega a la conclusión que en Argentina los insurgentes no fueron considerados beligerantes, que el conflicto no importó una guerra civil internacional, etc. Son palabras que más bien indicarían que el tribunal NO sentenció que hubiese una guerra civil. El apologismo confunde "guerra revolucionaria", con el concepto de "guerra" a secas, que entrañaría ahí sí una calificación bélica. A eso sumémosle la tendencia del apologista de leer las partes que le conviene ¿Acaso no leyó la porción que dice: "Tampoco importó una guerra civil internacional"? Asi que, por enésima vez, Nicolás Márquez vuelve a mentir

Para que se entienda mejor: "guerra revolucionaria" es una doctrina específica.... y sí, tiene en su nombrecito la palabra "guerra" pero eso no significa ni por putas que sea una doctrina bélica por mucho que tenga el nombre ese ¿Qué clase de doctrina es? bueno, más abajo tenemos un capítulo completito dedicado a explicar qué corno es la "guerra revolucionaria", no sean impacientes. Pero por lo pronto quédense con esto: NO CONFUNDAMOS "GUERRA REVOLUCIONARIA" CON UNA CALIFICACIÓN JURÍDICA O MILITAR DE "GUERRA". Por poner una comparación boluda, no porque Corea del Norte se llame "República popular democrática de Corea" significa que ese país sea democrático ¿entendieron? pues lo mismo con el concepto de "guerra revolucionaria": no por llevar la palabrita "guerra" significa que sea una guerra, ni que el tribunal del juicio a las juntas lo haya entendido así; por mucho que el imbécil de Nicolás Márquez quiera confundir

El abogado chanta de Javier Vigo Leguizamón (integrante del CELTYV de Villarruel) también repite la misma tergiversación en su libro "Amar al Enemigo", donde cita los párrafos del tribunal que hablan de guerra revolucionaria, pero se le "olvida" incluir aquellos donde el tribunal explica que lo ocurrido no fue una guerra civil. Pag. 295-296:


Además la propia doctrina de la "guerra revolucionaria" desarrollada por las fuerzas armadas es cuanto menos polémica ¿Por qué cataloga varios hechos políticos como parte de una "guerra" de corte revolucionaria? Por ejemplo en la fase 1, habla de agitación social ¿Por qué enmarcar ese conflicto político-social como parte de una guerra? Esto se debe a la visión arcaica, monotemática y belicista que imperaba en la doctrina anticomunista que se les inculcó a los militares, en donde cualquier disturbio que pujara por reivindicaciones sociales era considerado una semilla de la infiltración bolchevique para apoderarse del país. Más explícito todavía es la directiva 404/75, donde en el apartado de "Objetivos" de la guerrilla, las fuerzas armadas indican que la misión de la subversión es: 

Apropiación de la población mundial (debe entenderse no su apropiación material sino la conquista de su psiquis que hace que el hombre se entregue luego materialmente solo) 

[los paréntesis pertenecen al texto original]

O sea que la "guerra" de Montoneros y ERP es la guerra mental, la guerra cultural, la guerra de almas a los que aludían Bruno Genta o Acdel Vilas. Los militares tomaban como "guerra" el izquierdista que persuadía a las masas hacia la izquierda, y no a una cuestión materialmente bélica. Pag. 37 del siguiente enlace: 


O como el dictador Alejandro Lanusse (presidente de facto de la república en 1970), en un documento dirigido a los cuadros superiores del Ejército titulado “Orientación del Comandante en Jefe para el año 1971", escribió lo siguiente:

Cuando digo que el país está en guerra, no hago uso de una figura retórica sino que afirmo una realidad que debe ser perfectamente asimilada por todo el personal superior y subalterno de la Fuerza. Este conflicto no se desarrolla en los clásicos campos batalla que fueron el escenario natural de las guerras convencionales. Hoy se libra esencialmente, en la mente y en el espíritu de los hombres que han pasado así a constituirse en el objetivo fundamental de la lucha

extraído del sig. enlace pag. 42-43:


De nuevo aparece la cuestión "mental". Yo se los traduzco: lo que quiere decir Lanusse es que esta "guerra" es para conquistar el apoyo de la población a través del proselitismo. Algo como lo que hoy llaman "batalla cultural" entre izquierdistas y derechistas. Difícilmente esta pelotudez pueda ser calificada seriamente de "guerra" en una doctrina militar normal... pero no es que los militares argentinos fuesen muy normales que digamos. Imagínense también si un tribunal judicial le hace caso a esta doctrina y califica todo como "guerra": con esa lógica, cualquier tipo de batallita cultural sería catalogada como una guerra. Ya sea una campaña electoral entre peronistas y radicales, entre kirchneristas y macristas, entre izquierdistas y libertarios.... todo puede ser considerado como "guerra revolucionaria" si nos atenemos a la doctrina militar argentina, pues se trata de una guerra "mental" y "espiritual" acorde a las palabras del dictador Lanusse. Absurdo


La guerrilla por sí sola no puede dar un golpe de Estado, por algo tan simple como que carece de suficientes combatientes para oponerse al ejército o siquiera a la policía. Por consiguiente, necesita de un levantamiento popular para tambalear a un gobierno (por ejemplo el Cordobazo). La guerrilla tiene el objetivo de concientizar y ganar apoyo de las masas de gente para que ocurran esos levantamientos. A ese método los guerrilleros y las fuerzas armadas lo llaman "guerra revolucionaria": no es una guerra "en serio", con ejércitos peleando entre sí; son pequeñas guerrillas haciendo trabajo militar pero fundamentalmente político para intentar ganarse el afecto de la gente. Los apologistas y los represores aprovechan la palabra "guerra" en el concepto de "guerra revolucionaria" para decir que en Argentina hubo una guerra de verdad, pero lo cierto es que la guerrilla solo hace un "foco" militar (rural o urbano) en vez de una campaña bélica seria, y necesita de apoyo popular (algo que consiguió pero no lo suficiente para producir un levantamiento. A eso se le sumó la represión que aterrorizó a los pobladores y cortó la colaboración con los guerrilleros). Apoyo que debería ganarse con la sección no-combatiente de las organizaciones, que se dedican a la política y el proselitismo



Juan Domingo Perón, minuto 12:44, habla de la "guerra revolucionaria" como "guerra integral", que él la entiende como una lucha por todos los medios posibles: desde los medios "incruentos" hasta los medios "cruentos" (básicamente quiere decir: desde los métodos no-armados y proselitistas, hasta los métodos armados). Paradojas de la historia: Perón apoyó la guerra revolucionaria de Montoneros y, una vez que alcanzó el poder con Cámpora/Lastiri, ejecutaría su propia guerra revolucionaria en contra de Montoneros y la izquierda, con censuras a la prensa y el arte, represión en aumento y renunciamientos forzados de funcionarios progresistas. Más adelante hablaremos de esta teoría que practicaron guerrilleros y comandos derechistas por igual


Este es el punto clave que desarrollaremos luego: la llave para entender el concepto de "guerra revolucionaria" es descifrar cómo el Ejército incorpora al militante no-combatiente como un blanco lícito para ser abatido por estas fuerzas armadas y policiales. Mediante una torcida doctrina que se inoculó en el seno de las fuerzas armadas durante dos décadas (años 50-años 70) es como el civil no-combatiente, quien no solía ser el objetivo de las operaciones militares en una guerra convencional, se convierte ahora en el principal enemigo en este nuevo conflicto

Esta doctrina, como veremos adelante, y no es novedad alguna, fue inoculada a los militares sudamericanos por instructores y literatura francesas, basada en las experiencias coloniales de Indochina y Argelia. No obstante, en las guerrillas y organizaciones político-militares sudamericanas, esta doctrina fue mamada de los vietnamitas, argelinos y chinos. Así conviven dos caminos distintos donde militares y guerrilleros aprenden una misma teoría, pero van a practicarla de una manera diferente cada uno. La guerrilla argentina, sin usar métodos de tortura y desaparición. Los militares, usando estos métodos para desbaratar las células. Pero que quede claro desde ahora: no es una doctrina de poderío bélico, sino una doctrina de conquista política y "mental" en la población. No es una doctrina "de guerra" aunque se la llame así. Es una doctrina que toma los actos más triviales como la repartición de volantes o el llamado a huelga como "acto de guerra".... y si gente como Nicolás Márquez o Victoria Villarruel dicen que fue una "guerra" por la existencia de esta doctrina, con un claro sesgo de defensa hacia los militares, ya podemos hacernos una muy mala idea de cómo funciona el cerebro de Márquez y Villarruel: para estos psicópatas, un aparato de prensa o un sindicalista es un objetivo lícito para ser abatido (aunque los apologistas nunca lo planteen así tan sinceros)

Es bueno recordar las fechas de algunas de las fuentes militares que sobrevivieron y que expusimos en este blog, como es el caso del gráfico de Carlos Martínez de octubre de 1975 sobre los 600 combatientes del ERP, o aún la documentación secuestrada al ERP en el allanamiento "La Pastoril", del 29 de marzo de 1976 (véase los artículos correspondientes del tema). Esas fuentes son de fecha ANTERIOR a la gran masacre nacional que vendría a partir de marzo de 1976; o en el caso de "La Pastoril" unos escasos días luego del golpe de Videla. O sea que los militares ya tenían la conciencia bien definida que en su "guerra" contra Montoneros y PRT-ERP iban a matar a miles de personas que no eran combatientes ni les suponían un peligro bélico. No fue algo a posteriori, sino a priori. Que los apologistas no se hagan los desentendidos aquí: si mataron a un desaparecido montonero que no era combatiente, es porque resultaba su plan principal; no un exceso o un lamentable saldo de víctimas inocentes como ocurre en toda guerra. Sino que la "guerra" era contra esa gente no-combatiente


En la siguiente película ítalo-argelina "La Batalla de Argelia" del año 1966 (10 años antes del golpe de Estado argentino) y que trata de la independencia de Argelia del FLN contra los franceses, el coronel francés Mathieu sintetiza el objetivo de la "guerra revolucionaria": pasar del terrorismo (la guerrilla) a una verdadera insurrección armada (por parte del pueblo) a través de la huelga convocada (accionar político-proselitista). Minuto 1:11:50


En el minuto 1:06:06 los insurgentes tienen el mismo discurso sobre la huelga. El Ejército francés naturalmente quiere destruir la huelga laboral a garrotazos.Y en el minuto 1:54:14 del film, la insurrección generalizada del pueblo que hace tambalear la gobernabilidad de Francia y le dará su independencia 2 años después. Esta es la guerra revolucionaria: una lucha policial y política entre dos grupos, uno para encender la insurrección del pueblo; y el otro grupo para evitar la insurrección a toda costa

Tal como dice la revista ultra-derechista "Restauración", junio de 1975, que lo resume perfectamente: 

Las organizaciones subversivas no buscan la derrota militar de las fuerzas armadas, sino que su objetivo prioritario es procurar que se desarrollen situaciones que favorezcan la insurrección generalizada de la población

pag. 13:



De ningún modo se debe considerar seriamente la doctrina de la "guerra revolucionaria" como una campaña bélica; y parece ser que el tribunal no la tomó tan en serio desde el momento que no está tomando lo vivido como una "guerra". Tal vez las fuerzas armadas consideran en verdad como sinónimos "guerra" y "guerra revolucionaria", mientras que el tribunal ha considerado el concepto de "guerra revolucionaria" como un marco analítico de la sociedad; pero sin concluir que se llegara a una fase bélica auténtica de todas las fases asignadas por la doctrina. Afortunadamente el tribunal no cayó en el delirio de considerar las agitaciones políticas como guerra en serio

De hecho, parece que ni siquiera el apologista Márquez está muy convencido de explicarle a su público que la "guerra revolucionaria" comprende las movilizaciones o agitaciones sociales. Véase como ejemplo, que el apologista intenta silenciar el componente político o disfrazarlo de "terrorismo" en los chicos de la noche de los lápices (véase el apartado correspondiente) 

Según el criterio del tribunal, dentro de las cinco fases de la guerra revolucionaria, no se había llegado a la cuarta y quinta fase (referidas al dominio de territorio y el establecimiento de una guerra civil propiamente dicha). O sea, mientras no se haya alcanzado la fase 4 y 5, no se puede hablar de una guerra tal como la entendemos habitualmente. El concepto de "guerra revolucionaria" y sus anteriores fases, no sirven de nada para dictaminar que en el país hubiese una guerra, si no se llegó siquiera a la fase 4

Aunque si el tribunal hubiese dicho que fue una guerra, entonces no podrían haberlos juzgado con leyes de paz como finalmente hicieron. O sea, que independientemente de las palabras vertidas por los jueces en la causa, jurídicamente continúa propagando efectos de una situación de paz. Aún si el juez Arslanian o Gil Lavedra hubieran escrito en la sentencia "Esto fue una putísima guerra ¿quedó clarito?", pues AÚN ASÍ no estaríamos hablando jurídicamente de una guerra en tanto la competencia de la causa está en manos civiles y recibió sentencia en ese fuero, y apelación en ese fuero

Cabe aclarar que en el caso de Victoria Villarruel, si bien ella considera que hubo una guerra en los 70, no utiliza el argumento falso de "el tribunal dijo que estuvimos en guerra". A diferencia de Márquez o Agustin Laje, ella sabe que ese argumento no sirve de nada asi que prefiere descartarlo. Muy bien Vicky!!! punto para Vicky, que es más honesta aquí que Márquez

En definitiva, cuando el tribunal dice que el conflicto se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria, lo que hace el tribunal no es dictar una sentencia declarativa de guerra, sino que está citando la doctrina militar sobre el tipo de conflicto social, pero sin hablar todavía de las fases para llegar a una auténtica guerra civil. Justamente el tribunal párrafos después dictamina que los insurgentes no tuvieron suficiente poder como para hablar de una guerra propiamente dicha; no se llegó a la fases 4 y 5 de la doctrina de guerra revolucionaria que es donde se inicia la guerra "en serio". Si el estafador mitómano mentiroso irremediable de Nicolás Márquez se hubiera tomado la ligera molestia de leer los dos párrafos siguientes de la causa, lo habría comprendido

Los apologistas como Márquez confunden malintencionadamente el concepto de "guerra revolucionaria" con "guerra" a secas, y no te dicen que la guerra revolucionaria tiene una serie de fases para verificarse si efectivamente hemos entrado en una etapa bélica o no

No sorprendentemente, el Manual Básico de la Escuela Superior de Guerra del Ejército Brasileño, señala manifiestamente su imposibilidad de llamarla contundentemente como una "guerra":

Pocos asuntos han merecido en estas últimas décadas, tanta atención y tantas palabras, habladas y escritas, en cuanto a la llamada guerra revolucionaria, en su versión moderna: guerra revolucionarla comunista. Ella viene siendo en la presente coyuntura, y continuará por tiempo Indeterminado, materia de la mayor importancia. En torno de ser o no ser guerra, de pertenecer a tipos y formas de guerra, tema de una exasperante batalla verbal sobre la guerra revolucionaria donde más que victoriosos, surgen vencidos por la filigrana semántica. ¿Cómo considerarla?: ¿guerra?, ¿conflicto?, ¿acción?, ¿proceso?, ¿movimiento? Va a depender del punto de vista de quien analiza el problema

extraído del sig. link, pag. 105:


Como diría la filósofa contemporánea Karina Jelinek, nos lo deja a nuestro criterio

Es guerra dependiendo de nuestro punto vista. Okey....


Y suponiendo que aceptamos la idea que el tribunal se contradice (afirmando por un lado que hubo guerra y por el otro, afirmando lo opuesto), esa contradicción dejaría al estado de cuestión en una "duda". Y ante caso de duda, lo mejor es decir que no hubo guerra. Esto pasa con cualquier país: no tiene sentido que, al concebir dudas sobre si estamos en situación bélica o no, decretemos que la haya. Exactamente lo contrario: una situación tan grave y movilizadora como una guerra no se presume ni se duda, se afirma con contundencia y sin contradicciones. Imagínense cada vez que el pueblo estadounidense "dude" si están en guerra con los países de Medio Oriente o Asia y por consiguiente declaren un estado de guerra ¡¡¡Todos los días entrarían en guerra con un país nuevo!!!

Pero vamos a darle más rosca y vamos a suponer que efectivamente hubo una guerra. Aun así, las fuerzas armadas tendrían que haber actuado como si no la hubiera ¿Por qué? Porque el apologismo toma como "argumento" una causa judicial del año 1985..... cuando la pretendida guerra antisubversiva ocurrió desde 1970-1979. Eso implicaría que la declaración de guerra del tribunal haría surtir efectos de historización retroactivos, lo que a todas luces es artificial. La "gracia" es que los bandos en pugna conocieran su situación jurídica en pleno conflicto, no cuando ya acabó ¿De qué le sirve al ERP o a Montoneros o a Videla que en 1985 dicten jurídicamente que esto fue una guerra; si necesitaban saberlo en 1976 o 1975? Lo cierto es que en el lapso 1970 a 1979 los "bandos" en pugna no sabían jurídicamente su situación (por mucho que alardearan de estar en guerra). Repetimos entonces el párrafo anterior: ante caso de duda o desconocimiento, mejor asumir que NO hubo tal guerra. Si después en 1985 o en 1999 o en 2013 un tribunal declaraba que fue una guerra, es algo totalmente distinto que solo puede tener un valor jurídico de beneficios procesales para los bandos, pero no un valor histórico para explicar el fenómeno represivo; y es esto último lo que quieren también los apologistas: explicar el fenómeno represivo con un argumento a posteriori

Con esa lógica, que la Policía y las fuerzas armadas maten sin límites a delincuentes comunes hoy día, y después pidan que un tribunal declare el tema como "guerra". Y listo, así de sencillo nos libramos del reproche histórico de los delitos


Aclaremos por enésima vez, que tanto en situación de guerra como de paz, no están avalados los crímenes de guerra o lesa humanidad como torturas y matanzas a gente ya rendida. Así que sigo sin entender qué ventajas le puede dar al apologismo insistir con la idea de una "guerra". Sobre todo si revisamos estos cuadros:



Como que la teoría de la "guerra" deja mejor parados a los guerrilleros que a los militares ¿no?


GUERRA REVOLUCIONARIA: LA DOCTRINA DE LAS FUERZAS ARMADAS PARA JUSTIFICAR LA MATANZA DE NO-COMBATIENTES COMO "OBJETIVO TÁCTICO MILITAR LÍCITO"

En este reglamento militar de 1969, se explicitan las definiciones de "guerra revolucionaria": 



Algunos extractos de las primeras 25 páginas de ese reglamento militar: 

-La estrategia general de la guerra revolucionaria conduce el conjunto de los medios que posee el comunismo y de aquellos otros que, no siendo propios, puede aprovechar en su beneficio. Su objetivo final es la imposición de su ideología en todo el mundo

Para su consecución, incursiona en todos los campos de la actividad humana y, fundamentalmente, en los de orden político, social, económico, sicológico y militar

El conjunto de estas estrategias, conducidas con unidad de acción, conforma la estrategia general que el bloque comunista desarrolla en el conflicto por él desatado y que se llama guerra revolucionaria

-Otra característica de la guerra revolucionaria resulta de ser permanente, integral, universal y multiforme

-[Los comunistas en esta guerra:] Cuando no hay operaciones militares, ni disturbios políticos y se lanza a la coexistencia pacífica, la lucha permanece. Se trata sólo de un cambio táctico en el desarrollo de la guerra

-[Procedimientos multiformes del comunismo:] sus procedimientos no son rígidos o inalterables, sino que se acomodan a cada caso particular, jugando con la ingenuidad o belicosidad circunstancial de sus adversarios, avanzando o retirándose según sea la reacción de los mismos. Se adapta con gran habilidad al país atacado, adoptando distintas formas y pocos reconocen inicialmente el peligro, mientras inicia su accionar subterráneo. Puede ser clandestina, pero también abierta y violenta. Puede emplear la fuerza, pero no se limita a las fuerzas armadas. Todas las formas de lucha y todos los procedimientos en los diversos campos de la actividad humana le son lícitos

-La conquista progresiva, física y espiritual de las masas, se logra por el control de los cuerpos y de las mentes, gracias a apropiadas técnicas de subversión, combinando estrechamente acciones políticas, sociales, sicológicas, económicas y eventualmente acciones violentas y operaciones militares. Estas últimas serán solamente un medio para la conquista de la población 

-Los comunistas utilizarán una ideología agradable a las masas, explotando las llamadas contradicciones que existen en toda sociedad. Utilizando los medios modernos de difusión de masas y los activistas infiltrados, difundirán esa ideología para que impregne, primero, al o los grupos sociales elegidos como más aptos para la revolución y, progresivamente, a los demás

-[La guerra revolucionaria para el comunista] es integral por sus objetivos, que son la conquista exclusiva del poder y la conquista total del hombre, cuerpo y mente. Es también integral porque abarca todos los campos de la actividad humana: político, sicológico, social, económico y militar. Además, busca empeñar en la lucha a toda la población, sin distinción de edades ni de sexo

-[Técnicas de organización del comunismo]: estas técnicas, estrictamente unidas entre sí, tendrán por objeto preparar activistas de todo tipo que sirvan para la difusión de la doctrina (oradores, propagandistas, formación de los cuadros de organizaciones civiles y militares, etc.)

Estos elementos activos serán la base de la revolución. Deberán estar perfectamente instruidos y convencidos de la importancia de su misión y una vez preparados serán desplegados e infiltrados entre la población


Esos extractos no son nada. Mejor lean el reglamento por favor

Allí queda aún más claro que los militares consideraban "guerra revolucionaria" a una especie de conflicto que involucraba combatientes de guerrilla pero también a proselitistas del comunismo o de esa guerrilla. A través de conceptos como "guerra multiforme, integral"; "conquista de la mente y el espíritu"; "utilización de todos los medios posibles [económicos, psicológicos, militares, etc.]" y toda esa palabrería mierdosa, los militares realmente creían que el militante no-combatiente también era un blanco legítimo de esta suerte de guerra. Para que se den una idea: es como si yo, el día de mañana, le diga a un opositor macrista o kirchnerista "usted no es un opositor político, usted es un combatiente de una guerra". Seguramente me mirarían como si estuviese chapita de la cabeza. Pues bien, en esta definición castrense de "guerra revolucionaria" ocurría semejante imbecilidad: el comunista con ametralladora o con panfleto tienen el MISMO VALOR como blanco legítimo a ser abatido (o torturado y asesinado)

En el manual "Subversión en el ámbito educativo: Conozcamos a nuestro enemigo" se deja más en claro cuál es el enfoque de los militares sobre el proselitismo revolucionario:

Es necesario reiterar que tanto el accionar armado [de la subversión] como el insurreccional de masas se apoyan en la población

Lógicamente, el primero (accionar armado) puede ser cumplido con un respaldo de la población menos intensivo mientras que el otro (insurreccional de masas), requiere una mayor extensión de ese apoyo

Se habrá notado que, en todo este esquema no se ha hecho referencia a la llamada conquista pacífica del poder. Ella, por el momento, ha sido dejada de lado por la subversión que actúa en la ARGENTINA, de neto origen marxista, especialmente luego de su fracaso en CHILE. No obstante cabe señalar que la banda de delincuentes subversivos Montoneros, en su momento, creó y trató de incrementar al Partido Auténtico, como medio para actuar en el ámbito electoral 

pag. 23


Para los represores, el accionar proselitista (llamado aquí como "insurreccional de masas") no es una acción pacífica. Con excepción del Partido Auténtico (brazo electoral de Montoneros), para los militares las células sindicales, estudiantiles, territoriales, o las células de la Secretaría de Prensa y Propaganda, todas ellas deben ser vistas en clave netamente bélica, no pacifista. Son militantes bélicos, no pacíficos. Lógicamente este pensamiento incide en ubicar estos militantes como objetivos lícitos de persecución en esta guerra

Tan limado el cerebro los militares, que ni siquiera existe el concepto de "paz". Para ellos, la coexistencia pacífica que eventualmente plantee el comunismo, es solo un cambio táctico de su lucha y no una verdadera paz

O sea que los apologistas, que están bastante mal del marote, quieren que nosotros consideremos que en los 70 hubo ¿Una guerra? No, quieren que creamos que hubo una "guerra revolucionaria", donde el militante no-combatiente también era un objetivo lícito para matarle. Para ser más exactos, el comunista desplegaba la guerra revolucionaria (porque querían hacer la revolución), mientras los militares se oponen con una guerra contrarrevolucionaria (porque quieren detener la revolución)

En el reglamento de 1969, si lo llegan a leer, es bastante explícito que la tarea de las fuerzas armadas es destruir 2 elementos de la subversión: sus "organizaciones político-administrativas revolucionarias" (así está escrito en el reglamento) y sus "fuerzas armadas revolucionarias" o el elemento terrorista/militar. Asi que es evidente que los represores pueden definir y discriminar doctrinariamente la cuestión política de la cuestión "terrorista"; aunque a ellos no les importe dejar con vida a ninguno: van a destruir igualitariamente a los 2 elementos



pag. 81:


Allí el reglamento castrense del año 1969 hace imperativo la destrucción de las fuerzas armadas revolucionarias (es decir los efectivos combatientes de la "subversión") y el aparato político-administrativo revolucionario (es decir los efectivos políticos, no-combatientes de la "subversión"). Como se puede comprender, el exterminio del periodo 1975-1979, incluso el exterminio de los no-combatientes, ya contaba con un sustento teórico de varios años atrás bajo la terminología de Guerra Revolucionaria / Guerra Contrarrevolucionaria

En las siguientes páginas de ese reglamento, se es un poco más explícito acerca del tratamiento que las fuerzas armadas deben darle al aparato político-administrativo revolucionario, es decir a los militantes no-combatientes



No dice sin embargo cómo debe interrogarse a esos miembros del aparato político-administrativo revolucionario, con qué métodos. Una de las frases de esas páginas es ilustre: "Destruyendo estas organizaciones se luchará también contra las guerrillas, al sacarle su más importante apoyo". Obviamente, si se eliminan a los militantes revolucionarios no-combatientes que funcionan como "agua" para el pez, entonces la guerrilla ya no podrá moverse como pez en el agua, porque los militares drenaron el agua


Este reglamento de 1969 es solo UN documento doctrinario más de los tantos que conforman el vasto universo teórico de la guerra revolucionaria, y que fueron escritos antes y durante la gran represión. Por lo menos desde fines de los años 50 que las fuerzas armadas de Argentina vienen concibiendo pasito a pasito el cuerpo doctrinario de esta nueva guerra, con ayuda de los teóricos franceses sobre su experiencia en Indochina y muy especialmente en Argelia. Hay libros, revistas del colegio militar, reglamentos, directivas, conferencias, folletos, manuales sobre el tema desde fines de los 50 en adelante; cuerpo doctrinario que en los años 60 todavía no tendría mucha cabida en el seno institucional de las FF. AA o la sociedad pero que en los 70 levantaría sus cimientos fértiles. Y los historiadores académicos que estudiaron la nefasta injerencia francesa sobre los militares sudamericanos han llenado Bibliotecas al respecto, no es nada novedoso lo que estamos escribiendo en este blog. A un nivel más accesible tenemos el siguiente documental realizado por una francesa, un documental muy conocido llamado "Escuadrones de la Muerte: La Escuela Francesa" que resume la relación de los doctrinarios franceses con los argentinos, chilenos y brasileños:



Esto no quedó solamente en un manual. La directiva de Defensa 1/75 de octubre de 1975, en ocasión del decreto de aniquilamiento de Luder, utiliza la abarcativa palabra de "elementos constitutivos" de la subversión como materia de aniquilamiento; pero también hace referencia explícita su aparato político-administrativo. Dice la directiva:

2) El objetivo estratégico [de las fuerzas armadas] a lograr, puede ser descompuesto de la siguiente forma sin que ello signifique una compartimentación en las acciones:

a) Aparato político-administrativo

b) Elementos subversivos clandestinos

c) Elementos subversivos abiertos

[...]

Las acciones deben tender a:

1) Obtener una clara información sobre los elementos que integran el aparato político administrativo y sus elementos subversivos clandestinos y abiertos.

2) Crear una situación de inestabilidad permanente en las organizaciones subversivas que permita restringir significativamente su libertad de acción.

3) Aniquilar los elementos constitutivos de las organizaciones subversivas a través de una presión constante sobre ellas.

4) Eliminar y desalentar el apoyo que personas u organizaciones de distintos tipos pueden brindar a la subversión.

5) Incrementar el apoyo de la población a las propias operaciones.

6) Orientar la opinión pública nacional e internacional a fin de que tome conciencia que la subversión es un "enemigo indigno de esta patria".

7) Identificar a los integrantes de los propios medios en los propósitos de la lucha contra la subversión.

8) Aislar a la subversión de todo apoyo tanto de tipo interno como externo.



El "aparato político-administrativo" hace referencia a la base política, no-combatiente de la subversión (aunque puede añadirse la cúpula de toda la organización). Los "elementos subversivos clandestinos" son aquellos guerrilleros que se ocultan en la población llevando vidas normales, y los "elementos subversivos abiertos" aquellos guerrilleros que operan en una zona (por ej. la guerrilla rural en el monte)


Por su lado, el manual incautado por la Justicia en los años 90 a la SIDE, titulado "Contrainsurgencia a partir del accionar del Partido Revolucionario Montoneros" de fecha incierta aunque posterior a julio de 1976, consigna con respecto a los objetivos de las fuerzas armadas:

Otro aspecto táctico-político es impedir la infiltración del PRM [Partido Revolucionario Montoneros] en las fábricas, universidades y organismos de masas barriales, a través de la prohibición del accionar de las comisiones internas, centros de estudiantes, cuerpos de delegados (hasta el logro del aniquilamiento de las Fuerzas Subversivas). En lo que hace a los organismos de masas barriales, se debe realizar un severo control sobre sus miembros y las actividades que estos realizan

También es importante, como complemento del accionar de aniquilamiento de las Fuerzas Subversivas, un bloqueo o destrucción de todas las organizaciones o partidos políticos que, aun siendo legales, se convierten en retaguardia

pag. 41, extraído del sig. enlace:


Bastante clarito: había que eliminar no al sector armado de Montoneros, sino también a su sector político. Un militante no-combatiente de Montoneros no tenía siquiera derecho a organizar un centro de estudiantes o cuerpo de delegados. Los militares tienen que destruir TODO, sin importar que el no-combatiente carezca de relevancia bélica. En esta doctrina de guerra revolucionaria, es parte del campo de batalla que se disputan las fuerzas armadas


Coincidentemente con lo antedicho, el reglamento oficial militar "Operaciones contra la Subversión" de diciembre de 1976, se enfoca doctrinariamente en definir la subversión, sus elementos, su modo de combatirla, etc. Allí, el problema "subversivo" no se reduce a lo estrictamente bélico o al aspecto combatiente (del cual no inflan su peligro tampoco, a veces indican que los subversivos realizan acciones "menores"). El problema abarca lo político, o su "logística política" que es más importante que el pretendido terrorismo guerrillero: 


Textualmente el reglamento en su página 76: 

La confusión que existe en este aspecto surge del error de pensar que los elementos militarizados de la subversión constituyen el problema fundamental, olvidando que estos elementos están destinados a respaldar el poder de sus organizaciones políticas y que éstas constituyen para ellos el medio viable para alcanzar su objetivo 

Más clarito todavía: el sector político (no-combatiente) de la Subversión importa más que el sector armado (combatiente)



Informe de inteligencia militar sobre las T.E.A., las "Tropas Especiales de Agitación" de la organización Montoneros para la etapa de la Contraofensiva (año 1979). Estos grupos pertenecían al sector no-combatiente. Nótese que los mismos militares escriben en el informe que las TEA "no presentan combate", "realizan trabajo político", "tienen armas únicamente de defensa personal". A pesar que el mismo gobierno militar reconoce su intrascendencia bélica o criminosa, los militantes de las TEA fueron perseguidos y desaparecidos



El investigador militar español Prudencio García en su libro "El Drama de la Autonomía Militar" se tomó el trabajito de relevar apenas los títulos de los folletos que se estaban enseñando en el Colegio Militar en los años 60; algunos de estos folletos con carácter reservado (es decir, que no podían ser públicos). Solo con los títulos es más que elocuente sobre el tipo de "guerra" que los colegios militares estaban preparando doctrinariamente ya desde los 60: 


«La Guerra Contrarrevolucionaria en su aspecto global»

«Táctica de la Guerra Revolucionaria»

«La insurrección urbana»

«La insurrección local» 

«Organización del territorio para la Guerra Contrarrevolucionaria» 

«Preparación y conducción de la defensa interior del territorio» 

«Las Fuerzas Armadas en la Guerra Contrarrevolucionaria» 

«Lucha contra las organizaciones clandestinas» 

«La destrucción de las organizaciones político-administrativas revolucionarias»

«Proceder con los prisioneros»

«Lucha contra la insurrección urbana» 

«Aislamiento de la subversión de sus ayudas exteriores» 

«Teoría contrarrevolucionaria»

«Curso Interamericano de Guerra Contrarrevolucionaria» 

«Educación e Instrucción de cuadros y tropa: su adaptación al problema de la Guerra Contrarrevolucionaria» 

«Acción desarrollada en el Ejército Argentino» 

«Situación revolucionaria subversiva» 

«Características de la penetración e infiltración del comunismo en la provincia de Buenos Aires: a) En lo social; b) En lo general; c) En lo político; d) En lo estudiantil y cultural» 

«Las informaciones en la guerra revolucionaria» 

«Etapas o períodos de la subversión en la guerra revolucionaria»

«Medios que utiliza el movimiento comunista» 

«Misión de los servicios de información del Estado» 

«Coordinación y empleo de las Armas en el desarrollo de la contrainsurrección urbana» 

«Los Ingenieros en la lucha contra la Subversión» 

«Las comunicaciones en la lucha subversiva» 

«La logística en ambiente subversivo» 

«El apoyo aéreo en la lucha contra la Subversión» 

«Asuntos Civiles y Gobierno Militar en la Guerra Contrarrevolucionaria» 

«Estado de Sitio y Ley Marcial» 

«Plan de Operaciones para la Guerra Contrarrevolucionaria»

«Determinación del procedimiento a seguir en la elaboración del Plan de Operaciones y estructuración de una Doctrina Contrarrevolucionaria» 

«Síntesis del contenido de un Plan de Operaciones para la Guerra Contrarrevolucionaria» 

«Evolución probable de la estrategia soviética» 

«Estrategia revolucionaria» 

«Estrategia continental comunista: Campo militar. Campo político, social, económico, psicológico» 

«Estrategia del comunismo» 

«Técnicas de penetración comunista en los países subdesarrollados» 

«Técnica psicológica de la propaganda subversiva» 

«Concepto de la nacionalidad y técnica psicológica de la Subversión»


Los remarcados en negrita por mí, son los que ostensiblemente están relacionados con la evaluación y/o "destrucción" de los subversivos no-combatientes. Aunque ya de por sí el concepto de "guerra revolucionaria" para la óptica castrense implicaba ínsitamente el aniquilamiento de los no-combatientes enrolados en la "subversión"



En una publicación argentina interna del año 1961, del Ejército, se detallaban las actividades doctrinarias desarrolladas en el continente sobre esta nueva guerra:

-Entre el 3 y el 18 de agosto de 1960 se realizó un ciclo de conferencias sobre guerra contrarrevolucionaria en Perú

-Entre el 24 de noviembre y el 2 de diciembre de 1960, se llevó a cabo en Bolivia el Ciclo de Conferencias sobre Guerra Revolucionaria

-El 15 de enero de 1961 se designó en Bolivia una Comisión Permanente de Asesoramiento y Estudio sobre Guerra Contrarrevolucionaria, en la cual el agregado militar de la Argentina se desempeñó como asesor permanente del comando en jefe del ejército boliviano

-En mayo y junio de 1961 vinieron al país los jefes del ejército boliviano, con el objetivo de asistir a cursos sobre guerra revolucionaria

-Entre el 30 de abril y el 15 de mayo se realizó un ciclo de conferencias sobre este tema en el Uruguay, luego del cual llegaron a la Argentina los jefes de las Fuerzas Armadas del Uruguay “…para recibir asesoramiento sobre sistema, método y funcionamiento del servicio de informaciones y conocimiento doctrinario de Guerra Revolucionaria”

-En agosto de 1961 se envió a Bolivia armamento, equipo, vestuario y bibliografía sobre guerra revolucionaria

-Entre el 2 de octubre y el 30 de noviembre de 1961 se realizó en la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino el Curso Interamericano de Guerra Contrarrevolucionaria

-Se designó una misión técnica permanente del Ejército Argentino en la República de Paraguay

-Se estableció un plan de becas para jefes, oficiales y cadetes de ejércitos americanos para realizar cursos en la Argentina


Secretaría de Guerra, Ejército Argentino, El Ejército Argentino en la defensa y cohesión continental (informe), 1961. Biblioteca Nacional, Fondo Centro de Estudios Nacionales (CEN), Caja 1622. Extraído del sig. enlace, pag. 233:



Joder mamita. Si eras oficial militar de rango en los años 60, ibas a ver el tema de "guerra revolucionaria" hasta para ir a cagar al baño. O sea, 15 años antes de la "gran masacre" del 75-79, ya se le estaba llenando muchísimo la cabeza a los milicos sobre esta nueva forma de lucha contra el enemigo. Un enemigo comunista distinto al de una guerra convencional, que podía usar las armas, pero también podía hacer mucho daño sin necesitad de usar las armas sino a través de la "agresión psicológica", el proselitismo político, etc. 

El nombrecito de "guerra revolucionaria" no lo inventaron los franceses en los años 50, sino que puede rastrearse de bastante antes (Mao Tse-Tung lo usaba en un libro de los años 30). Pero fueron los franceses los que estudiaron esa metodología guerrillera y quienes rompieron las guindas con decir que había que oponerse a ella con un ejército contrarrevolucionario, con los métodos "novedosos" que todos conocemos. Desde allí, a veces se utiliza el concepto de "guerra revolucionaria" para referirse a su contrario "guerra contrarrevolucionaria". Si un apologista o un represor te dice que en Argentina hubo una "guerra revolucionaria", lo que tácitamente te quieren decir es que el ejército tenía legitimidad de aplicar la metodología de la guerra contrarrevolucionaria


¿Y por qué los militares tenían tanta "pebre" de creer que los panfleteros o sindicalistas comunistas eran objetivos lícitos de abatir como el combatiente guerrillero? Porque los chabones de traje verde decían que el panfletero, aunque no tuviera armas o no pusiera bombas para matar gente, de todas maneras le iba a llenar la cabeza al trabajador o al estudiante para movilizarse, para hacer reclamos constantes, para insurreccionarse contra el gobierno, para "agitar" la sociedad y eventualmente ocasionar su "caída" y toma del poder


Luis Mattini, ex-líder del PRT-ERP, minuto 10:19, cuenta que el Rodrigazo (la gran movilización masiva que hizo tambalear el gobierno de Isabel Perón en junio de 1975), contó con varios dirigentes del PRT


Con "toma del poder" o "golpe al poder" no nos imaginemos solo el típico escenario donde un presidente es depuesto por una movilización de masas (algo que ocurrió desde la revolución cubana.... hasta el estallido argentino de la crisis del 2001). También la guerrilla tenía como otra de sus herramientas de conquista, la "jerarquía paralela": la sociedad en un determinado lugar (un barrio, una villa, una ciudad, una provincia) gradualmente deja de estar coordinado por las reglas civiles de un Estado (respeto de las leyes del congreso, recolección de impuestos, resolución municipal de los conflictos urbanos) para pasar a depender en una organización revolucionaria que les provea ese nuevo soporte civilizatorio: serán los revolucionarios quienes ahora arreglen los problemas urbanos, quienes recolecten los impuestos, quienes organicen las festividades, etc. Esto solo puede darse con una "penetración ideológica" en la sociedad, con células sindicales o estudiantiles que ayuden a resolverle problemas a la gente y así ganarse su representación, con propaganda armada que genere la sensación de un poder revolucionario que enerve a la sociedad a oponerse al antiguo soporte civilizatorio. Esto sucedía en Vietnam y se aplicó parcialmente en Tucumán con el PRT-ERP, donde tuvieron un apoyo poblacional  desde mediados de los años 60

De ahí la enorme importancia que tenía el no-combatiente tanto para la organización revolucionaria, como para la represión. Podían estos militantes "inermes" concientizar a la gente para huelgas o jerarquías paralelas

El líder del ERP Mario Santucho, en su escrito "Poder Burgués y Poder Revolucionario" del año 1974, teoriza sobre esta jerarquía paralela, aunque no la llama de ese modo sino con el nombre de "poder local", "poder popular", "poder soberano" o "poder revolucionario". Dice Santucho: 

Pongamos un ejemplo. En una fábrica grande se inicia una lucha reivindicativa o antiburocrática, que enseguida choca no solo con la empresa y la burocracia sindical, sino también con la policía, con el Ministerio de Trabajo, en una palabra con el gobierno burgués y sus fuerzas represivas. El sindicato o comisión interna que dirige la lucha, moviliza a todos los trabajadores, gana un primer conflicto y amplía su fuerza. Si esa lucha se mantiene ahí, inevitablemente tenderá a debilitarse porque como es aislada, el enemigo puede combatirla pacientemente. Después de un tiempo, en el curso del cual se dan nuevas movilizaciones, la "santa alianza" enemiga (empresa, burocracia, fuerzas represivas y gobierno) lanza su contraofensiva y muchas veces la vanguardia obrera, influida por el espontaneísmo, el populismo, el reformismo, o simplemente por falta de orientación política, es derrotada por no animarse a luchar, a veces, o por dar una batalla desesperada. En cambio, actuando correctamente, en el caso que damos como ejemplo hipotético, el sindicato o Comisión interna clasista, al hacer conciencia de la situación revolucionaria que vivimos, comprenderá que el eje de sus esfuerzos debe dirigirse a acumular fuerzas. De esa manera, ante el primer triunfo, se preocupará inmediatamente para tomar los demás problemas de la población, acercarse a las organizaciones villeras y barriales, a otros sindicatos y comisiones internas, y fundamentalmente participará y alentará a los activistas a participar en la construcción de las fuerzas revolucionarias, las células del PRT, las unidades del ERP, el Frente Antiimperialista

[...]

Constituir órganos abiertos de poder local no puede ser un hecho aislado ni espontáneo. El enemigo en cuanto tenga conocimiento de que en un barrio, en una localidad o una ciudad el pueblo se ha organizado por sí solo y comienza a resolver a su manera los problemas de la producción, de la salud, de la educación, de la seguridad pública, de la justicia, etc., lanzará con furor todas las fuerzas armadas de que pueda disponer con la salvaje intención de ahogar en sangre ese intento de soberanía. Por ello el surgimiento del poder local debe ser resultado de un proceso general, nacional, donde aquí y allá, en el norte y en el sur, en el este y en el oeste, comiencen a constituirse organismos de poder popular, comiencen las masas a tomar la responsabilidad de gobernar su zona. Esa multiplicidad y extensión del poder local dificultará grandemente las posibilidades represivas y hará viable que unidades guerrilleras locales de pequeña y mediana envergadura defiendan exitosamente el nuevo poder

[...]

A partir de la lucha reivindicativa está hoy planteado en Argentina, en algunas provincias, en algunas ciudades, en algunas zonas fabriles y villeras, la formación de órganos embrionarios de poder popular. Pero, en general en lo inmediato no es conveniente dar un paso que atraerá rápidamente la represión contrarrevolucionaria. En esos casos puede avanzarse enmascarando hábilmente tras distintas fachadas el ejercicio del poder popular. En una villa, por ejemplo, bajo el enmascaramiento de la Asociación Vecinal, pueden organizarse distintas comisiones que encaren el problema de la salud, de la educación, de la seguridad, de la justicia, de la vivienda, etc., con una orientación revolucionaria, mediante la constante movilización de toda la villa, teniendo como objetivo central la construcción de sólidas fuerzas revolucionarias políticas y militares. En un pueblo de Ingenio Azucarero igual papel podría jugar el Sindicato. Pero esto sólo como pasos iniciales de los que habrá que pasar en el momento oportuno a la organización de una Asamblea o Consejo local que se constituya oficialmente como poder soberano de la población de la zona



La guerra revolucionaria, como hemos escrito al inicio de este posteo, tiene unas cinco fases. Las fases 4 y 5 refieren al dominio territorial de la guerrilla y la conformación de un Ejército regular para disputarle el poder a las fuerzas armadas de un país para una guerra "en serio", la guerra "clásica" de toda la vida. Esto se lograría con la jerarquía paralela, que le permite a la guerrilla pasar a disponer de un Ejército Regular porque ya tiene controlado ideológicamente el territorio. Pero no significa que sea imprescindible llegar a esta fase para obtener el poder, ya que se juega mucho con la necesidad insurreccional. En Cuba apenas se acarició la fase 4, pero en Vietnam SI se llegó a la última fase en su completitud. En Argentina no hemos llegado ni a la fase 1, 2 y 3 en su completitud

Por eso los guerrilleros argentinos hablaban de una "guerra popular integral prolongada". "Guerra popular" porque se supone que las fases 1 a 4 comprometen a la población forjando su destino, su control, su jerarquía paralela (la guerrilla por sí sola no puede lograr mucho si no cuenta con el respaldo poblacional). "Integral" porque la guerra no es solo armada, sino de proselitismo político para persuadir a la población. Y "prolongada" porque no estaba asegurado el límite de tiempo para cumplirse las 5 fases o para la toma de poder. La guerrilla de Cuba demoró unos poquitos años para obtener el poder, China y Vietnam casi 20 años 



revista GENTE n°616, mayo de 1977. Muestran extracto de una carta capturada a Firmenich, donde incita no solo a la lucha armada sino fundamentalmente a la propaganda y el sabotaje sindical


El problema de la guerra revolucionaria en sus fases 1-2-3, es que la intromisión de las fuerzas armadas para destruir a la "subversión" puede considerarse como una grave invasión al legítimo proselitismo político. Obviamente los milicos te van a decir que ellos quieren combatir el "terrorismo", y quizás no sea falso que detengan a un pone-bomba que quería matar a 20 personas con su explosivo. Pero también estas fases 1-2-3 son de proselitismo de la guerrilla a la población, y las fuerzas armadas se sienten legitimadas doctrinariamente a perseguir y eliminar las células sindicales, estudiantiles, territoriales favorables a los fines políticos de la guerrilla; independientemente que sean combatientes o no. Después de todo, si esas fases están contempladas en la doctrina de la guerra revolucionaria entonces no les parece mal aniquilarlas 

El problema no es que los militares hayan teorizado conque el "enemigo" se integraba por un sector armado y de un sector político. Los militares tenían razón en ese punto: Montoneros y PRT-ERP se organizaban en células políticas (sindicales, de inserción territorial, universitarias, etc.) y células armadas-logísticas. Los militares teorizaban correctamente a su "enemigo". El gran problema es que consideraban que el enemigo a eliminar era TODO: el guerrillero y la célula política. Ese es el aspecto tenebroso de esta teoría de la guerra revolucionaria / guerra contrarrevolucionaria: se planificó y se racionalizó el asesinato a una persona que pensaba diferente (o que pensaba como "comunista agitador"), por el ridículo temor que ellos pudieran movilizar a otros a insurreccionarse e instaurar la Cuba argentina
  

Prudencio García en el libro antemencionado, tuvo acceso a la lectura de un folleto argentino de los años 60 de la Escuela Superior de Guerra, titulado "La Guerra de Indochina". Trata, naturalmente, de la derrota de Francia para mantener el dominio de su colonia asiática a principios de la década de 1950: a pesar que los franceses eran muy superiores a la guerrilla rural del país colonizado en armamento y número de efectivos, no obstante tuvieron que marcharse y legitimar a Indochina como país soberano. El folleto inicia con una autocrítica de los militares franceses:

«Comprendimos que habíamos combatido de modo clásico, mientras que el enemigo empleaba métodos nuevos, revolucionarios. Descubrimos que el problema no era solamente militar sino total, es decir, también político, económico, social…»

«Así es como un partido rebelde, tan débil al iniciarse las operaciones, que parecía incapaz de sobrevivir, logró en un lapso de nueve años vencer a unas fuerzas armadas modernas y constituir un Estado soberano, reconocido por todas las potencias mundiales. Logró este éxito gracias a la conquista de la mayoría de la población por los procedimientos de la doctrina marxista…».

«La insurrección de Indochina es un ejemplo típico de la Guerra Revolucionaria, que será probablemente una de las formas de un conflicto futuro. Por eso merece ser estudiada seriamente, porque el estudio de la guerra clásica no nos prepara para ella»

Nótese que este folleto, al igual que las demás directivas, manuales, reglamentos, etc. siempre mantienen la misma tónica: existe el enemigo armado, pero es muy débil a las fuerzas regulares; no representa una verdadera amenaza bélica. Lo peligroso son las "otras" técnicas que emplea el enemigo (claro está: las técnicas psicológicas, políticas, económicas, sindicales, etc.). Esas novedosas técnicas son las que, combinadas en parte con el accionar armado, motivan a la población a insurreccionarse

El teniente coronel del ejército francés Jean Nougués, en su artículo "La teoría de la guerra revolucionaria y contrarrevolucionaria" de 1960, analiza el caso argentino sobre la resistencia peronista de finales de los años 50:

La perturbación subversiva, que fue derrotada, realizaba una neta conjunción peronista-comunista, no sólo por la inspiración marxista de la organización y de los métodos, sino también por el empeño de varios cuadros comunistas. Casi todas las técnicas de la Guerra Revolucionaria, constructivas o destructivas, fueron empleadas: encuadramiento de las masas por el sistema de las jerarquías paralelas, tratativas de dislocación del cuerpo social mediante huelgas de carácter político o insurreccional, intimidación por manifestaciones callejeras, campañas de sabotaje y terrorismo, y actuación de bandas de guerrilleros. Del suceso, las fuerzas legales sacaron varias enseñanzas relativas en especial a la acción informativa, a la necesidad de disponer de instrumentos jurídicos adecuados a la situación y de una organización del Comando que, establecida de antemano, realice la unidad de dirección, la continuidad y la rapidez de la acción

extraído del sig. enlace pag. 205:


Nótese cómo ubica tanto los actos "terroristas" como los actos de huelga o manifestaciones callejeras, en la noción de "guerra" (o más precisamente, "guerra revolucionaria")


Pero sin duda alguna, el libro más influyente sobre la doctrina francesa, al menos en Argentina, corresponde a la pluma del represor francés Roger Trinquier. Su libro "La Guerra Moderna" fue la piedra filosofal donde se asentó toda la literatura contrainsurgente, su análisis y métodos. Si bien en ese texto, Trinquier gustaba de llamar todo esto como "guerra subversiva" o "guerra moderna". Aquí no imprime intensamente el concepto de "guerra revolucionaria", pero todos sabemos que los militares se referirán a ella en base al ideario de la "guerra moderna" de Trinquier. En uno de los pasajes de ese libro, Trinquier pone énfasis en una lucha que no solo comprende al "terrorista" en sí mismo, sino a todo aquel que apoye la causa del enemigo. Sea un colector de fondos, o un simple huelguista. También propone técnicas y métodos para enfrentarnos a ese enemigo mediante un sistema de inteligencia:

El ejercito, cuya responsabilidad es dar la batalla, debe recibir una cooperación ilimitada, sin reservas, incondicional, del pueblo que defiende. Cualquier propaganda que se inicie que tienda a socavar su moral, insinuando dudas sobre la necesidad de su sacrificio, conducirá a resultados funestos

Con este apoyo, el ejercito sabrá donde y cuándo tiene que atacar. Cuando conozca la existencia de un individuo que, en cualquier orden de cosas, ayude al objetivo del enemigo, tendrá que considerarle traidor y deberá tratarlo como tal.

En los países totalitarios, las líneas ideológicas se llevan siempre hasta los limites geográficos, a fin de que no exista la menor duda de donde tiene que pararse el enemigo. De este modo, los enemigos del país son fácilmente eliminados y conducidos fuera del territorio nacional

Aunque nosotros debemos evitar estas extremas medidas, que son incompatibles con las ideas de libertad que nosotros y la civilización estamos defendiendo, no podemos tampoco ignorarlas, porque de lo contrario jamás derrotaríamos a un enemigo que no esta claramente identificado

Se sabe que el enemigo no consiste en un grupo de hombres armados que pelean a campo abierto, sino que se trata de miembros de una organización que los alimenta, los informa y hasta levanta su moral apoyándolos resueltamente. Este es un estado de cosas que la democracia tolera en una nación atacada y que conduce fácilmente a un punto en que, si no se toman rápidas medidas para aplicar a este enemigo el golpe de gracia que pueda eliminarle, seguirá moviéndose secretamente en su contra, y entonces será muy difícil aplicarle ese golpe o tendrá que ser pospuesto indefinidamente

[...]

Para construir nuestro Servicio de Inteligencia tenemos que crear numerosos centros secretos de preparación donde todo habitante que esté dispuesto a cooperar pueda recibir la enseñanza necesaria para que después no falle en su propósito o en la misión especial que podemos confiarle. La preparación tiene que ser esencialmente practica. Y debe limitarse a enseñar a utilizar medios fáciles, como el teléfono, la carta, la nota entregada al descuido, etc.; en fin, algo que no le comprometa mucho y le permita seguir remitiéndonos buena información 

Una vez entrenado el agente y amoldado a nuestra organización, lo distribuimos por donde exista mayor actividad humana -digamos por las fabricas, las oficinas, los colegios, los lugares públicos, etc.-, y así, mezclándose con el pueblo, podrá obtener todos los informes que deseamos. Habrá momentos en que no podremos situarle en el circulo que más interés tenemos de cuidar. Pero siempre le tendremos lo más cerca posible, y el mejor sistema es conseguirle empleos apropiados a su profesión o a sus actitudes vocacionales, que le servirán para cubrirse en el servicio que realiza 

Cuando tengamos bien preparada esta red, conseguiremos información buena y oportuna sobre las actividades de nuestros adversarios y sabremos, con tiempo, donde y cuándo van a atacar y cómo pretenden infiltrarse en la población. Así, en poco tiempo, descubriremos quienes son los colectores de fondos para la organización subversiva, quienes son sus propagandistas, quienes son los que inspiran las huelgas, y así sucesivamente, hasta completar lo que nosotros llamamos el primer grupo de ofensiva de la organización terrorista. Trabajando con ellos, en su propio medio, nuestros agentes podrán descubrirlos sin dificultad


Evidentemente, Trinquier incorpora al no-combatiente dentro del blanco lícito a ser espiado y "aniquilado"

Estos libros no es que se ocultaran a la población argentina. Es más, en la revista ultra-derechista "Restauración", de julio de 1975, recomiendan al lector este libro de Roger Trinquier, publicado por la editorial Rioplatense; y no se privan de comparar las enseñanzas de Trinquier con lo que estaba sucediendo en Tucumán en ese entonces (con la compañía rural del ERP). Pag. 63:


La revista explicita algunos aspectos interesantes:

El coronel Trinquier destaca una y otra vez el concepto de "organización" [subversiva] que es tan importante en este tipo de guerra pues contra ella, ni los éxitos estrepitosos de la policía cuando descubre una ramificación, ni la del ejército cuando escarmienta una partida tienen valor alguno si no proporcionan una pauta para descubrir y desmantelar todo el sistema, hasta en sus aspectos aparentemente más inocentes

La guerrilla es un fenómeno que si ha conmovido las bases del arte militar no ha tomado menos de sorpresa al mundo civil. Por ejemplo, mucha gente no sabe que una organización terrorista cuenta con algunos miles de afiliados, la mayoría reclutados por el terror, en una gran ciudad. Y habrá funcionarios públicos que discutan que esto sea cierto

La revista argentina (tomando las lecciones de Trinquier) está implícitamente hablando de los no-combatientes de la organización "terrorista". Pero ¿Y qué hay que hacer con esta organización?: 

El triunfo [del Ejército] no consiste en acciones bélicas espectaculares sino en el cumplimiento de un solo objetivo: DESTRUIR LA ORGANIZACIÓN de la subversión, pero destruirla COMPLETAMENTE

Había que destruir todo Montoneros, hay que destruir todo PRT-ERP; sin importar la relevancia bélica de sus miembros individuales, sin importarles de hecho si eran combatientes

Revista Cabildo, publicitando un libro que trata de la lucha francesa contra la insurgencia argelina. Septiembre de 1976, pag. 2:



El general Paul Aussaresses, uno de los torturadores franceses que operaban en Argelia, da un ejemplo de la caza de cabecillas huelguistas que respondían políticamente al FLN: 

Los paracaidistas [franceses] se esforzaron por localizar a los cabecillas [de las huelgas]. Se visitaban los lugares y se embarcaban sistemáticamente en los elementos que no tenían nada que ver allí

Tal fue el caso de las obras de construcción de albañilería. Preguntamos a los trabajadores:

-¿Por qué no están trabajando?
-Estamos en huelga
-¿Y por qué estás en huelga?
-Porque nos dijeron que la hiciéramos
-¿Y quién te dijo eso?
-Personas que no conocemos
-¿Gente del FLN?
-Puede ser

Allí, contra todo pronóstico, procedimos a verificar. Solo tuvimos que encontrar algo que no tenga nada que ver con la zona, una peluquería por ejemplo, para tener la certeza de que eran los cuadros del FLN los que habían venido a pasar las instrucciones

Tales sospechosos fueron llevados para ser interrogados

pag. 217:




 
Revista GENTE (favorable a los militares), toma el concepto de "guerra revolucionaria" para referirse a la situación del país, como una guerra "con poca fuerza" y mucha acción psicológica. Julio de 1975. Pag. 124: 



Curioso todo esto, porque los apologistas y represores después hinchan las guindas conque la guerrilla argentina tenía "ideología foránea", mientras al mismo tiempo las fuerzas armadas absorbían como esponja estas ridículas teorías contrarrevolucionarias de Francia, en donde la población y sus manifestaciones políticas eran tomadas como "Campo de Batalla", y los militantes no-combatientes eran etiquetados también como el enemigo a darle baja


Y ojo!!! ciertamente el militante no-combatiente no era inocuo, es cierto que ese militante iba a las fábricas a "calentarle la oreja" a sus amigos del trabajo para que molesten a los patrones pidiendo aumentos de sueldo, o que iban a las escuelas para incentivar a sus compañeros a realizar cuanta marcha se les saliera del ojete. Pero queridos míos: eso pasa todos los días con el ser humano. Siempre va a existir una persona que quiera "influenciar" a los demás para que se movilicen contra el gobierno o pidan cambios, incluso cambios que favorezcan una ideología o partido político. Si a cada agitador lo van a calificar de "combatiente de la guerra revolucionaria", me parece que vamos a tener un pequeño problema. Por dar un ejemplo, a mi Ofelia Fernández me parece una pesada, pero si yo voy a decir que Ofelia en sus días de escuela secundaria, cuando agitaba al estudiantado, era una "marxista que está luchando en la guerra revolucionaria para desestabilizar el sistema occidental y cristiano", me parece que tendría que revisar si tomé la pastilla para la locura



Revista peronista ultra-derechista "El Caudillo", febrero de 1974, arremete contra la JTP, desenmascara su funcionamiento como frente sindical de Montoneros en su estrategia de guerra revolucionaria de inmiscuirse en todos los ámbitos, y relata presuntas "acciones criminales" de la JTP. Pag. 6:




Carpeta hallada de la Policía provincial Buenos Aires de la dictadura, referente a la vigilancia de las actividades gremiales de agitación (Unidad Regional de Tigre). Otros documentos descubiertos dan cuenta de la vigilancia policial a la posible infiltración subversiva en los conflictos fabriles




Movilizaciones de los argelinos contra los franceses durante su guerra de independencia de los años 1954-1962. Los conflictos laborales (huelgas), universitarios y cualquier movilización; era una de las estrategias de los revolucionarios argelinos (como la organización F.L.N., siglas de "Frente de Liberación Nacional" de Argelia), para "poner en jaque" la gobernabilidad francesa de su colonia. A sabiendas el F.L.N. que no tenía tantos combatientes para enfrentarse a los franceses, pretendía ganar la contienda movilizando a todo un pueblo (ya que ningún ejército va a matar a todos los manifestantes) y haciendo la vida económica imposible con tantas huelgas. Francia aprendería que estaba en una "guerra revolucionaria" donde el enemigo no era solamente un hombre con bombas, sino los agentes políticos que "influenciaban" a los demás a insurreccionarse. El F.L.N. también aprendería que estaban en una "guerra revolucionaria" y por eso armó un aparato armado (encargado de atentados) y un aparato político de adoctrinamiento


Sospechoso del FLN será interrogado por el ejército francés. Guerra de independencia de Argelia 



Año 1957. Guerra de independencia de Argelia. Aparecen en esta foto algunos de los militares franceses principales creadores y exponentes de la doctrina de la "Guerra Revolucionaria / Guerra Contrarrevolucionaria". Con esta teoría en mente, donde el enemigo estaba mimetizado en la población y apelaba a los medios políticos y terroristas, los franceses desarrollaron un inmenso aparato de inteligencia, control territorial y persecución contra el FLN argelino. Torturaron y asesinaron a miles de argelinos y desbarataron hasta su aniquilamiento al FLN y su expresión política. Aún así, los métodos utilizados de represión y la impopularidad internacional contra el colonialismo, hizo que Francia terminara concediéndole la independencia a su colonia en 1962

Paradojas de la vida: varios de los represores franceses de Argelia, habían sido maltratados por el invasor alemán durante la segunda guerra mundial. Lucharon en la guerrilla de resistencia para vencer al nazismo; sufrieron la tortura a manos de la Gestapo.... y 10 años después, estaban haciendo exactamente lo mismo que los alemanes (o peor) contra la causa independentista de los argelinos



El implacable represor de Córdoba, Luciano Benjamín Menéndez, repite en su propio gobierno de facto, la cantinela del "enemigo infiltrado en las fábricas, en los clubes, en la escuela, en todas las estructuras de la vida ciudadana" para excitar esas estructuras y conducirlas a una movilización que instaure a los subversivos en el poder (básicamente repite el delirio de la doctrina de la guerra revolucionaria). Minuto 22:30


Reportaje al represor Menéndez a fines de los años 80, donde habla de la "guerra revolucionaria" como una nueva forma de guerra internacional; en la que la subversión no pretendió conquistar territorio sino alterar todos los "valores" de la argentinidad. También se queja implícitamente que la gente no considere como "malo" o ilegal la propaganda marxista pacífica


Pero en los años 70, con mucha radicalización ideológica, no parecía tan "imbécil" decir semejantes imbecilidades como que el militante político era un "agente de la subversión" y es lícito matarle. Aunque eso no quita la criminalidad de los militares.......... lo curioso es que hay apologistas nostálgicos que en pleno siglo XXI repiten el mismo verso de la guerra revolucionaria


Ya hemos dicho brevemente que el civil no-combatiente, en una guerra convencional, no es tomado como "blanco lícito" de ser aniquilado; excepto en casos muy circunstanciales donde el civil se involucra activamente en la guerra. Es verdad que en la segunda guerra mundial hubo una violación masiva de las reglas de guerra por parte de ambos bandos (tanto del "Eje" como de los "Aliados") que incluyó el asesinato deliberado de civiles; pero doctrinariamente los militares de las naciones continuaban bajo el código ético de una "guerra convencional" ¿Por qué ahora, en este nuevo conflicto denominado "Guerra revolucionaria", el civil no-combatiente es incorporado como blanco lícito? Eso fue así porque ocurrieron dos factores de seguridad nacional interrelacionados que permitieron la flexibilización en la matanza de civiles que apoyen el enemigo:

1-El primero de ellos, fue la sorpresa que grupos militarmente deficientes como los guerrilleros cubanos, los argelinos o los guerrilleros de Indochina, o aún los guerrilleros de China, tomaran el poder de sus respectivos países (en plazos bastante largos en algunos de estos casos). Si estos grupos tan ínfimos en lo bélico, lograron conquistar la soberanía de sus países, es porque había un "algo más" que tenía que ser estudiado y, cómo no, ser neutralizado. Ese "algo más" eran los activistas que apoyaban al enemigo con el accionar psicológico sobre las masas

2-La invención de la bomba atómica y su utilización en 1945 contra Japón convenció al mundo del demencial poderío de estas armas para destruir países con dos o tres botones. Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética, los dos países con fuerte pugna ideológica que polarizaba el globo en una guerra fría, eran los portadores de estas armas nucleares. Se había llegado a la idea de la "mutua destrucción asegurada": si hay una nueva guerra, nada impide que uno de los bandos use las armas atómicas para equilibrar las derrotas sufridas o aún usarlas para ganar. En ese camino, todos los bandos usarían las bombas atómicas y no habrá victoria alguna, en tanto todas las naciones quedarán destruidas

La disuasión atómica reformula la doctrina militar de los países sobre las hipótesis de conflicto bélico: las nuevas guerras no usarían el arsenal atómico en forma indiscriminada sino de manera muy, muy específica. No se descartaba la existencia de guerras convencionales con uso muy limitado de bombas atómicas

El problema es que este ideal de guerra era, en la práctica, un absurdo: cualquier bando podía usar las bombas si se veían que estaban perdiendo esa guerra. Lo "limitado" del uso de arsenal atómico era un ideal difícil de pedirle al enemigo o a la propia tropa que lo cumpla. Por lo que progresivamente se fue abandonando también la idea de un futuro con guerras convencionales a gran escala: ya Estados Unidos descartaba la hipótesis de enfrentamiento directo con la URSS 

A partir de ese momento, se teoriza que en el futuro surgirán conflictos muy limitados también en términos de guerra convencional. Ahora los conflictos de poder deberán ser localizados en las luchas políticas, donde el enemigo ya no recurrirá tanto a una situación convencional de guerra (por temor a desencadenar el monstruo de la doctrina atómica), sino que empujará a conquistar las mentes de la población. Es una guerra "no bélica", con mínimo uso de fuego más propio de una situación policial o guerra de baja intensidad; por lo que no requiere utilización de bomba atómica como respaldo táctico o estratégico 

Pero si es una guerra "sin soldados de batalla", entonces el enemigo ya no puede ser pensado como antes: ya no es el típico soldado con fusil, apostado en una trinchera y yendo a las líneas del enemigo a pelear. Ya sabemos que si la capacidad enemiga de fuego es mínima, la obtención del poder real pasará por otro lado. Ahora el enemigo es otro

En ese sentido, no hacía falta mucho tiempo para comenzar a delinear al civil no-combatiente como el enemigo principal. Era la consecuencia lógica de una doctrina basada en el fin de las guerras convencionales a gran escala (no obstante hubo conflictos "convencionales" de escala contenida después de la segunda guerra mundial, ej: la guerra de Corea)

Al respecto conviene rescatar un párrafo escrito por uno de los exponentes primigenios de la guerra revolucionaria, el oficial francés Patrice de Naurois en su artículo "Una Teoría para la guerra subversiva" de finales de los años 50:

La guerra subversiva tiene origen político y proviene de la acción sobre las masas populares de elementos sostenidos y apoyados de varias maneras por el extranjero. Tiene por finalidad destruir el régimen político y la autoridad establecida y reemplazarlos por otro régimen político y otra autoridad. Esta acción es secreta, progresiva, y se apoya en una propaganda continua y metódica dirigida a las masas populares. Parece muy probable que una guerra futura eventual cuente con el empleo de las armas atómicas y termonucleares, del arma psicológica, de la subversión, etc. Es decir que la subversión será una de las formas de dicha guerra

extraído de este enlace, pag. 200 referencia 13:


(Aquí Naurois todavía considera la hipótesis del uso nuclear en las futuras guerras)


El caso más famoso de una "guerra revolucionaria" a nivel internacional es Vietnam. Un conflicto que nunca pasó de ser una situación policial con algunos momentos intensos de guerra convencional. Estados Unidos tenía un mayor número de combatientes profesionalmente instruidos, armamento de última generación, apoyo aéreo total sobre el territorio. Y lo cierto es que en los momentos de "guerra convencional" (de enfrentamiento cuerpo a cuerpo) Estados Unidos venció totalmente. En cuanto a número de muertos, Estados Unidos ha goleado descomunalmente a los vietnamitas, matando a más de 2 millones de personas (civiles y combatientes), mientras los estadounidenses solo sufrieron 60 mil bajas. Desde ya que no les importó violar las leyes de guerra, con matanzas deliberadas a civiles y uso de armas químicas. Aún así, se considera que "perdieron la guerra" y la verdad es que hasta ellos mismos lo ven como una derrota ¿Por qué? ¿Qué pasó?

Algunos represores argentinos como Antonio Bussi (quien sería gobernador y represor de Tucumán en la dictadura), fueron a visitar el frente de batalla de Vietnam. Aún cuando la potencia bélica más grande del mundo como lo es Estados Unidos perdió la guerra, los represores argentinos no obstante encabezaron su propia guerra personal contra Montoneros, PRT-ERP y otras organizaciones. La razón que esgrimían los represores (y no estaban equivocados en este punto), es que Estados Unidos perdió porque no dejaba de ser un Ejército de ocupación extranjero temporal, que nunca logró conquistar el apoyo de la población. Daba igual si los yanquis mataban a 100 mil vietnamitas en dos días mientras no sufrían una sola baja propia; la población, los aldeanos "infiltrados" por el enemigo nunca iban a apoyar a los americanos y terminaban funcionando como soporte ideológico y retaguardia de la guerrilla. Lo cual generaba una tremenda paradoja donde los EE. UU. estaban dominando sin problemas un territorio.... que políticamente no tenía ningún valor para ellos. A partir de esos ingredientes, todo se traducía en una guerra policial interminable, con un enemigo en la selva invisible, con una población que los apoya secretamente y reemplaza en sus bajas; en fin con un enemigo que no supone peligro bélico alguno para el Ejército estadounidense pero que tiene la desgracia de nunca ser derrotado definitivamente

Eso no sucedería con el Ejército argentino, que no es "temporal", puede quedarse todo el tiempo del mundo en el país. A diferencia de Vietnam, la subversión argentina no podía sacar como argumento legítimo la ocupación extranjera; asi que el Ejército tenía chances de ganar esa guerra conquistando (por proselitismo y terror) a la población

Uno de los hijos del represor Antonio Bussi comenta sobre el tema: 

Mi padre había aprendido en Vietnam, donde fue observador militar, invitado por el Ejército americano, que en este tipo de guerra de guerrillas es fundamental el apoyo de la población, porque donde esté el apoyo de la población es donde está la victoria y él vio cómo los americanos no tenían apoyo de la población porque arrasaban con todos los pueblos, tiraban Napalm, y él lo vio, muchos civiles inocentes muertos

extraído del sig. enlace, pag. 10:


Este apoyo de los aldeanos vietnamitas rurales del Sur hacia los guerrilleros nor-vietnamitas, ayudó a construir una sólida infraestructura política y logística que les facilitó la ofensiva del Tet de 1968, entre otras cosas. Los sur-vietnamitas y los estadounidenses como aliados suyos, crearon el "Programa Fénix", una operación represiva que intentó destruir el apoyo de los aldeanos hacia la guerrilla; utilizando métodos de interrogatorio bajo tortura y asesinatos ilegales a la población no-combatiente. Pero aún así, los comunistas daban más miedo a los aldeanos y lograron adoctrinarlos mejor para no subordinarse al enemigo occidental

La ofensiva del Tet en enero de 1968 (donde la guerrilla nor-vietnamita decidió atacar como ejército convencional a la capital del país), marca el "Stalingrado" de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, es el punto de inflexión donde las tropas americanas se dan cuenta que ya no iban a poder ganar el conflicto. Pero se trató de un Stalingrado muy particular, porque si uno revisa los números y el terreno, nos daremos cuenta que el Viet Cong perdió más de 40 mil hombres en la batalla y no conquistó ningún territorio permanentemente; mientras los estadounidenses apenas perdieron menos de 5 mil hombres. Ateniéndonos a la mera estadística, es una victoria rotundísima de los Estados Unidos en esta batalla. Pero en la "guerra revolucionaria", donde el enemigo principal es eminentemente político y cultural en vez de bélico, lo que sucedió es que los EE. UU. fueron derrotados en la moral. La ofensiva del Tet del 68 terminó por evidenciar que los estadounidenses podían eliminar todos los enemigos que quisieran, pero si la población rural no los apoyaba, la insurgencia antiamericana siempre estaría latente y el conflicto nunca acabaría. A eso habría que sumarle que Estados Unidos ni siquiera contaba con el respaldo de su propia gente, que exigía el fin de esa guerra con los movimientos hippies o pacifistas; con unos medios de comunicación que decantaron la balanza en contra de la intervención americana




Resumen de la ofensiva del Tet, la aplastante victoria militar de Estados Unidos en Vietnam que iniciaría su derrota política total


Uno pensaría que con el fin de las "guerras convencionales" tendría que venir la doctrina de la paz duradera. Pero ni por putas se podía teorizar eso en un escenario en el que cualquier país donde triunfara un gobierno comunista sería visto como potencial aliado estratégico del enemigo principal la URSS. Asi que los militares franceses y estadounidenses se dedicaron a fabricar enemigos que no eran tales



Para seguir ilustrando con "fuentes militares argentinas", el siguiente folleto que el Ministerio de Cultura distribuyó en 1977 en las escuelas para darle directrices a los profesores, se escribe lo siguiente sobre la guerrilla rural: 

La línea de acción armada, partiendo de la delincuencia rural, fue empleada en CHINA, en VIETNAM y en CUBA. Mientras que en VIETNAM el proceso se cumplió hasta llegar a la guerra regular por la influencia de la situación étnica, geográfica relativa y de facilidades de apoyo externo, en CUBA sólo se llegó a una zona dominada y no alcanzó a desarrollar una fuerza regular. Esta etapa, combinada con la acción sobre las masas, fue suficiente para provocar la caída total del gobierno. Lo importante a tener en cuenta es que las dos líneas, según las circunstancias locales, coexisten y crean un camino coherente y viable para la conquista violenta del poder.

De allí su valor político desde el momento que pueden movilizar a los seguidores del marxismo y, al mismo tiempo, crear una vigencia política que incide sobre la población y el orden legal.

[...]

Por esa razón, una delincuencia rural incipiente tiene una importancia que va mucho más allá del peligro militar real que ella misma signifique

pag. 24:

Una de las razones por las cuales las fuerzas armadas estaban "locas" por arrasar a sangre y picana la provincia de Tucumán desde la implantación de la compañía de monte Ramón Rosa Jiménez del ERP. Así como los erpianos creían que se podía llegar al gobierno con dos pavaditas como un grupo de muchachos armados y una insurrección popular (o en su defecto, la incorporación paulatina de campesinos a la guerrilla rural hasta obtener un ejército regular), los militares también estaban muy convencidos y temerosos de esa "guerra revolucionaria". El peligro militar real de la guerrilla no les preocupaba, sino que con tan poquito los guerrilleros puedan lograrlo todo, a través del apoyo popular. Por eso, desde que se dio noticia por primera vez que el ERP estaba en el monte, en marzo de 1974, las fuerzas armadas y policiales fueron 2 veces en estampida a intentar arrasar con la guerrilla antes del Operativo Independencia. En este artículo, se explica más detalladamente esos sucesos, en el artículo "La Guerra Antisubversiva en Tucumán: Motivos y Pretextos"


Con el decreto de febrero de 1975, ya los militares tenían carta libre para instalarse allí por años, y manejar a la población como se les antojara.... incluyendo centros clandestinos para el secuestro de cualquier sospechoso de colaborar con la guerrilla. Pero como notan, el peligro bélico no es lo importante. La "colaboración" más peligrosa con la guerrilla no es la armada, sino la política


Esa es la guerra que defienden Nicolás Márquez y Victoria Villarruel, entre otros


Por si no bastara, la Marina en su PLACINTARA (Plan de Capacidades de la Armada) de 1975, caracteriza al enemigo subversivo Montoneros, ERP y demás en los siguientes escalones: 

Capacidades del Enemigo (CE):

CE-1. Infiltrar y estructurar equipos subversivos en todo tipo de organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles, económicas, técnicas y gubernamentales.

CE-2. Perturbar el orden social y económico mediante el sabotaje y la promoción de conflictos laborales tendiendo a la organización de huelgas revolucionarias y tratando de comprometer el mayor número de trabajadores.

CE-3. Mantener una permanente presión de Acción Psicológica (AP) sobre el Gobierno Nacional, las FFAA y la población en general, llevada a cabo tanto en el país como en el extranjero.

CE-4. Desgastar la confianza de la población mediante acciones de hostigamiento, utilización de armamento y/o aniquilamiento mediante el uso de explosivos o la concreción de acciones sorpresivas en cualquier lugar u oportunidad


Los tres primeros ítems nada tienen que ver con la parte armada de la guerrilla. Sin embargo, parece ser que resultaba de incumbencia para la Marina en su plan de lucha antisubversiva, siguiendo el modelo teórico de la guerra revolucionaria de los reglamentos castrenses, acerca de combatir al enemigo "multiforme"

Aquí es más explícito todavía acerca de la vigilancia (y persecución) que la Marina debía ejercer al apartado político (no combatiente) de la subversión; y de cómo disminuía la importancia de la guerrilla armada para enfocarse en la acumulación de inteligencia de los infiltrados políticos. En el "Anexo A Inteligencia" del PLACINTARA:

 FUERZAS ENEMIGAS: 

Debe tenerse en cuenta que a pesar de las bajas sufridas por la subversión, aún están:

a. Subversivos no detectados y prófugos en el país y en el extranjero

b. Colaboradores y simpatizantes no detectados y prófugos en el país y en el extranjero

c. Subversivos y colaboradores que han sido puestos en libertad o han salido del país con opción

d. Gran cantidad de marxistas convencidos que pertenecieron a diversas organizaciones políticas legales o ilegales de esa tendencia

e. Una importante cantidad de gente parcialmente adoctrinada y eventualmente sensibles a la acción marxista, producto de la acción seguida por las Universidades y otros organismos de penetración ideológica

Sobre la base de esta numerosa fuerza residual y considerando la característica tenacidad marxista, puede asegurarse que la subversión se reorganizará sobre las estructuras anteriores u otras nuevas para continuar su acción. La experiencia obtenida durante una década de lucha y especialmente en su derrota, seguramente hará que las técnicas empleadas puedan variar, aunque (difícilmente) lo haga la estrategia global

En la actualidad [año 1975-1976], el centro de gravedad del activismo subversivo se ha desplazado hacia la captación, infiltración y adoctrinamiento, es decir, al manejo insurreccional de masas, especialmente en los ámbitos gremiales y estudiantil, con el fin de obtener réditos políticos

[...]

b) Elementos Esenciales de Inteligencia. (EEI) [Aquí el Anexo destacaba las siguientes características que adoptaba la lucha contrasubversiva en ese momento]:

a. Disminución de la acción, especialmente militar. b. Traslado del esfuerzo principal a las tareas de Inteligencia. La acción subversiva requiere todo un proceso previo de organización, infiltración y adoctrinamiento previa a su manifestación militar abierta. Por encontrarse el oponente nuevamente en esa situación [de poca capacidad militar] es que las tareas de Inteligencia tendientes a detectar e impedir su accionar adquiera una importancia decisiva

[A continuación detalla los ámbitos donde la Marina debía ejercer su actividad de inteligencia y recopilación de información]

EEI-1: Acción subversiva en el ámbito político. Infiltración en partidos no marxistas. Formación de frentes. Acción de los partidos de extrema izquierda. Elementos subversivos dentro del gobierno. EEI-2: Acción subversiva en el ámbito gremial. Infiltración en los Sindicatos- Activismo en fábricas - Huelgas y sus causas - Manifestaciones de aplicación en técnicas de insurrección de masas - Elementos subversivos en la conducción gremial. EEI-3: Acción subversiva en el ámbito educacional - Infiltración en centros de estudiantes y en los claustros de profesores. detección de programas y técnicas ideológicamente tendenciosas - Activismo estudiantil en cualquiera de sus formas. EEI-4: Acción subversiva en cualquier otro ámbito -Infiltración de organizaciones e instituciones en general- Marxistas conocidos que ocupen cargos- Frentes de acción psicológica subversiva - Hechos diversos que pueden ser atribuidos a la subversión- 


¿Recuerdan la doctrina de Trinquier, abarcativa de los huelguistas, activistas estudiantiles y demás? Pues en el reglamento de 1977 del Ejército "Operaciones contra elementos subversivos" se vuelve a machacar sobre el punto, por si al lector no le quedó claro en todo este recorrido:


Desarrollo y evolución de las fases [de la subversión]

Fase I - Clandestina

Es ésta probablemente la fase más importante, dado que el éxito de las fases subsiguientes depende de la profundidad y efectividad de la preparación subversiva clandestina.

Esta fase tendrá dos objetivos fundamentales:

-La organización y progresivo completamiento de los cuadros subversivos

-La creación de una situación subversiva

Estará caracterizada por la propaganda, la agitación social y la preparación y ejecución de acciones rápidas y violentas destinadas, a través de una escalada de terror, a crear las bases para las acciones abiertas.

Podrá variar desde una actividad subversiva configurada sólo como una amenaza potencial y latente, hasta situaciones de violencia organizada con ataques sorpresivos a puestos de seguridad o instalaciones de las Fuerzas Armadas y de Seguridad 

La mayoría de las acciones serán clandestinas y encubiertas y de poca duración. Incluirá las siguientes actividades:

1) Formación y reclutamiento de cuadros. 
La captación ideológica y la capacidad intelectual son básicas para la formación inicial. De ello resulta que en esta etapa, la formación de los cuadros se concentra más en la calidad que en la cantidad, inversamente a lo que ocurre en las etapas o fases posteriores, ya que en sus momentos iniciales un gran número de personas podría redundar en un mal funcionamiento del sistema con la consiguiente pérdida del espíritu y de la moral subversiva

En la formación de cuadros tiene gran importancia el empleo sencillo y comprensible de una dialéctica que explote las situaciones de frustración existentes en la población, a través de la exacerbación de un nacionalismo intuitivo que rechace implícitamente todo lo que pueda estar vinculado a Intereses extranjeros. El reclutamiento en esta etapa tiende a formar los denominados "activistas", "agitadores" y "elementos de apoyo". De ellos, el primero es el grupo más pequeño e importante, por estar formado por los ideólogos de la subversión y por ser el núcleo alrededor del cual se motiva y dirige el movimiento

Los agitadores se sitúan en los "blancos" (centros u organizaciones) vulnerables de la sociedad, desde donde manejan las masas proclives a la insurrección (universidades, fábricas, sindicatos, organizaciones cívicas, partidos políticos, etc.)

Finalmente los elementos de apoyo funcionan con distinto grado de conciencia, algunos por dinero, generalmente vendiendo o cambiando Información o transmitiendo mensajes que hacen a la vinculación o trabajo de otros grupos

[...]

Técnicas destructivas [de la subversión]

Las técnicas destructivas comprenden aquellas acciones que lleva a cabo la subversión con la finalidad de separar a la población de la autoridad legal y lograr organizarla bajo su influencia mediante el ejercicio de su control y utilización.

a. Dislocación
Comprenderá aquellas acciones destinadas a quebrar la estructura social y tendrá su manifestación práctica a través de disturbios civiles (resistencia pasiva, huelgas, desórdenes callejeros, etc.) y actos de terrorismo selectivo. Estos últimos estarán dirigidos a suprimir a aquellas personas claves de la sociedad o administración legal, capaces de conducir la contrasubversión o de convencer a la población de las ventajas del orden legal existente. Contribuirá también a la dislocación de la sociedad, la indiferencia o la ignorancia de la población y la pasividad o reticencia de las autoridades para asumir posiciones y responsabilidades claras y concretas frente al accionar subversivo

b. Intimidación
Comprenderá aquellas acciones destinadas a obligar a la población a prestar apoyo a la subversión. Para ello recurrirá' a los disturbios civiles con paralización de la producción, propaganda, demostraciones, desfiles, sabotajes, terrorismo sistemático, secuestros y otras acciones violentas de elementos armados.

Con el terrorismo sistemático, más que tratar de eliminar a personalidades que le sean hostiles, como ocurre con el terrorismo selectivo, la subversión procurará lograr un impacto sicológico, tendiente a paralizar al sector afectado o a impulsarlo a reaccionar contra el poder legal

Otro tanto ocurrirá con la paralización de la producción, cuyo objetivo no solo será detener el proceso de producción para originar el desabastecimiento, sino también provocar en la población el desaliento y la inseguridad que la haga dudar de la eficacia del poder legal

[...]

Técnicas constructivas

Será el conjunto de acciones que realizará la subversión dentro de la población para concretar la organización de su propio aparato y lograr organizarla bajo su influencia mediante el ejercicio de su control y utilización

La captación
Será dirigida especialmente a aquellos grupos previamente seleccionados por la subversión donde por sus características particulares pueda accionar más favorablemente y que le brinde el tipo de personal necesario para sus actividades. Así dedicará su mayor esfuerzo a los grupos estudiantiles universitarios y secundarios; grupos obreros y juventudes políticas, sin dejar de lado otros, donde su esfuerzo será secundario

Utilizará la acción sicológica, apelando a métodos fundamentalmente persuasivos, por medio de la comunicación cara a cara y a una profusa propaganda por todos los medios a su disposición para, a través de la dialéctica, lograr el ingreso de nuevos miembros a su organización

El entrenamiento
Tenderá a la capacitación del delincuente para todos aquellos roles que podrá desempeñar en la organización: orador, combatiente, agitador, propagandista, conductor, correo, etc. El entrenamiento no considerará a un rol eximente de otros

El despliegue e infiltración.
Constituirá uno de los objetivos permanentes del accionar subversivo. A tal fin, desde un principio, en forma encubierta, silenciosa y hábilmente dirigida hacia sectores definidos, la subversión tratará de colocar sus hombres en puestos desde donde puedan cumplir sus finalidades.

Esto no significará la ubicación de personal en puestos de Importancia o responsabilidad según el concepto habitual, sino en lugares donde pueda incidir sobre una apreciable cantidad de Individuos

Asimismo la finalidad de este despliegue e Infiltración variará en cada caso, pudiendo ser: para subvertir, para obtener Información, para sabotaje, para reclutamiento, etc. Los ámbitos donde tratará de llevar a Cabo esta acción con mayor dedicación serán: en el gobierno, en la educación, en los Intelectuales y fabriles y en los medios de comunicación masivos

La acción sicológica
Será permanentemente empleada por la subversión para el logro del control de la población desde el punto de vista constructivo. Apelará a los métodos persuasivos y sugestivos, explotando al máximo las llamadas contradicciones que existen en toda organización social y buscando exaltar las pretendidas ventajas de una sociedad comunista

Empleará en forma profusa la propaganda, recurriendo al uso intensivo de símbolos en las calles, regalos a población de sectores marginados de elementos robados u obtenidos como respuesta a sus actividades, o por las mejoras en salarios o reincorporaciones de personal, producidas como consecuencia de secuestros o amenazas

Los medios de comunicación masiva serán empleados al máximo, de acuerdo a las posibilidades que les brinden los elementos infiltrados dentro de los mismos

[...]

Infiltración
Por su propia naturaleza, la infiltración es considerada como una acción ofensiva de la subversión. Se produce en todas las fases del proceso en forma constante y muy variada

la infiltración es también un procedimiento de las técnicas subversivas, tal vez el más sutil y delicado, por la variedad de objetivos que persigue, por las formas en que se desarrolla y actúa y por la necesidad de mantener un permanente grado de encubrimiento como medida de seguridad. Consiste en introducir y ubicar a las personas en grupos sociales, sectores administrativos, organismos de conducción y dirección del gobierno, instituciones y organismos de las Fuerzas de Seguridad, elementos de las Fuerzas Armadas, etc., seleccionadas previamente para ejercer sobre ellas influencias e impulsarlas a adoptar conductas que respondan a los fines propuestos por el movimiento

También la infiltración se realiza para obtener exclusivamente información, en cuyo caso se transforma en espionaje

[...]

La infiltración como acción ofensiva, también será empleada por la subversión para encabezar una multitud destinada a ejecutar disturbios civiles que permitan crear focos subversivos de rápida manifestación. Esto será particularmente normal en la subversión urbana, por el encubrimiento que proporcionan las ciudades y por los resultados ventajosos que puede obtener la subversión

Los grupos humanos seleccionados para ser arrastrados a actos de violencia (sindicatos, partidos políticos, grupos estudiantiles, trabajadores, campesinos, etc.), serán infiltrados de antemano por activistas y agitadores profesionales preparados al efecto. Estos tendrán por misión crear el ambiente que posibilite el desbordamiento de la estructura de la sociedad. Esto será posible mediante un paciente y detallado trabajo de ideas fáciles, destinado a motivar a los Indiferentes y pusilánimes en apoyo del movimiento

Una vez asimilada la idea de la "necesidad de salir a la calle y de alterar el orden público", será relativamente fácil producir disturbios civiles en el momento deseado y conducir la masa según un plan preestablecido.

Posteriormente, durante el desarrollo de los actos de protesta, se agregarán elementos aparentemente fanáticos o desaforados (así preparados para actuar) que contagiarán irracionalmente a las personas que los rodeen, arrastrando a los moderados e indecisos


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Como para que no digan que los milicos solo se preocupaban de hacer doctrina contra el "terrorista criminal armado". Si realmente se hubiesen querido ocupar solamente del criminal, no se entendería por qué en un reglamento militar le dedican tanta atención al "subversivo que se infiltra", al subversivo que comete "acciones constructivas", a la formación de agitadores y propagandistas, etc.

O sea que si torturaban y mataban a un no-combatiente, podían decir que se trataba de un subversivo clasificado en "activista", situado en un "blanco" (centro estudiantil, fabril, etc.) que empleaba técnicas "constructivas" pero también "destructivas" de dislocación, intimidación, además de infiltración y acción sicológica..... y lo mejor de todo es que esta verborrea de categorías y clasificaciones está avalada por un reglamento militar 

Ahora podemos entender más acabadamente el párrafo antes mencionado del teniente francés Jean Nougués sobre la resistencia peronista de los años 50:

La perturbación subversiva, que fue derrotada, realizaba una neta conjunción peronista-comunista, no sólo por la inspiración marxista de la organización y de los métodos, sino también por el empeño de varios cuadros comunistas. Casi todas las técnicas de la Guerra Revolucionaria, constructivas o destructivas, fueron empleadas: encuadramiento de las masas por el sistema de las jerarquías paralelas, tratativas de dislocación del cuerpo social mediante huelgas de carácter político o insurreccional, intimidación por manifestaciones callejeras, campañas de sabotaje y terrorismo, y actuación de bandas de guerrilleros. Del suceso, las fuerzas legales sacaron varias enseñanzas relativas en especial a la acción informativa, a la necesidad de disponer de instrumentos jurídicos adecuados a la situación y de una organización del Comando que, establecida de antemano, realice la unidad de dirección, la continuidad y la rapidez de la acción

Ahí tenemos el lenguaje reglamentario donde las huelgas, las manifestaciones callejeras son tratadas como "técnicas constructivas y destructivas de dominación", como "dislocación" del cuerpo social


Cuando en Bahía Blanca se produjo el famoso caso de la "purga" de 1976 sobre la UNS (Universidad Nacional del Sur), en la que fueron detenidos muchos profesores y algunos de ellos enviados a centros clandestinos para ser atormentados; el general Acdel Vilas -a cargo en ese entonces de la represión en la ciudad- justificó la detención de los profesores alegando que estaban inculcando ideas marxistas revolucionarias a sus alumnos


El diario bahiense "La Nueva Provincia", que era terrible chupamedias del gobierno militar, ilustra el material capturado por las fuerzas armadas a los profesores, como prueba de su "delito" de adoctrinamiento: un cúmulo de libros






Esta persecución ideológica es indudablemente coherente con la teoría francesa de la "guerra revolucionaria", del "subversivo que aplica técnicas constructivas de dominación"
Página de la revista ultra-derechista "Restauración", noviembre de 1975, que manifiesta que la Guerra Subversiva o Revolucionaria es aquella que pretende conquistar la mentalidad de la población mediante el reemplazo de su cultura con otra pseudo-revolucionaria. De paso, arremeten contra las expresiones artísticas modernas, tildándolas de arte disolvente y contrario a los valores tradicionales nacionales. Pag. 29: 

https://es.scribd.com/document/130166423/Revista-Cabildo-recopilacion-08  


Obviamente a los represores no les hacía sentir mal esta matanza a inermes políticos, porque lo podían maquillar con una doctrina que además se imbuía de un profundo sentido religioso: la defensa de Occidente (lo que sea que eso signifique) y los valores por los que murió Jesús, frente a un demonio bien bien rojito que era el marxismo. Que un torturador le ensarte una varilla de metal en la vagina de una chica, para aplicarle electricidad; y que ese mismo torturador luego vaya a la Iglesia con su familia los domingos; no era algo tan absurdo o contradictorio en el universo bélico que ellos se construían. Me hace acordar a la película "El Padrino" cuando Michael renuncia a Satanás en el bautismo de su sobrina en la Iglesia, mientras al mismo tiempo ordenaba una masacre en varios puntos del país. Bueno.... así de dicotómico y coherente era la cosita



Año 1980. El entonces presidente Videla viaja a Córdoba para presenciar el "Museo de la Subversión" armado por Antonio Bussi. Una exposición de las acciones y elementos más notables de las organizaciones político-militares. Nótese cómo en uno de los paneles resaltan la "Penetración Ideológica" y cuelgan libros izquierdistas (WTF???). Es coherente con la teoría del enemigo multiforme en la guerra revolucionaria




La revista GENTE, rompiendo los huevos diciendo que esta guerra no es solo armada, sino también ideológica




Ramón Genaro Díaz Bessone, jefe del Segundo cuerpo de Ejército y ministro de planeamiento durante la dictadura. Responsable de centros clandestinos como el "Servicio de Informaciones" de Rosario. En 1986, escribe su libro apologético de la dictadura llamado, no sorpresivamente, "Guerra Revolucionaria en la Argentina"




Tapa y Contratapa del libro "Guerra, Subversión, Revolución" del militar francés Roger Trinquier, escrito en el año 1968; en el que se teoriza sobre la guerra revolucionaria y la forma de aniquilar la subversión. Nuevamente, se insiste en que la guerra revolucionaria no es la guerra clásica contra un enemigo armado para conquistar territorio, sino que también involucra los aspectos psicológicos, sociales, económicos, políticos (modo sutil de incorporar a los no-combatientes como materia de análisis y "aniquilamiento")


Como sea, se entiende perfectamente que el tribunal de 1985 no podía tomar seriamente la doctrina de la "guerra revolucionaria" como la entendían los militares. Aceptar eso significaría que el tribunal que enjuició a las juntas estaba de acuerdo con matar a militantes no-combatientes que no cometieron delito alguno (o delitos gravísimos si se quiere). O quizás podemos decir que el tribunal no entendió muy bien las intenciones de los militares al definir la "guerra revolucionaria" ¿Habrán leído y entendido los jueces el reglamento de 1969? No lo sé



Fiscal Romero Victorica, quien actuó en la causa donde se juzgó y condenó a Firmenich en 1987, repite la extraña calificación de la "guerra revolucionaria" y añade que hubo también una "guerra contrarrevolucionaria". Minuto 6:38


Otra cosa que se "olvidan" los apologistas, es que en un juicio, no son los jueces quienes producen las pruebas a valorar. Son las partes (fiscal y los abogados defensores) quienes proponen las pruebas confrontadas que el tribunal después pasaría a valorar; pero el magistrado no puede producir prueba por sí mismo ni valorar fuera de lo aportado por las partes. En el juicio a las juntas, el tribunal valoró la tesis de la "guerra" de acuerdo al material bibliográfico que ofreció la defensa; a saber: los jueces leyeron los libros "Guerra Revolucionaria y Estrategia Mundial"; "Estrategia sin Tiempo"; "Guerra Revolucionaria Comunista" editado por el Circulo Militar. Queda bastante claro la tendenciosidad de ese material de lectura. En última instancia, si el tribunal se tragó esa bazofia teórica de la "guerra revolucionaria" fue porque el fiscal Strassera no habrá ofrecido el suficiente contrapeso. Pero las falencias de un fiscal no significan que uno tenga que aceptar una tesis falsa si  existe la posibilidad de argumentar lo contrario

Por supuesto que el apologismo trata de utilizar las supuestas declaraciones del tribunal como falacia de autoridad. "Ah, estuvimos en una guerra porque el tribunal dijo que hubo una guerra revolucionaria". Aún suponiendo que fuese así, pareciera que a los apologista no les da pudor alguno refrendar la existencia de una guerra revolucionaria, como si no se pusieran a analizar la verdadera naturaleza aberrante de esa doctrina de la guerra revolucionaria. Lo dicen alegremente como si "guerra revolucionaria" no implicara el asesinato de civiles justificado de acuerdo al reglamento castrense

Lo que hay que entender, es que a pesar que las organizaciones Montoneros y ERP hayan tenido la "novedad" de la lucha armada o de la sección combatiente, no dejaban de ser partidos políticos en su esencia. Y los militares en esta "guerra revolucionaria" destruían partidos políticos, no "meros combatientes" o "meros soldados" enemigos. Cuando el torturador secuestraba y enviaba al interrogatorio a un detenido, lo podían torturar y matar efectivamente por ser un combatiente guerrillero, pero también lo podían torturar por sus actividades de prensa, por sus actividades sindicales, estudiantiles. El interrogador podía tranquilamente torturarte para que le digas dónde se encuentra la maquinaria de prensa, o dónde se encuentra el embute con las pistolas; resultaba indistinto. La orden era desbaratar todo: si un grupo de torturadores tenía la misión de destruir las células de prensa, lo hacía; si el otro grupo tenía la misión de destruir las células de combate, lo hacía. No es que torturaban y mataban creyendo que eran absolutamente todos combatientes (salvo que la etiqueta de "combatiente" la podían aplicar de un modo distinto a como lo entendemos nosotros)

Para fundamentar lo que decimos, tenemos los siguientes gráficos de aniquilamiento. Estos esquemas hechos a lápiz de manera cutre, son gráficos que ilustran la composición del PRT-ERP que las fuerzas armadas estimaban a junio de 1977





pag. 56:


Los gráficos aparecen firmados por Guillermo Suárez Mason, jefe máximo del Primer Cuerpo de Ejército, quien tenía jurisdicción en toda Buenos Aires. En los gráficos, los represores dividen quirúrgicamente a las regionales bonaerenses del PRT-ERP en sus correspondientes secciones: Juventud, Solidaridad, Sindical, Militar, Frentes de Masas, Legal, etc. Incluso estiman la cifra de efectivos que tenían cada una de estas secciones para junio de 1977, cifrando el aparato militar en 74 efectivos (no sabemos si todos ellos estrictamente combatientes, pero no importa en este momento) de un total de más de 300 personas que todavía pululaban en la organización. Recordemos que estos esquemas fueron confeccionados cuando la dictadura conseguía la información ya no con meros estimativos, sino torturando a los detenidos en masa para dilucidar el cuadro piramidal/celular de las organizaciones. Esto significa que los represores SABÍAN a qué secciones pertenecían los prisioneros secuestrados. Sabían que no todos eran combatientes, ellos sabían que no estaban torturando y matando únicamente combatientes; no lo ignoraban ni creían de buena fe que estaban torturando combatientes criminales. Los represores y sus apologistas no pueden hacerse los desentendidos con pruebas como estas, donde el mismo Suárez Mason firma estos gráficos

En la siguiente publicación militar, encontramos una radiografía hermosa de la represión sobre el ámbito sindical. Aquí los militares detallan minuciosamente el accionar de las células sindicales paso por paso; obviamente desde la óptica de la represión. Muy recomendable leerlo, desde la pag. 19 en adelante:



Para que vuelva a quedar súper entendible, es como si el día de mañana los partidos actuales (UCR; Peronismo; PRO; FIT, etc.) desarrollen un brazo armado que comete atentados; quedando entonces la parte política de toda la vida (no armada) y su parte combatiente (armada). Sería "lógico" que la policía quiera eliminar ese brazo armado.... pero no por eso eliminar al sector que no está armado y profesa el proselitismo de manera legítima y legal para los estándares constitucionales. Bueno, en los 70 eso no sucedía: se mataba a militantes políticos (no armados) de Montoneros y ni siquiera se lo hacía por la excusa de "ah, te mato porque militás en un partido que tiene brazo armado y eso me da bronca". Se lo mataba porque la célula política era igualmente importante (o más) que el efectivo combatiente para agitar la revolución. La "guerra revolucionaria" era así: una teoría que comprendía al militante no-combatiente como objetivo lícito de ser destruido en la guerra. Si no fuese así, no tendría sentido que califiquen al enemigo de "multiforme" (de múltiples formas: armadas y no armadas)

Solamente así se puede entender casos como el de María Esther Ravelo, una militante de Montoneros que sufría de ceguera; y fue torturada y asesinada:


Si la lógica de la represión era "combatir el terrorismo", entonces el caso Ravelo no tiene ningún sentido, ni siquiera dentro del "exceso". Es ridículo torturar a una chica ciega y matarla creyendo que era "delincuente terrorista" ¿Cómo? Si era ciega, mal podía tener la puntería para ametrallar, poner bombas en el lugar correcto, copar cuarteles, etc. Solo si fuese Daredevil........ ahora, si lo circunscribimos a la doctrina de la guerra revolucionaria, entonces SI TIENE SENTIDO torturarla y matarla. Porque era integrante de una célula política "subversiva", que contribuía en esta guerra a insurreccionar las masas para desestabilizar un gobierno e instaurar la Cuba argentina

Me hubiese gustado preguntarle a los torturadores de María Esther Ravelo, si ella utilizaba técnicas constructivas o destructivas, de dislocación o de infiltración........ curiosidades que uno tiene ¿Vio?




Este es el enemigo principal que estaban buscando las fuerzas armadas: el militante no-combatiente, aquel que tenía más capacidad de "anarquizar" la estructura gremial y estudiantil con su activismo político. La matanza de las fuerzas armadas hacia los no-combatientes estaba legitimada por la doctrina francesa de la guerra revolucionaria, cuyo enemigo es "integral" (abarca todos los campos, incluyendo el activismo político) y "multiforme" (adquiere muchas formas en su accionar disolvente, incluyendo el activismo político again 



Gráfico de la dictadura aparecido en el manual "Subversión en el Ámbito Educativo: Conozcamos a Nuestro Enemigo" del año 1977. Aquí es mucho más clarísimo la caracterización de la toma del poder por el "enemigo": el componente político aparece mucho más hinchado que el componente armado. La estrategia de la Subversión era conquistar el poder con una mezcla de política y combate, dándole mucho más importancia a lo primero. Tal como ya lo expresara la doctrina de la guerra revolucionaria, el enemigo también agita los aspectos sociales, económicos, institucionales y educativos de la población; por lo que es un objetivo lícito de destruirle en sus células políticas (no armadas). Pag. 30:




Revista GENTE, mayo de 1977


Si hubiesen querido eliminar únicamente a los "terroristas asesinos", tendrían que haber solo 2.000 o 3.000 desaparecidos.... no 9.000 desaparecidos (según el registro del Estado y sin contar los sobrevivientes)


Solo así, en este escenario de "guerra revolucionaria" se entiende que hayan detenido a un chico por leer la revista "No Transar" (revista oficial de la organización político-militar PCML). Pag. 72:


Paradójicamente en esta represión puramente ideológica, no cayó el Partido Comunista tradicional. Eso por un motivo esencial: el partido comunista no actuaba "subversivamente". Aunque hubiese comunistas afiliados en el partido, estos comunistas no se infiltraban en las fábricas o escuelas para calentarle la oreja a las personas y provocar cambios políticos dentro de los establecimientos. Por eso los militares no sentían que ese partido tradicional fuese un peligro revolucionario: eran comunistas sin dudas, era parte de la ideología que ellos despreciaban; pero como se quedaban sentaditos en el "molde" no pasaba nada. En cambio un militante de Montoneros, aunque no integrara un pelotón de combate, era un sujeto que activamente iba a la villa a dar cátedra revolucionaria, a hacer labores sanitarias y sociales en la villa para dar propaganda favorable a su partido político. Una docente no-combatiente que militaba en Montoneros, no se quedaba "quietita" en la escuela donde enseñaba, sino que se iba a la villa a alfabetizar. Eso era peligrosísimo para los militares, porque después de la alfabetización viene el adoctrinamiento para que los villeros empiecen a romper las pelotas con mejores condiciones.... y después vienen las movilizaciones de esos villeros, y después viene la insurrección y después el socialismo toma el poder. Más o menos esa era la onda para los represores y la aplicaban al "infiltrado" estudiantil, al infiltrado sindical, al infiltrado en la Iglesia, etc. etc. Tenemos la siguiente declaración del represor Héctor Vergez (torturador de La Perla/La Ribera y posterior agente del Batallón 601) que es más que elocuente sobre la estrategia de los guerrilleros en la guerra revolucionaria:

Nuestra preocupación no era tanto militar sino porque había doscientas mil personas, en su mayoría jóvenes, que se movilizaban en apoyo a Montoneros


(tampoco podemos olvidar las relaciones comerciales entre Argentina y la URSS, que hicieron que el partido comunista tradicional fuera "tolerado" por los militares)

Los apologistas, como buenos oportunistas aprovechadores, sacan ventaja con este asunto para refrendarnos que los militares no eran para nada intolerantes con el que pensaba distinto, a tal punto que toleró al partido comunista. "Los militares solo combatían contra asesinos terroristas, no contra gente que pensara distinto". Si si, a otro perro con ese hueso ¿Cómo explican los muertos y desaparecidos del P.S.T.? Ese partido no tenía brazo armado como Montoneros y PRT-ERP, pero actuaba con la misma estrategia subversiva de estas organizaciones: sus militantes no se quedaban sentados en la oficina haciendo política tradicional, sino que se dividían en células destinadas a meterse en las fábricas para calentar orejas

Los militares argentinos no eran tontos: ellos podían tolerar que el partido comunista no fuera prohibido, porque sabían que los comunistas no llegaban ni al 10% de los votos; nunca iban a representar un peligro electoral así como hoy en día el pobre de Nicolás del Caño jamás supera el 3% para la presidencia de la nación. Está claro que a los militares hasta les convenía dejarlos tranquilos a los comunistas (si es que querían dar la lata de "tolerancia" con la izquierda). El problema es que Montoneros y PRT-ERP no se conformaban con las elecciones, porque ya sea que ganaran o perdieran (con Campora, podríamos decir que Montoneros "ganó"), los militantes de estas organizaciones no iban a ocupar simplemente carguitos en el Estado y retirarse una vez cumplieran su mandato. Ellos querían "infiltrarse" en la sociedad, querían tener sus dirigentes estudiantiles, sus dirigentes sindicales, sus dirigentes religiosos, construir su aparato militar también, querían tener su dirigente barrial. Esto era un dolor de ojete para los represores, sabían que eso no convenía para nada porque un dirigente sindical te puede parar una fábrica o muchas de ellas; que un dirigente estudiantil te podía parar una escuela o todas. Y...... bueno ¿Qué remedio podíamos tomar? había que matarlos. Si te lo ponés a pensar, hasta tiene sentido esa solución radical 

Tal vez las síntesis más acabada de esta "guerra revolucionaria", es que el objetivo principal de las fuerzas armadas es eliminar cualquier actividad política que fuera celular. No importa si esta actividad era armada o pacífica, lo  realmente molesto es que fuese celular. Porque era "insidiosa", se metía a lavar el cerebro de manera directa a la población. Un proselitismo político tradicional no es celular, intenta resolver sus conflictos o influir ideológicamente a través de los canales tradicionales de parlamentarismo y burocratización institucional. El militante celular en cambio, no depende del voto popular electoral sino que se mete a hacer activismo en los "blancos" (fábricas, escuelas). No está atado tampoco a canales visibles y controlables de activismo, como sucede con un diputado o intendente. El militante celular está fuera del control inmediato de las autoridades gubernamentales. El enemigo es celular, y hay que detectarlo y neutralizarlo


En el orden de operaciones de Suárez Mason de junio de 1977, se pide un informe mensual sobre las actividades de la subversión en los siguientes ámbitos:

-Político

-Gremial

-Educacional

-Religioso

-Otros ámbitos

pag. 282:


Si la lucha supuestamente era contra asesinos terroristas sanguinarios ¿Qué les importaba los ámbitos gremiales, educativos o religiosos? Bueno, justamente por eso: era una guerra "global" contra un enemigo que no solo estaba armado. Una guerra contra Montoneros "global", no Montoneros armado. Una guerra contra PRT-ERP "global", no contra PRT-ERP armado

Mucho más completo al respecto es la directiva 504 de Videla. Allí se analiza mucho mejor el accionar de Montoneros y PRT-ERP en todo el territorio a todos los niveles, siendo los prioritarios el barrial (territorial) y fabril. En consecuencia, las fuerzas armadas operarán para desterrar la influencia de ellas en tales ámbitos. A partir pag. 19 en adelante:




Cortometraje anticomunista de los años 60. Resume perfectamente la tesis militar del peligro de la agitación panfletera, y el "terrorismo" como coadyuvante en ese clima


Y también quiero repetir esto para que les quede grabado: a los apologistas NO LES INTERESA NI LES CONVIENE DECIR QUE HUBO UNA "GUERRA". Eso no les interesa en lo absoluto a Nicolás Márquez, a Agustin Laje, a Victoria Villarruel. A ellos no les conviene ni les importa denominar este conflicto como "guerra". Parece contradictorio porque seguramente habrán escuchado que ellos se la pasan diciendo que esto fue una guerra. Pero no es una contradicción: a ellos les importa instalar la tesis que hubo una "guerra revolucionaria", que es totalmente distinto a la idea de una "guerra" a secas. La doctrina de la guerra revolucionaria, si el lector leyó atentamente, es una doctrina mierdosa que escribieron los militares (desde mucho antes del golpe de 1976) donde justifican en la práctica el asesinato de civiles bajo la máscara semántica de la guerra en todas sus formas, de la guerra multiforme, de la guerra de almas, de las "tácticas inéditas y originales que utiliza la subversión para alcanzar el poder" y todas esas estupideces. Como los apologistas saben muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyyy bien que la mayoría de los desaparecidos no pertenecían al sector combatiente de las organizaciones armadas (sino en todo caso al sector político, al sector civil de esos organismos); entonces te quieren meter el perro de la guerra revolucionaria como para no sentirse tan basuras consigo mismos cuando defienden a los represores

Y no es que ellos desconozcan la definición militar de la "guerra revolucionaria" vocalizando esas palabras sin la intencionalidad represiva. Aquí Victoria Villarruel en este tweet repite el verso de "todos los medios de lucha" (una forma de decir: desde los medios armados hasta los medios no-armados) sobre el accionar del PRT-ERP; de cómo se combina lo clandestino con lo legal: 




Y en su libro "Los Llaman... Jóvenes Idealistas" trascribe los párrafos teóricos de intelectuales comunistas y guerrilleros sobre la guerra revolucionaria, que no se limitan al aspecto bélico sino que incluye cuestiones más políticas como sabotaje a la producción, huelgas, "guerra de nervios" (desinformación), trabajo de masas, disturbios, creación de frentes





Villarruel nunca explica en sus libros si los militantes no-combatientes o la parte "legal" de las organizaciones político-militares, constituyen un blanco lícito de ser abatido. Pero los introduce en su narrativa de los "terroristas que son llamados como jóvenes idealistas" ¿Qué implicancias tiene eso? ¿Acaso que los militantes sindicales o territoriales de Montoneros serían "terroristas" también? ¿Por ende blanco lícito de la lucha antiterrorista? ¿Aún cuando estos militantes no hubiesen hecho nada grave? Como siempre, nunca exposiciones concretas sino ambiguas de esta señorita

De hecho en su libro hay cosas un tanto turbias de comprender. Como es la mención de Jorge Adur y hasta su fotografía en la sección de los Sacerdotes comprometidos con la guerrilla



Jorge Adur fue Capellán de la organización Montoneros. Apoyaba sin dudas esa organización pero no era un combatiente, sino un Capellán, o un Sacerdote que bendecía a militantes montoneros. Jorge Adur fue secuestrado, torturado y desaparecido en 1980 mientras se disponía a contactar en el país con representantes del Vaticano. De nuevo, no era un combatiente con una ametralladora en la mano y la foto que aparece en el libro de Villarruel deja claro su labor sacerdotal. Asi que es un poco inexplicable por qué aparece un capítulo de estas características en un libro que despectivamente se titula "Los Llaman... Jovenes Idealistas" y que pretende funcionar implícitamente como una suavización del accionar represivo al mostrarnos que en la década del 70 había terroristas contra las cuales luchaban las fuerzas armadas ¿Cuál es la posición de Villarruel sobre Jorge Adur? ¿Era un terrorista ahora llamado "joven idealista" por el relato oficial? ¿Entonces era un objetivo lícito de ser abatido por las fuerzas armadas? ¿Cuál es el sentido de incluirlo en un libro que pretende concluir narrativamente que el Ejército luchaba contra terroristas? Es un poco sintomático de la narrativa confusa de Villarruel, donde nunca separa muy claramente el combatiente del no-combatiente; pero esto es a propósito porque ella quiere sin dudas criminalizar a los no-combatientes también, pero de modo muy subrepticio, sin hacerlo nunca frontalmente

En su libro, 1era edición no ampliada, Victoria Villarruel escribe en la pag. 262:

El deterioro del gobierno de Estela Martínez de Perón había creado un vacío de poder de difícil solución. Las continuas huelgas, muchas de las cuales eran impulsadas por los frentes sindicales de las organizaciones armadas; el shock económico producido por la devaluación del peso del orden del 4% para el dólar comercial y del 100% para el financiero, impulsado por el ministro de Economía Celestino Rodrigo, son algunas muestras del complejo escenario político, económico y social de la Argentina de esos años. Agravado por el cierre de la Comunidad Económica Europea a las carnes argentinas, ocurrido en julio de 1974

[el remarcado es nuestro]

Aquí Villarruel habla de "huelgas impulsadas por los frentes sindicales de las organizaciones armadas". O sea que Villarruel CONOCE que la guerrilla tenía sus frentes sindicales ¿Qué opinión tiene de ellas y de la represión que se devoró estos frentes sindicales? ¿Son terroristas estos militantes sindicales? ¿Qué gravísimos crímenes cometen estos frentes? ¿Cuál es la relevancia penal en ser tildado como "terrorismo"? Sigue Villarruel en su libro, pag. 263:

Para ese entonces [1975-1976] las organizaciones armadas habían adquirido un grado de desarrollo tal que el juego entre lo político y lo militar hábilmente ejecutado entre las estructuras de la democracia les permitía vislumbrar la posibilidad cierta de tomar el poder

El "hábil juego entre lo político y lo militar". O sea que Villarruel admite que el PRT-ERP y Montoneros NO PODÍAN TOMAR EL PODER ÚNICAMENTE DESDE LO "MILITAR", necesitaban el factor político en el "hábil juego" que propone el escrito. De nuevo ¿Qué opinión tiene Villarruel de los militantes meramente políticos? ¿Son terroristas estos militantes meramente políticos? ¿Qué gravísimos crímenes cometen estos militantes? ¿Cuál es la relevancia penal en ser tildado como "terrorismo"?

En el resto de su libro prosigue con esta clase de referencias más o menos diáfanas. En una narrativa muy vaga desde lo particular pero, dado el contexto del libro, tiene el objetivo de legitimar la represión sobre estos militantes no-combatientes. Pag. 264:

Las Fuerzas Armadas lograron pacificar la Argentina en tres años y no se volvería a hablar de ataques de este tipo de organizaciones

No dice sin embargo, que la mayoría de los reprimidos no era combatiente. Por el marco contextual del libro no hace falta: para ella, las fuerzas armadas lucharon contra terroristas y punto, no se discute más


Extracto del libro "Los Llaman... Jóvenes Idealistas" de Victoria Villarruel ¿Por qué Villarruel mete las huelgas en un libro sobre "lucha antiterrorista"?


El libro de Victoria Villarruel "Los Llaman... Jóvenes Idealistas" es muy recomendable en este aspecto porque sintetiza muy bien la narrativa exculpatoria de la represión. Con muchas fotitos muy lindas de las acciones guerrilleras, con muchas declaraciones triviales de X o Z personaje, algunas tergiversaciones y mentiras, algunos crímenes sin adjudicación clara, y muy poca estadística sobre el número de combatientes de la guerrilla y su capacidad de fuego cuantificada como corresponde (más que absurdas muletillas como los "21.642 atentados" o "30.000 acciones guerrilleras porque lo dijo Gorriarán Merlo"). Con esa narrativa arrastra a los militantes no-combatientes sindicales y estudiantiles hacia el objetivo principal de legitimar su "abatimiento" como blancos lícitos de la represión. Yo personalmente recomiendo comprar el libro de Villarruel como la expresión más hermosa del apologismo militar muy inteligentemente construida sobre pseudo-datos y fotos


Si los apologistas en televisión te dicen que hubo una "guerra" (a secas), es por mera cuestión de accesibilidad: todavía no pueden, o no se sienten preparados para hablarles a una audiencia común sobre la "guerra revolucionaria", y especialmente la nefasta doctrina de matanza a civiles que escribieron los militares bajo esa denominación. Por eso los apologistas traicionan el espíritu original de los represores para darles un lustre más presentable: mientras que los represores creían que la guerra era contra civiles y guerrilleros, y mientras los represores creían que la guerra que empeñaban los comunistas se desarrolla mucho más por la vía política que por la vía militar; los apologistas de cara al público dan vuelta la tortilla y tratan de resaltar los atentados mortales guerrilleros y generar por ahora el discurso que la "guerra" entre militares y guerrilleros tiene que ver con la violencia guerrillera

Si algún día se sienten más cómodos, entonces los apologistas van a poder soltar y desarrollar verdaderamente su narrativa de la guerra revolucionaria, consistente en matar a civiles. Pero hasta el día de hoy, incluso con un apologismo en auge mediático, no están dadas las condiciones y por eso Victoria Villarruel o Agustin Laje todavía no pueden justificar el asesinato de civiles aunque lo desean. Entonces todavía canalizan la narrativa desde un tono más bélico, aunque claro: para que eso funcione, no pueden decir que los combatientes de la guerrilla eran poquitos (esa debe ser una de las razones por las cuales los apologistas prefieren no hablar de la cifra de combatientes)



Página de presentación del libro de Victoria Villarruel titulado "Los llaman.... jóvenes idealistas". Uno de los subtítulos de su libro es "La guerra revolucionaria en la Argentina". Ni siquiera Villarruel está muy convencida en calificar esto como "guerra" a secas, que emplea la doctrina más amplia y politizada de "guerra revolucionaria", que jurídicamente no significa nada a los efectos de establecer una situación bélica; y de hecho beneficia a los represores con la vaga idea que los militantes proselitistas serían blancos legítimos de ser abatidos. Después Villarruel se queja que la tilden de "defensora de la dictadura"; pero con estas calificaciones ridículas de "guerra revolucionaria" ella tampoco contribuye a quitarse la mala imagen de encima


Sé que suena muy crudo afirmar que los apologistas justifican el asesinato de "inocentes". Algún defensor de estos apologistas me querrá saltar al cuello. "No, ellos jamás dijeron eso". A ver: un apologista que conoce la definición del reglamento militar sobre la "guerra revolucionaria", que también conoce que la mayoría de los desaparecidos no era combatiente (ya que hubo pocos combatientes de la guerrilla en general. No es fácil convencer a alguien ser un combatiente insurgente), y que conoce que los militares reprimieron a todos esos civiles bajo la etiqueta de "guerra revolucionaria"; y aún con todo eso el apologista continúa diciendo que hubo una guerra revolucionaria...... no es una calificación ingenua por parte del apologismo. Tal vez Villarruel o Laje no digan "me alegro que mueran inocentes" pero ni es que haga falta. 2 + 2 son cuatro. Lo más correcto debería ser el de afirmar que ellos no justifican el asesinato de militantes civiles sino que defienden a los militares represores; que para el caso es medio lo mismo

Está bien, no hago una evaluación moral sobre los gustos del apologismo. Cada uno con su locura. Solo expongo las cosas e interpreto como mejor se entiende. En realidad, no creo que los apologistas disfruten con las torturas y muertes a los desaparecidos, pero es evidentísimo que quieren salvaguardar el honor militar a toda costa y por consiguiente tratan de cimentar una narrativa donde los militares nos quisieron defender de un ataque contra la patria, y en esa noble misión tan altruista cometieron algunos errores propios de la pasión patriótica. Ese es más o menos el discurso que quieren fomentar, y en ese relato necesariamente están avalando la doctrina de la guerra revolucionaria junto a la matanza de civiles

Los apologistas no se sienten culpables de avalar esta matanza de civiles no-combatientes, pues como ellos no inventaron la doctrina de la guerra revolucionaria ¿Qué más da?? Para el apologismo es una doctrina militar tan válida como otra. Si las fuerzas armadas teorizaron, discutieron y crearon esa doctrina; será porque es válida ¿no? así pensarán ellos. Pero no te lo pueden decir con la boca grande, porque en el fondo saben que la mayoría de las personas en el mundo no avalarían una doctrina de esa envergadura tan siniestra. Entonces los apologistas buscan suavizar las aristas más ásperas de su narrativa


Quizás algún apologista retrógrado se quiera escaquear del asunto retrucándome que "los guerrilleros también decían que estaban en una guerra revolucionaria". Lo cual sería una excusa muy pelotuda. Primero, que la guerrilla llame todo esto "guerra revolucionaria" no significa que sus militantes políticos pasen a catalogarse como blancos legítimos de ser abatidos, así por arte de magia o "porque Firmenich dice que hubo una guerra revolucionaria". Firmenich o Santucho también pueden decir que en la guerra es válido destripar bebés y comerse sus tripas..... y no por eso significa que en la guerra tenga que ser válido hacer eso. Y en segundo lugar los guerrilleros, a diferencia de los militares, nunca consideraron que los militantes proselitistas de la derecha política eran blancos legítimos para ser asesinados. Al menos no sistemáticamente ¿Que hubo militantes políticos derechistas asesinados? Sin dudas, pero no hubo un plan de eliminación sistemático en ese sentido (la mayoría de los muertos por la guerrilla izquierdista son policías y militares o colaboradores de la represión; no militantes proselitistas de derecha). O sea que los guerrilleros, aunque compartían el mismo mambo de la "guerra revolucionaria" como los militares, tenían los pies un poco más centrados en la tierra y sabían que la forma de "combatir" el proselitismo de la derecha, era con su propio proselitismo: Si el derechista pegaba cartelitos en los muros, la izquierda pegaba cartelitos en los muros. Si el derechista copaba una facultad, la izquierda copaba la facultad. A veces con violencia física de ambos lados, es verdad; no es que estos panfleteros no se daban de tortazos cuando querían despegar el afiche del otro "bando". Pero la izquierda no recurrió a un plan para eliminar militantes de derecha ayudados por comandos para-policiales o las fuerzas armadas. El concepto que Santucho tenía de "guerra revolucionaria" difería del concepto que los militares tenían de "guerra revolucionaria"

Ejemplo de un "choque" entre izquierdistas y derechistas políticos: la revista "El Caudillo" perteneciente a la ultra-ortodoxia peronista, publica esta noticia donde militantes de la CNU y otros grupos peronistas "verticalistas" copan facultades para echar a los "marxistas" de ahí, que al parecer tenían armas y drogas estos zurdos; además de predicar ideas bolcheviques disolventes. Pag. 18: 



La clave estriba en el concepto "todos los métodos de lucha" de la guerra revolucionaria, según la entiendan los guerrilleros o los represores. Esa es la clave, tan chiquita pero ultra significativa: la guerrilla nunca entendió que "todos los métodos de lucha" implicaba torturar o asesinar a mansalva a militantes políticos derechistas. Sin dudas con "todos los métodos de lucha" los guerrilleros entendían la lucha armada y la política, pero no un plan de exterminio de disidentes civiles; eso último no entraba en sus cálculos de "todos los medios". Los represores parece que entendían la frase "todos los métodos de lucha" de la forma en que ya sabemos que ellos la aplicaron. Digamos que los represores SI se interpretaron literalmente la frase y usaron todos, todos, todos los medios: la propaganda política (método que usaban los guerrilleros también), la venganza política (método que usaban los guerrilleros también), la infiltración ideológica en fábricas y escuelas (método usaban los guerrilleros también), los atentados explosivos (método que usaban los guerrilleros también), las salvajes torturas y violaciones sexuales (método que no usaban los guerrilleros), las apropiaciones de bebés (método que no usaban los guerrilleros), la matanza sistemática de civiles militantes no-combatientes (método que no usaban los guerrilleros)

Dos formas muuuuuy distintas de ver la "guerra revolucionaria", según el bando que te tocara. Dos formas muuuuuy distintas de interpretar la frase "todos medios de lucha", según el bando que te tocara. Es que el razonamiento implícito de los represores era el siguiente: si la subversión utiliza todos los métodos de lucha (según la doctrina) para alcanzar sus objetivos ¿Por qué nosotros no podemos también usar todos los métodos de lucha para derrotarlos? Claro que se olvidaron que los guerrilleros no interpretaron tan literalmente la frase



Si, los guerrilleros también decían que estaban en una guerra revolucionaria, al igual que los represores. Pero con una "pequeña", muy "pequeñita" diferencia: los guerrilleros JAMÁS pensaron en la legitimidad de asesinar masivamente a militantes no-combatientes de derecha. En cambio la doctrina castrense SI contemplaba la matanza de no-combatientes simpatizantes de la guerrilla. Las organizaciones armadas no entendían el concepto "todos los medios de lucha" tan literalmente como sus enemigos


A tal punto la cosa, que el ERP tenía la política de no asesinar dirigentes sindicales (a diferencia de Montoneros que se hicieron "famosos" en el año 73 por el asesinato del dirigente sindical Rucci). Y esa regla del ERP fue cumplida con dudosas excepciones como la muerte del dirigente izquierdista Atilio Santillán el 22 de marzo del 76 (al que supuestamente lo mataron pero no por su rol de sindicalista, sino acusado sin muchas pruebas de delatar gente en el Operativo Independencia). Es decir, que a pesar que la consigna de la "guerra revolucionaria" suponía la lucha "utilizando todos los métodos posibles", los guerrilleros no interpretaban taaaaaaaaan literalmente la consigna. No valía todo para la guerrilla; mucho menos la tortura, la flagelación sexual, el robo de infantes.... eso no entraba en su cálculo de "todos los métodos". Tampoco el asesinato en masa de simples militantes de derecha

La organización Montoneros o ERP no iba a mandar a matar a un discapacitado físico que simpatizara con Videla. En cambio de los militares no podemos decir lo mismo

Esto necesito que les quede grabado a fuego en el lector, porque los apologistas después se aprovechan para liarla y decirte "Ah, los guerrilleros decían que estaban en una guerra revolucionaria del mismo modo que los militares. Entonces los dos bandos pensaban lo mismo". ERROR. No confundamos: es verdad que la guerrilla y los militares llamaban a su momento histórico como "guerra revolucionaria", pero de eso NO se deduce que ambos bandos interpretaran ese concepto de la misma manera. Esto grábenselo a fuego: el concepto de "guerra revolucionaria" interpretado por la guerrilla, NO ES LA MISMA INTERPRETACIÓN QUE LE DABAN LAS FUERZAS ARMADAS. Los guerrilleros eran bastante menos salvajes para interpretar el concepto de "guerra revolucionaria" o el otro concepto de "todos los métodos de lucha". De seguro, que los Montoneros no leían a Roger Trinquier


De nuevo, cuando los apologistas hablan de "guerra revolucionaria" en vez de guerra a secas, no es para nada inocente lo que están diciendo, porque esa categoría tiene una definición muy específica (y nefasta). Es verdad que no es lo mismo el concepto de "guerra revolucionaria" de la mano de la guerrilla, que de la represión. Pero los apologistas no usan el concepto como lo entienden los guerrilleros, sino como lo entienden los represores (o al menos su vaguedad narrativa favorece esa interpretación). Asi que si escuchamos a los apologistas hablar que en el país hubo una guerra revolucionaria, deberíamos agradecerles por su honestidad porque están poniendo bien en claro cuál es la narrativa e intenciones que desean establecer

Porque al final del día, cuando miss Villarruel dice que hubo terroristas que no eran "jóvenes idealistas" y la tragedia ocurrida en los 70 fue una guerra revolucionaria ¿Qué definición ustedes creen que ella está tomando? ¿La definición de los guerrilleros? ¿O la definición de Roger Trinquier??? Si ella toma la definición de la guerrilla, entonces los militantes no-combatientes no son blancos lícitos, porque ni Montoneros ni ERP los consideraban blancos lícitos (al menos no para ejecutarlos sistemáticamente). Solo tomando la definición de Trinquier, se entiende que ella califique este asunto como una guerra en sentido jurídico (ella es abogada), aún cuando la mayoría de los abatidos era no-combatiente; y califique a estos no-combatientes como "terroristas" (subrepticiamente)



Victoria Villarruel, dice que el tribunal que juzgó a la junta militar admitió el estado de "guerra revolucionaria" en el país. Minuto 19:19



Aldo Rico habla de "guerra revolucionaria" contra la subversión (obviamente no dice las implicancias castrenses de ese concepto doctrinario). Minuto 5:21


En la conferencia del 19 de abril de 1977 que se mencionó en el apartado de la cifra de combatientes de Montoneros, el general Carlos Martínez (jefe de inteligencia del Ejército), disertó ante los periodistas para explicar los orígenes y continuidades de la subversión. Manifestó:

Durante el desarrollo de la "Operación Independencia" se comprobó que en el resto del país aumentaba el accionar armado y no armado de la subversión. Tal actividad es demostrativa del empleo integral y coherente de todos los elementos de esas organizaciones

[...]

La subversión desarrolla dos líneas de acción para alcanzar el poder: la acción armada y la acción insurreccional de masas. El Ejército, apoyado por las otras dos fuerzas armadas, está derrotando a los órganos de ejecución de las acción armada y a los activistas de la acción insurreccional de masas. Gracias a esta acción militar, la delincuencia subversiva se encuentra en franca retirada

pag. 2: 


Se divide a la subversión en "accionar armado" y "accionar no armado" como parte de la lucha integral que plantea el enemigo subversivo al país. Por su parte, el Ejército estaba derrotando a ambas para 1977. Es por ello que resulta crucial comprender cómo el apologismo entiende la tesis de la "guerra revolucionaria", para ver si consideran que el activista insurreccional (el "no-combatiente") es un blanco lícito para ser "derrotado". Ciertamente Victoria Villarruel u otros pueden decirme "yo no avalo que el no-combatiente sea un blanco lícito" pero es que para la doctrina castrense, la eliminación (no necesariamente la muerte sino también la cárcel, la desarticulación) de estos activistas no armados es porción inescindible de su doctrina. La teoría de la "guerra revolucionaria" para las fuerzas armadas es como un reloj que no puede concebirse sin todos sus engranajes. De nada sirve aseverar que el no-combatiente no es blanco lícito para los represores, pues entonces su accionar sería enmarcado en una simple guerra de guerrillas y no una "guerra revolucionaria"

Todo esto se podría resolver mucho más rápido si los apologistas fuesen precisos y no ambiguos en su narrativa acerca de quién es blanco lícito y quién no lo es. Pero la excesiva vaguedad de estos chantas inclina a una interpretación más favorable a la represión. Se insinúa lo que no puede decirse de frente: que el militante no-combatiente también merecía ser "abatido"


Claro que la apologista Villarruel no es consecuente con su teoría de la guerra revolucionaria, porque en su organismo CELTYV cataloga las víctimas militares y policiales por la guerrilla, y las víctimas civiles simpatizantes de las fuerzas militares y policiales, como "víctimas civiles inocentes ajenas a la guerra". Si la guerra revolucionaria es una doctrina que permite la matanza de civiles simpatizantes del enemigo (según la entienden los represores), entonces los guerrilleros por lógica también están habilitados a matar civiles simpatizantes de las fuerzas armadas. Villarruel obviamente aplica su doble vara: mientras el asesinato de simpatizantes de Montoneros es "lícito" en la guerra revolucionaria -tal es la lógica subrepticia del apologismo-, el asesinato de simpatizantes de las fuerzas armadas no es lícito. Como siempre, la doble vara del apologismo


Como dije en otro apartado de este blog, a mí el saco de "guerra" a secas, no me perjudica ni me beneficia. De hecho, si lo analizamos bien, perjudica más al sector apologético esa tesis de la "guerra" en sentido clásico (no la pavada de la "guerra revolucionaria"), ya que se consideraría a la guerrilla como bando beligerante legítimo. Quisiera que algún apologista me responda en qué me perjudica a mí la teoría de la guerra, y en qué beneficia a ellos ese sayo 

Se la pasan diciendo que hubo una guerra pero nunca queda muy claro qué réditos concretos en su narrativa obtiene el apologismo por decir eso ¿No es raro?? A lo sumo, lograrían equivaler guerrilleros y militares, pero eso no modifica el status de los civiles no-combatientes que simpatizaban con Montoneros o PRT-ERP; esas personas continúan quedando ajenas al marco de la "guerra" en sentido clásico. Es extraño que el apologismo sostenga la idea de una guerra porque estén desesperados por igualar 2 mil combatientes guerrilleros con sus opuestos militares.... igualación que no ayuda siquiera a muchas de las víctimas de la guerrilla, que se verían incluso perjudicadas por esa medida si los guerrilleros se vuelven un bando beligerante legítimo, al subsumirse como daños colaterales o derecho de represalia. Aunque no suena tan extraño cuando entendemos que el objetivo del apologismo es justificar la matanza de civiles no-combatientes con la doctrina de la guerra revolucionaria de los reglamentos castrenses; entonces ahí comprendemos por qué tanta excitación con levantar la banderita de la guerra. Al final, apologistas como Victoria Villarruel son bastante hipócritas: les importa una pija las víctimas de la guerrilla; si fuera por ella las tiraría al tacho de basura con tal de no sacrificar su postura pro-represora de la "guerra revolucionaria"






Que esto no termina: otro reglamento del año 1969 titulado "Operaciones Contra la Subversión Urbana". Aquí los militares analizan cómo se forman las movilizaciones y las marchas políticas, gracias a elementos "subversivos" que agitan a las personas a movilizarse. Analizan y hacen doctrina sobre el mejor modo de aniquilar esa subversión. Esa es la guerra de la que los militares se jactan haber ganado




Tres formas muy distintas de entender un mismo concepto. El tribunal del juicio a las juntas es quien entendió el concepto de "guerra revolucionaria" de la manera más contradictoria y alejada de los objetivos represivos reales del gobierno militar. A los apologistas como Nicolás Márquez, Agustin Laje o Victoria Villarruel, obviamente les gusta mucho más el concepto de "guerra revolucionaria" tal como lo entendían los doctrinarios militares (guerra contra-revolucionaria), porque incorpora al civil no-combatiente como un blanco legítimo de aniquilamiento sistemático (lo que permite justificar que la mayoría de los desaparecidos no fuesen combatientes: eran blancos legítimos igual en esta guerra revolucionaria)


Parte dispositiva del juicio a las juntas (sentencia). En el minuto 2:12, el tribunal vuelve a decir que lo ocurrido en la Argentina durante los años 70 se caracterizó como una "guerra revolucionaria" 


El cuadrito que colgué arriba es más interesante de lo que parece. Porque cuando los apologistas te dicen que el tribunal del juicio a las juntas aseveró que hubo una guerra revolucionaria, lo que realmente quieren los apologistas es proyectar su propia definición de "guerra revolucionaria" al tribunal. Quieren adosarle el concepto que ellos mismos tienen de la guerra revolucionaria (donde se incluye la matanza de no-combatientes) al tribunal del juicio a las juntas (que no se pronuncia sobre esa parte de la guerra revolucionaria en sus fundamentos)

El tribunal del juicio a las juntas no explicó qué rol ocupa el civil no-combatiente en la doctrina de la guerra revolucionaria, por lo que la interpretación del tribunal es distinta de la interpretación militar de dicha guerra revolucionaria. Asi que el mentado argumento apologético de "el tribunal de la causa 13 dijo que hubo una guerra revolucionaria" no tiene trascendencia al momento de explicar la represión militar, simplemente porque los jueces no interpretaron la doctrina no explicaron la parte fundamental de la doctrina en la que se basó la represión principal hacia los desaparecidos (el caracter no-combatiente de los reprimidos). Así que el apologismo intentará rellenar el "hueco" que dejaron los jueces, con su interpretación conveniente de la doctrina de la guerra revolucionaria



El caso E.T.A. y la estrategia de la "guerra revolucionaria"

La tesis guerrillera de la "guerra revolucionaria" no es algo demodé o circunscrito a los años 70 para atrás. Organizaciones como la terrorista vasca ETA, cuyo periodo de actuación comprende desde 1959 hasta el año 2011 en España, también han implementado esta política de doble frente, con un aparato armado y un aparato proselitista más numeroso. Una estrategia de "pinza" donde se combina acciones armadas con acciones políticas (incluyendo acciones electoralistas). La diferencia estriba en que el proselitismo de ETA no se comportó tan clandestinamente (en parte porque la España pos-franquista no ejerció una represión y censura desmedida), ni tampoco intentaron infiltrarse en lugares como las fábricas, puesto que el objetivo de la ETA no hacía necesaria una política de ese estilo (aunque cuente con un apoyo leve, tácito del sindicato LAB)

Pero ETA conformó grupos netamente políticos como el partido Herri Batasuna, el partido Bateragune, la tríada KAS/EKIN/XAKI; y gestoras pro-Amnistía de presos etarras; o grupos vandálicos en la década de los 90 como HAIKA-JARRAI-SEGI. España ha perseguido y avasallado "legalmente" a estos grupos políticos. En mi opinión, de manera poco justa, ya que los criminales peligrosos temibles estaban en el aparato armado; y la persecución de su aparato político conlleva toda una serie de problemáticas que hemos tratado en el capítulo correspondiente de la Asociación ilícita del sig. posteo:


Pero lo curioso, es cómo España ha temido a estos grupos políticos que, aunque simpatizaran con ETA, llevaban una actividad no-criminal. Como mucho vandálica tal el caso de "Jarrai". Pero la Justicia española los ha criminalizado progresivamente como grupos tan culpables o terroristas como ETA. España ha temido esta estrategia de "guerra revolucionaria" creyendo que estos grupos no-criminales podían tener una incidencia negativa y favorecer los fines independentistas del país vasco



Arnaldo Otegi, dirigente de la izquierda abertzale, fue condenado por la Justicia española a 6 años de prisión por formar parte de Bateragune, organización política no-delictiva que respondía a la estrategia de ETA 


Militantes de Jarrai (organización vandálica juvenil afín al ETA) queman un colectivo en sus actos de kale borroka (disturbios callejeros)


Lo importante de todo esto, es que aún cuando la ETA se percibía a si misma como luchando en una "guerra revolucionaria", España nunca consideró jurídica y legislativamente que estuviesen en una guerra "en serio" o en un conflicto bélico. Asi que la excusa del apologismo argentino de una "guerra revolucionaria" como sinónimo de una guerra en sentido jurídico, es absurda. Con esa lógica el Estado español también tendría que decir "estamos en una guerra" 

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Más allá de todos estos temitas de la definición de "guerra" o "guerra revolucionaria", habría que preguntarle a Nicolás Márquez qué sentido tiene que el tribunal del juicio a las juntas haya declarado supuestamente una guerra, cuando al final esos mismos jueces terminaron juzgando y condenando con leyes de paz

Pero es que además Nicolás Márquez contradice su tesis en el siguiente artículo ESCRITO POR ÉL MISMO, donde se queja que los militares no fueron derivados a un tribunal militar como la teoría de la guerra impera, y en cambio fueron juzgados por un tribunal civil estableciendo así para el relato alfonsinista que no hubo guerra:


Si el mismo Márquez implícitamente conecta ese tribunal civil con el relato de una situación no-bélica ¿Qué sentido tiene ahora que diga que ese tribunal CIVIL estableció una guerra? El pelotudo de Nicolás Márquez ni siquiera se acuerda de lo que él mismo escribió en otros artículos. Este es el pequeño problema de los mentirosos extremos: después tienen que recordar las mentiras que ellos dijeron para no pisarse los pies con sus contradicciones. Márquez no tiene tan buena memoria para acordarse que es un forro mentiroso


Pero que esto no termina aquí, porque Nicolás Márquez en el siguiente artículo:


escribe lo siguiente:

Dicho escenario bélico fue definido con precisión de centavo años después por la mismísima sentencia de la Cámara Federal que en 1.985 durante la presidencia de Raúl Alfonsín juzgó a la Junta Militar (la famosa Causa 13), en cuyos considerandos se destacó lo siguiente:

“En consideración a los múltiples antecedentes acopiados en este proceso y a las características que asumió el terrorismo en la República Argentina, cabe concluir que, dentro de los criterios de clasificación expuestos, el fenómeno se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria…»; «algunos de los hechos de esa guerra interna habrían justificado la aplicación de la pena de muerte contemplada en el Código de Justicia Militar…»; «…no hay entonces delincuentes políticos, sino enemigos de guerra, pues ambas partes son bélicamente iguales»; «…como se desprende de lo hasta aquí expresado, debemos admitir que en nuestro país sí hubo una guerra interna, iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones de su propio Estado”

Acá el apologista se supera a sí mismo en su nivel de locura, inventándose párrafos que no existen en la sentencia. Porque, si uno revisa, no va a encontrar las frases "como se desprende de lo hasta aquí expresado, debemos admitir que en nuestro país sí hubo una guerra interna, iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones de su propio Estado", ni tampoco la frase "algunos de los hechos de esa guerra interna habrían justificado la aplicación de la pena de muerte contemplada en el Código de Justicia Militar". Es más, vamos a colgar la sentencia en su versión PDF, para que el lector pueda apretar las teclas Ctrl + F y se ponga a buscar por sí mismo esas oraciones, a ver si existen en la causa:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/29/Causa_13_Sentencia.pdf 

Las únicas oraciones que existen son las que hablan de la guerra revolucionaria (que ya la citamos), y la que dice "no hay entonces delincuentes políticos, sino enemigos de guerra, pues ambas partes son bélicamente iguales".... pero obsérvese en esta última oración, cómo el sorete mal cagado de Nicolás Márquez la saca totalmente de contexto. El tribunal dijo realmente:

Sin embargo, voces autorizadas preconizan la aplicación de las leyes y usos de la guerra internacional. Así, refiriéndose a lo que llama desórdenes internos, a los que asigna distinta gravedad, dice Germán J. Bidart Campos que cuando la emergencia desencadena operaciones bélicas entre el gobierno constituido y los insurgentes, puedan aplicarse las leyes y usos de la guerra, aun cuando el primero considere a los segundos como delincuentes políticos. En ese sentido, añade, las convenciones de Ginebra de 1949 sobre heridos, enfermos, prisioneros de guerra y civiles en tiempo de guerra, disponen que sus normas se extenderán a los conflictos armados que sin carácter internacional ocurran en el territorio de los estados contratantes. Concluye el tópico de esta manera: "Cuando el gobierno ya ha reconocido a las fuerzas opositoras la calidad de beligerantes, o trata a la autoridad rebelde como gobierno de facto; o cuando sin llegar a ninguna de esas situaciones debe recurrir a medidas de guerra imprescindibles ante la magnitud del alzamiento de armas, puede hablarse de una guerra civil. Ya no hay, entonces, delincuentes políticos, sino enemigos de guerra; ambas partes son bélicamente iguales y deben regirse por las leyes y usos de la guerra, como si la contienda fuera internacional" ("Derecho Constitucional", cit. T.I, p.582; en el mismo sentido, Nicasio de Lauda, op. cit., ps.31 y 32)

enlace, en la parte "Derecho Internacional":


El tribunal nuevamente está analizando la doctrina referente al Derecho Internacional, cómo se declararía una guerra o frente a qué situaciones, etc. De ningún modo los jueces concluyen una guerra por ese análisis, y Nicolás Márquez quitó una oración de su párrafo original y la acopló a otras oraciones de otros párrafos, retorciendo el sentido de las cosas

O sea, sintéticamente el rubio mentiroso compulsivo tergiversó párrafos y además se inventó oraciones inexistentes en la causa. Ya está, se puede mentir muchas veces ¿Pero por qué llegar al abuso? ¿Por qué ese afán de querer romper records, señor Márquez?

En cuanto a la oración: "Como se desprende de lo hasta aquí expresado, debemos admitir que en nuestro país sí hubo una guerra interna, iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones de su propio Estado", el estafador sistemático de Nicolás Márquez la sacó de este artículo de La Nación del año 2003:


Allí el autor de la nota escribe una extensa argumentación apologética donde incluye párrafos de la Causa 13 del juicio a las juntas con sus correspondientes entrecomillados, para que nos enteremos dónde comienza y termina la cita. Y después el propio autor manifiesta que "como se desprende de lo hasta aquí......", es decir son palabras del propio autor y no de la sentencia del juicio a las juntas. Pero el hijo de 50 mil millones de putas calientes de Nicolás Márquez se "olvidó" cuándo terminaba el entrecomillado y apropió las oraciones del autor de la nota de La Nación, y las mezcló en los párrafos de la sentencia como para dar la sensación que en la propia sentencia se dijo esa oración. Así de drogado mental, de sorete es el mentiroso compulsivo de Márquez


En este caso arrebatado, es Victoria Villarruel la que pone un punto de cordura entre tanto desquicio. Esta señorita tan elegante, en el siguiente artículo de su autoría, escribe lo siguiente: 

Desde el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón que convocó a las fuerzas armadas en 1975 e inició una ofensiva contra las organizaciones terroristas, se trató los hechos desde el punto de vista de una operación militar propia de un conflicto armado interno, pero el Estado no lo reconoció jurídicamente como tal. En ese sentido, la sentencia del juicio a las Juntas Militares que se impulsó por iniciativa del presidente Alfonsín niega el conflicto armado interno alegando que:

1) los insurgentes no ejercieron dominio sobre el espacio geográfico

2) no fueron reconocidos internacionalmente como beligerantes

3) al tratarse de un conflicto interno se excluyó el concepto de guerra reservado, según los fundamentos de la sentencia, para el enfrentamiento entre Estados

4) los hechos no pueden encuadrase en una guerra civil internacional por falta del reconocimiento externo al grado de beligerancia

enlace, página 79 (el artículo comienza en la página 72):


Victoria Villarruel, pese a adherir a la teoría de la guerra, concluye apropiadamente que en el juicio a las juntas el tribunal NO dictó que fuese una guerra ¿No es una puñalada al corazón que Márquez se vea desmentido por una apologista?

Esto parece una contradicción con lo que decía ella años antes (como el programa donde polemizó con Gerardo Romano). Yo supongo que se dio cuenta que el argumento de "el tribunal de 1985 admitió una guerra" no iba más, y prefirió dar el volantazo y armar otro argumento. La felicito por su "honestidad" en este punto


Yo honestamente, no entiendo muy bien qué le puede pasar al cerebro de Nicolás Márquez. O el tipo está trastornado mentalmente con la mitomanía irrefrenable y no puede parar, o capaz que Márquez es la persona más honesta del mundo pero es un drogadicto de mierda y eso le hace mentir. Capaz necesita ayude psiquiátrica en serio el señor Márquez, de lo contrario no se entiende ¿Para qué mentir tanto defendiendo a los militares? Se puede defender a Videla de manera mucho más honrada que inventarse oraciones para los lectores incautos



El hijo de re mil puta de Agustin Laje tampoco se pierde de mentir en su libro "Los Mitos Setentistas", haciendo exactamente lo mismo que su mentor Márquez de inventarse párrafos que no existen en la sentencia




La diputada Nora Ginzburg, en su defensa a Luis Patti en mayo de 2006, no se le ocurre mejor idea que citar los párrafos falsamente atribuidos al tribunal. De paso enfatiza la idea de la "guerra revolucionaria". Minuto 4:38


"Ay, es que Nicolás Márquez no defiende a la dictadura, él dijo que no justifica lo que hicieron; Márquez solo quiere explicarnos la otra parte de la verdad que se oculta". Claro que si, campeón..... y por eso tiene que recurrir a mentiras, omisiones, tergiversaciones, fuentes de pésima calidad a propósito, manejos a conveniencia de cifras..... solo lo hace porque quiere contarnos "la otra parte de la verdad". Y qué curioso que todas esas mentiras siempre favorezcan o suavicen el accionar represivo; parece que a Nicolás Márquez nunca se le ocurre mentir para favorecer a los guerrilleros. Pero me van a decir que él no defiende la dictadura y que sus mentiras no están direccionadas a ninguna posición, Claro claro...................... Para criticar a Montoneros o ERP no se necesita mentir con el objeto de suavizar a los represores; se los puede criticar a los guerrilleros con sucesos reales, con hechos y fuentes reales. Pero bueno, todavía queda gente ilusa que cree que Márquez o el infradotado de Laje no defienden la dictadura 

Igual no es que mienta solamente con la dictadura, sino que se caga en las fuentes y se caga en la metodología para casi todo lo que escribe, ya sea que hable de Videla como de Ernesto "Che" Guevara o de los homosexuales en su libro negro de la nueva izquierda. Es delirante la cantidad de barbaridades que salió de su pluma en ese libro "anti-feminista" (como si hiciera falta mentir para dejar mal parado a las tonterías del feminismo), pero tiene sentido para su cristianismo ultra-derechista, capaz de cosas tan contradictorias como santificar a torturadores mientras se reza por amor a Dios; capaz de mentir deliberadamente y ser absolutamente anticientífico mientras se proclama ser "científico" porque sabe que la imagen cristiana no tiene rating. Bueno.... ya que en su último libro dice anticientíficamente que la homosexualidad por ejemplo es una "enfermedad" entonces yo le devuelvo con la misma moneda llamándole a Márquez como un travesti rubio homosexual reprimido. Y si le gusta defender dictadores, entonces llamarlo "apologista" es suave, suavecito de mi parte.... que no se me ocurre cosas peores para decirle. Son ultra-extremadamente mentirosos, y no mienten más porque el día no es más largo

Eso si: Nicolás Márquez y Agustin Laje te dicen que hubo una guerra "porque lo dijo el tribunal de 1985" como falacia de autoridad. Ese mismo tribunal dijo que la guerrilla no había tenido dominio territorial, derribando el cuentito que el ERP dominaba un tercio de Tucumán...... AH!! PERO ESO NO!!!! ahí no le hacen caso al tribunal ni a la falacia de autoridad. Solo cuando conviene. Otra contradicción interna de los apologistas 


Tampoco es que Victoria Villarruel la lleve mucho mejor. Apenas se salva un poco más del tacho por no ser tan mentirosus in extremis como Nicky Márquez, pero ella tiene también sus laberintos de sarasas y contradicciones internas. Dando un ejemplo, en el artículo que ella escribió y que colgamos más arriba, ella se opone a las conclusiones no bélicas del tribunal que enjuició a las juntas, arguyendo que existirían tratados internacionales donde no es necesario el componente territorial que reclama el tribunal. Página 80 del siguiente enlace:


Pero eso es una contradicción interna, puesto que Villarruel implícitamente estaría aceptando la conclusión del juicio de 1985 en el que los insurgentes no tuvieron dominio territorial ¿No es esto contradictorio con la idea que sostiene que el ERP tuvo dominado un tercio de la provincia de Tucumán? Porque en el siguiente video, donde ella declara en un tribunal como testigo de contexto, Villarruel le miente a los jueces diciendo que el ERP tomó parte del territorio tucumano. A partir del minuto 1:57:35; y también minuto 2:05:10:


Más allá de su inocente mentirita que no perjudica a nadie ¿En qué quedamos? O aceptamos que la guerrilla no tuvo dominio territorial, o decimos que lo tenía. Las dos cosas a la vez no se pueden, señorita Villarruel. Póngase de acuerdo 

Cuando la actitud anticientífica, reaccionaria, dogmática, fanática y mentirosa, tergiversadora gobierna a una persona, es difícil que solo se "canalice" en un tema específico. Y Villarruel al igual que los apologistas inmundos de Márquez y Laje, también impregna su visión conspirativa y delirante del planeta en otros temas incluso de mayor relevancia actual. No es que ella mienta únicamente en la "historia de los 70". Acá en este simple tweet tenemos a otra integrante de los delirios de la derecha política contra el "progresismo": 





Para ella, que se apruebe una convención de morondanga sobre la prevención de la discriminación, es una puerta abierta a la permisividad de la pederastía!!! (que ella confunde, intencionalmente o no, con pedofilia). A ver si lo llaman al pelotudo de "Es de Peroncho" para que le explique la falacia de la pendiente resbaladiza, porque aquí Villarruel cometió una pendiente resbaladiza hiper-brutal. Con esa lógica, yo podría decir que las teorías jurídicas de Kelsen sobre el ius positivismo son una puerta abierta a la pederastía. Por seguir con el ridículo. Pero esto es una muestra de cómo estos derechistas están muy mal de la cabeza, y sobre todo actúan con una ausencia absoluta de honestidad. Porque saben que dicen cualquier pelotudez sin razonarlo y continúan diciéndolo


Creo que después de estos personajes, me quedo toda la vida con Ceferino Reato. Al menos reconozco que no lo he "cachado" con tergiversaciones tan groseras, es un autor del que quizás no esté muy de acuerdo con su interpretación de la historia, pero posee bastante más de cerebro y honestidad como para no caer en las trampas más burdas de la manipulación a la que nos tiene acostumbrado el travesti de Nicolás Márquez, el homosexual reprimido de Agustin Laje, y la chanta de Victoria Villarruel (esta última en menor medida, también seré honesto en eso. Tal vez si la linda de Villarruel se dedicara a defender a las víctimas de la guerrilla sin mentir sobre la dictadura, podría ser más decente todavía)

Es una lástima. Pareciera ser que las víctimas y familiares de víctimas de la guerrilla, están condenados a la mala suerte de no contar con un representante limpio de sus reclamos. Porque hasta Victoria Villarruel defiende la dictadura. Lamentablemente las víctimas de la guerrilla tendrán que seguir buscando a un mejor representante de sus demandas




[para más inri, en la megacausa ESMA del año 2011, los jueces dictaminaron que lo vivido en Argentina desde 1973 a 1979 fue un conflicto armado interno. Y eso no morigeró las penas de nadie ni desencajó la situación actual de juicios. A veces los apologistas sacan a colación el falso argumento que consiste en asegurar que el tribunal que enjuició a las juntas en 1985 había asegurado que hubo una guerra, a través de la expresión de "guerra revolucionaria"; pero no tiene sentido mentir cuando los apologistas pueden quedarse con el ejemplo del juicio ESMA que es más actual y es un ejemplo verdadero

http://www.derechos.org/nizkor/arg/esma/esmasent2.html 

En cualquier caso, esto no afecta nuestros argumentos]

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